Capitulo 2

Recuerdos borrosos.

Al llegar a su destino los chicos salieron del auto con entusiasmo mirando sin sorpresa la igualdad de aquella cabaña comparado a la primera vez que estuvieron ahí, era sorprendente, hasta aquella cabra vieja seguía en aquel mismo lugar, tal como lo recordaban... Era sumamente nostálgico. Se miraron sonriendo con diversión en el rostro mientras se abrazaban por los hombros y los hombres mayores cargaban con sus maletas; entonces observaron aquellos alrededores tan naturales de los que era difícil no enamorarse cuando lo único que vez en la ciudad es contaminación por todas partes y ruidos molestos a lo largo del día, aunque se acostumbren al ruido intenso de la ciudad y a aquel aire horrible, respirar un aire tan fresco como el de ese pequeño pueblo los atrapaba al instante enamorándolos del lugar. Volviendo la mirada al auto se percataron de la lucha que Stan tenía con la pesada maleta de Mabel, ella se apenó enseguida, pero antes de siquiera poder ofrecerse a ayudar Ford los mandó adentro dónde apenas abrieron la puerta el confetí voló por los aires junto a los gritos de sus amigos.

— ¡Candy, Glenda!

Vociferó muy animada avanzando de un salto para abrazarse a ellas, por otro lado su gemelo sonreía admirando a toda aquella gente que había ido para verlos, la verdad era que él no era el mejor socializando y en aquellas vacaciones no pudo hacer amigos de su edad, pero entre esas personas podía ver a sus salvadores. Wendy salía de entre el montón de gente, ahora se veía en su cuerpo la adultez florecer, pero su rostro seguía ofreciendo ese toque de una adolescente alocada que no temia mostrar lo que era, y claro, su forma de vestir seguía siendo muy genial. Pasando de largo Soos empujó un poco a la peliroja llegando con los brazos extendidos hacia el castaño, lo abrazó con entusiasmo apenas dejándolo respirar y chocar los puños con aquella chica que los miraba divertida.

—Yo también te extrañe Soos.

—Pensé que no sería verdad el que volvieran —avanza dando una palmada a su amigo —Ya Soos suéltalo.

Riendo se aleja posando la mano sobre el hombro del castaño — ¿Realmente se van a quedar compañero?

—Si, de hecho creo que es definitivo —Dice con tranquilidad —Mabel piensa que es mejor que nos quedemos aquí, además estamos seguros de que el tío Ford nos puede dar la educación necesaria... —sonrie ampliamente —ademas aquí están todos ustedes, pero Wendy si tú estás aquí...

— ¡Si! —Expresa orgullosa —eso significa que no me fue bien en la ciudad, —sujeta su nuca avergonzada —no tarde en causar, y allá... Definitivamente no son bien recibidas las bromas —se encoge de hombros —definitivamente Gravity Falls es más lo mío.

—No me sorprende —expresa divertido.

— ¿He? ¿¡Qué dices!? —lo abraza contra su cuerpo — ¿Piensas que no estoy hecha para la ciudad? —rie entre el frotar su puño contra su cabeza — ¡Vamos pequeño Dipper, di lo!

Dipper comenzó a reír ante el dolor que le causaba el puño de Wendy sobre su cabeza, terminando con su "saludo" Dipper fue junto a su gemela para comenzar a saludar a todos los que fueron a verlos. Pero la sorpresa de ambos gemelos había un visitante de la misma edad de ellos, una joven adulta que desvíaba la mirada manteniendose en una esquina de aquella cabaña, ambos sonrieron por lo bajo.

— ¡No crean!... Que estoy aquí porqué los extrañé o algo... Simplemente me dijeron que habría tacos...

Avergonzada desvíaba la mirada bebiendo del sorbete mientras los miraba de reojo, Mabel y Dipper se miraron entre sí y avanzaron con decisión hasta abrazar a aquella chica que aunque sorprendida seguía fingiendo disgustó bajo una leve sonrisa.

—Realmente son molestos —suelta en un susurro.

—Te ves bien pacífica —menciona sonriente.

— ¡Y estás un poco más alta! —se mide delante de ella.

—Claro que me veo bien —Dice con confianza hacia el chico —por algo tengo la mejor ropa de este horrible pueblo —sube la mirada a sus rostros —y ustedes... Parece que son familiares de los gigantes.

La mirada de los gemelos se topó, era verdad, habían crecido mucho mas, al menos más que pacífica. Con la fiesta en la cabaña dando inició, un chico rubio avanzaba por las calles del pueblo dirigiendo su mirada cabizbaja a la tienda de Linda Susan que se encontraba cerrada; desde pequeño estuvo con su hermano y ahora ese chico quería alejarse y vivir la vida a su manera... Lejos de él, aunque era de esperarse... Aún siendo gemelos ( ¿¡Los hice gemelos!? ¿¡Gemlos!? ¡No lo recordaba! ) las personalidades no podrían salir iguales como la apariencia. El rubio tomo asiento en la acera de la calle mirando bicicletas y algunos autos pasar, todo el mundo a su alrededor parecía feliz... Y eso unido a la despedida de su hermano le traía los recuerdos de su infancia, aquella infancia que no había Sido fácil ni feliz, aún teniendo a su hermano y grandes aventuras había algo que faltaba en su vida, al inició pensó que se trataba de esos padres que siempre se encontraban ausentes, pero una vez creció más se dió cuenta de que no era por eso; desde pequeño formó su camino al lado de su hermano, y al llegar la adolescencia por fin logro llegar a aquel pueblo, aprendió a tatuar y ahora tenía un trabajo estable en la única tienda de tatuajes de aquel lugar, mágicamente mucha gente asistía a ese lugar ya que se decía que un muy bien tatuador trabajaba en aquel lugar.

— ¡Ey Bill! —cabecea sonriente —voy por mi décimo tatuaje, ¿Ya estás en turno?

—Si, voy yendo —se levanta con una leve sonrisa — ¿Qué tal van las cosas con tu chica?

—Dandose —espetá incómodo —realmente sigue enfadada conmigo —rie —pero ahora me deja estar a su lado.

— ¿A quien se le ocurre ayudar a una turista? —se encoge de hombros divertido.

— ¡Lo sé verdad! —rie animado.

Entre risas siguieron su camino hacia aquella tienda, observó el cielo del medio día y bajo la mirada recordando los ojos avellana que había visto en la mañana, en aquel momento su corazón se había sentido extraño, ese chico era lindo... Si, Bill no ocultaba su orientación sexual, era solo que hasta ese entonces no había conocido a nadie que le atrajera de ese modo, aunque... Ahora sin su hermano no tenía a quien contarle sobre sus nuevos sentimientos, bueno... Tal vez si, pero no sería lo mismo. Apenas llegaron a la tienda el rubio saludo a su jefe con un golpe de puños.

—Ey Lee —se recarga de la barra relajado —Bill reportándose al trabajo jefe, tengo un cliente —señala al chico con la cabeza para alejarse —asi que iré a prepararme, ya sabes cómo funciona ésto amigo, no es tu primer vez.

—Claro, claro —detiene el habla del otro chico —él ya lo sabe, pero... ¿Que tal te fue con Will?

—Bueno... Lo dejé en el autobús, me supongo que más tarde llamará o mensajeara conmigo...

— ¿Que hay con Will? —cuestiona el chico.

— ¿Cómo es posible que no te hayas enterado amigo? —cuestiona el rubio recargandose del mostrador (Lee) —pueblo chico, chismes grandes ¿Y no te llegó la noticia?

—En su defensa —vuelve un segundo la mirada —ha estado ocupado complaciendo a su novia para que ella lo vuelva a mirar.

— ¿Que pasó con tu chica amigo? —lleva sus rubios cabellos detrás de su oreja.

—Pueblo chico, chismes grandes amigo... —se burla sonriente.

El chico comenzó a reír al mirar como Lee le daba bandera verde al ser vencido por sus propias palabras, Bill y Lee rieron por igual. Al tener todo listo el chico entró al lugar de trabajo del rubio teñido comenzando a comentarle como deseaba que fuese su tatuaje, Bill asentía creando un bosquejo con aquella descripciones.

—Eso se ve perfecto... Entonces, ¿Que paso con Will?

—Él quiere estudiar una carrera, solo... Decidí dejarlo seguir su camino, lo envíe hacia la ciudad donde un amigo lo apoyará... Lo conocemos desde hace algún tiempo.

—Es bueno que lo enviarás con un conocido, ciertamente él pequeño Will es alguien muy vergonzoso con las personas nuevas —menciona el rubio (Lee) —Aun recuerdo cuando llegaron aquí.

— ¡Cierto! ¡Él parecía un niño asustado, era tan lindo escondiendose de todos!

La sonrisa en el rostro del rubio teñido no se hizo esperar ante la misma risa de los labios de Lee que veía como aquel cliente recordaba con tal entusiasmo el primer día de Will en el pueblo. Bill lo recordaba por igual, lo temeroso y lleno de pena que era su hermano, y el cómo llegaron ahí... Un día ellos solo fueron delante de sus padres informando que querían vivir en otro lugar, sus padres contestaron sin más "está bien" sin más les dieron un par de tarjetas de crédito, besaron sus frentes y solo pidieron que ambos informarán, al menos una vez cada mes o semana, sobre el cómo se encontraban y dónde estaban; ambos chicos chicos asintieron en aquel entonces y solo tomaron sus mochilas al hombro.

— ¡Ya cállate Lee!... —bufaba con enfado —y entonces... ¿Qué es lo que quiere estudiar Will?

—Bueno... Dijo que quería estudiar Leyes, ser un abogado.

—Espera —sorprendido les regresa la mirada — ¿Leyes? —cuestiona inseguro el rubio —estamos hablando de estar frente a un juzgado debatiendo contra un hombre sobre la culpabilidad o no de un individuo desconocido con una historia... Rara... Con además la mirada de los familiares sobre él, ¿Realmente crees que saldrá bien?

— ¿Y tú de dónde sabes eso? —cuestiona el cliente.

—Bueno, tampoco es como que fuera a la escuela solo a jugar como otros... A veces si entraba a las clases, y recién miré unas películas sobre eso.

—Bueno, no tengo idea de si saldrá bien o no —confieza el rubio teñido —pero si es lo que quiere lo voy a apoyar, además, si las cosas llegarán a salir mal él siempre será libre de volver... Pero confío en que podrá sobrellevarlo, ya saben cómo es, siempre queriendo justicia e igualdad.

—Bueno, eso es verdad... ¡Es demasiado puro para éste mundo!

Los chicos estallaron en risas ante la forma tan dramática en la cual aquel chico decía aquello, como llevaba su puño cerca de su boca mientras su otra mano se dirigía al cielo, Lee le lanzó una bolita de papel mientras Bill sol negaba divertido. Era verdad que ese chico no se detenía hasta ver cumplir la justicia, y esa era la misma razón por la cual se evitaba el salir con esos chicos problemáticos que siempre rompían las reglas en aquel pueblo; el peliazul se la pasaba en la biblioteca o ayudando a la gente, aunque... Había cierto anciano que se aprovechaba de su amabilidad.

En la cabaña del misterio la gente comenzaba a despedirse, Dipper termino de despedirse y excusándose subió al piso de arriba dispuesto a desempacar en el antiguo cuarto, pero al entrar se encontró con Ford; el hombre de avanzada edad se levantó de la cama con total seriedad y preocupación en ella mirada, Dipper se extrañó ante esa mirada.

—He... ¿Que pasa tío Ford?

—Dipper, hace poco mencionaron que no recordaban el porqué de no haberse comunicado con nosotros, parecían... Un poco dudosos entre ustedes mismo, como si no tuvieran idea.

—Si, pero... —aprieta los labios inquieto —veras tío Ford —explica con calma —debe ser por todo lo que ocurrió con Mabel, en un principio ella estaba muy molesta con nuestros padres, comenzó a alejarse un poco y... Y luego...

La duda reino en su rostro mientras aquel hombre lo inspeccionaba con la mirada como buscado lo que fuera que lo hiciera perderse de tal modo, y Dipper termino por subir la mirada... Aunque tratará de negarlo ahora sabía que aquel hombre tenía razón, algo había ocurrido, y esos espacios borrosos y blancos en su mente lo mantenían en terror. Ford suspiró y avanzó hasta tomarlo por el hombro, negó con tranquilidad y tomo la maleta de aquel chico.

—Sera mejor hablar en tú habitación.

—Pero... ¿Que no solo habían tres habitaciones?

—Asi es, pero yo duermo en el laboratorio la mayoría del tiempo así que ya tengo una cama allá abajo, ahora podrás utilizar la habitación del primer piso.

El joven castaño no pudo evitar la alegría recorriendo su cuerpo, de una zancada llegó hasta su tío abrazándolo con entusiasmo y agradecimiento, Ford lo recibió gustoso dándose cuenta de que aquel chico realmente había crecido mucho, sorpresivamente hasta superaba a Mabel por algunos centímetros, pero lo más importante, Ford le llegaba a duras penas a la barbilla.

—Ahora... —rie animado —Realmente me estoy sintiendo viejo.

— ¿Realmente? —se aleja entre una risa— ¡Por fin he crecido un poco Tío Ford, deberías estar feliz!

El hombre mayor asintió dándole la razón, y Dipper sonrío animado quitándole la maleta de las manos para comenzar a bajar entre un rápido correr, al llegar a la habitación del primer piso miró emocionado la puerta de madera y tomó el pomo en mano terminando por girarlo rápidamente; adentró la sorpresa subía mucho más de nivel, había un equipo de laboratorio finamente acomodado, un microscopio de la mejor marca, estantes repletos de libros de misterio y otras artes más escolares, y una vez aquel hombre entró en la habitación todo se volvió aún más increíble... Habían puertas secretas por todos lados, una para el armario, otra que mostraba un televisor, una para un computador... El chico sonreía a más no poder.

— ¡Ésto es totalmente increíble tío Ford! ¿Hiciste todo ésto cuando nos fuimos?

—No exactamente... Fuimos a un viaje que duró un par de años con Stan, navegamos en busca de fenómenos sobrenaturales por el mundo... —toca el escritorio —Y cuando volvimos decidí arreglar un poco la vieja cabaña que Stanley había dejado marchitar con el tiempo.

— ¿Pero qué dices? —cuestiona divertido — ¡El exterior sigue siendo el mismo de siempre!

—Stanly dijo que esa apariencia era buena para el negocio —explica entre un suspiro —pero no solo arregle está habitación, también arregle un poco el ático y añadí una cama extra para invitados y un baño extra en la habitación donde antes estaban las figuras de cera, unos cuantos gabinetes extras en la cocina y demás mínimas cosas, pero... Ahora mismo —se gira hacia su sobrino —Dipper...

El castaño regresó la mirada a aquel hombre que le miraba con seriedad en espera de una respuesta, Dipper exhaló un suspiro y se sacó la gorra que normalmente utilizaba dejándola sobre la cama mientras rascaba su nuca cabizbajo.

—La verdad no tengo idea de qué fue lo que ocurrió... Las únicas cosas que tengo claras son que Mabel y yo nos alejamos un poco del otro por cierto rencor contra nuestros padres, nuestro grupo de amigos creció, cambio y en parte se dividió, ni siquiera recuerdo cómo fue que Mabel volvió a estar bien conmigo... O el como comenzamos a llevarnos bien con Jackie, era una chica de la escuela... De pronto —intenta recordar —todos salíamos juntos y habíamos cambiado bastante y...

Negando desvió la mirada algo inquieto por no recordar tales detalles, y entonces lo miró directo y se levantó de la cama dándole la espalda, saco su camisa roja haciendo sorprender a aquel hombre que se acercó curioso a tocar la marca sobre la nuca de su sobrino, un triángulo con un ojo dentro y un pino dentro de éste, los dedos del hombre delinearon aquella marca en un intento de recordar dónde lo había visto antes mientras Dipper solo apretaba los labios inquieto por aquel misterio y por la sensación de tristeza que aquella marca hacia emanar por su cuerpo, había algo raro en aquella marca cada vez que la tocaba...

—No parece ser un tatuaje —comentaba extrañado.

—Lo tengo en cuenta...

—Pero las marcas se me hacen conocidas... ¿Recuerdas como pasó?

El chico regresó hacia aquel hombre con una mirada triste, Ford se extrañó ante tal desgane y solo lo siguió con la mirada hasta la silla del escritorio en la cual tomo asiento.

—No tengo idea Tío Ford —confieza incomodó —un día solo... Mabel simplemente me lo señaló, traté de recordar pero no había nada en mi memoria sobre ello... ¿Que creés que pueda ser?

—No puedo estar completamente seguro... Pero me parece que es una marca de demonio, a veces... Las personas hacen pactos con demonios y como resultado obtienen marcas similares, esas marcas hacen comprender a otros demonios que el humano le pertenece, que solo puede firmar tratos con ese demonio... Pero ésta es un poco diferente, hay un pino en el centro del ojo... Nunca he visto una marca de ese tipo, y ustedes parecen haber olvidado casi todo hasta ese momento.

—Pero yo nunca haría un pacto con un demonio.

— ¿Y que hay con la Marca?

—No lo sé tío Ford... La verdad solo hemos venido a olvidarlo todo, no quisiera preguntarmelo tanto...

—Solo estoy preocupado... Supongo que es normal ya que soy tu tío.

—Lo lamento tío Ford —sonríe apenado —realmente vengo algo cansado... ¿Podría descansar?

El hombre bajo la mirada con una sonrisa entre un leve suspiro, sus sobrinos habían crecido y ante eso habían cambiado... Mabel parecía relucir como siempre, pero el hombre que más tiempo pasaba con ella se había percatado de la disputa de aquella joven con sus padres; esos niños que habían viajado por vacaciones tiempo atrás ya no existían, el temeroso Dipper, la despreocupada y feliz Mabel. Al salir pudo ver a su hermano que despedía a Mabel en las escaleras, la verdad era que hasta el olvidadizo de Stan se daba cuenta del cambio de sus sobrinos, él había educado a Dipper para que fuera fuerte ante los problemas pero ahora parecía... Aquel chico se encontraba guardando aquellas dudas para si mismo, fuerte quizá... Pero tarde o temprano todos necesitan algo de ayuda. En la habitación Dipper soltó un suspiro mientras tocaba con la yema de sus dedos aquella marca, siempre que la tocaba sentía que algo extraño le faltaba... Necesitaba salir y buscar algo, algo importante para él.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

¿porque lo subí el sábado?

¿Les he dicho que soy pésima para recordar cosas?

bueno, me perdí entre días XD

Publicado: 24/ 09/ 2018
Editado: 24/ 09/ 2020

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top