Capítulo 27.
Posando las palmas sobre la mesa con brusquedad, Star se levantaba de su asiento completamente llena de enfado, las lágrimas escapaban por sus mejillas mientras veía llena de decepción a su madre.
— ¿¡Qué diablos me estás diciendo!?
—Te pido que controles tu vocabulario Star.
— ¿¡Cómo... —su vos se corta entre su dolor —Cómo me pides que modere mi vocabulario si de pronto me llegas con la noticia de que debo casarme!? ¡Casarme con un desconocido!
Hundida en la mirada tranquila y sería de su madre se aleja bruscamente de la mesa, el temor y decepción se hace de ella, negando puede escuchar como su madre suspira lista para decir algo.
—Desde la primera vez que te escapaste ví que las cosas no iban bien, ¡Te fuiste por varios años Star! Y ahora que has vuelto, que eres una señorita, aún así, aún con ésta edad no quieres entrar en cintura.
La chica vuelve la mirada entre su incredulidad y furia, pero la mujer en la mesa ni se inmuta.
—Me retuve de enviarte a Santa Olga porque se lo mucho que detestas solo escuchar el nombre de ese lugar, pero estoy en mi límite, te escapaste con algunos empleados solo para ir a comprar unos salchiduendes, y cuando no te encontré pensé que nuevamente te habías ido.
— ¿Sabes lo mucho que detesto ese lugar? —rie incrédula — ¿Sabes lo que me gusta y disgusta? ¿De verdad lo sabes? —limpia sus lágrimas con enfado —por primera vez creo que Marco no tenía razón, no debí escucharlo y solo debí... —la observa directo —no me conoces de nada, y cuando hago el mínimo intento por acercarme y hablarte me alejas en el primer segundo que puedes... —alterada se acerca a su padre —por favor dile que lo que está haciendo está mal.
El hombre duda entre la mirada de su esposa y su hija, tragando grueso siente la presión encima y el sudor circular por su cuerpo, pero la nula mirada de su esposa lo hace bajar la mirada.
—Quiza ya es hora Star.
Y la chica queda en blanco, se aleja entre el asentir y negar, llena de decepción, de miedo, talla su rostro mientras se acerca de espaldas a la puerta.
—Yo jamás permitiría que un hombre te lastimara, ese chico tiene mano dura, pero jamás le dejaría ponerte un dedo encima para lastimarte.
—Desearia... Nunca haber Sido tu hija.
La chica sale con total terror de la habitación, entre su llanto y decepción avanza llorando fuera de aquellas paredes que eran su hogar, al salir se encuentra con Mimo que preocupada deja caer su cigarrillo al suelo y avanza hacia ella acariciando su rostro con preocupación.
—Estoy... Estoy bien, pero quiero irme cuánto antes... ¿Podemos irnos esta noche? —niega —ya no quiero estar aquí.
— ¡Oye, princesita! —bufon se detiene de su correr —hay una chica de cabello rosa que te busca tras la rejas del pueblo.
— ¿Cabello rosa? —limpia sus lágrimas.
— ¡Es Ponyhead! —llega exhausto —Tu amiga... La encontramos en las orillas del pueblo intentando entrar.
La chica volvió la mirada con prisa hacia Mimo, la mujer sonreía levemente acariciado su cabello y la apresuraba a andar, Star sonrío y comenzó a correr hacia donde Ruberiot la guiaba. Mimo borro la sonrisa de su rostro y comenzó a hacer señas sobre si su compañera había escuchado algo sobre la chica rubia que se acababa de marchar.
— ¿Sobre Star? Bueno... Oí que su madre hizo un trato con una empresa vecina de menor tamaño, los Lucitor, los que hacen esa rica bebida de manzana... —cabizbaja evita el rostro de la alta mujer —para comprar a su único hijo y casarlo con Star...
La mujer se veía sorprendida por aquello y simplemente comprendió el porque del llanto y desesperación de aquella chica por marcharse, tragando grueso sujeto el hombro de su amiga y le hizo señas diciendo que había llegado la hora de marcharse, le pidió ir por las cosas de la chica mientras ella iba a revisar la gasolina de su coche y alistaba todo lo de ellos.
En la malla, Ruberiot montaba guardia mientras la rubia miraba con entusiasmo a su amiga de alocados cabellos rosa y mitad del cráneo rapado.
— ¡Ponyhead! Oh, amiga —estrelazan sus dedos entre la malla —te extrañaba tanto... Lamento no haber mandando ningún mensaje, pero no podía encontrar.
—Oh, mi padre me quito el móvil, luego me enviaron a Santa Olga, escapé —se encoge de hombros —viaje con algunos motociclistas y ahora... Kelly me mandó un mensaje con sus amigos, me dijo que habías vuelto y vine cuanto antes, pero... Mírate, tus ojos están rojos.
La chica lucha por no derrumbarse frente a su amiga, pero la pelirosa puede notar con prisa ese intento de mantenerse sonriente y se inclina sobre la tela sin poder tocar ese rostro triste frente a ella.
—Mi madre quiere casarme para que me quede aquí... Y aún peor, quiere que me embarace para que definitivamente no pueda marcharme.
— ¿Está jugando? ¡Eso es pura mierda! Te está esclavizando a una familia que ni siquiera quieres... —gruñe pegando la frente a la maya —tienes que huir de este maldito lugar cuanto antes Star, yo podría ayudarte, pero tienes que dejarme algunos días para preparar las cosas... No dejaré que mi amiga pase más infierno en este lugar.
Ruberiot se detenía de fingir tocar para escuchar claramente esa conversación que le había dejado sorprendido.
—Lo peor es que mi madre simplemente no entiende por más que le diga que no me siento capaz de dirigir la empresa... Le grité hace poco sobre lo de la boda con esa tipo desconocido, ella dijo que eso me hará centrarme y que ella jamás permitiría que ese hombre me golpeará... Yo simplemente... Ya no puedo creer en ella Ponyhead, y mi padre —su voz se hace un hilo —él simplemente la apoya sin dudar de sus decisiones... Y yo simplemente no puedo...
—Bien, bien... Ya... Tranquila —acaricia sus dedos —ha hecho demasiado como para pedir que no te quieras marchar, ésto lo causo ella, hoy tenía planeado irme a un viaje en carretera de dos días, hay una feria de música y talentos en un pueblo lejano... Solo ve a hacer tus maletas, hoy mismo nos vamos por la noche, te ayudaré a escapar.
La rubia limpia sus lágrimas asintiendo y Ruberiot se percata de la llegada de alguien, Mimo le hace señas de lejos para que se acerque. La mujer le platica sobre lo que hacen con Star y el chico le contesta que ya está enterado de aquello y le comenta sobre el plan de aquella chica y su amiga, Mimo le pide que la cuide y rápidamente toma camino a la oficina principal. Ruberiot mira preocupado el espectáculo de lágrimas detrás suyo mientras la mujer mimo toca con insistencia la puerta de la oficina principal terminando por entrar sin permiso alguno, la mujer la mira sorprendida.
— ¿Era necesaria tanta insistencia sobre la puerta Soleild? Ni siquiera me has permitido contestar.
—No puedo permitir que obligue a esa chica a casarse —expone con enfado —sera su hija y habrá nacido de su vientre, pero ahora mismo está envuelta en un mar de lágrimas mirándome como si su mundo fuera a terminarse en cualquier momento... Y eso no está bien.
La mujer sonrie divertida y solo niega levantándose de su asiento hacia su mueble de archivos de dónde toma uno.
—No necesitó ver tu archivo para saber que te fugaste de tu hogar por qué no tenías respeto por tu madre que solo buscaba lo mejor para ti.
— ¡Lo mejor para mí es lo que hago! —se señala — ¡Yo no deseaba ser modelo y vivir en esa asquerosa farándula vendiendo mi cuerpo para avanzar! ¡No necesitaba una carrera en el ballet dónde me mataban de hambre para sobresalir sobre las otras y me hacían sentir más miserable con cada paso que daba! ¡Y sobre todo, no necesitaba cantar ante toda esa gente por su gusto de ella, odio mi voz, toda mi vida me humillaron por mi voz!
— ¿Te das cuenta que ella sabía lo mucho que odiabas tu voz, y te hizo cantar para aprender a amarla?
—A nadie le gustaba mi voz, no estoy ciega ni mucho menos soy una necia como ustedes —avanza a ella —cuando abría la boca todos reían y al cantar negaban dispuestos a irse, ella era la única que seguía ahí después de tanta humillación y solo me decía... Más clases de canto y seras perfecta —escupe al suelo — ¡Pues al diablo! ¡Yo no necesito ser perfecta! ¡Quiero ser como soy así como su hija quiere ser lo que es! —avanza decidida —y estúpido que aún viéndola derrumbarse y quejarse, negarse sobre todo y todos... Usted siga insistiendo en hacerla a su medida y semejanza, algo que ella no es.
Por fin la mujer sube la mirada a esos ojos felinos que la retan, su entrecejo se frunce y con su dedo índice hace retroceder a la mujer un paso a la vez.
—Tú no tienen ningún derecho de intervenir en la crianza de mi hija, no tienes nada que ver con nosotras, y lo que sea que piense hacer —se detiene mirándola directo —te recomiendo que lo olvides, Star se va a casar, va a guiar está empresa y vivirá feliz y bien con su familia.
— ¡Familia falsa que ustedes le ha hecho tener!
El estallido del bofetón lleno el pasillo, Bufón se detuvo y subió la mirada con algo de miedo al ver el enfado en la cara de su amiga. A paso rápido cubrió la mochila de la chica rubia con su una manta que traía consigo y apresuro el paso hasta tomar a su amiga por el brazo.
— ¡Mimo! ¡Que bien que te encuentro, resulta que Ruberiot tiene el vídeo ese del que tanto te he hablado! ¡Del niño y el perro, si, vamos ya!
La mujer se la lleva a la fuerza arrastrandola contra su voluntad mientras la chica sigue dirigiendo una mirada de enojo hacia la mujer del pasillo. Al alejarse de ese pasillo la mujer de finos rasgos se detuvo con firmeza y miro directamente los ojos dela re suyo.
—Nos iremos ahora mismo de aquí, vayamos a la cerca cuánto ante para decirle a Star, ya tengo nuestras cosas en el auto y es hora de largarnos de aquí.
—Wow... Tu voz me sigue sorprendiendo bastante.
—Calláte y vamos ya.
Con paso rápido Bufón fue al auto dejando la mochila de la rubio y verificando que todas sus cosas estuvieran ahí; Mimo llegó y le hizo señas a Ruberiot para que fuera al auto y enseguida se aproximó hasta la rubia tomándola por el brazo para hacerla mirarla.
— ¿Aguarda? Star... ¿Que demonios está haciendo?
—Ella es Mimo, no le gusta su voz pero le encantan las artes dramáticas, expresar las cosas con su cuerpo —sonrie atenta a los movimientos —Bien, Mimo dice que nos iremos ahora mismo al lugar que yo quiera, las maletas están en el auto junto a Bufón y Ruberiot, solo faltamos nosotras dos... Entonces —se gira hacia la pelirosa —creo que no podremos irnos juntas Ponyhead.
— ¿Y a dónde se van a dirigir?
—Hacia Gravity Falls, en Oregon.
—Oregon —saca su móvil revisando el mapa —Amiga, la feria de talentos está en el camino... Eso significa que me puedo ir con ustedes, aunque... Algo aparte, tengo mi moto.
Las chicas se miran entre ellas y apenas Mimo asiente todas parten en diferentes direcciones. Star subió al coche en el asiento de copiloto mientras Mimo tomaba el volante abriéndose paso fuera de aquel lugar. Al ingresar en la carretera pudieron ver rápidamente a Ponyhead unirse en su andar, la chica tenía un casco rosa con picos y avanzaba en su motocicleta al lado de ellos y viajando detrás o adelante mientras podía.
—Oregon... —musitaba decaída —gracias por —dirige la mirada a la mujer a su lado —apoyarme en está locura, por llevarme a dónde quiero... Y por escucharme y hablar conmigo Mimo.
La mujer sonrie y suavemente sujeta la mano de aquella chica apretandola en apoyo.
— ¡Oye! —se asoma entre los asientos — ¡Es tu amiga Kelly pidiendo un aventón!
Antes de poder decidir nada Ponyhead les hizo señas avisando que ella se detendría, los chicos siguieron su camino mirando de reojo como aquellas chicas se saludaban con entusiasmo subiendo a la motocicleta juntas.
—A tu generación realmente le gusta escaparse ¿No? —afina su guitarra —esto no me molesta, pero mi única pregunta es... ¿Que haremos luego de ésto?
—Pues... Mimo me contó algunas cosas con prisa, pero con sus ahorros y los nuestros podemos rentarnos un lugar, lo único... Sería decidir dónde quedarnos.
— ¿Pueblo? —cuestiona pensativo —un nuevo pueblo... —canturrea sonriente —junto a nuestra amiga Star, nuevas aventuras descubriremos... Viajaremos en carretera hasta donde nuestra llantas se desprendan —rie animado — ¡Junto a nuestra amiga Star viajaremos a Oregon en un viaje de escapada, entre risas y diversión vamos a un viaje sin paradas!
— ¡Wow, wow, wow! —le detiene Bufón —tenemos que parar en la feria de música y talentos antes de llegar a Oregon, ya nos escapamos y tanto ustedes dos como yo queremos ir.
Mimo toca el brazo de Star con insistencia y la chica regresa la mirada para comprender las señas que la mujer le hace mientras conduce, entonces le pide que les traduzca lo dicho a los chicos en la parte de atrás.
—Pues... Mimo dice que no tenemos tiempo que perder en algo así, que... Posiblemente cuando mi madre se de cuenta avisé a las autoridades y pronto patrullas viajes detrás nuestro para encontrarnos... Estamos en peligro y no podemos perder el tiempo en una feria de talentos.
Los chicos se miran entre sí preocupados por esa explicación, y es que no lo habían pensado, pero la mujer al volante tenía razón... Esa no era una simple escapada, habían huido con una chica de la casa de sus padres, y aunque ya fuera mayor de edad aún así esas personas seguían siendo sus tutores legales.
—Yo pienso Mimo... Que podemos hacerlo, de verdad agradezco que te preocupes por llevarme a dónde quiero ir... Pero también estoy preocupada por ustedes, tú misma lo has dicho —juega nerviosa con sus manos —si avisa a las autoridades los buscará a ustedes también así que... Creo tener una idea, pero para eso debemos pasar a esa feria de talentos y hacer unos cuantos arreglos al plan.
Los tres adultos en el auto se miraron con algo de duda y sorpresa, pero esa chica ahora les sonreía radiante y confiada, y eso les hacía tomar valor.
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