Capítulo 16
Hola!
Nuevo capítulo!
No se los dije, pero vamos a la mitad del primer arco de esta segunda parte OwO
A leer!
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Osamu había adquirido un nuevo hábito: pasar horas mirando a través del ventanal preferido de su Luna, escuchando su canción y no pensar en nada más. La frecuencia y el tiempo dependía de cuánto lo azotaba la ausencia de Atsushi. Para sobrellevar el luto, al principio optó por usar la ropa de su amado, después fue el jabón con aroma a flor silvestre, le siguió la canción y ahora el ventanal. Por momentos apagaba su cerebro tanto como le era posible para sumergirse en la voz que resonaba en sus oídos. Odasaku y Sakura-chan eran los que solían acercarse para llevarlo al comedor y compartir la mesa. Sabía que los otros niños no se sentían cómodos con él, pero lo soportaba sin queja alguna. No obstante, los últimos días, Kosuke lo miraba con menos animosidad, notó sus intenciones de querer hablarle sin saber exactamente cómo romper la brecha entre ellos. Osamu, por su parte, estaba conflictuado. Una parte de él quería saber qué traía en mente el mayor de los hijos de Odasaku, pero, también estaba esa otra que se negaba a escuchar lo que tuviera que decir. Aún no se recuperaba del dolor, las heridas no habían cicatrizado, no estaba listo para oír palabras hirientes o tajantes. Tal vez, en el futuro...
—Dazai —llamó Sensei que había entrado a la cocina, sobresaltando a todos por su repentina aparición—, te veo en el estudio cuando termines.
Sensei, sin esperar su respuesta, desapareció por el pasillo de la planta baja. La presencia del hombre era menos frecuente para los niños, ellos conocían únicamente al gato que se acurrucaba con ellos por las noches. Osamu sentía cierto rechazo a seguir las órdenes, siempre había sido así, mas existían excepciones en su vida; una de ellas había muerto en sus brazos.
Bajo la atenta mirada de Odasaku, se terminó la comida. No dejó ni una morona. Diario se obligaba a no ceder a las náuseas que lo atosigaban. Su hermano se estaba esforzando en mantenerlo tan saludable como podía, Osamu debía poner un poco de su parte. Se levantó de la mesa donde su pequeña familia estaba y se fue al estudio. No se molestó en anunciarse o tocar; los viejos hábitos nunca mueren.
—¿Me necesita para algo, Sensei? —preguntó sin rodeos, cerrando la puerta detrás de sí, caminando hasta el escritorio desde donde lo miraba el hombre inexpresivo.
—Siéntate. —Así lo hizo el castaño—. Veo que no has descuidado tu alimentación.
—¿Me está diciendo que engordé?
—Te ves saludable.
Osamu esbozó una sonrisa perezosa.
—Es culpa de Odasaku.
—Dudo que él lo niegue.
La risilla cansada era una sombra en comparación con las que llegó a esbozar con su Luna viva.
—Entonces, ¿qué necesita, Sensei?
Sensei lo miró a los ojos con una seriedad que lo tensó ligeramente. Por un momento se sintió juzgado.
—Dazai —habló el hombre tras un largo suspiro—, ¿has pensado qué harás estos dos años que estarás de perfil bajo?
Osamu se encogió de hombros y respondió:
—Comportarme... supongo.
—¿Nada más?
—¿Qué más puedo hacer? No quiero inscribirme en una universidad, tampoco tengo interés en trabajar. Lo he hecho hasta los huesos los últimos cuatro años. ¡Me merezco un año sabático!
—Tal vez —dijo Sensei con tono neutro, sin revelar si estaba de acuerdo o no. Hubo un silencio momentáneo que rompió con un cambio de tema repentino—: ¿Recuerdas la razón por la que te pedí que volvieras a cubrirte con vendas?
—Porque estaba liberando demasiada energía divina.
—Es correcto. —Asintió el hombre—. Como sabes, tu linaje es peculiar. —Los ojos del castaño sonrieron divertidos—. Por tal motivo te tengo una propuesta.
—Soy todo oídos, Sensei.
—Sé que tu habilidad (o regalo divino, como quieras llamarlo) está activa todo el tiempo, tu padre trató de hacerle creer que las vendas normales eran iguales a las usadas por Hiruko, pero no es suficiente —explicó Sensei—. Necesitas aprender a controlar tu habilidad, Dazai.
—¿Cree que no lo he intentado? —respondió Osamu con cierta irritación.
—Aquí es donde entra mi propuesta, muchacho. —Sensei sonrió ladino—. Sé de alguien que puede entrenarte. —Osamu enarcó una ceja—. Si aceptas, en un par de días puedo llevarte donde este reside.
—¿Y se puede saber dónde está?
—En el Yomi.
Osamu parpadeó un par de veces, completamente desconcertado. No había considerado esa posibilidad.
—¿El Yomi, Yomi o...?
—El Yomi, Inframundo, como quieras llamarlo.
Sus cejas se juntaron por lo absurdo que le sonó y a la vez la lógica que había en lo dicho por Sensei. Si el Kojiki[1] y el Nihonshoki[2] no estaban equivocados, en ese lugar residía Izanami, la madre de Hiruko y gobernante del inframundo. Había dos lugares a los que se les adjudica una relación con la diosa y la entrada al Yomi: uno es Yomotsu Hirasaka[3] y otro un santuario en Kumano Kodo[4]. ¿Sensei quería sacarlo de Yokohama?
—Hay un santuario en Yokohama que conecta con una de las dos entradas que hay en el país —habló Sensei, sacándolo de sus cavilaciones—. Se llama Saihō-ji.
—¿El que tiene flores para cada estación?
—Correcto. Ahora que es otoño crecen las lycoris radiata.
Osamu lo comprendió mejor. Las lycoris radiata estaban asociadas con la muerte, la mala suerte, la reencarnación, por lo que era lógico que, estando en un santuario, pudiesen generar una conexión con el inframundo. Sin embargo, ¿por qué Sensei quería que él mejorase en controlar su habilidad? Esto mismo lo preguntó a lo que el otro le respondió:
—Porque quiero que seas capaz de proteger mejor a Atsushi. ¿Por qué me miras así? ¿Te habías olvidado de que hay un Atsushi con vida en este momento?
Fue como si le hubieran tirado un balde de agua fría. Se sintió palidecer y que su corazón diera un vuelco. Se había olvidado por completo de la existencia del Atsushi con el que se encontraría. En realidad, no había caído en la cuenta de ello, incluso cuando leyó el segundo diario en su cabeza no había creado la conexión. Las palabras de su Luna en aquella Navidad dolorosa, cobraron mayor peso de lo que se imaginó. Estaba en una contradicción constrictora. En su pecho se despertó una felicidad genuina por tener la oportunidad de volver a ver a Atsushi, pero el dolor de la pérdida tan solo aumentó. Su corazón no estaba preparado para una ilusión más.
No estaba listo.
No lo estaba.
¡No!
(¡No estaba listo para perder a Atsushi por tercera vez!)
—Dazai. ¡Dazai! —llamó Sensei muy cerca, demasiado cerca. Ah, se le había acercado y colocado una mano en un hombro—. Tranquilízate, muchacho.
¡¿Tranquilizarse?!
—Dazai, ¡escúchame! —Sensei lo tomó de las mejillas con una mano, obligándolo a enfocar la mirada en su rostro serio—. No te pido que olvides al Atsushi que conociste, tampoco que dejes de lado el dolor que sientes, solo quiero que no pierdas de vista que tienes un encuentro destinado. Te lo dije la vez que nos reunimos: a tus veintidós años lo conocerás. ¿Lo recuerdas? ¿Sí? Ahora que el Libro desapareció del mundo, deberás ser mejor que ese otro yo tuyo y protegerlo. Eres una pequeña bestia inteligente, sabes más que esa otra versión tuya, viviste tu primer amor, tienes una familia.
»Dijiste que has trabajado hasta los huesos, pero, esta vez, no será para cumplir las expectativas de un líder, sino para ti y los tuyos. Ignoro si el Atsushi de ahora es un humano común, por ello debes ser más fuerte, mas hábil y más listo. Y el primer paso será controlando tu habilidad.
»Atsushi fue tu razón para seguir viviendo, ¿cierto? No la olvides.
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GLOSARIO
[1] Kojiki: es el libro histórico más antiguo que se conserva sobre la historia de Japón. Literalmente significa 'registro de cosas antiguas'.
[2] Nihonshoki: es el segundo libro más antiguo sobre la historia de Japón.
[3] Yomotsu Hirasaka: es una pendiente o límite entre este mundo, donde viven los vivos, y el otro mundo, donde viven los muertos.
[4] Kumano Kodo: ha sido un área especial para los japoneses desde la antigüedad y la época mitológica. Se cree que Kumano es una tierra sagrada que conecta con el "otro mundo" o "Yomi", y muchas personas caminan por el Kumano Kodo con la esperanza de purificar la impureza, "resucitar" y "renacer como un nuevo yo'' mientras aún estaba vivo.
¿Y bien? ¿Qué opinan?
A Osamu se le olvidó por completo la existencia del Atsushi chiquito jejeje Lo bueno que Soseki le recordó y ahora lo llevará con alguien que lo entrene jejeje
El DazAtsu saldrá mamadísimo de esta segunda parte, se los prometo jajaja
Muchas gracias por leer!
Espero les haya gustado!
Nos leemos~
Cuídense~
AliPon fuera~*~*
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