Capítulo 12.
Publicado: 12/ 12/ 2019
Editado: 05/ 10/ 2020
[No sé xq, pero siento que el de la imagen podría ser Dipper ahora mismos]
Alejamiento.
El reloj de la ciudad marcaba las doce, el dia había Sido especialmente aburrido y las ventas en la tienda de comic's habían Sido muy pocas; con un suspiro el castaño que limpiaba estantes de figurillas se giró a su jefe, el hombre leía detrás de una barra sin tanto entusiasmo en la mirada.
—Oye Thompson...
— ¿Um? —responde sin interés — ¿Qué?
—Espero no molestarte pero... —traga grueso analizando su pregunta — ¿Que paso con Robie y Tambry?
—Se fueron —mantiene la mirada en el cómic —Robie tuvo el llamado de una banda, y Tambry estaba... —exhala un suspiro —con lo de belleza, me escribieron hace poco —sube levemente la mirada —ya han conseguido un piso fijo y... Ellos no están tan mal económicamente.
De alguna manera hablar con ese chico era como hablar con un adulto, un adulto que hacía parecer todo tan normal y aburrido.
— ¿Y Nate? —cuestiona con mucho más interés.
El crujido de las hojas del cómic lleno el lugar, Thompson suspiro y con enfado miró directo a los ojos del castaño.
—Se que no tienes idea de lo que pasó aquí Dipper, —pronuncia con seriedad exhalando un suspiro —y por eso no te contestaré de más, pero te pido que no menciones el nombre de esos dos idiotas aquí.
El castaño frunció el ceño y asientiendo solo observo como aquel chico volvía la mirada a su cómic.
En la mansión Noroeste una chica suspiraba admirando la cantidad de papeles sobre su mesa de centro, con un escalofrío recorriendo su cuerpo solo dejo el lapicero de lado y cubrió su cuerpo con una frazada roja, aún temblando solo cerraba los ojos pegando su frente contra sus rodillas.
—Te traje un poco de té, —menciona sonriente entrando en la habitación — ¿Tienes mucho frío? Quizá... —mueve algunos papeles para poner el té —deberia mover el sofá hacia la chimenea.
—No Mabel —la detiene por el brazo negando —asi está bien.
La castaña asiente con calma y toma la taza de entregándola a la rubia que la recibe con una sonrisa, Mabel toma asiento a su lado mirándola tomar un sorbo de té y al terminar Pacífica se percata de aquella mirada sobre ella.
— ¿Ocurre algo? —cuestiona con calma y una leve sonrisa.
—Solo... —traga grueso —estoy... Algo preocupada por tí.
— ¿Por mi? —cuestiona sonriente y dudosa — ¿Que ocurre conmigo?
La castaña toma una respiración profunda y de pronto se levanta tomando todos los papeles de la mesa para apilarlos lejos dónde no se dañará o mojaran, sin mas toma asiento en la mesa ahora más desocupada, observa de frente a la Noroeste que con los pies sobre el sofá y la taza de té en sus manos se mantiene tranquila mirándola.
—Si yo no hubiera estado... ¿Que hubieras hecho con tu en enfermedad? —cuestiona preocupada.
—Bueno —rie levemente dejando la taza al lado de la chica —No es algo que no haya pasado antes Mabel, por el exceso de trabajo se me ha echo costumbre enfermarme muy seguido... Solo espero a que llegue mi secretario, cuando el llega le llama a un doctor de confianza.
—Tu secretario llega a las once del día, ¿Cómo podrías sorportar tanto tiempo en el frío piso? —toma la mano de la rubia con preocupación —solo... Si sabes que te enfermas tanto, o si ya sientes los síntomas... ¿Por qué sigues trabajando hasta el cansancio?
Pacífica suspira sujetando la mano que la sostiene y manteniendo la mirada sobre los ojos avellana que se mantiene preocupados sobre ella.
—Mabel, muchas cosas ocurrieron luego de que se fueran, y no te culpo por nada... Mi familia familia siempre fue una mentira, mi actitud era un asco y al menos Dipper y tú me hicieron cambiar... La pasé bien con ustedes aunque fuera muy poco el tiempo. —le dedica una sonrisa —mis padres... Sin sin todo lo que teníamos antes no lograron cambiar nada, les fue muy difícil aceptar la perdida del estatus, ellos... —agacha la mirada dolida —se divorciaron al poco tiempo, mamá y papá decidieron buscar parejas aparte, y ahora no son tan ricos como antes... Pero tienen lo suyo mientras juegan a salir con esas personas y se siguen viendo en secreto, no los comprendo, pero ellos... Dicen que aún se quieren.
Sin saber cómo responder a esa mirada dolida y ojos cristalinos, Mabel se levanta de la mesa y toma asiento al lado de su amiga con algo de incomodidad, Pacífica sonríe levemente ante tal gesto y solo se recarga de ella con más tranquilidad, exhalando un suspiro.
—Me dejaron porqué no quise vivir en esa mentira, y entonces decidí hacer algo por mi cuenta, trabajé por un tiempo y me mantuve en este pueblo con ayuda de Linda Susan... Pero me cansé de no poder hacer más y... Aún tenía dinero en mi cuenta personal, yo... Invertí con cautela en un par de cosas, y por suerte, poco a poco el dinero regreso —sonrie —tarde un poco, pero logré recuperar mi hogar por mi cuenta... —aprieta los labios desanimada —Aunque todo ése trabajo vino con ello, simplemente no puedo dejarlo de lado, éso es lo que me hace seguir en esta casa y... Mantenerme en este pueblo.
—El —sonrie bromista —pueblucho que odias...
Entre una risa asiente —El pueblucho que odio.
Ambas jóvenes rieron un rato, y al parar se miraron levemente para luego abrazarse, Mabel fue la que dió el primer paso, y aunque pacífica estuviera aún dolida por su enfermedad se aferró a aquel abrazo por un momento, y luego se recostó sobre su hombro cerrando levemente los ojos. A la salida del trabajo del pequeño chico Pines, un joven rubio teñido se adentro en la tienda dirigiendose hacia el hombre detrás de la barra.
—Ey Thompson, ¿No está tu empleado? —observa de reojo el lugar —cabello rizado y cara un poco graciosa.
El hombre ríe con levedad —Dipper está acomodando algunas cosas con el almacén, pronto sale... —lo observa de reojo —oye Bill... —suspira sin mirarlo —Lee... ¿Ha hablado con él?
—Si, ayer por la mañana, —observa algunos cómic de los estantes —se lo encontró por el camino y se saludaron, pero Lee se dirigió a la tienda cuanto antes.
—Mmm... —traga grueso bajando aún más la mirada — ¿Y Nate?
—Trabajando como es su costumbre —sonrie tranquilo ojeando el lugar —ya están llegando los tiempos de secas... El padre de Wen está preocupado de que vaya a haber alguna incendio peligroso.
—Pacifica... —pensativo dirige la mirada a la puerta —estaba negociando para instalar una estación de bomberos, ¿Cierto?
—Desde que el mayor de ellos se quemó lo ha tenido en mente... Diablos, ese chico de verdad que lo dió todo ese día.
Colocándose su chaqueta y gorra el castaño salió del almacén notanto con prisa como un rubio dejaba un par de cómic's en el estante y le dedicaba una sonrisa.
—Bill —se acerca animado a su amigo y le dirige una última mirada a su jefe —Me voy yendo Thompson, nos vemos el lunes.
El hombre solo asiente y se despide de ambos alzando levemente la mano, ambos chicos salen y con la bici del castaño tomada ambos comienzan su camino en el silencio de la noche, algunas tiendas están cerrando mientras algunos niños aún juguetean por las calles. La mirada de Bill está dispersa en la luna mientras Dipper se mantiene pensativo con la mirada al frente.
—Bill...
— ¿Si? —baja la mirada dirigiendole una sonrisa — ¿Que ocurre?
— ¿Que pasa con Lee y Thompson? —aprieta los labios apenado —no he podido preguntarle a Wendy y la duda me está matando un poco.
—Bueno... —sujeta su nuca algo apenado —ha decir verdad, aunque soy amigo y trabajador de Lee, él no es mucho de contarme sobre su pasado... Al menos no sobre las cosas que le causan conflicto, Thompson por ejemplo... —suspira —y aunque vaya a la tienda de comic's y hablé con Thompson no significa que seamos mejores amigos —dirige una pequeña sonrisa al castaño —lo siento amigo, pero esta vez no puedo ayudarte con tus dudas.
Dipper sonríe levemente y solo asiente tranquilo, el rubio observa el desgane de aquel chico, pero tomando un respiro puede observar la entrada hacia su hogar.
—Um... ¿Te apetecería entrar a mi casa un rato?
Sorprendido, el chico niega apenado —lo siento Bill, hoy no puedo, tengo que llegar a ayudar con la cabaña y luego de eso ponerme a los estudios... —lo observa con inquietud —pero quizá mañana o el día siguiente...
Sonríe —Es una cita —asiente bromista.
—Muy bien, es una cita... —rie apenado con un leve asentimiento.
La sorpresa se hace del rubio ante aquel leve sonrojo en las mejillas de Dipper, pero solo asiente animado y se dirige sin más hacia su hogar, el castaño sonríe despidiéndose con la mano y solo baja su sonrisa mientras vuelve a tomar camino a su hogar. Era un poco problemático no entender que había ocurrido con sus amigos.
En la mansión Noroeste la cena ya estaba servida, y hacia ya mucho tiempo que el nuevo trabajo había llegado para la rubia del lugar. Mabel toma camino hacia la sala donde Pacífica se encuentra sumerguida en nuevas cuentas, entre un suspiro Mabel toma las hojas de las manos de su amiga que sonríe con levedas exhalando un suspiro.
—Mabel, necesito revisar esos documentos.
—No —expresa con firmeza tomando todos los papeles en mano para alejarlos —aun tienes fiebre, y no has cenado nada —la observa —pacifica.
La rubia comienza a reír divertida y pasando la mano entre sus rubios cabellos solo se levanta mirando a su amiga.
—Bien, iré a cenar ahora mismo —sonrie ampliamente —pero luego seguiré con el papeleo.
— ¡Para nada! —niega con firmeza —hoy no, ahora mismo irás a cenar y luego subirás a tomar un baño caliente para ir a dormir.
Con tranquilidad la Noroeste sujeta por las muñecas a su amiga mientras observa sus ojos avellana con una sonrisa.
—Agradezco tu preocupación, pero no puedo simplemente dejar ese trabajo, mañana vendrá mi secretario a verificar que todo esté correcto y...
—Me quedaré a dormir —sentencia cruzandose de brazos.
— ¿Qué? —cuestiona con una leve sonrisa incrédula.
—Me quedaré a dormir —presiona sus mejillas blancas con sus índices —yo-en-tu-casa...
La Noroeste comienza a reír divertida apartando las manos que presiona su rostro.
— ¿Pero no hay problema con tus tíos? ¿Y Dipper?
Sonriendo la toma por los hombros haciendole avanzar hacia la cena, una vez sentada la Noroeste puede notar dos platos preparados sobre la mesa y la sorpresa se hace de ella, con seriedad observa a la castaña.
— ¿De verdad te quedarás?
— ¿Te molesta? —toma asiento a su lado.
Tragando saliva parpadea —No... Claro no, es solo... Es un poco extraño... —sonrie con vergüenza —nosotras jamás hicimos una pijamada o algo así...
sorprendida ante aquello, Mabel cierra los ojos y sonríe bajando la mirada —siempre puede haber una primera vez, sabes... Cuando llegamos a la ciudad, no fue exactamente al lugar que esperábamos —confiesa tranquila —queria contactarlos más a todos, pero... —la observa con desanimo —habian pasado muchas cosas con nosotros, estaba tan... Enojada con mis padres, con Dipper... Y sobre todo conmigo —exhala un suspiro —queria hablar contigo, de alguna forma no paraba de pensar en tí con cada uno de mis problemas.
—Muy bien —asiente divertida —lo comprendo, soy un gran problema en tu vida.
— ¡No hablo de ese modo! Quiero decir... Tu pasabas tantas dificultades por igual, quería... saber cómo lograbas sobrellevarlo.
—Que bueno que no me llamaste —sonrie atorando su cabello detrás de su oreja —yo dejaba ir mis frustraciones... Odiandote, y odiando a todos los demás —niega avergonzada —no te veo haciendo eso... Pero... ¿Pensabas en mi por eso?
—No por completo, una parte de mi solo... Quería hablar contigo de lo que fuese.
Con una leve sonrisa la rubia comienza a comer al igual que la castaña a su lado que comienza a hablarle de algunas revistas de moda.
La noche ya era presente en todo el pueblo, Dipper ya estaba listo para irse a dormir cuando el sonido de su móvil le hizo detenerse de secar su cabello, lo tomo con prisa.
—Mabel, ¿Dónde estás? Te estuve llamando y tu celular solo me mandó a buzón varias veces, el tío me dijo que no me preocupara, que llamarías... Pero estaba tan muertos de nervios como yo.
*—Lo siento, lo siento, es que mi celular murió... Tuve un pequeño problema con pacífica, voy a quedarme a dormir en su casa, ella tiene algunos problemas así que quiero quedarme a ayudarla... Por cierto, pequeño Dip, Dip, ¿Tanto te preocupas por tu hermana?
El sonrojo se hace del castaño — ¡No tonta! ¡Es solo!... Diablos Mabel... Solo... Si lo estaba, no lo hagas de nuevo.
*—Lo siento —expresa con seriedad —llegare quizá pasado mañana por la tarde, si voy antes les aviso, ¿Puedes decirles?
—Si claro, no vayas a pelear.
Entre risas se despiden deseándose buenas noches, al colgar Dipper deja el celular sobre su escritorio y algo atontado lleva su mano hasta aquella marca en su nuca, sorpresivamente se sentía tan calmado.
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