Capítulo 26- ¡No me lo puedo creer! ¡Soy gay!

Nam's pov

- ¡Mira Hobi! ¡He hecho un ornitorrinco!

- Tae bebé, eso es solo una montaña de arena.

- ¡Con forma de ornitorrinco!

- TaeTae eso no- Hoseok iba a replicar otra vez, pero conociendo como conocía a su novio, llegó a la conclusión de que dejar el tema ahí y seguirle la corriente sería la opción más acertada. - Tienes razón, es un ornitorrinco precioso. ¿Cómo se llama?

- ¡Perry! - Chilló con total emoción, sonriendo en grande, sin embargo, casi instantáneamente su expresión se tornó seria y comenzó a mirar hacia los lados, en busca de alguien que estuviera pendiente a su conversación, y al notar que no habían moros en la costa, se acercó al contrario para susurrarle al oído - Pero en el trabajo le conocen como Agente P. No se lo digas a nadie.

Eran apenas las diez y poco más de la mañana del sábado, y los ocho nos encontrábamos juntos en la playa, disfrutando del precioso día soleado que hacía y aprovechando al máximo nuestra estancia.

O mejor dicho, ellos se encontraban disfrutando, porque yo realmente lo que quería era que las horas pasaran rápidamente y poder llegar de una vez a mi casa, sin que nadie me molestara y sobre todo, sin tener que ver el rostro de la princesa cada cinco segundos.

La charla con ChanYeol me había dejado muy traspuesto, hecho mierda básicamente, y justo como os dije, al final decidí que él tenía razón y que cumpliría con su dichoso trato, porque eso sería lo mejor para todos.

Lo pensé en ese momento, y luego de ir a mi habitación, relajarme, y analizarlo con la cabeza fría, lo volví a pensar. En definitiva, no habían muchas opciones de todos modos, no si quería mantener la paz y la tranquilidad.

Por eso mismo, estaba cumpliendo la ley del hielo con Jin.

Apenas le hablaba directamente (aunque tampoco es que hubiéramos tenido mucho de qué hablar estando los chicos ahí), cuando él iniciaba una conversación en grupo yo no opinaba, y si íbamos a alguna parte, me posicionaba en el extremo más lejano al suyo.

Sin embargo, estaba siendo jodidamente difícil de cumplir, y eso que habían pasado simplemente un par de horas desde que nos encontramos, porque evidentemente en la noche no volví a ver a ninguno de mis acompañantes. Pero ya sabéis que el pelimorado era como un imán para mí; aunque no estuviéramos juntos, seguía queriendo estar a su lado y por eso justamente es que todo era tan complicado.

Lo peor de todo, era que mi interior estaba hecho pedazos, y aún así tenía que aparentar frente al mundo que las cosas estaban bien para mí.

Dejando mis crisis existenciales de lado, uno de los pocos puntos negativos del hotel era que había una distancia bastante larga desde los cuartos hasta el mar y las piscinas, por eso tuvimos que caminar lo equivalente a dos cuadras para llegar a lo primero mencionado, recorriendo de paso el resto de áreas comunes de la instalación. Por lo menos era jodidamente precioso, así que nos llevamos una buena vista.

Al llegar, casi inmediatamente me desparramé sobre una tumbona y me dispuse a entrar en un viaje astral para ver si de esa forma purificaba mis chakras y podía amenizar el ambiente (esto significa dormir, yo siempre haciéndome el rebuscado)  pero desgraciadamente todo el bullicio de tanto mis amigos como del resto de clientes no me dejó cumplir con éxito esta tarea.

Así que con total resignación, solo dos minutos después de haber llegado (sí, mis intentos por descansar no duraron mucho) el gran Namjoonie se cruzó de brazos y se puso a comprobar cómo estaba la situación del resto.

Ya habéis podido apreciar que Tae estaba jugando cual niño pequeño en la arena, mientras que Hobi le hacía compañía, admirándole como si un hombre de 27 años haciendo castillos de este material fuese lo más bonito del mundo.

Jimin y el pelimorado decidieron ir a por bebidas para todos, y mientras tanto Yoongi se acomodaba a mi lado, acompañado por Jungkook que lo hacía en la silla continua a la suya.
ChanYeol estaba en lo mismo, pero en una tumbona que se encontraba en la otra punta, bastante lejos de mí, por suerte y gracias a Dios.

- Veo que al final resolviste los problemas con Jimin. - Dije unos segundos después de que el pálido finalmente se acostara.

- Claro que sí, no hay nada que la Sugaconda no pueda hacer - Respondió con altanería, bajando de su cabeza sus gafas de sol totalmente oscuras y poniéndolas en el lugar adecuado, haciendo uso de su natural swag. Yo simplemente rodé los ojos, esbozando un pequeña sonrisa.

- Querrás decir el Sugaculo, porque bien que te pusiste en cuatro para que Jimin te-

- ¡Jungkook quedamos en que no se lo dirías a nadie! - Se levantó a la velocidad de la luz, le tapó los labios al otro, impidiendo que terminara de hablar, y gritó con extrema vergüenza, de la cual sus mofletes colorados eran testigo.

Obviamente no hizo falta que el menor acabara la frase porque el mensaje estaba más que claro, así que como era previsible viniendo de Kim Namjoon, me empecé a reír escandalosamente, pero no fui el único que se dedicó a descojonarse abiertamente de él, pues Hoseok se sumó a mis carcajadas, y el peliblanco también se rió, aunque poniendo un puño sobre su boca y apartando la mirada para disimular.

- ¡No os riáis hijos de puta! ¡Cualquiera lo hubiera hecho en mi situación!

- Si le hubieses pedido perdón antes no hubieses tenido que llegar a eso - Señaló el castaño entre risas, y Kookie asintió, sin poder hablar porque aún la mano contraria hacía presión sobre sus labios.

- Bueno, pero no lo hice ¿Y sabes qué? Me da igual lo que digáis, lo volvería a hacer para recuperar a Jimin.

- No, no, no, a ti lo que te pasa es que te gustó que te dieran tras tras por detrás - Alegué yo para molestarle, con lágrimas corriendo por mis mejillas producto a la risa, pero me detuve, al igual que los otros dos, al ver que Yoongi no contraatacaba esa afirmación.

- ¿No vas a decir nada? - Cuestionó atónito InsulsoYeol. Era curioso cómo hacíamos buen escándalo de algo tan normal e irrelevante para nosotros como lo era la vida sexual de Yoongi.

- Es que... No estuvo tan mal. - Murmuró tímidamente, y al ver nuestras muecas de horror, comenzó a agitar las manos de un lado a otro a la par que iba explicando - Es decir, sigo prefiriendo dar antes que recibir, pero cuando el dolor pasa también se siente realmente bien. - Kook asintió una vez más, apoyando ese planteamiento, siendo aún graciosamente silenciado por uno de sus novios, quien tras admitir eso en voz alta, estaba aún más rojo que antes.

Pretendíamos seguir burlándonos, pero cierta persona con enormes orejas decidió intervenir.

- ¡No me lo puedo creer! ¡Yoongi Hyung es gay!

- ¡Tú también eres gay Taehyung! - Dijo con molestia, soltando finalmente a Jungkook, quien tomó una gran bocanada de aire. Lo que recién había dicho era una cosa más que obvia, pero al parecer para el peliazul supuso una gran revelación, porque con completa cara de horror, puso sus manos en su cabello, jalando ligeramente de este y luego de unos segundos así, en aparente shock, se volteó en dirección a su pareja.

- ¡Hobi! ¡Soy gay! ¡Perdón por haberte engañado todo este tiempo! ¡Tienes que dejarme, soy un traidor!

- ¿Qué?

Y así fue como el tema sobre la versatilidad de Yoongi murió, ya que el pobre Hoseok tuvo que resolver un problema más importante acerca de la identidad sexual del hombre con el que llevaba saliendo un puto siglo.

Y después se molestaba cuando yo le decía que lo llevara al psicólogo...

En fin, en lo que esos dos se quedaban en lo suyo, llegaron Jimin y Jin, cargados de cervezas para repartir al grupo.

"Que la mía no me la Jin, que la mía no me la Jin, que la mía no me la Jin"

- Aquí tienes Namjoon - Mierda.

"Diosito, soy yo de nuevo, necesito que te decidas de una vez ¿Me alejo de Jin o le como la boca? Tus señales son muy ambiguas"

Bueno, tal vez estaba exagerando un poco, más teniendo en cuenta que solo me estaba dando una jodida cerveza, pero ya se me había terminado pegando lo dramático de cierta persona.

Cuando me di cuenta de que me había quedado como imbécil en silencio pensando todo tipo de gilipolleces, y que la pobre princesa llevaba horas con el brazo extendido en mi dirección para que tomara de una puta vez la lata, reaccioné finalmente, y me dispuse a agarrarla, pero algo raro sucedió cuando lo hice.

A lo mejor solo pasó en mi cabeza producto a todas las sustancias ilícitas que consumía (es coña eh, yo soy un tipo sano, algún que otro cigarrillo de vez en cuando, ya sabéis, pa' aliviar las penas, y bueno, el alcohol no cuenta, que sirve para desinfectar la garganta, dato curioso dado por la princesa hace un par de años) pero me pareció que el pelimorado no quería soltar la bebida.

A ver cómo os explico, yo tomé el objeto en cuestión con mi mano, pensando que como era de suponer, él apartaría su extremidad y me lo dejaría sin más complicaciones. Sin embargo, sabrá Zeus por qué razón, él se quedó en la misma posición, así que ahora ambos sosteníamos el artículo y nuestros dedos se tocaban ligeramente.

Alcé la cabeza para, con una mirada de confusión como si estuviera preguntándole qué pasaba y por qué no soltaba la puñetera cosa, encontrarme con una expresión extraña en su rostro.

No supe identificarla bien, pero era algo así como la cara que ponen los niños cuando creen que sus padres están a punto de regañarles y no saben el motivo de ello.

Aunque en esta situación era yo el que no entendía la causa de que estuviera así.

Por supuesto que no iba a preguntarle, y en caso de que hubiese querido, no hubiese podido de todas formas, porque segundos después finalmente zafó su agarre, y tras dar una especie de suspiro, volvió sobre sus pasos para sentarse al lado de su novio.

Su asquerosamente perfecto novio, quien casualmente en ese momento se estaba quitando la camiseta dejando a la vista su trabajado torso.

Dios mío, de verdad que estaba jodidamente bueno, si yo no hubiese estado enamorado de Jin y él prefiriera estar debajo, le daba.

Pero como evidentemente esa no era la situación, todo lo que consiguió provocar en mí con ese gesto fueron ganas de competir.

Igual no podía pelear por la princesa, pero sí podía demostrarle que yo estaba igual de caliente que él.

- Está haciendo calor aquí. - Dije, para llamar la atención de todos en general, y al ver que lo conseguí, me dispuse a quitarme mi prenda superior.

Básicamente les hice un streaptease de gratis.

En serio, puse más empeño en quitarme esa camiseta sensualmente que en las canciones del último álbum de Jungkook.

Una vez la tela estuvo completamente fuera, observé disimuladamente a IdiotaYeol, y le encontré mirándome con una ceja alzada, así que por ello le ofrecí una sonrisa torcida, de esas malditamente autosuficientes que tan bien se me daban.

Contrario a lo que me esperaba, él también sonrió disimuladamente y luego se giró hacia el pelimorado.

- Cielo, ¿me ayudas a ponerme protector solar?- "Jaque mate para mí" pensé.

- ¿No puedes hacerlo tú solo? - Chúpate esa AburridoYeol.

- Es que yo solo no llego a la espalda - Y esa frase, acompañada de un asqueroso puchero (de hecho era muy adorable, pero por haberlo hecho él ya me parecía repugnante), fue suficiente para que mi bebé accediera a cumplir con su petición.

Sip, lo que yo os decía, jaque mate.

Aparté la vista, sin querer ver todo el toqueteo de esos dos y empecé a beber la maldita cerveza.

Eso hice, hasta que una vez que Jin terminó de aplicarle la crema, el otro se volteó, le tomó de los mofletes y comenzó a besarle, o más bien, a meterle la lengua hasta el intestino.

Yo no podía hacer nada, pero tampoco iba a quedarme a ver como ese gilipollas se morreaba con la princesa a sabiendas de que me estaba jodiendo.

Ya él tenía claro que yo no pensaba intervenir, no tenía que estar demostrándome cada cinco segundos que Seokjin era su novio y no el mío.

Si lo que quería era molestarme, lo consiguió sin ningún tipo de dudas, pero no solo eso, también logró que mi pecho apretara incluso más que antes, y eso era decir mucho.

Con más brusquedad de la debida, dejé la lata sobre una parte de mi tumbona, haciendo que los ojos de algunos se desvieran en mi dirección, y me puse de pie, para acto seguido avanzar directamente hasta la playa con mis manos en puño y mi mandíbula tensa, sin decir una palabra.

- ¡Eh Namjoon! ¡Espérame, yo también voy! - Gritó Jimin, pero no le hice ni caso, simplemente caminé y provoqué que corriera un poco para estar a mi nivel.

Sin ningún tipo de conversación, los dos entramos y avanzamos un pequeño tramo hasta que el agua me llegaba por la cintura y a el pequeño un poco más por encima.

- Oye ¿Estás bien? - Preguntó tras asegurarse de que ninguno de los otros venía detrás de nosotros.

- Perfectamente - Vaya mentira.

- Mentiroso - Acusó entrecerrando los ojos.

- ¿Y si sabes que no estoy bien para qué cojones preguntas entonces?

- Eh, Eh, para el carro. Entiendo que estés enfadado pero no tienes que tomarla conmigo. - Ante sus palabras relajé mis facciones y expulsé aire. Tenía razón, él no tenía la culpa de todos mis problemas. De hecho, nadie en sí la tenía, todo era mi responsabilidad por seguir aferrado a un amor imposible.

Uff, que de película sonó eso, pero bueno, era la realidad.

- Lo siento. Es que yo... - Hice una pequeña pausa, y pasé mis palmas por mi rostro con frustración - Ya no sé ni qué me pasa. Si estoy celoso, deprimido, molesto, todo a la vez. Ya no sé ni mierda.

- Namjoon - Llamó, y enfoqué mi vista en su dirección. - Mira, voy a hablarte sin rodeos porque yo carezco de tacto para estas cosas. Tienes que decirle a Jin Hyung la verdad de una vez - Afirmó con total rotundidad, no había ni una pizca de duda en su voz, sino todo lo contrario, Jiminie tenía la convicción de que hacer lo que estaba diciendo, era lo correcto.

Pero como ya sabéis, yo no compartía su opinión.

- Jimin, ya lo hemos hablado. Las cosas están bien así, yo no-

- ¿Por qué eres tan cabezota? - Me interrumpió, con exasperación en su voz - Joder Namjoon, las cosas no están bien. Andas como un muerto viviente por todas partes, en la puta cara se te ve que tienes problemas, que la estás pasando mal. Deja de pensar en los demás y concéntrate en resolver tus putos conflictos. Joder, tío, tú también eres mi amigo ¿sabes? Me duele verte así - Y el brillo afligido de sus ojos solo pudo corroborarme su afirmación. Tragué grueso, sin saber qué contestar, pero él no me dio mucho tiempo de hacerlo de todas formas - Además, estás mintiéndole. Estás asumiendo que esto es lo mejor para él sin dejarle elegir. Si le dijeras la verdad, pudiera escoger por sí mismo qué es lo que más le conviene.

- Jimin, por favor, déjalo así, me duele la cabeza de tanto pensar en esto - Froté mis sienes a modo de afirmación de mi planteamiento, porque era la verdad. Ya estaba agotado de todo, de tener que pensar y decidir. La carga en mis hombros me tenía al límite.

Él abrió los labios para agregar algo, pero al final terminó cerrándolos nuevamente sin decir frase.

Estuvimos en total quietud (relativamente hablando, porque evidentemente aún existía el ruido producido por el resto de personas) por un corto tiempo, durante el cual me dediqué a intentar relajarme hundiéndome un poco más en el agua, solo dejando mi cabeza fuera, y cuando ya hubieron pasado un par de minutos, el enano culón volvió a hablar:

- Namjoon, yo solo te digo que lo pienses bien. Hoy estás a tiempo, pero tal vez mañana sea demasiado tarde.

- ¿De qué habláis? - La aparición de una nueva persona no me dejó contestar, y francamente lo agradecí, porque no quería tener que seguir dándole vueltas a este tema.

Kookie se paró detrás de Jimin, rodeándole con sus antebrazos por la cintura, haciendo que la espalda del más bajito quedara pegada a su pecho, y acto seguido apoyó su barbilla en el hombro contrario.

- Nada, solo le estaba contando lo lindo que te veías anoche tratando de consolarme. - Contestó el bailarín, girándose ligeramente con esa boba expresión de enamorado para poder ver a los ojos al menor, quien al escucharle, también sonrió como idiota dejando a la vista sus encantadores dientes de conejo.

No respondió, simplemente se limitó a dejar besitos por todo el cuello del más bajo, quien reía bajito por las cosquillas que le provocaba ese gesto, aunque estaba claro que a pesar de ello, se encontraba jodidamente disfrutándolo.

- Aún sigo aquí. Lo digo en caso de que os dé por follar. - Señalé rodando los ojos. Tanto amor frente a un hombre que estaba a punto de volverse monje no era una buena combinación.

- Amargado. - Eso no lo contestaron ninguno de los dos babosos, sino cierto pálido, que irónicamente solía ser el auténtico amargado, y que venía atravesando el agua para llegar a nosotros.

Al parecer este no quería quedarse fuera de la completamente diabética escena, así que se acercó a los otros dos, quienes estaban tan pegados que no me hubiese extrañado que se fusionaran, y se posicionó a un costado de ellos, extendiendo sus brazos para rodearles (lo que fuera posible porque no es como si el tipo fuera Luffy o algo así y pudiera estirarse tanto) y comenzar a dejar besos en los cachetes de Jimin y el hombro de Jungkook.

Ellos tan trío y yo tan solo.

En fin, la hipotenusa.

Un rato después, se unieron al grupo el resto de integrantes, por lo que los ocho estábamos en el agua charlando y compartiendo.

Bueno, todos menos Taehyung (que novedad XD) porque él decidió que buscar sirenas, a menos de 20 metros de la orilla, era una actividad más productiva.

Y no íbamos a ser nosotros quienes le quitáramos la ilusión. Bastante había tenido con descubrir que ser gay y homosexual eran la misma cosa (pues al parecer sabía que era homo pero no gay). Suficientes emociones fuertes para él en un día.

El caso es que pasamos gran parte de la mañana tranquilamente en el mar, nadando de vez en cuando, ya sabéis, haciendo lo típico que se hace en la playa, y luego de ello decidimos salir a comer algo, estábamos famélicos.

Realmente el tiempo había resultado ameno, pero obviamente seguía existiendo esa incomodidad que estar cerca de la parejita me provocaba, más después de esa "conmovedora escena romántica".

Pero no pasaba nada siempre y cuando no interactuara más de lo debido con ellos.

Un par de horas después, yo estaba con la panza llena recostado nuevamente en mi tumbona, viendo como el dúo de idiotas jugaba volleyball (malísimos que eran los dos por cierto) mientras que los menores y Jin hablaban a mi lado de sabrá Dios qué cosas, la verdad es que no les estaba haciendo ni caso.

¿Dónde estaba SosoYeol? Ni puta idea, pero estuve rezando para que un grupo de árabes terroristas hubiese aparecido y lo hubieran secuestrado, para entrenarle en el arte de poner bombas y unirle a su secta.

Desgraciadamente mis plegarias no fueron escuchadas, y poco tiempo después, cuando estaba regresando, pude descubrir el motivo de su repentina desaparición.

- ¡Eh chicos! - Llamó a Yoongi y Hoseok, quienes dejaron momentáneamente su juego para acercarse a donde estábamos todos. - ¿Os apetece bucear? Acabo de ver que hay una oferta. Por 50.000 wons te llevan en un bote hacia una zona llena de peces y si pagas un poco más te toman fotos y todo.

- ¿Bucear? - Preguntó Tae, su tono sonando ilusionado. AburridoYeol asintió. - ¿Con muchos peces? - el contrario afirmó una vez más - ¿Y podré encontrar a la sirena?

- Emm, no lo sé, a lo mejor sí - Contestó rascando su nuca, ligeramente desconcertado por la pregunta.

- ¡Yo quiero, yo quiero! - Chilló, saltando sobre su lugar y mirando a J-Hope, quien obviamente estaba apunto de acceder solo porque Tae quería ir.

- Vale... - ¿Veis? ¿Qué os dije? Aunque era gracioso, porque realmente se notaba que estaba cagado, Hoseok más miedoso no podía ser. Las cosas que hace el amor...

- Yo también voy - Saltó Kook, y Jimin y Yoongi también se apuntaron.

- Genial, entonces vamos yendo al puesto donde hay que pagar la tarifa, ellos ya nos dicen qué hacer después.

Siguiendo con lo propuesto por el peliblanco, el resto se puso de pie, comenzando a emprender rumbo en la dirección pertinente, pero pararon al ver que yo no les acompañaba.

- ¿Namjoon? - Preguntó Suga.

- Id vosotros, yo no tengo ganas. - Hice un gesto desdeñoso con la mano, restándole importancia al asunto.

Aunque de hecho, para mí si la tenía.

Ni loco me hubiese montado yo en un barco. Ninguno, de ningún tipo, lancha, bote, yate, crucero, lo que fuera, me daba igual, les tenía absoluta y completa fobia.

¿La razón?

Fácil, después de lo que le había pasado a mi madre, me había resultado simplemente imposible poner un pie en algún vehículo de este tipo sin que me asaltaran recuerdos dolorosos.

Irónicamente no le tenía miedo al mar, sin embargo tampoco es como si yo fuera un temerario que se iba hasta las profundidades, nop, simplemente me quedaba en zonas donde supiera que no corría riesgos.

Esto no se lo había contado a nadie, ni siquiera a mi papá  pues no me había visto en la necesidad de hacerlo ya que casi nunca me encontraba ante la posibilidad de tener que montarme en alguno de estos transportes.

Y no lo haría en ese momento.

- ¿Te vas a quedar solo aquí hombre? - Cuestionó de nuevo, y yo me limité a asentir.

- Tranquilos, no os preocupéis por mí, yo estoy bien. - Tal vez fuera cierto, me haría bien estar un tiempo a solas.

- ¿Seguro? - Inquirió dudoso y yo rodé los ojos.

- Que sí pesado. Iros ya de una vez.

Aún estaban algo inseguros, pero al final terminaron asintiendo y después de decirme el clásico "tranquilo, no te dejaremos solo mucho tiempo", reanudaron el paso.

- Yo tampoco voy chicos. - "Diosito, sigo sin entender tus putas señales"

Seguro que ya lo suponeis, pero yo lo diré de todos modos.

El autor de ese comentario fue nada más y nada menos que Jin, la persona que más me gustaba en el mundo y con la cual, contradictoriamente, no quería pasar ni un segundo a solas.

Solo de escucharle decir eso, ya mi cuerpo se puso tenso y quedé rígido sobre mi asiento, cruzando los dedos para que lo que había escuchado fuese producto de mi imaginación y realmente la princesa estuviera corriendo como desquiciado en busca del dichoso puesto.

No obstante, como ya os he dicho, yo no consumía ningún tipo de sustancias alucinógenas así que lo que había oído, realmente había sido dicho.

Jin no quería ir a bucear, y por tanto se iba a quedar allí conmigo.

Los dos.

Solos.

¿Que se suponía que debía hacer?

¿Matarme?

¿Ir a buscar a los terroristas que antes quería que se llevaran a ChanYeol para que me secuestraran a mí?

Claramente no fui el único al que esta noticia le tomó desprevenido, los otros seis también estaban completamente descolocados, en especial su pareja, quien por su expresión parecía que estaba a punto de tener un ataque de pánico.

¿Tanto temor le daba que la princesa se quedara a solas conmigo?

¡Ay por Dios, ni que lo fuera a violar!

- ¿Y eso cielo? - Trató de esconder el nerviosismo, pero a pesar de ello un filo ansioso se notó en su pregunta.

- Es que no me apetece. Me da cosita ver a todos esos peces ahí tan cerca mío - Se sacudió fingiendo un escalofrío, y luego le dio una sonrisa tranquila - Pero no te preocupes Chan, id vosotros, yo os espero - Y para alentarlo, comenzó a mover su mano indicándole que se fueran.

Obviamente InsulsoYeol no era idiota, y por eso desvío disimuladamente su vista hasta caer en mí. Yo le sostuve la mirada un par de segundos, pero terminé cruzándome de brazos y poniendo los ojos en blanco, demostrándole así que era un idiota si se creía que yo iba a hacerle algo a Jinnie.

Estuvo pensándoselo un ratito, de hecho, intentó convencerle un par de veces más, pero ante la ferviente negación y ver la expresión de serenidad en el rostro de la princesa, terminó resignándose y al final, después de darle un corto beso en los labios, los seis partieron, y con ellos se fueron todas mis esperanzas para sobrevivir a ese día.

"Ok Namjoon, mantén la calma, solo vas a tener que pasar un tiempo indefinido con tu amor imposible, quien encima anda mostrando toda la perfecta piel de su torso. Nada de que preocuparse, todo re casual... A la de tres te mandas a correr hacia donde te lleve el viento"

Una.

Dos.

- Bueno, parece que me tendrás para hacerte compañía - Jodida vida.

Justo cuando estuve a punto de decir tres, porque por si lo dudabáis de verdad estaba contando, el pelimorado se giró en mi dirección, pillándome en una pose bien rara que consistía en tener una pierna estirada sobre la arena y la otra flexionada sobre la tumbona, de tal forma que pareciera un ninja, o mejor dicho, un bailarín de ballet frustrado.

¿Quién ha dicho que las posturas de huida son bonitas?

- ¿Estás bien? - Preguntó cambiando la sonrisa amistosa que antes mostraba y sustituyéndola por una mueca de confusión más que justificada.

- Sí sí, solo me ha dado un calambre - Y para dar fe de mis palabras, empecé a hacer como si me estuviera estirando, pero luego de unos segundos así, haciendo el ridículo bajo la desconcertada mirada de la princesa, volví a recostarme y terminé resignándome a que sí o sí debía quedarme ahí con él.

Caminó en mi dirección, y se acostó justo en el asiento que estaba al lado del mío, el que había sido ocupado por Yoongi desde que habíamos llegado.

Genial, además de tener que pasar el rato con él, encima tenía que tenerle tan cerca.

Observé hacia un pequeño grupo de niños que hacían castillos en la arena, intentando evitar por todos los medios que mis orbes se movieran en contra de mi voluntad y terminaran deleitándose con la maravillosa imagen de Jin sin nada más que unos shorts púrpura (como su pelo), los cuales en otra época no hubiese dudado nada en quitar, en un lugar más privado obviamente, con los dientes.

Que pervertido sonó eso... Da igual, no sorprende a nadie viniendo de mí.

Estuvimos en silencio un buen tiempo, yo haciendo lo que antes os dije, y él mirando hacia el mar. Quizás estaba siendo demasiado evidente que quería evitarle, antes pude disimular más debido a que estábamos todos juntos, pero ahora era imposible esconderse.

Me sentía mal por el chico, pero entendedme, simplemente no podía, no solo por lo hablado con su novio, sino porque prestarle más atención de la debida terminaría por desmoronarme totalmente.

No supe bien el momento exacto, pero después de tomar una gran bocanada de aire, la princesa se giró en mi dirección.

- Namjoon - Dijo, y yo pegué un pequeño respingo pues al no estarle mirando su voz me había tomado desprevenido.

- ¿Sí?

- ¿Todo bien? - Cuestionó, aunque no pareció solo preguntar por preguntar, era como si quisiera decir algo pero por algún motivo no podía.

- Mmm - Hice una especie de gruñido a modo de afirmación, siendo quizá más tajante de lo que quería.

- Vale... - No dijo nada más por unos instantes, pero se quedó mirándome a la cara, provocando que me sintiera intimidado por culpa de sus ojos, era como si pudiera ver a través de mí, me estaba quemando de alguna forma con solo ese acto. - Tú... - Murmuró inseguro, y después de tragar grueso, llenándose de valor, soltó: - ¿Tú estás molesto conmigo?

¿Alguna vez en mis casi 29 años de vida yo había estado realmente, y cuando digo realmente quiero decir REALMENTE molesto con él?

Por favor, ni siquiera cuando me enteré de que había rechazado la oferta para irse a Francia me sentí del todo enfadado.

Simplemente era demasiado adorable, demasiado increíble, demasiado él como para que yo pudiera estar de malas con su persona más de dos milésimas de segundo.

Quizá por eso mi reacción fue un tanto exagerada, y mis ojos desmesuradamente abiertos fueron prueba de ello.

- ¿¡¿Qué?!? No, no, claro que no estoy molesto contigo. ¿Por qué crees eso? - Que pregunta más idiota Namjoon.

- Pues porque has estado ignorándome todo el día, y no sé, pensé que quizás había hecho algo que te molestase - Se encogió de hombros, empinando un poquito su labio inferior, casi como si fuera un puchero, luciendo demasiado lindo para mi propio bien.

- No, no - Negué repetidas veces con la cabeza - No me pasa nada contigo, es solo que... - ¿Y bien? ¿Que mentira más le vas a soltar ahora? - Es solo que no me he sentido con muchos ánimos hoy - Bueno, no le dije que le estaba evadiendo pero al menos no le engañé del todo. Ánimos era poco decir para lo que me faltaba a mí.

- Oh, ya veo - Se notaba mucho más relajado tras esa confesión de mi parte - ¿Quieres hablar de ello?

- No te preocupes, son solo bobadas mías - No podía decirle a Jin, que tenía problemas con Jin porque estaba enamorado de Jin y el novio de Jin lo sabía.

Nop, definitivamente no.

- Oh, está bien, perdona si he sido muy entrometido, solo quería ayudar - Se excusó levantando sus manos y mostrando sus palmas, y yo agité las mías diciéndole que no pasaba nada. - Ya sabes, si te hace falta algo y yo puedo colaborar solo me dices.

"Me haces falta tú"

Pensé, pero en vez de responder eso, comenté:

- Gracias, eres muy amable.

- ¿Por qué no has querido ir con los chicos? - Estamos chismosones hoy eh.

- No me apetecía.

- ¿Solo eso? - Su voz denotaba ese típico reproche que ponen las madres, cuando saben que les estás ocultando algo y quieren forzarte a que lo sueltes de una vez.

- Solo eso - No soné muy seguro la verdad, pero de todas formas no podía ponerme más sentimental y contarle los traumas de mi vida.

Sin embargo, algo pasó luego que me hizo llegar a la conclusión de que, mejor que él, no me conocía nadie.

- Oye Namjoon, ¿te puedo hacer una pregunta? - Mordió su labio, con cierto nerviosismo.

- ¿Qué pasa?

- Tú... Mira, primero pedirte disculpas si estoy siendo demasiado cotilla o si estoy tocando temas sensibles, pero desde que ChanYeol vino con la idea del dichoso buceo no me he podido sacar esto de la cabeza. - Hizo una pequeña pausa, y yo asentí instándole a continuar - ¿A ti te dan miedo los barcos?

- ¿Eh?

- A ver, estuve pensando en... en... Ya sabes, lo que le pasó a tu mamá - Habló bastante bajito, se notaba que estaba apenado y temeroso de tratar esto conmigo porque sabía que era un punto sensible para mí. Era jodidamente tierno  - Si yo hubiese estado en tu lugar, lo más probable es que ni por asomo quisiera subirme en algo de eso. Entonces creí que tal vez tu problema no era con ir a bucear, sino con la forma de llegar hasta la zona de buceo. - Terminó de hablar en un susurro, y yo simplemente me quedé mirándole, sorprendido de que hubiese llegado a esa conclusión él solo.

En ese instante justamente dos preguntas pasaron por mi mente:

¿Cómo era posible que ni siquiera mi padre hubiese descubierto esto y él lo hubiese notado así de rápido?

Y la más importante:

¿Cuánto tiempo la princesa pasaba pensando en mí?

Está claro que una persona solo se percataría de ese tipo de detalles cuando fueran relacionados a alguien que es medianamente importante para ella.

Me quedé quieto, sin saber como responder y creo que conseguí que se pusiese incluso más nervioso si era posible.

- Joder, discúlpame de verdad, no debí haber dicho eso, seguro que me he montado todo tipo de películas raras en mi cabeza. Perdón, haz como que no ha pasado na-

- Tienes razón Jin, por eso mismo no he querido ir - Corté sus innecesarias disculpas, dándole la razón y se quedó en completo silencio, viéndome con una expresión indescifrable en su rostro, la cual me hizo apartar la mirada, y rascar mi nuca con incomodidad y pena - Mierda, que vergüenza...

- ¿En serio Namjoon? ¿Vergüenza conmigo? - Soltó con total indignación, poniendo una mano en su pecho artísticamente, sacándome de onda con ese drástico cambio de actitud - ¡Por el amor de Dios, yo te he visto al borde del desmayo en el carrusel del parque de atracciones! Creeme que eso fue muchísimo más embarazoso.

- ¡Esa cosa iba muy rápido! - Exclamé, a la defensiva.

- ¿Rápido? Claro que sí, un aparato para niños alcanza velocidades inhumanas. Un poco más y nos hubiésemos muerto todos - Qué sarcástica andaba la princesa - ¿Pero y el día que lloraste mirando la película de los pingüinos de Madagascar?

- ¿Es que no tienes corazón? ¡Casi se muere el pobre Cabo!

- ¡Era un puto pingüino de dibujos animados! - Chistó, y yo no supe qué contestar, así que tal vez porque la situación era demasiado absurda, comencé a reírme un poco, siendo acompañado por él, pero a diferencia de la mía, su risa alcanzaba decibelios por encima de lo saludable para el oído humano.

- Jin, baja el volumen, parecemos locos - Y con eso solo conseguí hacer que se riera aún más alto. Negué suavemente con la cabeza, sin dejar se reír y esperando a que se le pasara el ataque.

Tras un tiempo así, finalmente logró controlarse, y recuperando aire, habló:

- Volviendo al tema, no tienes por qué sentir vergüenza. Yo entiendo, es más que comprensible.

- Gracias... supongo. ¿Por qué no has querido ir tú?

- Quería hacerte compañía. - Y se encogió de hombros, como si no fuera la gran cosa, sin saber que con esas tres palabras, había hecho que mi corazón se acelerara hasta hacerme sentir que saldría de mi pecho.

Yo sabía que estaba mal, pero era inevitable que adorara esos momentos con él.

Unos 20 minutos atrás estaba evitándole a toda costa y ahora solo quería que el tiempo no pasara y poder quedarnos así, hablando tranquilamente en la playa, yo no necesitaba nada más.

Quería besarle, abrazarle, quería hacer muchísimas cosas con él, pero me conformaba con solo estar a su lado sin tener que sentirme mal por lo que estaba haciendo, sin pensar en los demás, solamente disfrutando de su compañía.

Sin embargo, tristemente, el mundo no era color de rosa.

- Oye - Dijo, sacándome de mis pensamientos - ¿Alguna vez has intentado superar eso?

- Nunca, y tampoco lo he creído necesario, no es como si todos los días tuviera que montar en barco o algo así.

- Pero de todos modos, debes hacerlo Namjoon. Es... Algo importante para tu bienestar personal. - Explicó con algo de duda, queriendo hacer valer su punto, no obstante sin saber si lo estaba logrando.

- Jin, no voy a ir a un psicólogo o algo así por un jodido barco. Bastante terapia recibí cuando mamá murió, no quiero más.

- Te entiendo, pero no es necesario que vayas al médico. Solo... - Se quedó algo pensativo - Solo necesitas un impulso, algo que te ayude a ello.

- ¿Algo como qué?

- Como yo por ejemplo. Yo podría ayudarte. No te digo que tengamos que estar en un yate, pero tal vez po-

- Hola guapos - Una voz femenina, totalmente desconocida, nos llamó, por lo que ambos dejamos momentáneamente nuestra plática y desviamos la vista en su dirección. No era solo una, sino dos muchachas, bastante bonitas a decir verdad. Una de ellas era morena, y la otra rubia (teñida claramente). Andaban en traje de baño, y nos sonreían con cierta coquetería. - ¿No tenéis compañía? Si os apetece noso-

- Somos gays - Expresó Jin cortante, con cara de pocos amigos. Evidentemente quería que las mujeres se marcharan de ahí, y juro que tuve que hacer de tripas corazón para no soltar una carcajada producto a las muecas en las caras femeninas. La rubia miró en mi dirección, y yo asentí confirmándole lo que acababa de decir el otro. - ¿Qué hacéis aquí aún? Largo.

Jin, el espantachicas de playa.

Evidentemente las mujeres se fueron despavoridas, y él se volteó nuevamente en mi dirección.

- ¿No crees que te has pasado un poco? - Dije burlón, alzando una ceja.

- Me da igual, ellas interrumpieron mi momento - Con su característica actitud dramática, se sacudió el flequillo y yo esbocé una pequeña sonrisa. - Ahora, lo que te estaba diciendo. Tal vez yo pueda ayudarte Namjoon. Mira, aquí alquilan bicicletas acuáticas. Podemos montar en una y así avanzar un poco, tal vez de esa forma puedas superar ese miedo.

- No creo que sea buena idea Jin - Contesté lo que realmente pensaba, no me parecía para nada atractiva la opción de tener que montarme en una cosa de esas, en serio, me daba jodido pavor.

- Venga Nam - Nam, dijo Nam. - Yo voy a estar ahí contigo, no te va a pasar nada, y de todos modos no vamos a ir a la parte profunda. Déjame ayudarte. - Me dijo Nam.

Mierda, la princesa me dijo Nam de nuevo.

Era absurdo, tonto, infantil, y todo lo que queráis, pero mi interior se llenó de regocijo solo de escucharle llamarme así.

Como ya sabéis, Jin nunca fue de esas personas que usaban motes cariñosos, ni nada por el estilo, así que para mí, escucharle diciéndome Nam o simio, era una de las mayores muestras de afecto de su parte.

Y esta vez no fue diferente, así que tal vez por ello fue que sin pensarlo mucho, accedí al plan que me estaba proponiendo.

- Vale... Hagamos eso.

Ese día, pude montar por primera vez en más de 10 años en un vehículo acuático.

Mejor dicho, ese día, con la ayuda de Jin y después de mil intentos, pude subir de nuevo.

No puedo decir que mágicamente se me quitó la fobia, pero fue un avance considerable, y sé que la razón de ello es que el pelimorado estuvo a mi lado.
Lo hice porque él quería, justo como cuando fuimos al parque de atracciones, si mi compañero hubiese sido otra persona, ni por asomo hubiese puesto un pie en uno de esos transportes del demonio.

Además, ese día, justo ese mismo maldito día, me enamoré más de Kim Seokjin si es que eso era incluso posible.

Las cosas estaban yendo de mal en peor, y supe que muy pronto, se descontrolarían.

Sin embargo, a diferencia de lo que yo esperaba en un inicio, que las cosas explotaran no significó precisamente que todo hubiese cambiado para mal.

De hecho, al final, supuso todo lo contrario.

¿Por qué los capítulos me salen tan largos?

¡He usado casi siete mil palabras en el capítulo de una jodida playa!

¿Donde quedó esa Massiel que escribía puros caps de 2000 y pico?

Tengo que controlarme...

Bueno, a pesar de todo lo extenso que es espero que os haya gustado, está hecho con mucho amor.

Intentaré actualizar en la noche de nuevo y si no puedo, entonces mañna lo haré.

Un besazo, cuidaos mucho y nos leemos pronto. 😘😘

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