Error tenía finalmente un día libre. 

No, corrección, si tenía días libres cada tanto, sin embargo, esta vez era diferente, porque este día sí tenía planes y no se quedaría en casa de manera miserable dejando el tiempo y su vida pasar y escaparse de sus manos sin hacer nada. Esta vez tenía una cita, ¿O era acaso una salida amistosa? Sí, puede ser cualquiera de las dos, así que se vestiría lo mejor que podía sin pasarse para no quedar como un tonto si no era lo que pensaba, no podía pasar otro momento vergonzoso más o su pobre autoestima correría peligro. 

Se encontrarían en el centro comercial, curiosamente solo quedaron para ver una película, pero podía surgir cualquier cosa, uno nunca sabía, por eso se preparaba para lo que sea que pueda suceder. No es que esté inventando esto último, es que ya había charlado con Ink al respecto. Y, si, charlar con el, había conseguido su número, y no porque lo pidiese de una forma increíble y cool, de hecho, fue Ink quien se lo entregó, cada vez se sentía aún más miserable por un lado, pero por otro estaba bastante feliz con como iban las cosas... Levemente, porque le hubiese gustado atreverse a más. 

De cualquier manera, para la salida ambos fueron al cine, no vieron nada más que una de terror, y es que Error pensó que sería maravilloso una así para que Ink se apoyara en él por el miedo o algo así, pero básicamente fue al revés (Se sentía verdaderamente lamentable). No había esperado que a Ink le gustasen las de terror y no se asustaría en absoluto mientras que él si. La cita fue un fracaso, según Error. Por suerte no acabó tan pronto como la película, habían decidido salir y caminar para hablar un poco. 

-Me pregunto... ¿Cómo sabías que me gustaban los girasoles?- 

Error se encontraba hundido en pensamientos, básicamente diciéndose a sí mismo cómo pudo ser tan imbécil y no haberse lucido ni un poco, pero al escuchar esa pregunta, reaccionó casi al instante. 

-Yo... No lo sé. - Por un segundo dudó, estaba aquel recuerdo algo borroso e inseguro, quizás inseguro de no ser el correcto, no ser lo que pensaba realmente, una jugarreta, algo que realmente es y no es al mismo tiempo, una especie de acertijo. -Simplemente... Lo suponía.-

Podría mentir, pero no lo hizo, solo respondió lo que sintió, lo que pensó al instante, después de todo, esa era su lengua, verbalmente, la misma que Ink no tiene total control pero sigue para poder estar en comunicación. ¿No debería estar haciendo lo mismo Error? Si, estaba en eso, haciendo lo mejor que podía, había comenzado a investigar sobre las flores y descubrió que tenían su propio lenguaje... ¿Y si Ink había querido decirle algo y nunca lo supo?

-Ya veo... Quizás un día me viste viéndolas, puede ser. - No había tristeza en su voz, pero quizás si una breve desilusión. 

-¿Por qué trabajas en una floristería? Digo, si tiene algo de sentido, pero... ¿Cómo llegaste allí?-

-Dream y Blue son mis mejores amigos, desde mucho tiempo. Siempre me gustaron las flores, ellos lo sabían... Un día nos pusimos de acuerdo y decidimos hacer la floristería, la llevamos entre los tres.-

-¿Tanto te gustan las flores?-

-Bueno, soy botánico, pero siempre tuve un amor por la naturaleza. Las flores son hermosas y... Siento que no hay lenguaje más romántico y especial que ese. En los tiempos antiguos era muy utilizado, pero con el tiempo... Se fue perdiendo.- 

-Así que el lenguaje de las flores...- Eso comprobaba su teoría de que, había un mensaje oculto que no estaba comprendiendo. 

-¿Y qué hay de ti? ¿Te gusta lo que haces?- 

Otra pregunta que no esperaba y fue justo a un punto débil. 

-La verdad... No lo odio, pero supongo que no es lo que amo hacer, supongo. Pero al final no todos hacemos lo que amamos. -

-Yo creo que... Cada quien puede hacer lo que ama, la cosa es que lo intente. ¿Qué es lo que hubieses amado hacer?-

-Supongo que nunca lo pensé.-

-Bien, ¿Y qué tal si te ayudo a pensarlo un día? No deberías vivir sin hacer lo que amas, eso no es vivir. -

Si, palabras que realmente lograban hacerlo reflexionar, había llegado a tocar su alma con solo palabras, él quería ayudarlo en sus sueños. ¿Había algo más puro y especial que eso?

-Eso... Me encantaría.- Respondió con una sonrisa.

Habían alcanzado a ir al parque central entre tanto camino, aunque tampoco era tan lejos. Por un segundo, Ink se adelantó a una parte donde habían flores, se veía como un niño, tan emocionado por algo tan simple, Error solo le siguió el paso. 

-¿Qué encontraste?- Preguntó Error, queriendo seguir la conversación. 

-¡Son unas flores que solíamos tener en la floristería! Ha sido difícil de hacerlo crecer y son escasas, así que no las vendo mucho, ¿Sabes? Pero son hermosas, y siempre se venden pronto. -

-Suena complicado, ¿Pero el parque las tiene?- 

-Bueno... Solía encargarme también de las flores aquí, supongo que alguien siguió con algunas que quedaron... ¡Mira! Son tan lindas...- Ink, emocionado, le mostró unas de las tantas florecitas que la planta tenía, eran de un precioso color celeste, pequeñas, simples. -Tienen...Un nombre curioso, ¿Sabías? Se llaman "No me olvides".-

Si, un nombre tan curioso. 

Uno que le logró  hacer un nudo en la garganta.