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¿Creen que el Señor Prince es buen padre?

Desde el día uno de la ruptura de la relación de su hijo con la señorita Brief, él supo que había algo malo.

Siempre noto como su hijo se ponía más serio de lo que era, incluso, se ponía más agresivo.

Él sabía que había algo malo, pero espero a que Vegeta se lo dijera, pero claro, su hijo se nego a entablar una conversación con él.

Tarble fue el "espía". Si su hijo menor no le hubiera dicho todo lo que escuchaba en la habitación de su hermano, quizás el joven Vegeta seguiría estallando de impotencia.

Desde la vez que a Vegeta le sangro la nariz, no a dejado de estar más atento con él e intentar entablar alguna plática preguntándole el como se sentía.

Creo que queda de más que decir que el Señor Prince estaba más que enterado de toda la historia de la relación.

¿Gracias Tarble?

—¿Cómo te sientes? —Preguntó su padre mientras cerraba la puerta de la habitación de su hijo.

—Estoy bien.

—¿Que a sucedido con ella? —Se sentó en la esquina de la cama.

—No hemos hablado.

Su padre hizo una mueca. Definitivamente le estaba yendo mal. Su relación padre/hijo había mejorado y ya no era común que fuera tan frío en sus respuestas.

—¿Por qué no han hablado?

—Una compañera me dijo que no le interesaba a Bulma más que para tener "con quien estar". Por unos momentos dude que fuera cierto, decidí dejar de mandarle mensajes para saber si por si sola se interesaba. Desde el jueves de la semana pasada no hemos hablado. — Contesto mientras prendía su teléfono, le enseño a su padre el último mensaje.

—Dijiste que intentarias hablar con Maron ¿Cómo te fue? —Su padre tomo el teléfono y leyó el último mensaje. Era de Bulma.

—No se si pueda decir que bien, logré explicarle todo, pero ella advirtió que no hablaría con Bulma.

Ambos se quedaron callados. Quizás esté sería el fin de este "ir y venir"

Vegeta por fin había explicado que fue lo que realmente paso, y de una manera cruda, se dió cuenta que Bulma ya no tenía interés por él.

—Hace tiempo que no hablamos ¿Cómo estás? No te he visto en el colegio y ya no te he preguntado cómo vas con el estrés. —Dijo su padre.

—¿De que hablas?

—Acaba de llegarte. — Enseño la pantalla del teléfono a su hijo.

Era Bulma...

Le arrebató el teléfono e inmediatamente contesto.

°Hace tiempo que no hablamos ¿Cómo estás? No te he visto en el colegio y ya no te he preguntado cómo vas con el estrés.

Pense que te habías olvidado de mí.

°Para nada Prince, he estado ocupada con la escuela.

°El último mensaje fue preguntándote si nos podíamos ver. Se me hizo raro ver que no contestaste.

Estoy bien. Gracias por preguntar. Pensé que habia dejado de interesarte.

°Para nada.
°Se que es raro que de repente llegué un mensaje mío hasta con la intención de hacer plática cuando meses atrás era todo lo contrario.

°¿Cómo estás? ¿Has mejorado?

La ojos azules sintió como su teléfono se resbalaba de sus manos húmedas por el sudor.

"No hagas algo de lo que después te puedas arrepentir."

Suspiró con pesadez.

El salir son su amigo le hizo reflexionar bastante.

Él se estaba intentando en hacer que Bulma superará su ruptura, que ella dejará de guardarle tanto "odio y rencor". Al parecer lo había logrado, había hecho que se esfumara todo ese sentimiento negativo, pero había despertado otro; la nostalgia.

Él escuchaba el tono de voz con el que hablaba cuando se refería a Vegeta, cuando negaba regresar con él, su tono de voz se tornaba triste, se podría decir que se lograba escuchar como su voz no salía por el nudo en la garganta que se formaba. No lograba entender si Bulma estaba confundida por lo que aún sentía por Vegeta o solo era nostalgia.

Aunque le doliera aceptarlo, sabía que está chica no sentiría algo por él más que un aprecio como amigo, pero estaba esforzado en ayudarla a aclarar sus sentimientos por el azabache y poco a poco acercarse a ella esperando que Bulma sintiera algo por él en un intento de olvidar a su anterior pareja.

Si no fuera por él, nunca le hubiera llegado un mensaje a Vegeta.

•No a sido fácil, pero al menos ya no tomo tantas pastillas.

°Tu no deberías de administrarte las dosis, lo tendría que hacer un doctor.

•Bulma.

•¿Porque me mandaste mensaje?
•Seamos directos. No solo me mandaste mensaje para preguntarme sobre mi salud.

•¿Que necesitas ahora de mi?

°Quiero quedar bien contigo.

°No te trate bien, me siento muy mal por como te trate los meses pasados.
Te aseguro que si nuestra ruptura fuera una historia, todos los lectores estarían confundidos sobre cómo realmente me siento.

°¡Dios, Vegeta! Si supieras todas las veces que te he llorado y por coraje te he tratado tan mal.

°No sabes todo el rencor que te guarde por hacerme sentir tan reemplazable, pero no sabes cuántas veces deseé tenerte conmigo.

•Bulma, no quiero hablar de ese tema, ya no.

°Vegeta, entiéndeme. No me siento bien al saber cómo te trate. Ni siquiera sé si todas las veces que te pedía que fueras a mi casa realmente eran porque te necesitaba o por simple venganza.

•Yo sentí que era porque me necesitabas.

•¿Cómo crees que me sentí yo?

•No sabes las veces que explote de rabia por sentirme utilizado.

•¿Crees que yo no te llegue a odiar?

•Odie todas las veces que te negabas a hablar conmigo.

•Yo, Bulma, te llore como no te imaginas.
Me rehúse a a créer lo que me contaban sobre ti.
Sobre qué no te importaba mi estado de salud, que solo te entretenias conmigo, me rehúse a creer que ya salias con alguien más.

°Vegeta, aún no hay nadie más.

El señor Prince miraba como su hijo se empezaba a alterar. Vio como su rostro se tornaba rojo de coraje.

—Yo nunca le menti, ¿Porque ella lo está haciendo? —Le dió el teléfono a su padre y este empezó a leer cada mensaje.

—Hijo, tranquilo. No te alteres, ella por fin quiere hablar contigo, aprovecha esta oportunidad, pero no es necesario que te pongas en ese estado.

—¡Me está mintiendo! Ella piensa que yo no tengo idea del amigo con el que se ve. ¡Me quiere ver la cara de idiota! —Le arrebató el teléfono a su padre y rapidamente escribió un mensaje, aventó el teléfono a la cama y salió de su habitación

—Por favor hijo, cálmate, quieras aceptarlo o no, tu y ella ya no son nada... —Alcanzo a decir antes que su hijo azotará la puerta.

Se levantó de la cama y tomo el teléfono de su hijo, aún estaba prendido.

Miro la conversación y leyó el último mensaje de su hijo.

•¿Quien es Yamcha?

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