¡No me mires!


Jimin apartó la mirada de los pájaros en el patio y posó sus ojos en Jungkook.

Y Jungkook odiaba cuando Jimin hacía eso.

«¿Tengo algo en la cara? ¿Por qué me mira?», se preguntó, frunciendo el ceño e intentando ignorarlo. 

— Jungkook, ese pajarito de allí es mi favorito — señaló una imagen en su celular, a la que Jungkook ni siquiera se dignó a mirar—. Se llama Sialia Currucoide, ¿sabías que-?

A medida que Jimin hablaba, su mirada adquiría un brillo peculiar. Sus ojos se iluminaban de entusiasmo y parecía que ni siquiera pestañeaba. Jimin estaba fascinado, compartiendo todo su conocimiento y observando emocionado las reacciones de Jungkook ante sus palabras.

Sin embargo, eso no le importaba a Jungkook. 

— ¿Qué te he dicho, Jimin? Joder, no me mires así.



...



Jungkook sabía que era el peor, no había duda al respecto.

¿Se arrepentía de su actitud? Sí, siempre acababa arrepintiéndose de cómo trataba a Jimin.

¿Haría algo para cambiarlo? Sí, al menos eso iba a intentar, porque hasta ahora, nunca había hecho nada al respecto, confiando en que Jimin simplemente olvidaría cómo lo trataba. Esta situación provocaba en Jungkook una mezcla de alivio y culpa.

Se sentía aliviado cada vez que veía a Jimin saludándolo como si nada hubiera pasado. Sin embargo, también se sentía culpable, porque sabía que Jimin se esforzaba mucho más en esa extraña relación de lo que él lo hacía. Pero ahora las cosas iban que cambiar, Jungkook lo sentía en lo más profundo de su ser. Esta vez, tenía que dar el primer paso y disculparse de la manera adecuada.

«Lo haré. Lo haré. Lo haré. Lo haré», se repetía una y otra vez, decidido a seguir adelante.

Después de buscarlo cuidadosamente por todo el colegio, Jungkook finalmente lo encontró.

Jungkook observó cómo Jimin miraba a Wonho con fascinación. Parecía querer decirle algo, mostrando nerviosismo y un ligero rubor en sus mejillas.

— Cuéntame — le insistió, inclinando la cabeza con paciencia.

— Bueno... me gusta este — rápidamente buscó una imagen en su celular y se la mostró —, se llama Sialia Currucoide, yo-yo sé que es un poco tonto, pero...

— No, Jimin, continúa, por favor — Wonho le mostró una sonrisa fugaz, colocando una mano en su hombro —. De hecho, a mí me gustan los Panurus Biarmicus, los llaman "bigotudos".

— ¡Los conozco! — Exclamó mostrando su sonrisa, dejando su celular a un lado —. ¡Son adorables!

— Lo son — asintió en acuerdo —, me recuerdan a ti.

En ese momento, Jimin se sonrojó, golpeando suavemente el brazo de Wonho y riendo.

Algo dentro de Jungkook se removió, pero decidió ignorar ese sentimiento y apartar la mirada.

«Tal vez no sea necesario disculparme ahora. Él regresará. Y cuando eso suceda... entonces me disculparé».

Sin embargo, esta vez Jimin no regresó.

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