Capítulo 18- ¡A mí me encantan los pepinillos!
Nam's pov
Habían pasado varias semanas desde la boda de Tae Il y Jiho, y por consecuente, desde el pequeño incidente con Jin borracho.
O mejor dicho, "mi pequeño incidente", pues justo como había supuesto, al otro día él no se acordaba de prácticamente nada, solo de algunos detalles de cuando aún estaba en la fiesta.
Y francamente, no quería que lo hiciera, pues así solo se enfriarían más las cosas entre nosotros.
Ya le imaginaba todo nervioso, intentando evadirme en todo momento y definitivamente eso no lo deseaba, así que me resignaría a guardarme nuestro encuentro para mí mismo, de tal forma que fuese un secreto.
Total, no sería la primera vez que le ocultase algo.
Oh, pero esto no quería decir que él no supiera que yo le había llevado a su casa, pues al final Jimin había terminado contándole, y como ya os podéis imaginar, me llamó para agradecerme mil veces y disculparse en caso de que hubiera hecho algo fuera de lugar.
Por supuesto, no le conté ni cómo me pidió que le sacara como princesa, ni del vómito en el coche, ni de cómo me forzó a rapearle, a hacerle un cuento y a besarle el 70% de su rostro.
Solo le dije, para justificar la pérdida de sus zapatos, que en un acto de locura inducido por la propia borrachera, había lanzado sus mocasines y medias por la ventanilla del auto. De más está decir, que a pesar de que se sintió avergonzado, esto no le sorprendió en lo más mínimo, pues es sabido por todos que el pelimorado era capaz de eso y más cuando estaba ebrio.
Tampoco hice comentario acerca de mi derrumbe emocional.
De hecho, no solo se lo escondí a él, sino al resto del mundo.
Y es que ni siquiera sabía cómo explicar el porqué de lo que me había sucedido.
Simplemente colapsé, como si hubiese acumulado tantas cosas para terminar explotando hasta el punto de sentirme medianamente aliviado, pues claro está, nunca iba a encontrarme bien del todo.
Porque si no le tenía a él, entonces las cosas nunca llegarían a estar bien.
Pero esa revolución de emociones solo parecía estar afectándome a mí, porque el resto seguía igual que siempre: todos atareados por sus empleos, llevando su vida, disfrutando de sus parejas, aprovechando sus días de descanso y trazándose nuevas metas.
En fin, la rutina.
El planeta no iba a detenerse porque Namjoonie tuviera mal de amores.
Ahora mismo, me encontraba llegando a una de las tantas cafeterías del centro comercial, con el objetivo de reunirme con Mark y Jackson.
Como dije antes, el último nombrado y yo nos llevábamos realmente bien, por lo que este tipo de reuniones casuales entre nosotros no eran nada del otro mundo, y además, debíamos aprovechar el hecho de que ambos teníamos el día libre.
Entré al establecimiento, comencé a mirar en todas las direcciones en busca de encontrarles, y cuando finalmente di con ellos, avancé en su dirección.
- Hombre, ya era hora. Casi me hago viejo esperando. - Reclamó Mark con frustración, antes de que yo hubiese llegado a sentarme siquiera.
- Ya eres viejo - Respondí desinteresadamente y él rodó los ojos, en lo que su novio se reía ligeramente por lo bajo. - Perdonad, es que he tenido que ayudar a mi padre con una cosa del restaurante.
- Tranquilo, solo llevamos aquí 10 minutos - Dijo el castaño, haciendo un ademán con la mano para restarle importancia.
- Si con 10 minutos quieres decir 40, entonces sí, llevamos solo 10 minutos esperando - Supongo que no haga falta decir quien fue el autor de ese comentario. Un vez dicho esto, el chico de dentadura peculiar comenzó a mirarme de arriba a abajo, para acabar plasmando una expresió burlona en su rostro - Vaya Namjoon, bonita camiseta - Miró con sorna a la prenda que llevaba puesta, reprimiendo una sonrisa que amenazaba con abrirse paso a través de sus labios.
Bueno, técnicamente, razones tenía, porque lo que cubría la parte superior de mi cuerpo, era nada más y nada menos que la camiseta de Mario Bros que Jin me había hecho comprar aquella vez.
Era verdad que había pasado muchísimo tiempo, pero a pesar de ello, yo la había cuidado como oro y por tanto se conservaba considerablemente bien.
En otro momento de mi vida quizá me hubiera dado vergüenza usarla, pero en las circunstancias en las que me encontraba, donde un mísero pedazo de tela era lo más cercano a él que tenía, me resultaba absolutamente irrelevante lo que pensaran el resto de las personas, porque esa embarazosa prenda, era un bonito recuerdo de mi princesa, uno de los pocos que me quedaban, por lo menos físicamente.
Probablemente él se hubiese deshecho de la suya...
Agité mi cabeza, disipando así la bruma de pensamientos, y me limité a ignorar el comentario de Mark, porque si algo había aprendido desde que le conocía, era que no se le podía prestar atención cada vez que dijera algo sarcástico/ofensivo, pues en caso contrario esto significaría tener que discutir con él siempre que abriera la boca.
- ¿Habéis pedido algo? - Pregunté echándole un vistazo al menú que estaba sosteniendo.
- Solo unos zumos, estábamos esperando a que llegaras - Contestó mi amigo (o sea Jackson), obviando también la actitud de su pareja.
- Genial, me muero de hambre.
Unos instantes después, se acercó un chico muy simpático y guapo a tomar nuestro pedido. Según la pequeña plaquita que se encontraba a un costado de su pecho, su nombre era Taemin.
Luego de un par de apuntes, el joven se marchó y para hacer tiempo, comenzamos a charlar de temas triviales que carecían de cualquier tipo de importancia, hasta que no pude aguantarme más, y terminé soltando lo que llevaba rato queriendo preguntar.
- ¿Y qué tal os va en el local de Jin? -Intenté parecer desinteresado, pero en mi interior me encontraba expectante por una respuesta.
- Oh, genial. - Contestó el castaño - Es un tío estupendo, y súper amable.
- ¿Verdad que sí? Ya os había dicho yo que os caería genial.
- Cocina delicioso - Esta vez habló el pelinegro.
- Lo hace - Asentí apresurada y repetidamente con la cabeza, estando totalmente de acuerdo con él. Jin era definitivamente el mejor cocinero del mundo.
- Cada vez que tenemos turnos nos prepara algo diferente.
- A los chicos también les cae genial. Yugyeom le llama "Jin Hyung" - Intervino el jefe de obras nuevamente, riendo por lo bajo, supongo que ante el recuerdo de uno de sus trabajadores tratando tan familiarmente a su nuevo jefe.
- Sin duda es el mejor empleador que hemos tenido. Y encima tiene estilazo. Ayer llevó unos vaqueros que le sentaban de maravilla.
Era la primera vez que escuchaba a Mark siendo tan transparente, no había un matiz irónico en su voz, simplemente estaba hablando en serio, como si admirara al pelimorado. Pero no era para menos, cada vez más gente se iba dando cuenta de lo increíble que era mi chico.
- ¿Le estabas mirando el culo a Jin? - Cuestionó Jackson observándole, cruzándose de brazos y alzando una ceja.
- Error, le miraba los pantalones, ya te lo he dicho. - Recalcó el otro, como si no fuera la gran cosa.
- Ya, los pantalones...- Rodó los ojos y puso una expresión de molestia.
¿Estaba celoso?
Hombre, evidentemente mi Jin era increíblemente guapo, tanto que a cualquiera se le irían los ojos, pero estaba claro que Mark era una pasiva de primera, así que entre él y la princesa no habría ningún tipo de compatibilidad en lo que al ámbito sexual se refería.
- ¿Te has enfadado? - Cuestionó con cierta inseguridad
- No - Respondió tajante.
Definitivamente estaba enfadado.
- Eres un tonto - Dijo entre risas, para posteriormente pasar un brazo por el hombro de su novio y apegarlo a su cuerpo. - Tranquilo cariño, que tú tienes el culo más hermoso del mundo- Y dicho esto le dio un pequeño beso en su mejilla, haciendo que la expresión del contrario se relajara.
Dos cosas:
Una: El culo más hermoso del mundo era el de Jin, de eso no había ningún tipo de duda.
Dos : Definitivamente no estaba entendiendo nada.
Por la forma en que se estaban expresando, daba pinta de que Jackson "iba debajo", lo cual no hacía ningún tipo de sentido, porque... Pues porque no, y ya está, mi amigo tenía pinta de ser de mi bando, y además, como ya he dicho, la actitud del muchacho de extraños dientes, era demasiado ostentosa.
Pero bueno, ante la duda, preferí preguntar.
- ¿Quién le da a quien?
Joder Namjoon, podrías haber sido un poquito más discreto hombre.
- Pues yo doy - Respondió con cara de póquer... ¡Mark! - ¡Pero no pongas esa cara hombre! - Se quejó debido a la mueca de desconcierto que yo estaba mostrando.
¡Pero es que no me lo podía creer!
A ver, yo sé que ser homosexual no tiene nada que ver con ser más o menos masculino, definitivamente eso es totalmente irrelevante, pero hay determinados casos, en los que que los roles están más que claros, por ejemplo, Jiho y Tae Il. Nadie en su sano juicio pensaría que el cocinero fuera el dominante en la relación.
Y justo eso mismo me pasaba con esta pareja.
- No puede ser... - Comenté abrumado, mi reacción era considerablemente exagerada, más si teníamos en cuenta que hablábamos de la vida sexual de mis amigos y no de algún tema de especial significación para mí. - Estás mintiendo.
- ¡Qué no hombre! ¡Que el que la mete soy yo! - Jackson, quien estaba sonrojado y claramente avergonzado por todo lo que estaba sucediendo, le dio un golpecito en el hombro tras su vulgar comentario - ¡Díselo cariño! - Reclamó como si fuera un niño pequeño, saltando sobre su lugar y sobando la zona agredida para aliviar el dolor. El castaño se limitó a asentir tímidamente.
- ¿En serio? - Volvió a afirmar, consiguiendo que yo abriera enormemente los ojos.
No supe bien cuándo, ni cómo, el ambiente se tornó ligeramente tenso, pero por suerte y gracias a Dios esto no duró mucho, pues Taemin regresó justo en ese momento con nuestros pedidos, con una sonrisa tan grande y resplandeciente, que logró cortar de cuajo la incomodidad, y hacer que, tras agradecer, nos centráramos en los deliciosos aperitivos que teníamos enfrente.
- Iugg, pepinillos - Habló Mark, con cara de asco, y acto seguido abrió su bocata de jamón y queso, para sacar el ácido ingrediente antes mencionado poco a poco, y comenzar a dejar los trocitos en el plato de su pareja.
Yo solía hacer mucho eso con la princesa, pero en lugar de pepinillos, mi archienemigo natural eran las zanahorias.
Putas zanahorias.
Aunque a diferencia se Jackson, que no se quejaba, el pelimorado me hubiese regañado y dado un sermón acerca de la importancia de esas pequeñas y anaranjadas verduras del infierno, para al final, obligarme a comer por lo menos la mitad de ellas.
Echaba de menos cosas tan simples como esas.
La vida sin él y sus regaños era aburrida.
- Por cierto Namjoon. ¿Hace cuánto conoces a Jin? - La voz de Jack me sacó de mi ensimismamiento y parpadeé un par de veces procesando sus palabras.
- ¿Jin y yo? Hace poco hicieron 6 años - Respondí, con tristeza disfrazada de indiferencia, y acto seguido le di una mordida a mi hamburguesa.
- Wow, hace un montón. - Expresó con asombro - ¿Y cómo os conocisteis? - Tragué duro, inseguro de qué decir. Tras unos segundos hablé:
- Oh, pues en una fiesta. - No pretendía comentar mucho más, pero de forma inconsciente, comencé a divagar - Llevaba un suéter rosa gigante, cabían tres de él ahí dentro - Reí por lo bajo, mirando fijamente hacia mi refresco, con el cual mis dedos se encontraban jugando - Estaba molesto porque sus hermanos andaban todo borrachos... Terminó llevando a los tres a rastras - Volví a reír, recordando aquella vez en la que sacó al trío de idiotas con total frustración, súper dramático como siempre.
- ¿Os enrollasteis? En la fiesta digo - Cuestionó el pelinegro, siempre de inoportuno.
"Ojalá"
Pensé.
- No Mark, no nos enrollamos - Rodé los ojos, exasperado por la actitud de este chico. Si bien no les había dicho que la princesa y yo tuvimos una relación, tampoco les mentí del todo, pues efectivamente, y a pesar de que yo quisiera, en esa celebración no paso nada de nada entre nosotros.
- Pero a ti te gusta Jin - Expresó con rotundidad, como si no hubiera duda de sus palabras, y diciendo esto, tomó una patata frita de su novio. Ya os podéis imaginar que me sorprendió muchísimo lo que había dicho, pues definitivamente no me lo esperaba.
¿Tan obvio era?
- Yo... Y tú... Jin... - Comencé a balbucear cosas sin sentidos, nervioso, pues no encontraba forma de negar su afirmación. Él simplemente me observaba alzando una ceja, y tras un rato entre frases inconexas, paré abruptamente y suspiré, llegando a la conclusión de que no tenía caso negarlo.- Sí, me gusta... Mucho.
- Se te nota Namjoon. - Dijo el castaño.
- ¿De verdad? - Asintió con una sonrisa comprensiva.
- Tu forma de hablar de él es... ¿Distinta? Sí, esa es la palabra, distinta. Como muy cariñosa.
- Vaya... Bueno, supongo que me cuesta trabajo esconderlo - Rasqué mi cabeza con cierta timidez.
- ¿Y por qué no estáis juntos? - Preguntó el pelinegro como si fuese lo más normal del planeta, dejándome a mí con cara de quien ha visto a un muerto. Al parecer su compañero notó cuan inapropiado había sido su comentario, y por ello le dio un pellizco en el brazo, pero de más está decir que al hombre no le importó en lo absoluto.
- Mark, Jin tiene novio.
- Sí... ¿Y?
- ¿Cómo que "Y"? - Este chaval definitivamente me sacaba de mis casillas - ¿No has pensado que si está con ChanYeol es porque... - Fingí quedarme pensando, para luego soltar con el mayor tono de obviedad posible: - le gusta?
- Namjoon, Jin no está enamorado de ChanYeol - Habló desinteresadamente, dejándonos a los dos restantes mirándole con incredulidad.
- Mark, eso no es asunto tuyo, cállate y-
- No, no, Jack, lo digo en serio - Cortó al nombrado para seguir hablando - A ver chicos, está claro que ChanYeol le gusta, porque vamos, el tío está cañón - Miró en dirección a su pareja, quien le observaba frunciendo el ceño - Oh vamos, no me mires así, a todos en esta mesa nos resulta atractivo - Bueno, técnicamente, y a pesar de que tuvieran que amenazarme con la pena de muerte en la silla eléctrica para que lo admitiera en voz alta, él tenía razón - Pero a lo que iba - Rodó los ojos - A Jin le gustará mucho y todo ese rollo, pero definitivamente no está enamorado de él.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro? - Pregunté con absoluta desconfianza.
- Namjoon, yo sé distinguir cuando hay amor de verdad, o simplemente es una cosa pasajera. No sé explicarlo, pero en Jin no veo esa chispa, esa adoración por el otro. Como lo que tenemos nosotros dos - Señaló a la persona que estaba a su lado, quien situó una mano sobre su muslo acariciándolo suavemente, y se encogió de hombros - ChanYeol es otra historia. Ese sí está coladito por Jin hasta las trancas. - Un sabor amargo se instaló en mi garganta al escuchar esto último, pero iba a acompañado de otra sensación...
¿Esperanza?
Numerosas preguntas comenzaron a atacarme en cuestión de nanosegundos.
¿De verdad Jin no estaba enamorado?
A mí no me daba pinta se que no lo estuviera, pero la verdad era que yo podía llegar a ser muy despistado, justo como cuando no me di cuenta de que le gustaba a Dong Sun en preparatoria.
¿Sería cierto lo que decía Mark?
No sabía si él tenía razón, pero lo que sí estaba claro, era que verdaderamente lo pensaba, porque si algo le caracterizaba, era su cruda sinceridad en todo momento.
Y por último, pero definitivamente más importante.
Esa chispa, esa adoración de la que hablaba el pelinegro...
¿La tendría Jin cuando estaba conmigo?
Un par de horas después del inicio del almuerzo con mis amigos, ellos se marcharon a donde quiera que pretendieran ir, y yo estuve a punto de hacer lo mismo, sin embargo, recordé que esa mañana al levantarme, había roto la pequeña lamparita que se encontraba en mi mesita de noche.
Oh dios mío, qué novedad, Namjoon rompiendo cosas... Nótese el sarcasmo.
Por tanto, y con el objetivo de comprar un nuevo artefacto ( si era posible idéntico al anterior para que mi padre no me saliera con la charla que llevaba dándome desde los 8 años sobre tener que cuidar más las cosas), emprendí rumbo hacia una de las tiendas, donde vendían este tipo de útiles, entre otros artículos cuyo papel era garantizar la funcionalidad de un hogar.
Aún pensando en las palabras de Mark, o mejor dicho, distraído totalmente pensando en ello, entré al lugar y comencé a buscar lo anteriormente mencionado.
Recorrí un par de estantes, y cuando finalmente di con lo que quería, estiré la mano para alcanzarlo, pero menuda sorpresa me llevé cuando al tocar el producto, otra extremidad se cruzó en mi camino, de tal forma que tanto yo como el desconocido sujetábamos el pequeño artilugio.
Bueno, resultó no ser un desconocido, porque cuando giré la cabeza, con el fin de identificar al comprador que coincidía con mis gustos, me topé con los ojos más jodidamente bonitos de todo el universo mirando con sorpresa en mi dirección.
- ¿Namjoon?
- ¿Jin?
Preguntamos los dos a la vez, para acto seguido soltar el objeto y mirarnos de frente, recorriéndonos mutuamente de arriba a abajo.
Y mi corazón comenzó a bombear rápido.
O esto era una señal divina, o algún ser superior se estaba burlando de mí.
Era demasiada coincidencia.
Justo delante de mi persona, se encontraba el causante de mis suspiros, portando unos pantalones de mezclilla clara que le sentaban de lujo y unos tenis blancos.
Hasta aquí todo normal.
¿Pero sabéis qué coronaba este look?
Una camiseta de Mario Bros totalmente idéntica a la que yo estaba usando.
Los engranajes en mi cerebro comenzaron a trabajar, y esto me llevó a considerar distintas posibilidades.
Uno: Jin se había vuelto a comprar otra camiseta, lo cual era muy poco probable, y más si teníamos en cuenta lo desgastada que se veía la que llevaba.
Dos: Estaba usando la misma que obtuvimos hacía más de cinco años por el simple hecho de que era un fan empedernido del "Señor Mario", que a decir verdad, era la opción más realista.
Y tres: La portaba porque le recordaba a mí.
Bien sabía yo que la probabilidad de que está última fuera la causa era prácticamente nula, pero como os he dicho millones de veces, Kim Namjoon era un idiota enamorado, y por tanto, decidí engañar a mi atolondrado corazón creyendo que su motivo para vestir la camiseta era el mismo que el mío.
"No se deshizo de ella"
Y automáticamente sonreí.
Fue una sonrisa accidental, de esas que nos salen solas aunque pretendamos lo contrario, y él me miró con extrañeza, supongo que le resultaría raro el hecho de que me hubiese quedado callado, mirándole fijamente y sonriendo como un puto loco.
Pero es que en ese momento, algo dentro de mi pecho empezó a sonar como si fuera una alarma de emergencias, avisándome que igual Mark tenía razón y que tal vez el hecho de que nos hubiéramos encontrado de esta forma, fuera una pequeña luz de esperanza en la oscuridad.
- Cariño, aquí está lo que me habías pedido... ¿Namjoon?
O quizá no, pues una tercera voz apareció para explotar mi burbuja, esa en la que solo existíamos la princesa y yo.
Inmediatamente mi expresión de felicidad se fue desvaneciendo poco a poco hasta llegar a convertirse en una pequeña y desagradable mueca incómoda.
- ChanYeol...
Holis!! Cómo estáis??
Otro capítulo, espero que os haya gustado, este no es la graaannnn cosa, pero bueno, nuestro querido "San Mark" apareció para aclararle un poco la mente a Namjoonie.
Por cierto, dentro de muyyy pocooo, menos de 10 capítulos, habrá salseo Namjin, porque ya es hora, estoy sufriendo con mi propio fic y pos eso no puede ser 😂😂😂
¡¡Quiero escribir cosas guarras!!
Bueno no 😂😂😂 Pero sí quiero meter romance de una vez, tengo pensada la escena de la reconciliación desde hace un puto siglo 😂😂 Aunque esto tardará un poco más... O sea, pasarán cosas pero para que vuelvan oficialmente serán aproximadamente 12 o 13 capítulos, creo, porque ya sabéis que a me están quedando súper largos, pero si logro controlarme en 10 más o menos tenemos Namjin 💜💜
Un besazo, y cuidaos mucho 😘😘😘
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