Capítulo 9

     Un nuevo día había arrancado y Emily había conversado con los directores sobre aceptar la propuesta, por supuesto que los directores estuvieron encantada de recibirla nuevamente, así que hoy comenzaba de nuevo.

   Antes de encaminarse hacia el set, se dispuso a informarle a Tom de que había vuelto a reconciderar la idea de volver, era de esperarse que su reacción no sería una sonrisa de orgullo y alegría. Un tirón de pelo y algunas empujones le hicieron entender que su decisión no había sido de su agrado.

   A pesar de sus agresiones, no había nada que le oscureciera su luminoso día, nada que unas mangas largas y una sonrisa no podían solucionar, pensaba esta mientras se maquillaba para comenzar su nuevo día.

    Saludó con entusiasmo al de seguridad cuando llegó al establecimiento e inmediatamente se acercó a los chicos que la recibían con una sonrisa.

— Es genial tenerte de vuelta, Emily — comentó Katie acercándose para saludarla animadamente.

  Terminando de saludarse fueron llamados a grabar. Había algo que le estaba molestando, ya que al llegar a su camerino notó la vestimenta de su personaje, notando vestidos tanto cortos como largos, y lo que más le preocupaba eran sus brazos al descubierto.

  Cómo haría ahora para ocultar sus leves tonos morados frente a las cámaras, si bien ella los tapaba, pero claramente con las luces del estudio y las cámaras sus marcas se harían notar.

   Se sentó unos momentos pensativa de que haría, cuando una mano en su hombro destruyó si acción.

—¿Te ocurre algo? — inquirió el ojiazul sentándose junto a ella sin quitar su mano del hombro de la rubia.

—Estaba pensando...¿Crees que la ropa de mi personaje pueda cambiar?—inquirió preocupada recostandose contra el sofa.

— Creo que no, porque va por parte de su personalidad, la verdad nunca me lo pregunte —respondió un tanto sorprendido ante la duda de la chica. — ¿Que pasó? ¿No te gusta la vestimenta?.

—No es eso, gustar me gusta...es otra cosa, siento que muestra mucho— comentó y en cierto punto también estaba preocupada si Tom la veía, a él no le gustaba que ella se mostrará con faldas relativamente cortas ante otras personas.

—A mi parecer esta bien así —opinó observando los vestidos.

—Si tu lo dices. ¿Qué haces en mi camerino? — cayó finalmente en cuenta que el chico había entrado sin que ella lo notara.

—El otro día cuando hablamos, me quedó grabado lo de que nos conocemos poco, así que quería invitarte a venir a mi casa — soltó con nerviosismo dejando sorprendida a la rubia con su propuesta.— Como amigos, no quiero que las cosas se confundan más —aclara antes de que ella soltara palabra.

— Esta bien, con gusto iré — sonríe —¿Hoy al terminar de grabar? — propone.

— Claro, me parece perfecto, ya de paso nos ayudamos con los diálogos como la última vez — propuso el castaño muy entusiasmado y levantándose para retirarse.

— Tenlo por hecho que así será — afirmó sonriente. — Espera, no se donde es tu casa.

—De eso no te hagas problemas, yo te llevo — propuso para finalmente irse del camerino

(...)
 
    Las horas de grabación estaban por concluir y una rubia un tanto nerviosa se encontraba en su camerino juntando sus cosas, ya que el castaño la esperaba afuera para irse. Después de lo ocurrido con su Vestimenta, pidió amablemente a vestuario si podían conseguirle una remera con mangas largas y esta fue escuchada, recibiendo su pedido con gusto. Aunque no podría seguir así durante toda la serie.

—¿Nos vamos? — preguntó el castaño apoyando su brazo en el borde de la entrada.

— Claro, ya estoy lista — respondió con intensidad pasando por al lado del castaño, que la siguió en su camino hacia su auto.

  El recorrido hasta la casa de Stephen estuvo muy silencioso, ninguno se sentía incómodo, el tan solo estar en el mismo auto les provocaba una tranquilidad mutua que no querían romper con palabras.

   Al llegar, Emily observó el lugar, sencillo como él y hermoso como él, tenía su toque Stephen y eso se notaba a simple vista. Un gran sofá pedía a gritos ser usado y ella fue directo hacia ahí , la comodidad de ese sofá era la mejor de todas.

—¿Quieres tomar algo? — inquirió con amabilidad.

— No muchas gracias —contestó tímidamente y aunque se moría por beber un poco de agua, no quería molestar.

   Unos minutos en silencio sirvieron para que ambos se activarán y comenzarán a charlar, encender el gran plasma de la sala y ponerse a reír al ver que tenían el mismo programa favorito, el cual se trataba de comedia.

   En mitad de el mejor ambiente que ambos tenían, el sonido de un celular interrumpió su velada. La rubia notando que era el suyo, se disculpo para seguidamente alejarse de la sala.

— Hola — comenzó a hablar Emily por su celular.

¿Dónde estás? ¿Porqué no estás en casa? — expulsó bruscamente el chico detrás del móvil.

— Tom, ¿Qué ocurre? ¿Pasó algo? — inquirió con preocupación la rubia al notar el enojo en la voz de su pareja.

Por supuesto que pasa, Emily. Resulta que llegué a casa en mi descanso y estaba todo tirado, mi comida no estaba servida, ¿Dónde carajos te metiste? — inquirió bruscamente mientras se notaba su tono de voz grave.

— Estoy en el set, te conté que volvería ¿Lo recuerdas? — mintió en un susurro, no quería mentirle a su novio, pero ella sabía cuál sería su reacción si supiera dónde se encuentra en realidad.

¿Tu te crees que yo soy idiota? Estuve en el set y me dijeron  que ya habían terminado de grabar por hoy. Escúchame bien ramera, para cuando yo llegue a casa al terminar de trabajar, pero más te vale estar ahí ¿Entendiste? —expresó con severa agresividad, causando un miedo profundo en la chica, algo que no pudo ocultar, haciendo que casi se rompiera.

—Está bien — titubeó para seguidamente, romper en llanto.

—Em, ¿Que pasa? ¿Estas bien? —llegó el ojiazul a su lado de inmediato, él estaba atento a la chica desde que atendió y cuando la vio de ese modo, lo primero que hizo fue correr a su lado y envolverla en sus brazos.

—Por favor, te lo ruego, Ayúdame — pronunció sin parar de llorar en el pecho del chico.

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