¡Mírame!
Jungkook frunció el ceño y mantuvo sus labios rectos.
«¿Ya?» se preguntó diez minutos después de verlo.
«¿Quizás ahora?» se preguntó de nuevo a los veinte minutos, comenzando a sentir desesperación.
«¿Está listo?» se preguntó una vez más, treinta y cinco minutos con ocho segundos después de verlo, sin atreverse a apartar los ojos de la figura a pocos metros de distancia.
Pero nada.
Jungkook se preguntaba si Jimin lo estaba mirando o si siquiera sabía que él estaba allí, esperando.
¿Esperando qué? Aún no lo sabe. Supone que espera que Jimin, como siempre, lo salude.
«Solo mírame», es todo lo que puede pensar.
Esta vez se promete a sí mismo devolverle el saludo. Se promete con todo lo que tiene, mirarlo sin transmitir esos sentimientos negativos.
«Joder»
Mantuvo su pie derecho moviéndolo rítmicamente durante varios minutos más, hasta que se dio cuenta de que Jimin lo estaba ignorando.
Ya no lo tocaba. Ya no se acercaba. Ya no lo miraba.
Y hoy era uno de esos días en los que deseaba tener a Jimin a su lado.
«¿Por qué no me mira?»
Hace mucho tiempo que Jimin no posa sus ojos en su rostro.
Jungkook nunca pensó que extrañaría la mirada de Jimin.
Pero ahí estaba, preguntándose cuándo Jimin volvería a dirigirle esas medias lunas que tiene por ojos. Preguntándose cuándo sus sonrisas serían dirigidas nuevamente hacia él.
Pero eso no sucedió. En ningún momento.
Y le dolía.
Ahora su pierna izquierda se movía de arriba a abajo sutilmente, como siempre lo hacía cuando estaba nervioso. En esos momentos, cuando su ansiedad era evidente, Jimin aparecía y con una sola mirada lo calmaba.
Pero ni siquiera una mirada fue lo que recibió.
...
Su plan resultaba algo absurdo. Nadie lo negaría o intentaría argumentar lo contrario, porque sí, su plan era absurdo. Pero, siendo sinceros, ¿qué otra opción tenía?
Jungkook sentía cómo poco a poco se iba distanciando de Jimin, y eso le frustraba en gran medida. Realmente necesitaba hacer algo, ¿pero qué? ¿Cuál era ese maravilloso plan infalible? ¿Qué planeaba hacer el grandioso Jeon Jungkook? La jodida respuesta era: Mirarlo intensamente.
Sí, simplemente mirarlo intensamente. Jungkook creía que, a través de su penetrante mirada, como muchos decían que tenía, lograría captar la atención de Jimin, aunque solo fuera por un momento. Entonces podría abordar el asunto y volver a ser como antes, pero sin la estupidez que los separaba.
Jungkook se arrepentiría, esperando que Jimin lo entendiera.
Jungkook se abriría completamente, esperando que Jimin no lo rechazara.
Jungkook sería feliz con Jimin. Y Jimin sería feliz con él.
Era un plan perfecto. No podía fallar.
O al menos eso esperaba.
...
Su plan de "Intentando recuperar a Jimin" comenzó una vez que la clase había comenzado. Ese día les tocaba tener al profesor Kim, lo cual era un gran aporte para su maravilloso proyecto, ya que así tendría la oportunidad de mirarlo y hacerse notar sin problemas.
Después de darse ánimos a sí mismo y asegurarse de que el camino estuviera despejado (esperando que Jimin se sentara a su lado), finalmente hizo su primera aparición y accidentalmente chocó su codo con el brazo del mayor.
Sin embargo, la reacción de Jimin no fue la que esperaba. No esperaba que su hyung se alejara repentinamente como si fuera la peste, moviendo su silla y casi escondiendo su brazo mientras seguía escribiendo. Pero bueno, al menos era algo.
«Una reacción. Es una reacción, eso es bueno», pensó, tratando de encontrar un aspecto positivo en aquella situación.
Sonrió internamente cuando una idea cruzó su mente, y fue entonces cuando apoyó su rostro sobre sus brazos cruzados en la mesa, dirigiéndose a Jimin, quien se encontraba sentado a su derecha, absorto en su celular y dándole un like a una foto de Wonho (para mala suerte de Jungkook).
¿Por qué parece que el tipo está en calzones?
«No voy a pensar mucho en eso... es demasiado perturbador», decidió, dejando de lado aquel tema y centrando su atención en observar el rostro de su hyung. Ese día, como todos los demás, Jimin lucía hermoso. No había palabras suficientes para describirlo. Su diminuta sonrisa y sus ojos serenos lo hacían ver absolutamente adorable. Su cabello castaño, perfectamente peinado, caía en cascada sobre su frente, mostrándose brillante y cuidado, y Jungkook no pudo evitar tener la tentación de tocarlo.
Su sonrisa se intensificó aún más al sentirse afortunado de tener a Jimin a su lado, y experimentó una oleada de remordimiento por todo lo que le había hecho a su hyung en el pasado. Sin embargo, se prometió a sí mismo cambiar. Jungkook sería mejor, solo necesitaba una última oportunidad, y lo que estaba haciendo en ese momento era precisamente lo que buscaba.
No pasó mucho tiempo hasta que su mayor, percibiendo la atmósfera casi depredadora que se encontraba a su izquierda, dirigió su mirada en esa dirección. Se encontró con Jungkook con los ojos cerrados, quejándose del dolor de cuello.
Jimin frunció el ceño, luego volvió a mirar su celular.
...
El resto de la jornada escolar, Jungkook se comportó como un tonto. No pudo volver a lanzar sus miradas acosadoras (o románticas, según su perspectiva) hacia Jimin. En primer lugar, su dolor de cuello se intensificó y tuvo que ir a la enfermería a por una compresa. Y en segundo lugar, Jimin volvió a sentarse junto a Wonho una vez que la clase con el profesor Kim llegó a su fin.
«Estúpido cuello, justo ahora que te necesito decides molestarme», murmuró Jungkook entre dientes, frustrado por la situación.
Sus quejas se prolongaron más de lo debido, sin percatarse de que Jimin había pasado a su lado mientras se dirigía a casa. Cuando lo vió, en sus ojos se reflejaron un aura casi inocente y de tonto enamorado. Jungkook no pudo evitar sentir que su mundo volvía a iluminarse. Anhelaba acercarse y recibir un abrazo de parte de Jimin. Deseaba fervientemente que lo perdonara y poder empezar de nuevo. Tenía la esperanza de que...
— Ya basta, Jungkook — interrumpió Jimin, deteniendo su caminata y volteándose para mirarlo con severidad. En ese instante, el corazón de Jungkook comenzó a latir con rapidez, como si estuviera a punto de salir disparado de su pecho. Esto lo asustó.
El miedo se apoderó de él, ya que esperaba que Jimin no dijera nada desfavorable, pero la situación y el tono serio de su hyung indicaban lo contrario.
— ¿De qué estás hablando? — respondió Jungkook con una sonrisa irónica que pretendía ocultar su creciente nerviosismo. En ese momento, sentía que en cualquier momento podría empezar a temblar, lo cual sería completamente vergonzoso frente a Jimin.
La distancia entre ambos no era mucha, con solo cinco pasos Jungkook podría alcanzarlo, pero decidió quedarse donde estaba por el momento. Pensaba que, por ahora, era lo mejor.
— Jeon, estás haciendo que esto sea aún más incómodo. Mucho más de lo que ya es — murmuró Jimin, chasqueando la lengua —. Por favor, detente.
Jungkook respondió con una risa nerviosa.
— Pero Jimin, eso no es cierto. No entiendo qué se supone que estoy...
— ¿No entiendes lo que estás haciendo? — cuestionó Jimin, elevando una ceja.
Un breve silencio se prolongó. Parecía que Jimin se había dado cuenta.
«¿Entonces, por qué no hay otra reacción? ¿Por qué parece tan disgustado? No he hecho nada malo», pensó Jungkook.
— Bueno, Jimin... yo solo, bu-bueno...
— No me mires — dijo Jimin, elevando la voz. Su tono se volvía cada vez más firme —. Me estás enfadando.
— ¿Jim-?
Sin prestarle atención, Jimin se dio la vuelta y caminó rápidamente hacia su casa, que quedaba a pocos metros de distancia.
Jungkook bajó la mirada al suelo y parpadeó repetidamente, incapaz de aceptar lo que acababa de escuchar.
La frase resonaba en su cabeza una y otra vez, como un bucle infinito, generando una sensación de déjà vu.
Nunca admitiría que sus ojos se habían vuelto vidriosos en algún momento.
«¿Que no lo mire?»
Jungkook se sentía destrozado.
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