Cap. 6

Dos días después, luego de mucho trabajo y dos niñeros, Ales y Zamya, Anna se encontraba mejor, ya solo le quedaba una tos seca que estaba tratando con jarabe.

Lose se escucha muy fácil, pero no lo fue.

Anna termino aceptando que no era una enferma muy fácil pero aun así no cedía, nunca le había gustado tener a alguien cuidándola, ni cuando era niña y tener a dos personas sobre ella, viendo que estuviera bien, aunque era un buen gesto a Anna la molestaba, Alex y Zamya terminaron turnándose para cuidarla, por lo general era Alex de mañana y Zamya de noche, ya que Alex debía irse con su pequeña, fueron dos días donde Anna fue tratada como una niña, obligándola a tomar medicinas, comer e incluso a bañarse, era absurdo pero si paso.

Ya habiendo terminado eso Anna se sentía feliz de poder bañarse cuando quería y poder comer como quería, claro, aun con cuidado porque no estaba del todo cuidad.

Ahora se encontraba esperando a Alex, este le iba a traer a Demi e iban a hornear unas galletas, ya que hace unos días la pequeña había llamado para hablar con Anna y cuando hablo, la pequeña le dijo, no, le reclamo que tenía días sin comer dulces porque su papi no la había dejado ir a la pastelería ni la quería llevar con él a casa de ella, Anna, débil de corazón, al escuchar a la pequeña le sugirió que después que su gripe pasara podía ir a la casa a hornear galletas y comer todas la que la niña quisiera, la pequeña al escuchar esto soltó un grito tal que aun Anna se pregunta si no tiene problemas de audición, hay que destacar que todo esto fue dicho frente a Alex, quien no pareció muy a gusto con lo de ''comer todo lo que quisiera'' pero ya cuando todo estaba dicho no se veía capaz de decirle a la niña que no, más Anna no paso por alto la mirada acusatoria que le dedicaron todo ese día.

Y ahí estaba ella, esperando a sus dos invitados para hornear, Anna se estaba aprovechando igual, ya que esos días no la habían dejado usar la cocina y aun no tenía permitido volver a la pastelería, así que usaba a Demi para poder cocinar un poco, no le podían decir que no porque sería decirle que no a una pequeña de 6 años muy ilusionada, no existía ser en la tierra que le niegue algo a esa niña, excepto Alex.

También estaba el hecho que Anna quería a la pequeña, no lograba entender cómo, pero desde que la conoció la niña se había llevado una parte de su corazón, para Anna era alarmante la forma en que se había encariñado, pero más miedo le daba pensar en el día que la pequeña volviera a donde vivía, que haría con el vacío que la niña le dejaría, porque, aunque nadie se lo había dicho, lo sabía, sabía que la niña algún día, junto con su padre, debería volver al país de dónde venían y de solo pensar en ello se ponía triste, ese día terminaría con toda la colección de helado en New York.

Dejo de lado esos pensamientos al escuchar el timbre de la casa, corrió a abrir emocionada, no había sabido cuanto le gustaban las visitas hasta que tuvo todos los días a alguien en su casa, ya que Zamya y ella se veían más que todo en la cafetería porque era donde más estaba Anna.

Al abrir la puerta se topó con una Demi reluciente de felicidad y a un Alex que se denotaba muy cansado, podía notarlo por la sombra bajo sus ojos, la forma encorvada en la que estaba parado y la falta de energía que se notaba en todo su cuerpo.

Anna se preocupó sabía que esos días él había salido del trabajo y se iba a casa de ella luego corría a su casa a pasar tiempo con Demi, se sintió culpable, tal vez debió insistir esos días para que se fuera más temprano o decirle que no viniera, aunque una voz en su cabeza le decía que él no la escucharía.

A mí no me metas que yo no soy...

La pequeña salto para darle un abrazo que Anna muy gustosa correspondió, pero en su mente solo podía notar a Alex y su cara de muerto en vida.

- ¡Anna! - grito la pequeña de emoción – Papa por fin me traje, estoy emocionada de hacer galletas contigo.

Alex en ese instante pareció conectar en donde estaba y luego de un pequeño bostezo hablo:

-Si, tanta es su emoción que se levantó muy temprano, casi no ha dormido esperando para venir – formo una sonrisa ladeada, Anna solo pudo ver a la pequeña con cariño mientras esta veía a su papa con vergüenza.

- ¿Y tú tampoco dormiste de la emoción? - bromeo ella al ver como escondía otro bostezo, esta vez fue el que lucio avergonzado.

-Es que tuve que hacer unas cosas hasta muy tarde y cuando estuve a punto de dormir tuve una niña en mi cama brincando emocionada y no tuve oportunidad de dormir.

Anna rio por lo bajo y se encorvo un poco para ver a la niña que la esperaba.

- ¿Qué te parece si vas a la cocina y vez de que quieres hacer las galletas? - le sugirió a la niña, esta ni lo pensó y corrió al interior de la casa, Anna se enderezo y vio a Alex - ¿y tú qué tal si haces uso de mi habitación de invitados y duermes un poco?

Alex fijo la mirada en su rostro, parecía que lo pensaba, pero luego de un instante negó.

-No, mejor no – negó – yo creo que si me siento en tu sofá y veo un poco de tv estaré bien.

Anna negó con la cabeza mientras sonreía, era un poco terco, pero no protesto, lo dejo pasar a la sala mientras ella se diría a la cocina y veía que hacia la pequeña.

Pasaron horas cocinando, la niña había decidido que quería galletas con chocolates y almendras, Anna decidido hacer también unas de vainilla y chocolate, decidieron poner cubierta de malvaviscos derretidos, para cuando Anna alzo la mirada puedo notar como Alex dormía pacíficamente en el sofá, ella sonrió, sabía que algo así pasaría, pero no le importaba, sabía que igual descansaba, las mejores siestas de Anna se habían dado en ese sofá.

Para cuando sacaron la última tanda de galletas del horno, había un gran reguero de harina, huevo y chocolate por toda la isla de la cocina, Demi muy feliz se encontraba pasando la mano por lo que quedaba de chocolate derretido, la niña se veía tan feliz que Anna le sugirió que fuera a ver tele al lado de su papa mientras ella terminaba y limpiaba, la pequeña asintió sobrecargada de dulce, pero antes que se fuera Anna le pidió que procurara hacer silencio para no despertar a Alex, la forma tana emocionada en la que volvió a asentir le dijo a Anna que aquella petición no se le daría muy bien.

Grata fue la sorpresa de Anna cuando al terminar vio a la niña en el sofá pequeño acurrucada, dormida, con la cara llena de chocolate y el tazón, sin una sola mancha de chocolate, en el piso, sonrió con ternura y recogió el tazón para lavarlo, luego volvió y con un paño húmedo, con mucho cuidado, limpio la cara de la pequeña hasta dejarla reluciente.

Tomo un plato y la lleno de galletas, tomo un bazo con leche y se sentó en el sofá junto a Alex, este dormía tan pacíficamente que el solo hecho de pensar en levantarlo le producía escozor, así que lo dejo dormir y mientras ella decidido comer galletas.

No paso mucho tiempo antes de escuchar como el bostezaba y dejaba salir su flojera, Anna volteo a verlo y al notar su cara noto la diferencia, se veía relajado y sin sombra bajos sus ojos.

-Hola – dijo el al notar que Anna estaba ahí - Me dormir perdón.

-No te preocupes, terminamos de hacer galletas y mientras ordenaba mi ayudante se durmió - señalo a la niña que dormía en el sofá pequeño- ¿Galleta? - le mostro el plato de galletas, él no lo pensó mucho antes de tomar dos, le dio el morisco a una y su cara se ilumino.

-Esto está muy bueno – dijo el con la boca llena, con vergüenza noto lo que había hecho para luego tragar y hablar- perdón, es que está muy bueno.

-Bueno, Demi sabe hacerlo, le puedes decir que te los hagas – el volteo de inmediato a ver a la pequeña y al ver que seguía dormida suspiro.

-No lo digas muy alto que te puede escuchar y luego tendré que ponerle candado a cada cosa en la cocina – dijo el medio en broma, medio enserio.

- ¿No crees que a veces la proteges mucho? - pregunto ella con un poco de tacto.

Él se quedó pensando y luego soltó un suspiro.

-No lo creo, lo sé, pero es que desde pequeña ha sido tan frágil que a veces tengo ganas de encerrarla en una caja y no dejarla salir – el dio otro mordisco – luego me auto regaño y me digo que no puedo encerrarla, que debo dejarla salir al mundo, aunque la idea de encerrarla no está completamente descartada - señala la nada con la galleta, ella ríe por lo bajo.

-Quien iba a decir que bajo esa fachado de tipo relajado hay un carcelero sobreprotector – ella dejo ir una carcajada bajo la atenta mirada de el que la miraba de una forma intensa.

-Que te puedo decir, caras vemos venas paternales no sabemos – dijo el recreando un dicho muy popular que él había escuchado hace algún tiempo

En ese instante él se queda concentrado en la TV, a pesar de que solo es propaganda, ella decide quedarse en silencio ya que lo ve muy perdido en su mente, pero en ese instante él toma otra galleta y habla.

-Yo era como ella, cuando era niño, mi salud era muy débil y cualquier cosa me enfermaba, usé más yesos de los que tu puedas imaginar, era famoso entre las enfermeras – él sonrió mientras hablaba – tenía que tomar muchas medicinas para estar bien, cuando crecí, ya no me era tan dado a las enfermedades, pero era muy pequeño y débil, tenía 10 y parecía de 6 con mi tamaño, entonces mis padres decidieron meterme en futbol para que desarrollara mi cuerpo, al principio era el más pequeño y débil, luego de un tiempo mi cuerpo creció y tomo un poco de forma, aun me veía muy flaco pero había crecido y tenía más carne – el rio muestras lo decía - mis padres me pusieron en gimnasio y así fue como desarrolle mi cuerpo y tome la forma que hoy tengo, fue a base de ejercicio y proteína, tenía una alimentación muy rigurosa, ya con el tiempo como lo que quiera pero hacer ejercicio es algo regular en mí.

Anna quiso decir lo mismo, pero, aunque tiende a hacer ejercicio a veces y sale a correr casi siempre, no es algo regular, es más algo que hace cuando no tiene que hacer, su costumbre más particular es estar en casa y comer cualquier cosa que exista en la nevera, pero por lo menos se ejercitaba, a veces.

-Cuando la veo enferma – continuo el – pienso en el niño que fui, ese que tuvo yesos de todos colores y que no podía salir a jugar por que sus padres tenían miedo de que le pasara algo que no tuviera reparación, cuando era muy pequeño no entendía a mis padres, pero ahora soy yo el que debe reprimir su vena paterna y debe dejarla salir al mundo, no sabes cuánto cuesta hacerlo, pero sé que debo hacerlo.

En ese instante la imagen de su madre llego a la mente de Anna, llevaba tiempo sin pensar en ella, recordó cada vez que ella no quería hacer algo, cuando sentía que no podría y su madre le decía que lo haría, que, si podría, a ella le molestaba, pues sabía que su madre tendía a decir que no podía hacer muchas cosas, pero Anna debía siempre poder hacer todo, Anna se preguntó cuánto le costaba a su madre impulsarla a hacer todo, aun cuando veía que su hija decía no poder, aun cuando veía que le costaba, no paraba de decir que su hija si podía.

-Es asombroso lo que haces sabes, no sé si yo sería capaz de hacerlo – dijo ella pensando en su madre – preso si hay algo que te puedo decir, es algo que me enseño mi madre y me di cuenta tarde, siempre dile que puede, aunque tu veas que le cuesta, dile que puede, aunque le moleste tu insistencia, díselo y podrá.

Él sonrió encantado con mi concejo.

-Está bien, lo hare – él se quedó observándola, gesto que ya Anna había tomado como común, aunque a veces la pusiera algo nerviosa – sabes, me gusta que hables de ello – el ceño fruncido de Anna dijo algo por que se explicó – que hables de tu mama, de ti, es algo que poco haces.

Ella lo noto tarde, llevaba tiempo sin hablar de su madre, exactamente tres años, desde la vez que le hablo de su pasado a Zamya, omitiendo algunos detalles, relatando el hecho de por qué escapo todo y por qué se fue, pero en ese instante no se sintió nerviosa, tal vez porque fue algo que le salió natural o por que algo en ella sabía que ya era hora de comenzar a hablar de su madre y de su pasado, dejar de huir y talvez, solo talvez, algún día este lista para volver.

-Realmente no sé por qué lo hice, pero se sintió bien.

-Puedes hablar si quieres – dijo el mirándola a los ojos.

- ¿De qué?¿De mi mama?

-De lo que quieras, si quieres hablar de tu mama, sea bueno o malo no diré nada al respecto.

Se pregunto si estaba bien hacerlo, llevaba mucho tiempo sin hacerlo, cuando hablo de su pasado con Zamya no hablo mucho de su familia solo de su vida y aun así fue poco, siempre estuvo con el miedo de decir algo y que la encontraran, de que su padre supiera donde estaba, ella sabía que era algo exagerado, pero así es el miedo, te consume y no te deja pensar con claridad, pero ella ya no era la misma que antes, lucho para no serlo y el miedo no la consumiría.

Con ese pensamiento en mente se dijo que, si hablaría de su mama, s e pregunto de que hablar, ya que hacía mucho tiempo sin hablar de ella que realmente tenía mucho que decir, pero había algo por sobre todas las cosas que ella tenía que decir al hablar de su madre.

-Mi mama está loca – Anna dejo escapar una carcajada cuando vio la cara que puso Alex – No me veas así, es la verdad, solo que algunos no lo dicen por miedo a faltar el respeto y los otros no lo dicen por miedo al infierno que pueden desatar cuando lo digan, pero es la verdad.

-No eh dicho nada - el alzo las manos en señal de rendición.

-Pertenezco a ese pequeño grupo de personas que creen que existen dos tipos de locura, esa que es mala, porque te enferma y la otra que le da color a la vida y hace que nada sea monótono ni común - tomo la última galleta que quedaba en el plato bajo la atenta mirada de el – Mi mama entra en la segunda descripción, es una mujer un tanto... Peculiar, es una mujer que nunca veras desarreglada, su ropa siempre estar impoluta y su peinado sin un cabello fuera de lugar, siempre vestida para la ocasión y nunca pierde los estribos, es una posesa del orden, para ella una pequeña mota de polvo es señal de desastre, es capaz de ganar una discusión sin que tu puedas darte cuenta que lo hizo, con una mirada es capaz de decirte lo que a muchos le toma horas con palabras, siempre te dice que cuides la figura a pesar de que tu des tu figura por perdida, puede llegar a ser desesperante a veces con su necesidad de control.

>>Sin embargo es la mejor, nunca te deja sola, en seria nunca lo hace, aun cuando tú quieres que lo haga, da los mejores concejos y casi siempre tiene la razón, aunque prefiero perder un dedo que decírselo – eso saco una sonrisa en la cara de Alex – siempre te dirá que puedes, aun cuando tu sientes que no puedes, aun cuando no puedas ella siempre te dirá que puedes y te impulsara a dar lo mejor, no es muy amorosa pero siempre te demuestra su amor, es extraña a veces pero es la mejor y no la cambiaría por nada.

Cuando vio a Alex a la cara noto un brillo extraño, uno que de inmediato desapareció y dio entrada a la cálida mirada de él.

-Se oye interesante tu mama – dijo después de pensar en que decir, ella soltó una pequeña risa.

-Si ella es especial – ella observó como él tomaba el bazo que ella había dejado en la mesa y comenzaba a tomar, quiso reclamar, pero en ese instante recordó algo – ah y los príncipes, tiene una ligera obsesión con ellos.

En ese instante el chico comenzó a toser como loco, se había ahogado, Anna comenzó a darle por la espalda entre preocupada y con ganas de reírse de él, dejo de darle cuando vie que el poco a poco tomaba aire para luego calmarse.

- ¿Tu madre tiene una obsesión con los príncipes? - su vos salió ronca ya que aún no recobraba el aliento por completo.

-Bueno por los príncipes no, con la realeza en general, su sueño frustrado siempre fue ser una princesa, pero como no pudo siempre quiso que yo lo fuera – soltó una pequeña risa – de hecho, toda mi vida rechazo a mis intereses amoroso porque decía que ellos no eran príncipes, era absurdo la verdad.

-Si, muy absurdo – dijo el, aunque sin un ápice de humor, en realidad, se escuchó irónico - ¿y tú qué piensas de ello? De los príncipes quiero decir.

- ¿La verdad? - el asintió – nunca eh pensado en ello, a pesar de escuchar a mi mama toda la vida hablando de ellos, en mi mente nunca entro la posibilidad de conocer a uno, nunca me cree una imagen prediseñada, siempre dije que, si mi mama lograba conocer a uno y me arrastraba con ella, que es muy posible, mantendría la cordura y esperaría lo mejor, aunque creo que si mi madre conociera a uno me ofrecería como una ofrenda, con ritual y todo.

Ambos dejaron ir una carcajada, aunque distintas, la de ella de humor y la de él, era más que todo nerviosa.

- ¿Y qué harías si conocieras a uno?

No le costó mucho pensar en eso, ya que a pesar de nunca dedicar mucho de su tiempo pensando en príncipes siempre supo la respuesta a esa pregunta.

-Creo que lo más loco que haría seria tomarme una foto y enviársela a mi mama, para que pueda morir en paz – rio por lo bajo – y creo que después huiría para que mi mama no me case o lo ayudaría a huir para que mi mama no lo secuestre, las dos son posibles.

En ese instante la carcajada de Alex fue real, algo que alivio a Anna, ya que pensaba que algo no iba bien.

- ¿Por qué tantas preguntas con referente a los príncipes? - quiso saber ella, vio un ápice de nervios en su mirada, pero desapareció tan rápido como vino.

-simple curiosidad – se encogió de hombros – no todos los días se encuentra uno con una obsesiva de los príncipes.

-Yo no, mi mama – puntualizo ella señalándolo con el dedo.

En ese momento se escuchó como algo o alguien se movía en el sofá del frente, ambos voltearon a ver a la pequeña se estiraba y desperezaba dando pequeños quejidos de relajación, cuanto termino le dedico una sonrisa perezosa a ambos y vio a Alex.

-Papi ¿Podemos comer galletas? -aquella pregunta ocasiono que los presentes en la sala dejaran ir una carcajada, no había un porque solo ganas de reír, la pequeña no pudo hacer más nada solo verlos con la curiosidad reflejada en la cara.

-Si pequeña, si podemos – dijo Alex luego de recuperarse de la risa – pero pocas ya que es un poco tarde para comer dulce – dijo al ver que ya había caído la noche, no lo habían notado.

Todos los presentes en la sala se levantaron para ir a tomar galletas y leche.

No había nada mejor.

Holaaaaaaaaaaa, volvi.

Aqui esta el otro cap, hoy no tengo mucho que decir  jajajajaja.

DQNPPYID: Pase mucho tiempo pensando en que nacionalidad ponerle a Anna, pues queria que tuviera una nacionalidad distinta a la típica de estados unidos, pense en poner un pais que hablara español pero luego me negué, pues si llegaba a poner algo que no concordaba con dicho país, podría tener muchas discusiones, así que me decidi por rusia, de igual forma investigue mucho pero se que no tendré ningún ruso discutiendo conmigo por que puse algo mal. 

eso es todo, me voy

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