Capítulo 7 - ¡Quiero probar los platillos de Soo Ha!
Jin's pov
-Tranquilo Hyung, vendré a veros pronto.
- ¿Por qué no te quedas a cenar?
- Lo siento, pero tengo un par de visitas que hacer.
- ¿Ahora? Pero ya es muy tarde...
- Hyung, de verdad, otro día será.
- Está bien- Terminó cediendo, y haciendo un mohín.
Luego de estar ahí por un poco más de dos horas, divirtiéndonos y poniéndonos al día, nos despedimos de todo el personal y salimos por la puerta que daba al callejón, estremeciéndome una vez la brisa gélida de la noche atacó mi piel.
Melancolía.
Esa era la palabra perfecta para definir lo que sentí cuando estuve ahí.
Las paredes de ladrillo, la única farola, los contenedores de basura y algún que otro gato, me hicieron recordar esos días durante casi un año, donde era recibido por este mismo paisaje y mis despedidas eran prácticamente iguales, sólo que la mayor parte de las veces, a estas se sumaba un moreno enorme con adorables hoyuelos que solía esperarme recostado al muro.
Y justo ese mismo hombre, estaba parado a mi lado.
No quería hacerlo, pero no pude evitar recordar la última vez... Aquella donde le esperé... Pero nunca llegó, pues al parecer tenía mejores planes...
Mi pecho dolió.
Claro que dolía maldición, yo no era de hierro, y era la primera vez que pisaba ese lugar después de tanto tiempo, habría perdonado, lo habría superado, todo lo que queráis, pero aún así, era obvio que iba a doler.
- ¿Vamos?
La voz del causante de mis recuerdos me sacó de ellos. Asentí, y en unos instantes salimos del callejón, para seguidamente doblar a la derecha y entrar juntos a su edificio.
Y vosotros os preguntaréis ¿Por qué?
Pues porque como bien había dicho, pretendía pasarme a ver al señor Kim, pero resulta que este se había marchado un poco antes, y por ello, me llegaría por su casa, ya que literalmente, estaba a menos de 15 pasos del lugar.
Una vez frente a la puerta, Namjoon abrió sin siquiera tocar y avanzó antes que yo, manteniéndola abierta e invitándome a entrar.
- Hijo, ¿quién está a- En cuanto el señor Jin Hoo me notó, abrió muchísimo los ojos - hí...?
-Hola...- Murmuré sonriendo tímidamente, e hice una reverencia a modo de saludo, tanto para él como para su esposa que recién salía de la cocina y me miraba igual de sorprendida.
Namjoon tenía razón, estaba idéntico, sólo tenía un poco más de canas.
-¿Jin?- Asentí e inmediatamente se acercó a mí, estrechándome al igual que habían hecho todas y cada una de las personas con las que me había reencontrado hoy. - ¡Por dios, como has cambiado! - exclamó mirándome de arriba a abajo - Bueno a decir verdad, no, solo en el pelo - Empezamos a reír un poco. - ¿Cuándo has vuelto?
- El jueves en la tarde señor...
- ¡Oh Dios mío! ¡Aún me dices señor! ¡Pensé que ya habíamos superado esa etapa, chico!
- Lo siento se- digo... Jin Hoo.- susurré con cierta vergüenza.
- Sigues siendo un amor de chico- Esta vez la que intervino fue Soo Ha, que al igual que su marido, me dio un apretón, lo que un poco más corto.
- Muchísimas gracias.
En lo que hablaba con la castaña, puede ver como el padre del peligris le hacía algunas señas a este y gesticulaba palabras sin hacer sonido, creyendo que yo no les estaba observando, y por lo que pude interpretar, le estaba preguntando acerca de qué hacía conmigo.
Namjoon simplemente se encogió de hombros y vocalizó que después le explicaría.
Yo comprendía perfectamente su sorpresa, pues era obvio que no iba a esperarse ver al exnovio de su hijo junto a este visitándole en su casa como si fuese lo más normal del mundo.
Sin embargo, no me sentí incómodo, o mejor dicho, el señor Kim no me hizo sentir incómodo, pues me trató igual de cordialmente que la primera vez que nos conocimos.
-Debes quedarte a cenar - Afirmó con rotundidad.
- ¿Eh?- Cuestioné desconcertado pero inmediatamente interpreté sus palabras empecé a negar con la cabeza- No, no, no se preocupe, solo pasaba a ver como estábais pe-
- Oh no, no es molestia cariño- añadió la mujer, interrumpiéndome y situándose a mi espalda, para posteriormente comenzar a empujarme hasta el comedor- ¡Hay suficiente comida para todos! Incluso tenemos de ese helado de pistacho que tanto te gusta.
Y efectivamente, tenían el helado.
Y sí, al final terminé viéndome envuelto en ese espontáneo plan de cena.
No llevaba ni dos minutos en la casa, y ya me habían invitado/obligado a comer sin siquiera haber preguntado cómo me había ido.
Definitivamente esta familia era única.
También les había extrañado.
Estaba experimentando una especie de trance.
En ese instante apenas podía discernir entre sí estaba en la actualidad, o si me había quedado 5 años atrás.
Igual que tantas veces antes, cenábamos juntos, charlábamos, compartíamos, sin una pizca de incomodidad, como si nos hubiésemos visto apenas ayer.
Bueno, por lo menos tres de nosotros, pues el moreno no había pronunciado más de cinco palabras desde que habíamos llegado, y francamente, me sentí mal por él, porque era como si le estuviese poniendo incómodo en su propia casa, pero debido al incontrolable parloteo de los dos mayores, no tuve la oportunidad de seguir dándole vueltas al asunto.
- ¿Entonces no volverás?- Cuestionó el patriarca de la familia picando un trozo de pollo.
- No, llevo mucho tiempo fuera, no pienso salir de Corea por lo menos en 30 años- Dije riendo bajito, y acto seguido tomé una pinchada de mi ensalada.
- ¿Pero y el trabajo cariño? - Habló Soo.
- Oh, verdad, que no os he dicho. Voy a abrir un restaurante. - Contesté, aclarando todo tipo de dudas y sonriendo en grande, siendo secundado por ellos, quienes inmediatamente me felicitaron, y nuevamente Jin Hoo y Namjoon intercambiaron una especie de comunicación silenciosa, que no supe interpretar bien.
- ¡Madre mía Jin! - Exclamó el hombre con asombro, pasándose una mano por el cabello. - ¿Ya tienes local?
- Aún no, el lunes pretendo empezar a buscar.
- Vaya, ¿y ya sabes qué es lo que quieres?
- No lo sé bien. Supongo que en el propio proceso de búsqueda me haga una idea. Solo estoy seguro de que quiero que tenga un jardín delantero y una terraza.
- ¿Y la comida?
- Va a ser algo parecido a lo que tenía en Francia. ¿Sabe? Haría una sección para comida tradicional e internacional, y otra para los clásicos platillos coreanos. Estuve diseñando parte del menú durante el viaje en el avión. - Me encogí de hombros.
- Joder Jin... - Me dio una sonrisa de esas que solo los padres pueden dar, y me estrechó la mano sobre la mesa - Sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa, ¿verdad? Es más, en cuanto estés asentado te voy a poner en contacto con mis proveedores.
- Eso sería genial - Sonreí con expresión reluciente - Muchísimas gracias, de verdad.
- No tienes que agradecer nada tonto, tú eres como mi segundo hijo. - Respondió con absoluta seguridad, y un sentimiento agridulce se instaló en mi pecho. Me agradaba que el señor Kim me apreciase tanto, pero era algo extraño de explicar el hecho de que él mantuviera el mismo cariño por mí que tenía antes de que me separara del peligris.
Tras sus palabras, la habitación quedó en total silencio, y yo estaba algo temeroso, inseguro de cómo romperlo, pero no hizo falta que lo hiciera, porque súper Soo Ha llegó a salvar el día.
- Ehm... ¿Quién quiere postre?
- La cena ha estado deliciosa.
- La próxima te toca a ti - La única mujer presente me guiñó un ojo, y yo no supe bien cómo responder, así que me limité a darle una risita nerviosa.
¿Habría una próxima?
- Ten cuidado por ahí Jin, es tarde.
- Tranquilo, no pasa nada, mi casa no está tan-
- Yo le acompañaré. - Intervino quien había pensado que se había vuelto mudo. Evidentemente estamos hablado de Namjoon.
- ¿Eh?- Le miré con extrañez por su repentina afirmación.
- Es muy tarde Jin, y además yo tengo coche - Se encogió de hombros.
- No hace falta, voy a estar bien, igual no-
- No seas tonto anda, vamos. - Y sin siquiera dejarme replicar, se puso en marcha y comenzó a avanzar hasta el auto.
- Bueno... Al parecer no me voy solo - Añadí hacia los dos señores rascándome la cabeza, ligeramente apenado, aún sin saber bien la razón.
- Oye Jin... ¿Todo bien con Namjoon? - preguntó el padre del mencionado con actitud seria, que me tomó totalmente desprevenido.
- ¿Eh?
- ¿Cómo estáis tú y mi hijo? - Siguió con ese semblante, cruzándose de brazos.
- Nosotros... Bueno, bien... supongo. - No entendía completamente su pregunta, y tampoco sabía si él era consciente de las condiciones en las que el simio y yo nos separamos, porque evidentemente yo no le había contado a más nadie además de mis hermanos y mis padres y no sabía si él lo había hecho, así que con dudas acerca de cómo explicarme acabé por decir : - Yo... He hablado con él, y todo está bien, todo arreglado... Somos... ¿Amigos? - Mi afirmación terminó sonando como una pregunta, pero creo que aún así él me entendió.
- Amigos... - Suspiró con lo que interpreté como resignación y acto seguido dejó el tema totalmente de lado. - Pásate por aquí más a menudo chico - Y diciendo esto, me dio un apretón de manos.
Luego de despedirme con mi respectiva reverencia, me dispuse a avanzar hacia el auto donde el moreno me esperaba con una mano en el bolsillo de su chaqueta y jugando con las llaves con la otra, recostado a la puerta del copiloto.
- ¿Listo?
- Listo.
Una vez los dos estuvimos dentro, y con los cinturones bien abrochados, emprendimos rumbo a la casa de mis padres.
- Oye Namjoon, muchas gracias eh. Por llevarme al restaurante y ahora a casa... - hablé tímidamente.
- No te preocupes, no es molestia.
- Genial...
Pasaron unos segundos sin que ninguno de los dos añadiera nada más, él simplemente miraba con cara de póquer a la carretera, como si estuviera pensando mucho en algo, pero definitivamente yo no sabía lo que era.
Y me perdí en él.
Me quedé contemplando lo maravilloso de su perfil aún en las sombras de la noche, siendo simplemente iluminado por las luces de algunos autos y de farolas que con la misma rapidez que se mostraban, desaparecían.
Aún a través de su chaqueta podía ver como sus músculos se tensaban por estar apretando el volante, y juro que en ese instante me dieron ganas de quitársela para poder ver sus antebrazos venosos. Siempre me encantó esa parte de su cuerpo.
Siempre me encantó él.
De repente, el vehículo se detuvo y Namjoon volteó en mi dirección, encontrándose con mi mirada de idiota, la cual no pude apartar a tiempo por el simple hecho de estar metido en mi mundo.
Parpadeé un par de veces, y un rosa claro tiñó mis mejillas una vez me percaté de que ya habíamos llegado y de que yo no lo había notado porque estaba más ocupado enfocado en su perfecto físico, por lo que agradecí a la oscuridad el hecho de que no pudiera observarme bien.
Sin embargo, sus ojos miraban fijamente los míos y sentí que me atravesaban, que veían más allá de mí, era como si mi mente estuviese abierta de par en par y él pudiera saber absolutamente todo lo que pasaba por ella.
"¿Por qué tuviste que ser así?"
Esa pregunta brillaba en carteles de neón dentro de mi cabeza, con pena y decepción.
- Ya hemos llegado - Susurró.
- Lo sé... - Aún sin saber la razón, yo también murmuré, sin moverme un centímetro de mi posición, observando fijamente sus orbes oscuros, y posteriormente sus abultados labios.
Joder, se veían malditamente apetecibles.
Y así estuve lo que pareció una eternidad hasta que mi propio programa de autodefensa interno salió chillando:
"Jin, ¿qué mierda estás haciendo?"
- Bueno, ya lo he dicho, pero muchas gracias...- Él asintió - Así que... Bueno... Me voy - Murmuré con nerviosismo, y este solo aumentó cuando al intentar salir del auto, me vi detenido por su mano en mi antebrazo.
¡Ay madre! ¿Y ahora qué?
Comencé a preocuparme con total dramatismo, como si Namjoon fuese un secuestrador y yo su presa.
Jodidamente exagerado... Justo como lo era yo.
- Eh Jin, espera.
- ¿Qu-u-é pa-sa? - Mi voz salió aguda, y me reprendí mentalmente por mostrarme así de inquieto ante él.
- Nada, solo que bueno... - Comenzó a rascar sus cabeza, apartando la mirada unos instantes pero volviéndola a enfocar rápidamente - Quería saber si te hacía falta mi ayuda el lunes... Para lo de buscar local, digo.
- ¿Cómo? - Fruncí el ceño, sin entender bien.
- Quiero decir... Como tú no tienes coche, igual te apetecía que te llevase.
Oh, así que era eso.
- ¿Pero no tienes trabajo?
- Libro el lunes.- contestó apresuradamente.
Si antes el que se veía nervioso era yo, ahora era todo lo contrario. Había dejado de lado su seriedad y se había convertido en una bolita de ternura, seguro que lo que pensaba tanto era si debía o no preguntármelo.
Y ablandó tanto mi corazón que quise acceder.
Mejor dicho, casi accedo.
Casi.
- No te preocupes Namjoon, mis padres me dejarán el suyo - Hice un gesto para restarle importancia. Algo dentro de mí quería aceptar con desesperación, como si necesitase pasar más tiempo a su lado, pero mi parte racional no me dejó, no cuando sabía que si lo hacía, entonces mi cabeza se liaría al punto de explotar, había pasado un día jodidamente extraño y si seguía así, temía que se fuera al traste todo mi trabajo de sanación de cinco años.
- Oh...Vale, no importa, igual tenía que preguntar - Sonrió intentando resultar tranquilizador pero terminó pareciendo... ¿Decepcionado?
- De todos modos muchas gracias, eh.
- Jin, ya he perdido la cuenta de cuantas veces me has agradecido hoy - comentó riendo por lo bajo, y yo me vi contagiado - Igual si te hace falta algo, lo que sea, solo dímelo, ¿vale?- Y sus palabras, que mostraban tanta amabilidad y aparentemente cariño, me hicieron dudar una vez más, por lo que solo terminé siendo capaz de musitar un escueto "Vale", y después salir del coche, con el pecho latiéndome a mil y la preocupación invadiendo mi ser.
"No caigas Jin"
"No seas tonto"
"Solo está siendo amable "
"Entiende que lo vuestro no pudo ser, no lo será jamás"
Como un disco rallado, repetía esas palabras una tras otra, intentando verdaderamente creérmelas, y, aunque me costara admitirlo, fallando estrepitosamente.
No podía esperar a que llegara ChanYeol.
Holaaaaa
Este es el último capítulo de hoy, espero que os haya gustado.Ya no habrán más reencuentros por el momento, pero aunque estos capítulos os resulten un poco aburridos, a mi parecer eran necesarios.Por cierto, una breve explicación, a pesar de que lleva muy poco en Corea, Jin ya está sintiendo cositas porque como bien él dijo antes, ya habrá superado todo pero aún así nunca dejo de quererle. El amor es así, complicado...Y hablando de amor, yo sé lo que se siente cuando una historia que aún no está completa te gusta mucho y tienes ganas de que el escritor actualice( aunque yo no sé si este sea vuestro caso con mi fic, espero que sí😳😳), así que por eso me dije "Massiel, sacrifícate y escribe aunque no veas una mierda" Espero que os haya gustado, e intentaré actualizar pronto, aunque no prometo nada.Por cierto ya os he dicho mi nombre... Alguien que se llame Massiel por ahí? Alguna tocaya?? Sí? No?? Bueno, si en 10 años alguien lee esto y se llama así, salúdame porfis.Bueno ya, dejo mis locuras 😂😂😂Un besazo y cuidaos mucho 😘😘😘
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