Capítulo 35 - Suegruski...

Dedicado a Fertomel , YoonminShipper_17 y a ztarfaty. A ti te prometí un capítulo, y sé que me he tardado mucho, pero lo prometido es deuda. Eres una campeona, espero que tanto tú como tu familia estén mucho mejor.


Jin's pov

Yo siempre supe que Namjoon, además de estar bueno y tener los muslos más sexys del mundo, era un tipo bastante idiota.

Sin embargo, cada día el muy tonto conseguía superarse más a sí mismo en cuanto a materia de gilipolleces refiere.

"No está funcionando bien últimamente, así que no enfría tanto", decía.

"Yo te daré calor", decía.

"Ya verás que ni te enteras", decía.

¡Mentiras! ¡Patrañas! ¡Falacias!

Maldito simio embustero.

Bien, ahora que ya he podido desahogarme, os pondré en contexto para que entendáis qué mierda estoy hablando.

Era temprano en la mañana y por la tenue luz que entraba a través de una diminuta apertura en las cortinas, intuía que no serían más de las nueve, no obstante, y a pesar de la dura jornada nocturna (guiño guiño), yo ya me encontraba despierto.

¿La razón?

Me estaba jodidamente congelando.

La noche anterior le dije al simio que no pusiera el aire acondicionado tan fuerte porque me iba a helar. En Corea hacía frío casi todo el tiempo, pero estábamos en verano, así que entendía su necesidad de utilizar algún artefacto que nos ayudara a refrescarnos, sin embargo, una cosa es no pasar calor, y otra muy distinta es buscarnos una pulmonía por amor al arte.

No obstante, me convenció.

Utilizó su labia, sus hoyuelos y, sobre todo, su polla, en mi contra, así que terminé aceptando que pusiera ese aparato del demonio a temperaturas no aptas para seres humanos.

Ok, igual estoy exagerando con esto último, pero vosotros me entendéis.

El caso es que, prácticamente temblando y con los dientes castañeando, me desvelé antes de lo que hubiese querido (Había puesto una alarma para las nueve, así que no faltaba tanto... Necesitamos drama) y, en busca de recuperar algo de calor corporal, estiré mi brazo aún con los ojos cerrados, tanteando el terreno a ciegas con el objetivo de tocar al peligris y aferrarme a él para convertirle en mi calentador humano.

Lo único que encontré fue la frialdad de una almohada vacía.

Poco a poco, y adaptándome a la leve claridad, fui abriendo los orbes, comprobando que, efectivamente, estaba yo solo en la habitación.

Mi primer pensamiento fue: "¿Dónde cojones estará Simiojoon ahora?"

¿Mi segundo?

"¿Y si me abandonó como Rosario Arturo Quintanilla a Matilda de las Rosas Segunda Espinosa cuando esta le dijo que estaba embarazada de él y que encima esperaba trillizos?"

Aquello no tenía nada de sentido, principalmente porque esa era su propia casa y porque yo no podía estar jodidamente embarazado, sin embargo, en ese instante eso me pareció lo más lógico del planeta, así que con toda la rapidez que mi estado somnoliento me permitía, me levanté dejando mi cuerpo expuesto justo como Dios lo trajo al mundo y consiguiendo que, por ende, un escalofrío horripilante me recorriera de arriba a abajo, llegando hasta lo más intrincado de mi alma.

Abrí el armario, me puse unos shorts negros que encontré, una sudadera gigante que me llegaba casi por las rodillas y salí como delincuente en búsqueda y captura del cuarto-congelador.

Uff, que gustito sentí cuando al estar en el pasillo pude disfrutar del agradable cambio de ambiente.

Por suerte, también escuché la voz de Nam proveniente de la sala de estar, así que me relajé y, caminado como zombie (ya que realmente seguía muriendo del sueño), avancé hasta llegar a este sitio, con un ojo prácticamente cerrado y frotando el otro suavemente con mi puño.

- Simio incompetente, ¿se puede saber por qué me has dejado solo? ¡¿Ni siquiera se te pudo ocurrir apagar a Elsa?! - Por lo de la película, ya sabéis, Frozen, frío, todo se vuelve hielo...

En fin, un chiste malo, me salen solos.

Pero dejemos de lado mi nula habilidad para contar chistes y vamos a centrarnos mejor en una pequeña particularidad que noté en cuanto puse un pie en el salón y observé bien lo que me rodeaba.

Ahí, sentados tranquilamente y aparentemente charlando...

¡Habían dos Namjoon!

"Ok, creo que esto ya lo he vivido".

En efecto, ahí, en la sala de estar, habían dos hombres de piel bronceada, facciones bastante parecidas, hoyuelos y cabello grisáceo, sin embargo, uno de ellos era mucho más mayor que el otro y su tonalidad de pelo no se debía precisamente al tinte.

Bien, como debéis suponer, eran mi novio (Ahhh, mi novioooo *gritito*) y mi suegro (Ahhh, mi suegroooo *gritito x2*) quienes anteriormente hablaban tranquilamente y, tras mi llegada, habían dejado de hacerlo, enfocando completamente su atención en mi persona.

Que Deja Vu...

De repente, nos quedamos todos en un silencio raro. No era precisamente incómodo, pero daba la sensación de que ninguno tenía entre planes romperlo, como si estuviésemos esperando a que alguien se dignara a dar el primer paso.

¿El motivo de todo eso? Ni puta idea, no obstante, como ya estábamos pareciendo idiotas ahí, mirándonos sin decir nada, y que además yo me encontraba un 70% dormido por lo que realmente me daba igual cualquier cosa, decidí ser quien rompiera la quietud.

¿Y qué mejor forma de hacerlo que soltando una gilipollez?

- Bueno, por lo menos esta vez sí llevo ropa.

Automáticamente toda esa tensión absurda se disipó y ellos comenzaron a reír, mientras yo sonreía ligeramente y avanzaba como tortuga hacia el sofá grande para sentarme al lado de mi simio.

Pero no pude llegar al asiento, pues antes de que esto ocurriera, unos fornidos brazos me estrecharon en un apretado abrazo de oso.

- Es bueno saber que estás de vuelta, Jin - La baja voz del señor Jin Hoo retumbó en mis oídos, y realmente me costó un poco de trabajo asimilar lo que ocurría, pero al cabo de unos instantes, una sensación de calidez familiar se extendió por todo mi pecho.

"Oh, verdad, que ya han pasado tres días desde que Nam y yo nos arreglamos y aún no había visto a su padre".

Me gustaba que la familia de Namjoon me quisiera.

Desde la primera vez que estuvimos juntos, sus parientes y amigos cercanos me habían acogido muy bien en su círculo, y era extremadamente reconfortante saber que eso no cambiaría a pesar del tiempo.

De alguna forma, esto que estaba ocurriendo era realmente emotivo. Que el papá de la persona que amas esté feliz de que vuelvas a ser una parte de su vida y te trate como un hijo más se siente bonito, gente.

Os lo juro, casi lloro... Y digo casi porque el man me estaba apretando tanto que en vez de centrarme en el sentimentalismo que desprendían los acontecimientos, comencé a rezar silenciosamente para que no me sacara algún órgano.

En serio, era tanta la fuerza que ejercía sobre mí, que ni siquiera pude corresponder al achuchón como una persona normal. Únicamente me limité a parecer un pescado tieso entre sus extremidades dignas de estrangulador, haciendo vanos intentos por zafarme o al menos obtener una postura más cómoda.

Por suerte mis plegarias fueron escuchadas y Simiojoon vino a mi rescate, separándome bruscamente de su padre y siendo él quien me rodeaba esta vez, lo que no tan fuerte, y más que un abrazo, era como si estuviese protegiéndome de algo.

Yo tomé una respiración profunda, disfrutando nuevamente de eso tan vital que llamamos oxígeno mientras me desplomaba artísticamente contra el pecho cálido de mi chico.

Kim Seokjin, el hombre que estuvo cara a cara con la muerte, y vivió para contarlo.

Uff, menuda trama. Cuando acabemos este libro le digo a la autora que la desarrolle.

Volviendo al tema y dejando de lado mi exageración barata, me apoyé contra el simio y este a su vez, reafirmó su agarre sobre mi cintura con un antebrazo, como para mantener el equilibrio. Extendió el otro, señalando acusatoriamente a su padre y entrecerrando los ojos intentando resultar amenazante, pero más que eso, solo consiguió lucir gilipollas.

- ¡Eh tú! ¡Las manos quietas con la princesa! ¿No ves que está medio dormido aún? ¡Capaz que se piense que yo soy tú y quiera besarte o algo!

- ¡SOY COMO TÚ! ¡TÚ ERES IGUAL!

- ¡Jin, no es momento para empezar a cantar canciones de Barbie! - Ay, lo siento, no puede contenerme.

- Por el amor de Dios, Namjoon - Jin Hoo, decidido a mantener el rumbo inicial de la conversación sin dejarse llevar por mis referencias cinematográficas (La segunda del día, andaba on fire), se cruzó de brazos y rodó los ojos - Jin nunca nos confundiría - Ya pensaba que diría algo profundo, o qué se yo, me esperaba alguna frase súper romántica, algo típico que diría un padre. Sin embargo, no era cualquier papá, sino el papá de Namjoon, una persona que de cada tres palabras que soltaba, dos eran idioteces, y como vosotros comprendéreis, la sangre es la sangre - Él puede que tenga un pésimo gusto a la hora de elegir hombres, pero ciego no es. ¿Confundir al original y la copia? No me hagas reír.

El peligris soltó alguna maldición entre dientes, cuidando por supuesto que no le oyeran y dejó ahí el tema, conduciéndonos a ambos hasta el sofá, donde nos sentamos. Mejor dicho, él se sentó y yo me desparramé encima suyo, apoyando mi cabeza en su hombro y consiguiendo que por ende, el moreno pasara un brazo por detrás de los míos.

- Buenos días, princesa - Murmuró observándome, dejando de lado su irritación y sonriendo sin mostrar los dientes - ¿Has dormido bien?

- Mmm, perfectamente hasta que me abandonaste en la Antártica - Él rió por lo bajo y depositó un beso en mi frente.

- Perdón por eso, papá se apareció aquí súper temprano pensando que me había muerto porque no había sabido de mí en estos días.

- Tiene sentido - Un bostezo gigante escapó de mis labios y posicioné una palma frente a estos para que no se me viera la existencia y más - ¿Tú dormiste bien? ¿Ya desayunaste?

- Sí y no. Dormí de maravilla. Y nop, no desayuné. El anciano este no trajo ni una mísera galleta - Soltó con tono rencoroso.

- Esta tercera edad... Mientras más viejos más tacaños se vuelven, Namjoon, es la ley de la vida.

- ¡Hey! ¡Que sigo aquí!

- Y que lo digas princesa - El simio continuó haciendo caso omiso a los reclamos del mayor de la sala - Mírate a ti, que- Y el golpe que le di en el pecho no le dejó acabar la frase, en su lugar, pegó un pequeño brinco. Chistosito, metiéndose con mi edad - Ya ni una broma puede hacer uno que por todo la gente se indigna...

- Ahora por payaso, te toca abstinencia un mes.

- Eso no te lo crees ni tú.

- Tienes razón. Ugh, no quiero ni imaginarlo - Fingí tener un escalofrío.

- Luces bonito hoy - Soltó dándome un pellizco juguetón en la nariz.

- Nada nuevo, siempre luzco hermoso - Mentira, tenía la cara roja e hinchada, y apostaba lo que fuera a que mi mal aliento se sentía en Australia, pero soy Kim Seokjin, así que mantendría lo divo hasta el fin de mis días.

- Tienes razón - Coincidió - Bello, precioso, divo, potro, dioso.

- ¡Dioso ni siquiera es una palabra, imbécil! - Exaclamé entre risas, y él abrió la boca para añadir algo, sin embargo, antes de que pudiera hablar, una luz brillante y molesta hizo acto de presencia, causando que desviáramos nuestra atención hacia el lugar de donde provenía y entrecerraramos los ojos.

Joder, que vergüenza, andábamos de melosos frente a su padre.

- Mierda - Musitó mi suegruski, seguido de un leve "tss" acompañado de un golpecito inofensivo a su celular, que tenía alzado en manos - Estúpido aparato.

- ¡Papá, si vas a tomar fotos como todo un acosador por lo menos asegúrate de quitar el flash!

- ¡Ay, pero no me agobies! ¡Aún no entiendo del todo estos cacharros modernos!

- ¡¿Entonces para qué lo usas?!

- ¡Es que os veiais muy bonitos! - Hizo un puchero, como si tuviese 10 años y no casi sesenta - No podía dejarlo pasar...

- Por lo menos dime que te ha salido bien y enséñamela, anda - El chisme se apoderó del simio, sustituyendo su supuesta molestia.

- Estoy seguro de que me ha quedado divina, he estado practicando con Soo ulti- ¡AHHHHHHHHHHHH! - De repente el man lanzó el teléfono por los aires y empezó a gritar, dejándome loco con ese cambio de actitud.

(Me imagino al suegris así XD)

- ¿Qué pasa? - Intervino el peligris, poniéndose de pie y agarrando el pobre móvil que milagrosamente seguía con vida.

No llevaba ni un segundo mirando la pantalla cuando sus estruendosas carcajadas empezaron a hacer eco por todo el lugar.

Yo le quité el equipo de las manos, revisando la imagen y comprendiendo el motivo de la burla instantáneamente.

Al parecer el mayor había cubierto con uno de sus dedos gran parte del lente, por lo que en la foto solo se veía una mancha amarilla y en un pequeño extremo podía notarse levemente la silueta del cabello de Namjoon.

- ¡Llevo tres años tratando de aprender a usar esa cosa! ¿Por qué es tan difícil, Dios mío? - Chilló mirando hacia el techo y sacudiendo las manos, hablando con el todopoderoso.

- Al parecer tu padre no se lleva muy bien con la tecnología - Susurré cuando Namjoon se volvió a sentar a mi lado.

- Y eso que no lo has visto con un ordenador. Con decirte que un día estaba tratando de usar paint y accidentalmente terminó dando clases online con un grupo de holandeses - Bien, en ese instante, el de las risas empecé a ser yo, no obstante, a diferencia de cierto moreno indiscreto, por lo menos puse un puño sobre mi boca para disimular.

Mi familia estaba loca, pero esta no se quedaba atrás.

- Bueno, ya está, la vida sigue - Jin Hoo se aclaró la garganta, recuperó la compostura y sonrió tranquilamente, como si instantes antes no hubiese tenido una crisis existencial severa - ¿De qué estábamos hablando? ¡Ah! ¡Sí! - Preguntó y se contestó él mismo. En serio, adoraba a ese hombre - Jin, de verdad que estoy súper feliz de que hayas vuelto.

- Yo también lo estoy - Correspondí a su sonrisa y enredé mis antebrazos alrededor de la cintura de mi novio, acomodándome de igual manera que antes de que se formara todo ese show.

- Nadie habla conmigo, pero por si interesa, yo también estoy feliz - Intervino el simio.

- Tienes razón, nadie habla contigo - Respondió el mayor.

- Y tampoco nos interesa - Le seguí solo para molestarle. Namjoon entrecerró los ojos por segunda vez, y comenzó a mirar de su padre a mí repetidas veces.

- Princesa traidora, te cambiaste de bando - Acusó.

- Bueno Jin - Intervino el mayor, ignorándole olímpicamente - Realmente no sé qué le ves a esta bestia que tengo por hijo, te lo pregunté la primera vez y aún ahora sigo sin entenderlo.

- Yo tampoco. Será porque es simpático, supongo... - Me la estaba pasando jodidamente bien en esto, ver a Nam cabreado por una tontería me daba años de vida.

- Os odio - Farfulló Simiojoon con tono rencoroso.

- Pero de todos modos - Continuó su padre como si nada - agradezco que hayáis regresado. Sabes que te tengo muchísimo aprecio, para mí eres como un hijo más.

- Es mutuo - Respondí - O sea, lo del cariño y eso, no lo del hijo. Yo lo quiero a usted como un padre, no como un hijo, usted no puede ser mi hijo. A no ser que yo tuviera muchísimos más años y fuera un vampiro o inmortal, porque para conservarme así de divino no podría ser un huma-Mejor me callo, ¿verdad? - Omaigá, de tanto juntarme con Namjoon se me estaba pegando lo pendejo.

- Sí, mejor - Soltaron los dos a la vez, mirándome con cara de "¿Tas bien?".

- Ehmm... - El vejete carraspeó - Joder, yo estaba tratando de volver este momento emotivo y mira con lo que me sales. Así no hay quien pueda, pierdo el hilo - Se puso una mano en la frente teatralmente y rodó los ojos, para posteriormente, luego de que yo musitara un suave "perdón" y Simiojoon riera por lo bajo acompañado de la frase "el karma existe", proseguir con su charla - A lo que quiero llegar es que estoy muy contento por vosotros. Gracias por querer a este idiota a pesar de todo - Señaló al menor de los presentes - Aunque no lo creas, solo es una persona decente y no un despojo humano cuando está contigo.

Y esas últimas palabras desprendían tanta honestidad, que toda mi diversión de antes se disipó de una manera que no parecía ser posible, para que en su lugar, se instaurara una presión extraña en el centro de mi estómago.

Mi simio hermoso, debió haberme extrañado un montón.

Reforcé el agarre sobre Nam y él en respuesta comenzó a trazar suaves caricias en mi cabello.

- Ya no tiene que preocuparse, suegri.

- ¿Suegri? - Mierda, dije el apodo en voz alta. Él alzó una ceja, Nam rió, y yo aparté la mirada nerviosamente, decidido a seguir hablando como si no hubiese dicho tal cosa.

- Tranquilo, no tiene que preocuparse por eso nunca más - Repetí - El idiota está atrapado conmigo, quiera o no.

También quise corregir que yo no solo quería a Nam, sino que lo amaba...

Pero nah, suficiente cursilería por una mañana.


Wenas...

Seguro ya ni se acuerdan de ... ¡Sigo viva!

Bue... Rapidito voy a explicar el motivo de mi desaparición.

Primeramente anuncié en mi tablero que os estaba preparando un regalito por el 14 de febrero y que por eso no iba a actualizar en esa semana. So, eso hice, comencé a subir un minific (que aún no acabo :'v) y pretendía acabarlo en pocos días para luego retomar las actualizaciones como siempre.

Peroooo a mi abuelo lo operaron (también lo dije por mi tablero, en caso de que quienes me siguen lo hayan visto) de apendicitis, una operación supuestamente sencilla pero que por tardanzas médicas se complicó hasta el punto de que pudo haber muerto. Su apéndice tuvo una sutura y comenzó a soltar pus, lo cual le provocó una infección interna.

Por suerte se pudo recuperar y actualmente ya está bien, pero como comprenderéis en este tiempo requirió de numerosos cuidados, así que mi mamá y yo estuvimos muy ocupadas atendiéndolo, y encima mi mamá también tenía que ir a trabajar, así que gran parte de las cosas en mi casa me tocaron a mí.

Evidentemente algunos asuntos tienen más importancia que otros, así que todo mi trabajo aquí en Wattpad quedó abandonado, en los pocos momentos libres que tuve estaba demasiado cansada como para escribir, y bueno, entre eso, mis problemillas de ansiedad, la depre que ataca cuando quiere y un largo número de etcéteras, pues me compliqué la existencia.

¡Pero ya estoy aquí!

Hice una portada nueva, está rarita pero bueno, se hace lo que se puede.

Muchas gracias por esperar y entiendo si alguien se hartó de hacerlo :( que soy muy impuntual con las actualizaciones (Básicamente porque muchas veces depende de mi estado anímico) y es normal que os canséis de esperar tanto.

Por cierto, pasaos por mi perfil si queréis para que veais el regalito que os dije. Se llama "El novio perfecto no exis...", Namjin también.

Os quiero mucho a pesar de siempre andar de desaparecida, y muchísimas gracias a los lectores nuevos que han llegado en este tiempo, siempre encontraba un ratito libre pa responder vuestros comentarios, me animaban mucho.

Ahhhhhh y por la noche subo otro cap, lo estoy corrigiendo pero casi está listo.

Un besazooo 😘

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