El pequeño y joven Ink comenzaba a verse más feliz y emocionado, sus padres podían notarlo, aunque no sabían la razón, solo suponían que la idea de dejarle salir a disfrutar de su pasatiempo le ayudaba, como su terapeuta decía. 

Ciertamente, Ink ahora a pesar de estar con las flores, ahora solo escuchaba a Error, quien le contaba de todo lo que hacia, sus clases, sus amigos, los maestros, todo parecía tan interesante, o igual y no lo era pero era agradable, a pesar de que le gustase el silencio. 

Entonces, un día, finalmente, Ink habló. Fue algo tan repentino, cuando Error veía con curiosidad una de las flores nuevas y se decidió a preguntar: Un girasol.

-Es bastante grande, ¿Cómo se llama?- Claro que no esperaba recibir una respuesta, estaba acostumbrado al silencio que Ink siempre tenía. 

-Es un girasol, le dicen así porque... Bueno, gira hacía donde el sol, lo busca, lo necesita.-

Su voz sonaba baja, sin ser muy irritante, era el tipo de voz que podías oír por horas y daba bastante gusto, incluso que podrían dormirte escuchándola. Error se quedó sorprendido, hace unos meses que se veían, pero hasta ahora escuchaba su voz. 

-¿Te gustan tanto las flores que hasta hablas?- Preguntó Error, soltando una risita. 

Ink se sonrojó y se tapó el rostro, se acababa de dar cuenta que había hablado, se había dejado llevar ya que se trataba de las flores, el tema que más le apasionaba. 

-Perdón... Seguro es aburrido, ¿No?...- Preguntó Ink, todos decían lo mismo: Raro o aburrido.

-¡No! Puedes... Puedes seguir. Es interesante.-

Interesante. Por primera vez no era aburrido. Ink sonrió ante eso, entonces siguió hablando, de los girasoles, como eran tan hermosos y de sus favoritos, además de otras flores que cerca habían. 

Ink se veía tan brillante, tan feliz y vivo cuando hablaba de aquello que tanto le gustaba, y era increíble lo mucho que hablaba cuando se trataba de eso, no quería callarlo, quería seguir escuchándole.

Y así lo hizo, no fue la primera vez que lo escuchaba, cada vez que se veían ahora hablaban por igual, era totalmente especial y tranquilo, y así fue por un año. Eso hasta que... 

...

-¿Y esto?- Preguntó Error, extrañado. 

Estaba justo a punto de irse luego de ir al parque con Ink, ya era tarde, pero este le extendió unas florecitas, varias pequeñas de un precioso celeste, tan simples, pero tan especiales.

-Es... La Myosotis, ¿Es linda, no? Llévatela, de recuerdo.- 

-Bueno, si tu lo dices... Nos vemos mañana.-Se despidió sonriendo, sin entender bien a qué se refería, llevándose esas florecitas. 

-No me olvides-

-¿Qué?- Error se detuvo, antes de ir más lejos, mirando a Ink.

-Ese... Es su otro nombre, "No me olvides"-

-Oh... Es... Un nombre algo triste.-

-Diría que... Es especial. Bueno, hasta pronto, Error.-

-Si, ¡Hasta pronto!-

Pero no hubo un hasta pronto. 

Fue la última vez que vio a Ink.