*Graciela Ferrer*

Al despertar me siento un poco a dolorida, cansada de vivir de todo. Lo qué está pasando dé sentir qué no tengo fuerzas, de sufrir por una persona que no se lo merece qué no vale la pena. Ya es suficiente; es hora de terminar con Eliot de seguir adelante ya no soportó sus maltratos, es hora de qué esto termine.

—En ese instante escucho la puerta de la habitación abrirse y mis ojos verdes sé encuentran con los grises azulados de Aarón, y siento como mi corazón bombea muy rápido pero frunce el ceño.

—Buenos días qué pasa princesa te sientes bien. 

—Si estoy bien gracias no te preocupes, de verdad estoy bien.

-en ese momento sé a cerca  y se sienta a un lado dé mi cama.

—Entonces porque lloras. 

—Por nada té puedo pedir un favor en ese momento me acomodo bien y quedó más cerca dé él. 

Él sé acerca más a mí y me coloca un mechón de peló detrás de la oreja. —Por supuesto dime lo qué quieras.

—Me puedes abrazar por favor. Sin qué le dijera de nuevo me rodea con sus brazos fuertes que desprenden calor corporal y olor a loción dé bañó, recuesto mi cabeza en ellos y me siento tranquila en paz, segura a su lado como hace mucho tiempo no me siento.

—Tu, tenías razón Aarón, la primera ves que estuve aquí. Sentí en ése pequeño instante como cada parte de su cuerpo se tensaban entre mis brazos.

—Hace cuanto te pasa esto Ciela, por que no lo haz dejado.

—Por favor ahora no quiero hablar dé eso; te prometo que te lo voy a contar pero ahora no dejame estar así contigo me siento tranquila, segura de que nada me va a pasar. 

—Escúchame si té toca té juro qué lo mato. Suficiente tuve con qué estuvieras aquí ya dos veces, té prometo qué te voy a cuidar. Te sonara absurdo pero contigo siento que me vuelvo loco cuándo té veo mal y no poder hacer nada, contigo me siento tranquilo, en paz así como tú princesa, 

—Mirame princesa. En ese momento aparto mí cabeza de mí escondite reconfortante para mirarlo. 

—Cuando quieras hablar de cualquier cosa siempre voy a estar Ahí para ti. No importa lo que pase, lo que digan me vale una mierda, entiendes solo me importas tú. Ahora basta de llorar. Me limpio las lágrimas con sus pulgares  y me da un besó en cada mejilla hasta qué quedamos frente a frente.

Es allí cuando pasa sus finos dedos sobre mis labios y como estos se abren y piden a gritos un besó suyo, nuestras respiraciones se aceleran y mi pobre corazón en cualquier momento saldrá del saco que lo recubre, mi sangre hierve de deseo, de ganas de besarle pero el recuerdo de Eliot, viene a mi cabeza sacando una lágrima de mis ojos, él rápidamente me da otro abrazo cálido, su olor me da paz, cariño, amor, ese que Eliot, jamas me brindara, es entonces cuando me despegó muy suavemente viendo sus ojos, ojos que emanan amor, y mi vista viaja a sus labios, labios rosados y muy cálidos su boca sobre la mía me saca de mis pensamientos, joder sus labios se sincronizan perfecto conmigo y por un momento olvido mis golpes, poso mi mano sobre su mejilla acariciándola, en cuanto al beso es suave y muy tierno puedo sentir cada suspiro y como si su corazón lo tuviera allí, y es la primera vez que siento un beso de tal magnitud, que parecía que volamos y solo era él y yo.

—Qué me éstas haciendo princesa Mmm. Cuando estoy contigo siento unas ganas de protegerte, de abrazarte, de besarte, cuando estas cerca ciento que el corazón se me quiere salir del pecho dime que no soy el único que siente esto dímelo.

En ese momento siento que mi corazón al escuchar a Aarón, decirme todo esto. Le toco la cara él cierra los ojos disfrutando de mí caricia y planta un beso en la palma de mi mano dónde ya hay asomo de su barba de tres días sin afeitar.

—No, eres el único Aarón, también siento al igual que tú qué cada ves que te veo siento que no puedo respirar; pero siento que en éste momento no puedo estar contigo no por ahora hasta que resuelva mis problemas y sane todas mis heridas no te quiero hacer daño tú no te puedes llegar a imaginar todo lo que he tenido que pasar yo me siento sucia, que no tengo derecho a amar a nadie.

—Hey Shh, no digas eso te prohíbo que lo digas eres una mujer valiente, hermosa que a afrontado todo sola con valentía no quiero volver a escuchar cosas negativas de ti me entiendes. Se y entiendo que por ahora no puedes tener nada conmigo pero dejame estar para ti apoyarte hasta que tu decidas que quieres tener una relación.

—Eres un hombre increíble Aarón, cualquier mujer estaría orgullosa dé tenerte a su lado sabés qué decir en momentos difíciles. Gracias por no dejarme sola en todo esto.

—Jamás te dejaría sola pero bueno ya tendremos tiempo de hablar quiero que te vistas para que vallas a casa a descansar aun no estas bien.

—Aarón, y Damián, esta aquí.
—Si esta en la sala dé juegos porqué lo quieres ver.

—La verdad es que no quiero ir a mi casa después de salir de aquí; y quería pedirte permiso para que me dejes llevarlo por un helado. no quiero estar cerca de mi familia necesito pensar y con ellos encima de mí se que no lo haré. 

—Te entiendo princesa pero ya es la segunda ves qué estas aquí y todavía éstas un poco delicada y quiero que descanses.

—Lo se muy bien pero te prometo que descansare luego y cuidaré de él mientras este conmigo por favor si.

—No, me hagas esa cara princesa sabes que no te puedo decir que no, no tengo duda de que cuidaras bien de el pero hagamos algo James, fue por mis hermanas al Aeropuerto yo tengo que ir a la casa a cambiarme para una reunión vamos y te pasas el día con el así me aseguro qué descanses y comen helado está bien.

—Me parecé perfecto no tengo problema entonces me voy a cambiar hablo con mis padres y nos vamos. 

—Entonces te dejo para que te cambies y nos vemos ahora yo voy por Damián. Antes de irse me da un beso en la frente y sale de la habitación dejándome sola.

Es hora de hacer lo que hace mucho tiempo debí hacer.
Terminar con este sufrimiento mis padres me entenderán se que así será solo espero que no me juzguen.

Gracias por leer no olviden comentar y votar me encantaría saber que les parece como se va desarrollando esta hermosa historia.