Sus miradas dicen los que sus corazones quieren gritar. Se miran y eso es suficiente para que el contrario sepa lo que él otro siente y quiere. Pero ambos, presos del miedo, del miedo de amar y entregar todo por esa persona, les tiene arrinconados, hundidos hasta el fondo de un poso del cual es fácil salir. Solo una palabra, solo una declaración y todas sus confusiones y miedos, se irán a la mierda.

-Kyung, ven acá –Baekhyun, su mejor amigo, interrumpe su conexión de miradas. El más bajo, desorbitado, asiente lo cual provoca que ChanYeol gruña en protesta.

Ambos compartiendo una fiesta, pero desigualando en amigos.

-¿Qué hacías ahí, solo? ¿No ves que estamos por acá o qué? –riñe su amigo.

-Solo iba por una bebida y me detuve sin querer –explica.

-Claro enano, tú pensando. Venga ya, ¿No viste como estabas metido en un profundo mar sin fondo con ChanYeol? Fiuuuu, ¡Las miradas que se echan! –las mejillas del menor tomaron color carmesí acompañadas de sus pequeñas orejas.

-Ya, tus no empieces, mejor vamos con los otros –sugiere para quitar importancia al asunto.

-Como digas.

Siempre viéndose, llamándose, queriéndose de lejos. ChanYeol nunca puede dejar de ver a su chico y su chico a él. Pero todo, todo debe ser un secreto. Ellos no son novios, no son amigos, no son compañeros, solo conocidos.

ChanYeol se ha metido con cuanta puta se le ponga enfrente, KyungSoo ha tenido solo dos novios formales. ChanYeol no quiere que nadie se entere que sale con un "puro" y KyungSoo no quiere que nadie se entere que tiene algo con un "playboy". Son reputaciones y estatus que cuidar. Mientras el mayor está estudiando música electrónica y practicando varios instrumentos, KyungSoo estudia canto y actuación.

Ellos piensan que nadie sabe lo "suyo" que nadie sabe que ellos dos tienen encuentros, que ellos dos tienen algo, que equivocados están, por más mirada discreta que tengan, sus amigos lo saben ya. Todos lo saben, menos ellos. Esos dos temerosos, que temen del poder amar a su contrario, a su opuesto.

Un mensaje llega a su bandeja de entrada. KyungSoo sabe que es él. Con disimulo, saca su aparato y abre el dichoso mensaje:

«Estas hermoso hoy»

Lee y sus ojos parecen no querer abandonar tales palabras. ChanYeol le mira a larga distancia, le fascina observarle. Espera su reacción, KyungSoo sabe que le mira, su mirada es intensa y penetrante.

-¡Kyuuuuuung! –canturrea, esta vez, otro de sus amigos, Sehun.

El nombrado se obliga a abandonar el mensaje y guardar el aparato. ChanYeol, por segunda vez en la noche, gruñe molesto.

-¿Qué sucede Sehun? –pregunta.

-Vayamos a bailar, concédeme esta pieza –el más bajo ríe mientras niega. Sehun estira su diestra, para que su contrario la tome.

-No me gusta bailar, lo sabes –rechaza. El menor, pero más alto, sonríe juguetón y KyungSoo sabe que no se rendirá.

-Venga Kyung, Solo esta –intenta convencer.

-No, Sehun. No quiero, en serio –Sehun le mira serio, para después tomar sin previo aviso la mano blanquecina del contrario y llevárselo con él hasta el centro de la casa, donde se encuentra una multitud de estudiantes bailando-. ¡Sehun! –replica.

-Solo será esta Kyung, siempre quise bailar con mi pequeño amigo –el más bajo le golpea el hombro y Sehun reacciona fingiendo dolor.

-Tonto –dice.

Ambos se hunden en un baile divertido pero a la vez, lleno de energía. Sonrisas, miradas y risas traviesas escapan de ambos, y alguien no está nada contento con lo que ve, pero ¿Qué más hacer aparte de gruñir y golpear la pared con su puño si aquel hombrecito de piel lechosa no es suyo frente a nadie, ni si quiera frente a él?

*

Lo mira, lo consume, quiere que se aleje del intruso. No quiere ver como toca lo que él ha recorrido con su manos y con sus besos. No quiere.

-Hey Chan, ¿quieres una cerveza? –le preguntan, pero ChanYeol está ausente y solo esta con él, con ese pelirrojo que parece pasársela muy bien en la pista, sin él...

-No, no quiero nada –su amigo le mira, sabe a quién esta viendo él.

-Si lo miras, no lograras nada. Te aseguro que él una mirada es lo que menos quiere, ve a por él y pierde el puto miedo, cabron –sin más, su amigo toma marcha hacia alejarse de él.

ChanYeol se queda sin palabras. ¿Qué ha dicho JongDae? ¿Acaso... ya lo sabe? ¿KyungSoo y él, ya lo sabe? ¿Cómo?

ChanYeol y KyungSoo iniciaron algo que aún no logran poner nombre. ChanYeol sabe que el cuerpo que más gusto le ha gustado recorrer con sus grandes y ásperas manos, es el de él. Sabe que los labios con los que más se ha deleitado en morderlos, devorarlos, besarlos hasta hacerlos sangrar y enrojecer, son los de él. Sabe que su pasatiempo favorito, desde que le conocido, es verle, ver todo tipo de reacciones y sonrisas que él pueda poseer.

Añora cada día que den las 5:30 a.m., es su hora mágica, la única hora en que pueden estar juntos sin temer ser vistos, pero temen de lo máximo; el amor. ChanYeol sabe que algo florece en su pecho, en ese lugar que nunca imagino utilizar jamás, su corazón.

Cada día en la universidad, sus ojos llegan en busca de su hermosa presa. Se esconde entre cada sombra que hay, solo para verle de lejos y no levantar sospechas.

ChanYeol ha tenido tanta fuerza de voluntad con él, esa que nunca tuvo en sus 19 años, hasta ahora. Fuerza para no irse contra él y poseerlo, hacerlo suyo y que el mundo se entere de lo "suyo".

Sigue con su mirada fuerte y dura, sobre su pelirrojo. KyungSoo parece notarle y aun así, ChanYeol no tuerce.

*

KyungSoo ya no quiere que le mire, ya no. El menor está harto, harto de esconderse. Está enterado que sus amigos lo saben ya, ya no hay nada que esconder ¿entonces por qué siguen ocultándose? Han sido discretos, pero sabe muy bien que no fue suficiente, las miradas que ambos se dan son mucho para ocultar. Es tanta tensión que ha explotado.

-Ahora vuelvo Sehun –se separa del menor y camina hacia el exterior de la casa.

KyungSoo tiene mucho miedo, en verdad que lo tiene, pero tiene más miedo de sentir siempre esas miradas que gritan pero no hablan.

La brisa fresca de la madrugada, golpea con su menudo cuerpo y él solo lo consume, le encanta. Se abraza así mismo para después levantar la cabeza y observar el cielo estrellado.

-Hace frio aquí afuera ¿Por qué has venido? –el aliento fresco y varonil de ChanYeol le golpea en la mejilla. Esta tras de él, muy cerca, lo sabe.

Sus vellos se erizan, pero no se gira.

-Solo, yo... -no quiere decir la verdad-, quería tomar aire. Adentro hay mucha gente, sabes que no me gusta –miente.

-También sabía que no te gustaba bailar –acusa.

-Y no me gusta –le sostiene lo que le dijo una noche en que habían terminado de unirse pasionalmente, y abrazados, comenzaron una charla sobre ellos.

-Entonces ¿Qué ha sido lo de hace un momento? –exige explicación-. Sabes, yo siempre deseo con tomarte entre mis brazos y danzar un baile lento en donde podre robarte uno y mil besos; en tu cuello, tus mejillas, tus labios –confesa. Y KyungSoo se abraza más así mismo.

-ChanYeol –le llama.

-Mmm –pregunta. El más alto cierra los ojos y se permite respirar el delicioso y delicado aroma de su pelirrojo.

-Ya no quiero que me mires –el nombrado no dice nada, pero reacciona agresivamente con los ojos. Parece que no esperaba tales palabras, pero ¿Acaso KyungSoo está terminado con él eso que nunca tuvo nombre?

-¿Por qué? –controla su voz.

-No quiero que me mires, porque quiero que me hables y me abraces, pero todo, fuera de nuestro escondite. Quiero que seamos tú y yo. No la oscuridad con nosotros. ChanYeol, ya no quiero ocultarme, tengo miedo pero lo estoy dejando ir, por ti. Y estaré al descubierto para ti, mi corazón lo estará al igual que yo. Si ellos lo saben, ya es hora de que lo sepamos nosotros –KyungSoo se gira. Le mira, le analiza, le observa. ChanYeol le mira, es una mirada nuestra. Y KyungSoo no la puede descifrar.

-A la mierda todo, ven acá –y sin previo aviso, KyungSoo es abrazado por la cintura siendo apegado al cuerpo del mayor, y tomado en un pasional y profundo beso que esta diciendo todo lo que las miradas de ambos gritaban, todo lo que su corazón quería espetar.

ChanYeol ya no mirara más a KyungSoo y KyungSoo ya no mirara a ChanYeol.

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