Capitulo 4

Publicado: 26/ 09/ 2018
Editado: 26/ 09/ 2020
Debo decir que me está dando miedito eso de que las fechas vayan tan iguales... (• ▽ •;)

Ámbar

La mañana llegaba a Gravity Falls y de una de las habitaciones del primer piso salía un castaño entre un bostezo, el chico rascaba su estómago y nuca entre su adormilado caminar; ya hacia un buen rato que no había dormido tan bien... Era extraño, pero aquel lugar era realmente fresco a la hora de dormir. Soltando un suspiro se vió chocando contra su gemela que al igual que él bajaba adormilada, aunque sorprendido solo atinó a apuntarla.

— ¡Que demonio! ¿Acabas de despertar? —la sujeta por el brazo —Mabel... ¿Acabas de despertar?

La sorpresa de la castaña se volvió a una intensa risa, las fuerzas de la mañana le llenaron en cuerpo y con total entusiasmo tomó a aquel chico por el cuello llevándolo hasta la mesa donde sus tíos terminaban de poner el desayuno sobre la mesa.

— ¿Que tal su mañana chicos? —cuestiona el gemelo mayor (Stan, si no me equivoco)

—Segun el cabello de ambos —los observa divertido —han dormido como troncos.

Ambos adultos reían divertidos y mientras Stan despeinaba a Mabel haciéndola avanzar a la mesa, Ford le acercaba la mermelada a Dipper. Los cuatro se miraron en la mesa.

—Se que... No es un tema grato de escuchar en las mañanas, pero —les dedica una sonrisa el hombre de lentes —sobre las clases, pensaba que sería mejor que las tomarán por las tardes, ¿Que les parece?

— ¡Eso suena increíble! —vociferava animada —hoy tenía planeado ir a pedir trabajo donde linda Susan y no quería ir adormilada por el estudio.

—Y... —sujeta el hombro de su tío —no es que no quiera trabajar contigo en la tienda Tío Stan, pero... Me enteré de que abrieron una tienda de comic's en el pueblo...

—Seguro esa chica —Dice con disgusto —pacificia, seguro esa pequeña noroeste de lo comentó —casi interroga el hombre mayor —despues de todo ella fue la de la gran inversión.

—Eso es verdad —arregla sus gafas —desde que se fueron ella comenzó a ponerse más seria con el negocio de su familia.

—Y también financio la tienda de ese chico Lee —gruñé desviando la mirada —pienso que es una perdida de tiempo, pero aún así parece ir les bien, y ella no se queja.

—Es una tienda de tatuajes —explica con calma ante la forma de su hermano —claramente no es algo que nos interese ahora Stan, pero debo recordarte que en su momento te volvías loco por uno.

— ¡Cierra el pico!

Entre risas Mabel comenzó a empujar a su hermano que le seguia el juego causando el enfado de aquel hombre a su lado en la mesa, Ford solo sonreía orgulloso de poner las cartas sobre la mesa a su hermano.

—Pero bueno —continuaba Ford —esta la tienda de comic's y también la nueva tienda... ¿Recuerdan el mini super abandonado? Pues lo renovaron y ahora esta en marcha, así que si no te dan el trabajo Dipper, que la verdad lo dudo mucho, tienes la opción de ir y probar suerte en el minisuper.

—Haaa —observa de reojo a su gemela —creo no tener buenos recuerdos de ese lugar.

— ¡Pff! ¡Definitivamente fueron buenos recuerdos! Pero... —se inclina hacia sus tíos — ¿Dijeron tienda de tatuajes?

— ¿No pensarás en hacerte uno o si? —cuestiona el mayor.

—Tenemos —golpea el brazo de su gemelo con su codo —un reto atrasado con Dipper.

Su enorme sonrisa se dirigía a aquel chico que exhalando un suspiro golpeaba su frente con la palma de su mano, al parecer era verdad, en una apuesta con los chicos de Echo Creek su gemela lo reto a ponerse un tatuaje del gusto de ella, entre su oposición diciendo que era una locura, la chica había contraatacado diciendo que era un reto, no importaba si le gustaba o no, lo tenía que hacer o si no... Le advirtió que un día toda su ropa desaparecería y en su armario solo encontraría vestidos y faldas con encaje, en ese entonces Janna estaba a su lado y esa amenaza lo tenía de verdad aterrado, pero lo dejo en el olvido ya que después de aquella fiesta su gemela no volvió a comentar nada sobre aquello.

—Pense... Que lo habías olvidado.

— ¿Cómo olvidarlo? —lleva un hotcake a su boca —recuerda los encajes Dipper —canturrea.

El sonido de queja abandonó los labios del castaño que de encogia en la mesa olvidando sus ganas de comer mientras aquella chica canturreaba solo para él, ambos gemelos mayores se miraron sin saber de qué hablaban sus sobrinos y solo se encogieron de hombros tomando sus tazas de café.

—Por favor Mabel —ruega con las manos unidas.

—Esta bien —entorna la mirada vencida —no escogeré algo vergonzoso... No te preocupes tanto —golpea su hombro —tan solo quiero hacerlo.

—Bien, no me opondré más solo porque... Ganaste limpiamente.

—Wow... Alguien es un buen perdedor.

El gemelo de mayor edad se puso de pie tomando sus trastos sucios y los de su hermano, entonces los miró de reojo.

— ¿Y piensan irse?

— ¡Claro que sí! —se levanta entusiasta — ¡Vamos Dipper, deberíamos ir juntos al pueblo!

— ¡Antes de que se vayan! —los detiene el de lentes —sus bicicletas nuevas los estarán esperando afuera, y si... —observa de reojo a su hermano —necesitan viajar a un pueblo vecino... Pensamos que tal vez les gustaría aprender a manejar.

La chica abrió los ojos con total sopresa y entusiasmo casi haciéndolos resplandecer ante tales palabras, Dipper sonrío divertido y se encamino a su habitación mirando de reojo como su gemela corría a los brazos de sus tíos agradeciendo una y otra vez mientras cuestionaba una y otra vez si era verdad lo que había oído. Al entrar en su habitación desvaneció su sonrisa junto a un suspiro y avanzó hacia el espejo del cuarto mirandose en el reflejo, su mirada entonces bajo y entre un suspiro se sacó la camisa para dejarla caer al suelo, se puso de costado y admiro el tatuaje en su nuca... Tragó saliva al tocarla y sentir una opresión en el pecho que ignoro entre un suspiro.

Luego de cambiarse ambos chicos salieron despidiéndose de sus tíos y se colocaron los cascos para subir a sus bicicletas en dirección al pueblo, ellos observaban con entusiasmo todo el lugar.

— ¡Es increíble por fin volver! —extiende sus brazos rapidamente sintiendo la brisa sobre su cuerpo.

—Es lindo...

— ¿Lindo? —cuestiona entre una leve risa — ¿Qué con eso?

—Ha... No lo sé, es lindo volver —sonrie tranquilo —ver el bosque y el pueblo, además de que todo ha cambiado un poco...

— ¿Que ocurre contigo Dipper?

Entre risas nerviosas Mabel frenó antes de entrar al pueblo, aquel chico se detuvo por igual mirando dudoso a aquella chica.

— ¿Que pasa Mabel?

—Es lo que te pregunto... ¿Todo bien?

—Si —sonrie levemente —es solo...

Con su mirada baja rasco su nuca entre una pequeña risa tan... Deprimente... Que aquella chica comprendió fácilmente el problema, soltando un suspiro se acercó hasta sujetar a su gemelo por el hombro.

—Aunque no lo hago muy seguido... A veces yo también me preguntó sobre aquel entonces... ¿Qué fue lo que ocurrió durante la escuela?... —se cuestiona a si misma por lo bajo —tu tatuaje, nuestra rara amistad con Jackie que surgió de la nada —lo mirá de frente —hay muchas cosas que no recuerdo, pero no tengo las ganas de quedarme en esas dudas para siempre Dipper, el tatuaje se ve genial... Déjalo estar.

Él sonrío y solo asintió sin verdaderas ganas de continuar esa conversación, ambos chicos subieron a su bicicleta y entraron al pueblo donde no tardaron en separarse para ir a su destino, Mabel fue la primera en llegar con Linda Susan, dejo la bicicleta fuera y entro quitándose el casco con una sonrisa mientras saludaba a la mujer de edad con la mano; pero de pronto una rubia se levantó alzando la mano para llamar su atención, esa forma de mamarla la sorprendía por completo, pero sonrío avanzando a ella.

— ¡Ey chica Pine! Venga —le hacia señas.

—Hola Paz —sonreia dudosa — ¿Que haces por aquí?

—Vine por un refrigerio —toma asiento con tranquilidad — ¿Y tú?

—En... —rasca su nuca nerviosa sentandose frente a ella —Busca de trabajo.

—Se supone que no estudiaste la universidad, ¿Cierto?

—No lo hice —confiesa incómoda —solo quería salir de ese lugar por lo que... ¡Vine enseguida!

— ¡Mm-mm! —asiente tranquila —venga, toma una bebida conmigo, tienes todo el día para conseguir trabajo.

Aunque algo incómoda con la actitud de esa chica hacia ella, Mabel solo sonrío animada sin poder negarse a la petición de una nueva amiga. Dipper dejo el casco en el manillar de la bicicleta y solo se adentro en la tienda de comic's notando a alguien familiar en el mostrador, sonrío enseguida avanzando con entusiasmo.

— ¿¡Thompson!? —cuestionaba casi seguro.

— ¿Dipper? —volvia la mirada arriba con sorpresa —entonces era verdad que habías vuelto al pueblo —le tiende la mano —estuve un poco ocupado y por eso no pude ir a verte, de verdad lo siento pequeño amigo.

—No, no hay problema —deja de estrechar su mano —oye... ¿Acaso trabajas aquí?

—ah... —observa el lugar —de hecho soy el jefe, le... Pedí a Pacífica un poco de ayuda para abrir ésta tienda, quedó bien ¿No lo crees?

Algo extrañado analizó a su antiguo conocido, ese hombre ya no parecía aquel animado chico que corría de aquí para allá con la idea de causar la diversión en sus amigos, apenas y subía el tono de su risa... Su actitud era demasiado calmada como para pensar que fuera Thompson, pero solo sonrío asientiendo y avanzando a él.

—Sabes Thompson, yo estaba pensando en trabajar aquí... ¿Estarás contratando o algo así? De verdad soy capaz de hacer cualquier cosa que pidas, si piensas que es algo muy complicado solo necesitaré que me muestres cómo ¡Y lo haré enseguida!... ¿Que... Que dices?

—Si, si, si —responde sin más volviendo la vista a su cómic —solo toma un traje de la bodega y puedes comenzar limpiando el lugar.

— ¡Claro!... Oye Thompson...

— ¿Qué pasa? —cuestiona sin verlo.

— ¿Te... Pasa algo? Actúas muy... Diferente.

—La gente cambia.

El chico asintió no muy convencido y avanzó a la bodega como le habían dicho, después de todo había ido a buscar trabajo no ha revivir la adolescencia de sus amigos, pero aún así lo primero que pensó fue en preguntarle a su buena amiga Wendy, apenas regresara a la cabaña, si algo le había ocurrido a ese chico. Luego de ponerse la camiseta buscó los objetos de limpieza para ponerse a trabajar, apenas terminaba de barrer cuando la campanilla de la puerta sonó avisando que un cliente se adentraba; mágicamente la tienda parecía tener éxito, aunque era un poco de esperarse, a menos que seas cazador de monstruos no hay mucho que hacer en aquel pueblo.

— ¡Ey Thompson! —se adentra recargandose de la barra —Vengo por el nuevo tomo, dijiste que llegaría hoy.

—Ah... —observa la lista aún lado —Lo lamento Bill, la entrega se retrasó está mañana, pero si llega más tarde conseguiré que alguien lo lleve hasta tu casa para compensar —observa al cliente — ¿Te parece?

—Bueno... —desliza la mano por la barra mirando otros cómic's —No sé puede hacer más.

Con una leve sonrisa el chico observo la hora en su móvil, apenas se giraba dispuesto a irse cuando notó algo que le llamó la atención, inseguro deladeo la cabeza un poco mirando a través de los estantes a un joven que limpiaba los cómic's pero más que nada centro su mirada en la nuca del chico, en un tatuaje no tan visible gracias al uniforme del chico, apenas pensaba acercarse cuando alguien fuera de la tienda lo llamó haciéndolo salir de inmediato.

—Oye Dipper —le llamaba sin verlo.

— ¿Si? —se acerca —Dime Thompson.

Con una sonrisa observo a aquel chico, Dipper sonrío sin más esperando las palabras de su nuevo jefe.

—Si llega un pedido más tarde... ¿Crees poder ir a entregarlo a la casa del cliente? Él vive en dirección a tu casa.

— ¿De verdad? No recuerdo que hubiera otra cabaña cerca de nuestra casa...

—Es un poco antes, te escribiré indicaciones para que lo encuentres.

—Si, está bien, si llega el pedido yo me encargaré de ir a entregarlo.

El mayor sonrío complacido dejándolo volver a su trabajo; ciertamente no era sencillo dar con aquella cabaña, así que Bill se había encargado de dejar algunas pistas por el bosque para poder localizar el lugar. En la tienda de Linda Susan Mabel acababa con la tercer rebana de pastel que Pacífica le había invitado, era sorpresivo, pero no se podía negar al pastel gratis aún cuando aquella chica la mirará sumamente complacida; el azúcar ya parecía haber afectado a la castaña quien reía un poco sin razón, fue entonces cuando Pacífica le acercó una soda y alejó el pequeño plato de sus sucias manos llenas de chocolate.

—Creo que ya ha Sido suficiente pastel Mabel.

— ¡PERO...!

—Tranquila —pone las manos al frente —te pediré algunos para llegar, en fin... Deberíamos hablar de lo que tenía planeado decirte.

—Mm-mm —asiente lamiendo sus dedos — ¿Y qué es?

—Me supongo que el señor Ford les dará los estudios necesarios.

—Si, el tío Ford está calificado para hacernos obtener un certificado.

La rubia sonrío al ver cómo la chica frente a ella ahora tomaba una servilleta limpiando sus dedos y boca con más clase; Pacífica se cruzó de manos mirando a la chica frente a ella con algo de seriedad.

—Veras... Luego de terminar mis estudios me propuse hacer crecer un poco a este pueblu... —se retuvo cubriendo su boca entre su negar —este pueblo —aclara —quiero... Mantener el original y "pintoresco" Gravity Falls, pero... Con un pequeño toque de la nueva escuela, últimamente mucha gente quiere venir a vivir cerca del aire fresco... Casas, tiendas, renovaciones por aquí y por allá.

—Eso suena increíble pacífica, y veo que lo has hecho bien, pero... ¿Éso en qué me incumbe?

—Mis padres... Salieron de viaje y casi no estoy en casa... Si tú quieres un trabajo quizá... ¿Quisieras trabajar para mí? En mi casa, haciendo la limpieza y comida para mí.

—Bueno, yo no soy... —comenta incómoda —La mejor en la cocina, ¿Sabes?

Al ver la sonrisa tan amable y comprensiva de aquella chica solo pudo reír algo nerviosa de ver ese nuevo comportamiento en esa chica. El pueblo había parecido cambiar mucho desde que se marcharon y la chica frente a ella pensaba cambiar todo aún más... Se sentía extraño, no quería eso, Mabel se levantó con muchas dudas en la cabeza.

— ¡Creó que lo pensaré!

Sin más aquella chica salió corriendo y se subió a su bicicleta, pacífica salió de la tienda tratando de detenerla para decirle que aún no le daban los pasteles para llevar, pero aquella chica de piernas largas ya se había alejado bastante. Dipper apenas salía de la tienda con un cómic en la mano cuando pudo ver a su gemela pasar a toda velocidad sobre su bicicleta, ella ni siquiera lo había notado... Quizá había hecho una travesura por ahí... Eso fue lo primero que cruzó su mente, pero sin más tomó su bicicleta y metiendo el cómic con cuidado bajo su chamarra azul se puso en marcha hacia la cabaña que según Thompson sería difícil de encontrar.

Mirar Gravity Falls de nuevo era algo extraño, se sentía nostálgico pero había algo que aún faltaba... Aunque a Dipper no le molestaba mirar toda esa naturaleza; de pronto se detuvo ante el golpe del trasero de un Gnomo sobre su cara.

— ¿¡Qué demonios!? —lo sujeta.

— ¿Shmebulock?... —intenta soltarse del agarre.

La sorpresa lo lleno al ver de nuevo a ese pequeño Gnomo, pero su sonrisa apareció enseguida.

— ¡Shmebulock! —lo analiza de arriba a abajo.

— ¿Shmebulock?... —regresa la mirada dudoso — ¡Shmebulock! —lo apunta con una sonrisa — ¡Shmebulock!

Sin más el pequeño Gnomo se suelta de las manos de aquel chico y sale corriendo para adentrarse al bosque, aunque sorprendido Dipper acabó riendo, realmente extrañaba a esas criaturas raras. Avanzó un poco más y por fin pudo encontrar el tiro al blanco que debía seguir para encontrar la tan oculta casa del cliente, luego de avanzar un poco adentrandose en el bosque por fin dió con la cabaña que buscaba.

—Por fin —exhalaba animado —justo como Blancanieves.

Avanzó con rapidez a la puerta, apenas iba a tocar cuando sus ojos se abrieron de par en par ante el golpe que le había propinado en la cara a aquel rubio, entre su incesante disculpa pudo notar algo... Recordaba esos ojos ámbar de algún lugar, y no exactamente de la tienda.

— ¿Pasa algo? —cuestiona dudoso.

—No... Es que —Dice algo nervioso —tus ojos...

—Oh, —asiente algo incómodo —me lo han dicho antes... —rie levemente —son aterradores.

— ¡No, no es así! —sonrie dudoso de sus palabras —es que... La verdad es que llaman mucho la atención, son... Únicos.

El rubio teñido sintió sus mejillas arder y solo bajo un poco la mirada notando esa sonrisa sincera en los labios de su visitante, pero solo arreglo su voz tratando de no entrar en un tema tan raro durante un primer encuentro.

—Entonces... —observa su bicicleta — ¿Estás perdido o algo así? La gente solo viene por aquí cuando se pierde.

—Ha... No —niega sujetando su nuca —de hecho venía justo aquí, a esta cabaña —abre su chamarra —soy empleado de Thompson y me pidió que te trajera esté cómic.

El rubio lo tomo animado, la verdad era que le encantaba esa serie y ya había tardado un rato en llegar, apenas subía la mirada para agradecer al castaño cuando miró todo un grupo de pequeños hombrecitos detrás de él, dudoso lo miró a los ojos y apunto hacia atrás entre una sonrisa que trataba de ser tranquila.

— ¿Has venido a éste pueblo antes? Yo... Te recomiendo no asustarte —tiende la mano para hacerlo girarse —esto es normal en éste extraño...

— ¡Shmebulock! ¡Jeff! ¡Chicos! —bajaba los escalones para llegar a ellos.

— ¡Ey chico! —salta para chocar los cinco —venimos tan rápido ya que Shmebulock nos avisó que habías vuelto —se sube a su hombro — ¡Vamos Dipper, te mostraremos nuestro nuevo hogar!

El chico se levantó y avanzó hacia su bicicleta entre empujones de las pequeñas criaturas, apenas subió en su bicicleta los Gnomos fueron con él sosteniendose de donde podían, Dipper regreso la mirada hacia aquel chico de ojos ámbar.

—Lo lamento, pase un verano aquí hace tiempo ¿Sabes?... Conozco estás locuras y no son tan malas cuando las conoces, entonces —comienza a pedalear — ¡Nos vemos!

—Adios...

El chico entró a su hogar con una leve sonrisa y diversión ante el espectáculo de aquellos pequeños hombrecillos secuestrando al gran chico. Luego de mostrar su nuevo hogar a Dipper, los gnomos lo dejaron ir a descansar ya que había Sido un día algo cansado para él.

Al llegar saludo a su tío Ford quien le avisaba en un momento comenzaba con las clases mientras bajaba al sótano con muchas partes mecánicas en mano; Dipper sonrío divertido, era bueno volver.

—Ey Mabel, ¿Lista para las clases?

—No exactamente —dice algo conflictuada — ¿No ves diferente a Gravity Falls?

—Si, mucho... Pacífica ha remodelado tiendas y puesto en marcha muchas más... Es increíble.

—No lo creo —se enfurruña frunciendo el ceño —me gusta más el viejo Gravity Falls.

—Aunque... Realmente no ha cambiado mucho, además no se puede evitar el cambio... Las cosas avanzan y es normal.

—Pacifica me ofreció trabajo en su casa —confiesa.

— ¡Eso es genial! ¿De qué va y cómo es la paga?

—No investigué realmente... Pero creo que solo quiere que limpié y cocine.

—No sabe que no eres la mejor cocinera ¿Cierto? —bromea en un intento de hacerla reír.

La chica se giró con enfado y solo tomó un cojín del sofá en el cual estaba y cubrió su rostro con él dejándose caer acostada sobre el afelpado mueble.

— ¡Lo sé!

El chico sonrío divertido, ahora no era él quien se comportaba extraño, ahora era su gemela quien parecía no disfrutar la idea de volver a ese pueblo... Aunque ciertamente había algo extraño en ese volver, algo lo llamaba a seguir buscando entre los árboles de ese bosque... A encontrar algo, y aunque no tuviera idea de que era... De verdad deseaba encontrarlo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

¡Lo lamento!

Soy floja para escribir y tengo estás cosas llamadas... ¡Bajones! Que me dan bien seguido, osea que... Casi se me fue la inspiración por completo... :"(

Pronto iré de viaje y ya que el internet no me llegará seguro avanzare un poco con las historias... ¡Deseen me suerte!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top