Capitulo 3

Publicado: 25/ 09/ 2018
Editado: 24/ 09/ 2020

Buscando algo.

En la ciudad el par de amigos apenas volvían a su apartamento, al entrar Janna arrojó las botas lejos entre un suspiro y su avanzar a la estancia, Marco río levemente conociendo las malas costumbres de esa chica y solo fue por aquellas botas acomodando las en su lugar, al avanzar tomo asiento en el sofá al lado de aquella chica y solo observó nuevamente aquel lugar.

—Ya que me cambiaste el tema chico nachos... ¿Ahora sí me lo dirás?

—Deberias dejar de tirar tus botas por todos lados... —le dedica una sonrisa.

—Anda Marco —le empuja el hombro —No es algo por lo cual avergonzarse, el que te guste un chico es muy normal.

—Cuando eres mujer —contesta al aire.

— ¿Que dices? —se cruza de brazos elevando la ceja —que yo recuerde tú eres muy tolerante con las parejas del mismo sexo, no creí que fueras tan... De la vieja escuela.

—Es muy normal y todo —expresa con incomodidad —pero realmente no es lo mío.

—Marco —se gira a él con seriedad —realmente te perdiste en ese chico, y admitamos lo, era guapo —nivela la mano recargandose del respaldo del sofá —no exactamente mi tipo de chico, pero era guapo... Cómo para tí —sonrie levemente —supongo que formarían una linda pareja, ya sabes... Contigo abajo —insinua divertida.

El rostro de Marco se tiñó de un rojo profundo mientras aquella chica estallaba en risas a su lado, era gracioso ver cómo su compañero de apartamento cubría su avergozado rostro pidiéndole callar. En la estación de autobuses las puertas se abrían dejando ver a un peliazul que admiraba la gran escena frente a él, su sonrisa se agrando al ver a su amigo y con prisa bajo dejando sus maletas en el suelo para poder abrazar al pelirosa que lo había ido a recibir.

— ¡Por fin llegas! —lo estruja con cariño — ¿Y... Que tal estuvo Gravity Falls? —se separa tomando una de las maletas —Bill debe estar un poco enojado de que hayas venido.

—Mas que enojado —sujeta su maleta —siento que le haré un poco de falta... Pero no preocupes al pensar en eso, él realmente desea verme tomar más valor ante la vida, aunque tema que no pueda con ello... —sonrie enternecido —se esforzó por dejarme venir por mi cuenta a terminar mis estudios, aunque... Se ha acostumbrado a no estar solo, casi no le gusta eso...

—Podria no creerte lo último, —rie abrazándolo por el hombro —él parece querer todo lo contrario, entonces... ¿Vamos por unos aperitivos?

— ¡Claro! Estoy ansioso de conocer más la ciudad.

Entre su plática ambos chicos avanzaron rumbo a la cafetería que el pelirosa había recomendado antes. Hacia bastante tiempo que Will no había admirado el desastre de la gran ciudad y parecía totalmente emocionado por el desastre frente a él.

—Y cuéntame... ¿Cómo es Gravity Falls? 

—Umm... Un poco loca —comenta divertido.

— ¿Loca?

—Si —rie con tranquilidad —no me creerías si te contará todo lo que ví allá, realmente es una locura.

—Bueno... Inicia con la plática, ya veré si creerte o no.

— ¿Por dónde empiezo? —aprieta los labios pensativo —Hay unos... Pequeños duendes que pueden llegar a ser muy agresivos, tiene la estatura de un pequeño poodle, pero seguramente su agresividad es comparable a la de un doberman.

La risa del pelirosa no se hizo esperar. La tarde continúo de ese modo, entre risas, recuerdos y planes; hacia ya hace un tiempo que ellos se conocían, vivían en la misma ciudad y Tom se hizo muy cercano a Will, Bill por otra parte le parecía un tanto extraño, distante y a veces realmente molesto. Luego de terminar su pequeño almuerzo se miraron llegando por fin a su apartamento.

— ¡Bienvenido a nuestra mansión! —abria la puerta con una leve reverencia que le invitaba a pasar.

El pelirosa tenía un serio problema de irá que le causaba muchos problemas, Will siempre trataba de calmarlo, aunque nunca podía lograrlo con palabras y terminaba envuelto en un pánico y llanto desenfrenado que hacía reír a carcajadas a aquel chico, su irá se desvanecía entre el llanto de aquel chico y eso le había evitado muchas peleas innecesarias y problemas grandes. Will se adentró en aquella habitación admirandola con entusiasmo, no era la gran cosa, una sala normal, una pequeña cocina y las habitaciones junto con un pequeño cuarto de baño, pero su sonrisa disminuyó al venir a su mente el recuerdo de su hermano.

— ¿Qué te parece si llamamos a Bill?

—Claro, está bien, ¿Por qué no?

Contestaba sin más dejando lo que hacia para avanzar hacia aquel chico que bajando su maleta buscaba su móvil en sus bolsillos, el número de su hermano era el primero en la lista, tomó asiento a su lado marcando y escuchando al instante una contestación.

*— ¿Qué pasa Willl? ¿Todo bien? —cuestiona preocupado — ¿No ha llegado el idiota por tí?

El pelirosa apretó la dentadura al escuchar eso y se acercó con ferocidad al teléfono arrebatándolo de las manos de aquel chico que entraba un poco en pánico.

— ¿¡A quién demonios le dices idiota!? ( ¡Yeeiii! ¡Por fin puedo utilizar "demonios" como una maldición! )

*—Oh, ya estás con él —expresa sin emoción —pásame a Will.

—Estas... De hecho estás en altavoz hermano.

*—ah, bueno... ¿Que tal está todo por allá? ¿Piensas poder acostumbrarte?

—Si, no creo que sea un gran problema —expresa con confianza.

—Ese maldito idiota —musita con disgusto —solo lo soporto porque es su hermano, es su hermano... ¡Es su... —gruñe con enfado —su maldito hermano!

—Amm... —aparta la mirada del pelirosa alejando un poco el móvil —mas tarde Tom me llevará a dar una vuelta por la universidad, el apartamento está muy bien, te mandaré una foto en un rato... ¿Estás en el trabajo?

*—Si... Parece que estás bien acostumbrado a mi horario.

—Mas bien puedo oír la máquina —rie levemente.

*—Ah... Si, estoy en medio de un trabajo, los turistas adolescentes son una mina de oro.

*— ¡Oye, no puedes decirle eso a los clientes, idiota! Holaaa Will viejo ¿Cómo estás?

—Todo bien Lee, gracia por cuidar de Bill, te lo encargo mucho.

*—No te preocupes pequeñajo, lo mantendré lo suficientemente ocupado como para que no piense en ti, hundir su rostro en el trabajo será mi deber —menciona con orgullo.

*— ¡Dame el maldito celular Lee! ¡Oye, estaré bien!... Deja de preocuparte por mi idiota, y solo concéntrate en lo tuyo... ¡Ah! Y... Recuerda traer a esa velita rosa en las vacaciones.

—Cuidate también hermano —menciona nervioso.

— ¿¡A quien le dijiste velita rosa!? ¡Deja de joderme! ¡¡Está decidido, iré a patear tu estúpido trasero teñido en las vacaciones!!

*—Te estaré esperando Tom, cuida bien de mi hermano.

—Claro que lo haré imbécil, deja de ser tan sobreprotector y solo... Cuídate, nos vemos.

Will termino la llamada con una sonrisa, sabía que aún cuando esos chicos se maldecian cada tres segundos eran muy buenos amigos, y sobre Lee... Él era un buen amigo que los recibió en aquel pueblo, sabía que cuidaría de su hermano. Con su sonrisa resplandeciente subió la mirada a Tom quien rascaba su mejilla colorada entre un suspiro.

— ¿Vamos yendo o quieres descansar? Bien podríamos ir mañana.

—Realmente quisiera tomar un descanso... Oye Tom...

El pelirosa elevó las cejas en espera de las palabras siguiente mientras aquel chico admiraba el anillo sobre su dedo; Tom suspiró abrazando a aquel chico por el hombro, desde que se conocieron Will solo le platicaba de como aquel anillo sobre su dedo le pedía buscar a alguien, no sabia a quien o porqué, pero él debía encontrar a esa persona, necesitaba hacerlo.

—Debes de dejarlo, ni siquiera sabes a quien estás buscando... Solo vas por las calles mirando las manos de todos, y déjame decirte... Eso es raro

—Lo tengo en cuenta, pero me sigue llamando... No creo poder estar tranquilo hasta saber a quién le pertenece éste anillo.

Suspira posando la mano en los cabellos azules de su amigo —El misterio del anillo nos sigue persiguiendo... Andá —se levanta —vayamos a dar una vuelta por el campus, conoces el lugar, ves manos y yo salgo a tontear un poco... Todos salimos ganando.

Entre suaves empujones aquel pelirosa logro sacar a su amigo del apartamento, y es que Will no era el único que buscaba algo allá afuera; toda su adolescencia Tom había buscado diferentes cosas que resolvieran sus dudas, "personas destinadas" fue una de ellas, al igual que Bill y Will, él sentía que necesitaba encontrar a alguien, no sabía quién era ni dónde estaba... Pero de igual forma quería encontrarlo. El resto de la tarde se fue entre bromas, conocer mas el lugar, y claro... Búsqueda de manos. Aunque no quería ser notado, Tom por igual se detenía mirando los rostros de la gente en busca de aquella persona, pero sin encontrar nada mirada a aquel joven peliazul que elevaba la mano mostrando su helado.

— ¡Ey, el helado estaba tan delicioso que decidí traerte uno!

—Güay —lo toma sonriente —al menos no tuve que gastar... ¿Y que tal te parece todo?

—Es más ruidoso de lo que recordaba —cabizbajo admiraba el alrededor —Bill debió haber venido también...

—Sabes que la ciudad no es su lugar favorito.

—Pero aún así quisiera que estuviera aquí, no me gusta dejarlo solo...

El pelirosa le dedicó una sonrisa a ese rostro decaído y lo empujó levemente con el hombro haciéndolo sonreír un poco. Los hermanos Cipher no podían estar lejos del otro por mucho tiempo, aunque sus personalidades fueran tan distintas parecía que no podían vivir sin el otro... Pero eso iba a pasar tarde o temprano, tendrían que separarse.

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