Capítulo 6

    Sus sabanas cubrían gran parte de su cuerpo, recostada en su lado derecho presenciando el atardecer por su ventana, sus ojos brillosos apunto de soltar algunas lágrimas, totalmente arrepentida de su decisión, estaba cansada de mentir, harta de ocultar sus heridas con maquillaje pretendiendo que así todo pasaba.

   Hace un par de días a esta misma hora, estaría en el set, con sus amigos y simplemente riendo, pero ahora solo se encuentra recostada a la espera de otro golpe o insulto.

  Ya no tenía contacto con ninguno del set, ni con Stephen después del día que descubrió su moretón en el hombro, debía de admitir que los extrañaba demasiado aunque apenas los conociera.  

"—Yo..—comenzó su relato no pudiendo evitar soltar un sollozo.

— Hey, tranquila - reconfortó a la chica envolviéndola en sus brazos y cubriendo su rostro en su pecho.

  Un par de minutos después su llanto fue cesando mientras él acariciaba su espalda con delicadeza, preocupado por cual fuera la razón de sus golpes, en ese tiempo Emily se las ingenió para inventar algo y dijo lo primero que le vino a la mente.

—Ayer a la noche iba de regreso a mi casa, cuando un hombre cubierto con una capucha negra quería robarme y me tomo por el cuello apretando mi hombro. — mintió sin apartar su rostro del pecho de él, era una de las únicas muestras de cariño sincera que recibía desde hace tantos años.

—Él te...—intentó proseguir pero la rubia lo interrumpió negando con la cabeza— ¿Segura que no quieres ir al médico?— inquirió con preocupación

—Muy segura, me da mucha vergüenza...No quería mentirte—reveló acurrucándose más en sus brazos.

Em, no tienes que tener vergüenza por algo así, ninguna mujer merece un solo golpe de un hombre, nadie merece ese tipo de violencia o peor —expresó logrando una sensación en el pecho de la chica, un sentimiento de seguridad y completa plenitud.

—Tienes razón —logró modular cayendo en algunas de sus palabras y pensando en que quizás podía cambiar algo de su vida."

  Claramente se equivocó, apenas regresar a su casa, intentó revelarse ante él, intentando resistirse a sus malas actitudes, pero eso solo la llevo a más golpes y mucho más fuertes de como ya acostumbraba a recibir, desde ese día no se ha levantado de su cama, se sentía demasiado débil como para siquiera levantarse a comer.

  Tom por su parte le pidió disculpas totalmente arrepentido por como fue su reacción y diciéndole que se había dejado llevar por la rabia, así que entendía si ella necesitaba quedarse recostada, algo que tomó a su favor y tener tiempo a solas, simplemente durmiendo o mirando por su ventana.  

  Mientras miraba el atardecer unos golpes en la puerta la hicieron reaccionar, pero no quería levantarse, simplemente no se sentía fuerte ni como para pararse a abrir la puerta y que alguien la viera.

Del otro lado de la puerta...

— ¿Seguro de que esta es la casa? — preguntó al notar que nadie respondía.

— Muy seguro Willa, una vez la acompañe, quizás no hay nadie —informó el castaño insistiendo con la puerta.

— Mejor venimos mañana —agregó David volteándose para irse acompañado de la chica a su lado.

—Vamos Stephen, mañana podremos verla —comentó la chica llamando la atención de su compañero que miraba concentrado la puerta, quién al despertar de su trance optó por también retirarse.

"— ¿Em? — comenzó a llamar la atención de la chica que aun seguía pegada a su pecho, mientras él estaba recostado completamente contra el sofá.¿Estás despierta?—prosiguió notando la respiración pesada de la chica y respondiendo su pregunta, efectivamente se había quedado dormida entre sus brazos.

  Con cuidado de no despertarla, con la yema de sus dedos quito un pequeño mechón de pelo que subía y bajaba a la par de su respiración, dejándolo detrás de su oreja. Pretendía con sumo cuidado dejarla recostada en el sofá, no le parecía correcto estar en esta situación, no quería que su novio se enterará y causar otra escena de celos.

  Estaba a punto de quitar su mano izquierda de la cintura de la chica, pero unas palabras interrumpieron su actividad.

No me sueltes, por favor no me dejes sola — expresó entre sueños la rubia en su pecho causando una tierna sonrisa en el chico.

—No lo haré, me quedaré contigo — susurró cerca de su oído y una pequeña sonrisa de labios sellados se formo en el rostro de la chica, que dormía con tranquilidad por primera vez desde hace mucho tiempo."

  Con todo lo que ocurrió ese día, Stephen comprendió que no quería apartarse de su lado y protegerla siempre. Aunque es un sentimiento que debía de guardar para sí mismo, ya que sabía que no sería correspondido. Ya tiene alguien que la proteja, pensaba tristemente.

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