Pequeño humano.

Soy un humano.

Que camina por el mundo sin una manera en especial. Que intenta mirar el mundo desde diferentes puntos de vista, pero todo sigue igual, todo a mi alrededor se mueve igual.

Los lugares por los que camino son estrechos y me hacen sentir desesperado, con ganas de salir y correr, pero los demás parecen estar bien, siempre están con una gran sonrisa.

Intento buscar una razón por la cual estoy aquí respirando, pero no puedo encontrar una. No entiendo porqué estoy aquí, y probablemente nunca sea capaz de hacerlo, porque...

Soy un humano.

Mi destino es vivir, reproducirme y morir, se supone que todo es siempre así. Pero yo no quiero eso para mí, los finales comunes son muy aburridos, siempre lo han sido.

Siento que estoy dormido caminando solo y que no encuentro el camino por el que llegué. Quiero regresar por donde vine, pero no recuerdo como hacerlo.

Soy un pequeño humano.

Que tiene pesadillas todas las noches, que tiene recuerdos de otras vidas, de diferentes sentimientos, diferentes paisajes y diferentes seres vivientes.

Son cosas que sin duda me han apartado del mundo real poco a poco.
Muchos dicen que probablemente he perdido la cabeza, que mis pesadillas solo son pesadillas y siempre lo serán. Pero yo siento una tormenta en mi corazón cada vez que las tengo, una tormenta que me cuesta contener cada vez más.

Mi corazón quiere gritar.

Mi corazón está furioso.

Mi corazón está llorando.

Camino por la calle, viendo los árboles, viendo los insectos, y viendo a las personas a los alrededores. Y lo único que me pregunto cuando camino por ahí es:

"¿Habrá otro día con más color?"

Eso es algo que nunca lo sabré, y tampoco me interesa mucho saberlo. Mi mente está llena de dudas constantemente, a las que nunca les busco respuesta, excepto a una.
¿Si no tuviera esos recuerdos... Mi vida habría sido diferente?

Probablemente no, pero aún así quiero que alguien responda esa pregunta. Siempre lo he deseado. Solo quiero que alguien comprenda, el miedo que le tengo a la muerte y el miedo que le tengo a la vida.

Sigo caminado por la calle, intentando escuchar los sonidos del mundo con toda la atención posible.
Las personas parecen ser demasiado sordas para escuchar, yo no quiero serlo.

Cuando miro a alguien sonriente pasar a mi lado solo me pregunto, "¿cómo pueden sonreír de esa manera aun sabiendo que miles de personas están muriendo en ese preciso momento?", pero no sé la respuesta. Después de todo, las personas siempre han sido ciegas.

Ya no sé que hacer con mis sentimientos.

Existe alguien, una mujer que me ha cuidado desde que tengo esas pesadillas, desde antes de darme cuenta del futuro que me esperaba. Una mujer que cada vez que oía mis terribles pesadillas que me hacían despertar con nostalgia, gritos y terror cada noche, me susurraba: "Tranquilo, nadie te olvidará, y tampoco te reclamarán".

Pero eso no era lo que yo quería... Eso era lo que mis sueños querían. ¿Por qué no querían ser olvidados? Eso tal vez nunca lo sabré, y ya no me interesa saberlo.

Aunque... Algo dentro de mí le gustaría saber el porqué no querían ser olvidados, y el porqué les dolió más cuando nadie los olvidaba. Todos llegamos a contradecirnos, por eso somos seres vivos.

Doy un paso al frente con frustración.

Veo una luz a lo lejos y mi cuerpo se siente debilitado de un momento a otro. Supongo que es lo llaman, el fin, ¿cierto? Eso no importa, de todas formas ambas vidas me daban miedo.

Me siento como si algo muy fuerte me hubiera golpeado. Solo escucho demasiado ruido que no me deja prestar atención a las demás voces, es como si se estuvieran ahogando los sonidos. Las personas nunca se callan, no dejan oír, y no dejan de ser irritantes.

El tiempo se detiene como si fuera el único momento que viviré, como si toda mi vida se estuviera reduciendo a nada. Eso ya no me importa, después de todo, soy alguien que no vivió una gran vida, pero ni si quiera yo puedo creerme esas palabras.

El rostro de mi madre se hace presente en mi cabeza, una rápida sonrisa que siempre me brindó calidez pero yo nunca pude devolvérsela, nunca pude agradecerle, nunca pude despedirme.

Realmente los humanos somos terribles.

Nunca entendí el sentido de esta vida tan repetitiva, y nunca quise entenderlo. Probablemente tenía miedo de descubrir algo aún más grande que yo, descubrir más cosas que intensificarán mis pesadillas.

En realidad nunca pensé en querer hacerlo. Y ahora me siento realmente triste, con una tormenta queriendo salir de mí con un grito, pero ni si quiera puedo intentarlo.

Si, desperdicié mi tiempo de la peor manera, pero... No fue mi decisión, fue mi destino. Nadie puede reclamarme por eso... Ni si quiera... Mi madre, ¿verdad?

Abro los ojos un poco más intentando ver el cielo por última vez. Tiene más color que otras ocaciones...

Siento que mi alma quiere llorar, no sé si sentirme alegre por mirar esta vista antes de irme, o si llorar por no haberla notado antes. Aún no entiendo porque esos seres no querían ser olvidados si era tan doloroso.

Esos seres no eran yo, y nunca lo serán, pero eran algo, eran algo diferente, que quería seguir vivo en los recuerdos de alguien.

Nunca lo comprenderé, después de todo soy un humano.

Intento susurrar mis ultimas palabras, con la esperanza de que alguna vez alguien las escuche y las recuerde en su mente también.

-No me olvides, pero tampoco me reclames el haber partido... -susurro cerrando mis ojos, con la esperanza de poder seguir aquí o que mis palabras le lleguen a los únicos que me escucharon.

Tengo que sonreír, lo peor ya pasó, y si tengo suerte, probablemente veré el sol salir nuevamente.

Los humanos mueren, porque es la prueba de que estuvieron vivos, que vivieron su vida a pesar de todo lo que les costó.

Soy un pequeño humano, que no sabe las respuestas, que no aprovechó su vida, y que ahora está muerto... Así que por favor, olvídate de mí.

~•~•~•~

Fin.


¡Hola a las tres o dos personas que continuaron leyendo esta historia muy extraña, soy la autora detrás de todo esto! (๑˃̵ᴗ˂̵)

Esta historia se me ocurrió hace un tiempo después de haber visto a alguien sufrir y reclamarle a un muerto por haberse ido. Lo que causó en mi mucho dolor. ¡Por favor, el muerto no quería irse, no fue su decisión! (;_;)

Quería que esa persona lo recordada y viviera por siempre en sus recuerdos con días alegres y paisajes cálidos, esperando a ver el sol nuevamente, pero en vez de eso solo le reclamaban... (*'-')

Entonces decidí escribir esta historia, con los sentimientos que tienen los muertos cuando parten de este mundo.

Terminarlo me costó mucho trabajo, ya que fue un tema pesado para mí, no quería que la gente confundiera esto con el tema de la reencarnación, y tenía que soltar unas lagrimas para escribirlo adecuadamente.

¡Me disculpo si la lectura puede ser complicada!

Espero y hayan disfrutado esta corta historia, y puedan recordarla en sus corazones por siempre. Me despido, y espero que cuando vuelva a escribir algo de este tema haya más público a mi lado, ya que esta vez no tuve mucha suerte.

¡Nos vemos, y gracias por acompañarme en esta lectura!
(^∇^)

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