Capítulo 16- ¡Hobi es novio de Kookie!
Nam's pov
Después de un inicio de ceremonia francamente peculiar, los familiares de tanto Jiho como Tae Il, se dieron la tarea de intervenir y tratar que todo siguiera el curso correcto, es decir, se dispusieron a impedir que esos dos terminaran saltando directamente a lo que se suponía que debía suceder en la noche de bodas ( cof cof follar cof cof).
El caso es que una vez cumplieron con su cometido, el resto del proceso transcurrió relativamente normal, con alguna que otra gilipollez por parte del más alto de los dos novios, pero nada preocupante.
Ya era de noche, sin embargo, la fiesta aún no había terminado, de hecho, para algunos parecía que recién empezaba, y entre ellos se encontraban Yoongi, Hoseok, Taehyung, Jungkook y Jin, quienes estaban tan borrachos que no me hubiese sorprendido que no recordasen su nombre.
Curiosamente, el único que no había tomado más de una copa de vino, y que por tanto me hacía compañía en mi estado de sobriedad, era Jimin.
Ambos estábamos sentados en una de las mesas que habían sido preparadas para los comensales, picando alguna que otra cosa, y apreciando como el resto hacía el ridículo en la pista de baile.
La escena era digna de comedia.
Jungkook y Tae eran, extrañamente, los que mostraban mayor normalidad, pues simplemente se limitaban a moverse de un lado a otro, siguiendo el compás de la música y soltando alguna que otra risilla idiota.
Pero sin duda, los que más sorprendido me tenían eran mis dos mejores amigos.
Sin exagerar: parecía que les habían hecho un cambio de alma.
El siempre risueño Hoseok, estaba desplomado en una esquina, con cara de quien acaba de salir de un funeral y aferrado a una botella de vino como si de un bebé se tratara, susurrándole: "Tú eres la única que me entiende"
Sip, tal como un pobre borracho de esos que te encuentras tirado por la calle.
El pálido era una historia totalmente distinta, de hecho, si no le hubiese visto, nunca me hubiese creído que de verdad lo que estaba pasando frente a mis ojos, había ocurrido.
Se encontraba literalmente en el centro de un círculo hecho por otro pequeño grupo de invitados, con la camisa abierta completamente, mostrando su blanquecino torso, inclinándose de una extraña forma hacia atrás, y rociando sobre su piel desnuda el contenido de una lata de cerveza, siendo animado a seguir por sus espectadores, quienes coreaban algo como "Eh eh eh" y "Oh oh oh" de vez en cuando. Ah, y se me olvidaba un pequeño detalle, no había dejado de sonreír, sus comisuras debían dolerle de tenerlas tanto tiempo alzadas, pero seguramente eso no fuera nada comparado al dolor de cabeza que tanto él, como el resto, tendrían al otro día producto a la resaca.
Y luego estaba Jin.
La princesa no sé de dónde cojones había sacado unas barras de luz neón luminosas de color verde, pero el caso es que las agitaba de un lado a otro mientras guiaba con sus pasos a un grupo de personas que ponían todo el afán del mundo en imitarle.
Imagniaos la escena: el pelimorado, cuyas habilidades de baile no eran para nada destacables, instruyendo una coreografía creada por él mismo a otra panda de ebrios.
Y lo más curioso de todo, es que quien estaba justo detrás de él, siguiendo al pie de la letra sus descoordinados movimientos, como la mayor fan del mundo, era nada más y nada menos que la señora del baño. Y al parecer se habían vuelto mejores amigos o algo así.
Qué cosa tan curiosa...
Bueno, total, que estaba mi chico dando lo mejor de él, perreando hasta el suelo en la pista, y yo me limitaba a mirarle embobado, con cara de quien tiene a su dios delante, pero es que para mí, Jin era mejor que cualquier dios.
- Se te va a caer la baba idiota - Me regañó Jimin, su voz sacándome de mi ensimismamiento. - De verdad Namjoon, eres demasiado obvio - Dijo como si no hubiera ningún tipo de dudas en sus palabras, negando ligeramente con la cabeza y tomando un sorbo de su vaso de agua. Quise refutar su planteamiento, pero al ver que al abrir mi boca no brotaba ningún sonido, básicamente porque él tenía razón, volví a cerrarla.
Pero es que, joder, es complicado aparentar una cosa cuando sientes otra, y en mi caso, me era prácticamente imposible transmitir algo más que cariño hacia su persona, por mucho que me esforzase.
Me limité a hacer caso omiso a su afirmación, y desvié la vista hacia donde estaba mi padre. El hombre tenía un brazo por detrás de los hombros de Jaebum, quien portaba una mueca de incomodidad total en su rostro, y con el otro hacía gestos en el aire, como si le estuviese explicando de algo, que, a juzgar por su expresión, le parecía extraordinario.
Conclusión: uno más que había caído bajo los efectos del licor.
Suspiré pesadamente, y le di un sorbo a la botella de cerveza que tenía desde que había empezado la noche.
- Oye Jimin - Le llamé una vez tragué.
- Mmm.
- ¿Y eso que no te has unido a los idiotas?
- Mañana tengo que dar una clase en la academia, y no se me hace el mejor plan del mundo andar todo el día con ganas de potar - Se encogió de hombros.
- Tienes razón, mejor prevenir antes que vomitarle en la cara a uno de tus alumnos - Reímos un poco los dos. - Pero ¿Hoseok no tiene que ir también?
- El tiene el día libre mañana. Solo yo me encargo de las clases de contemporáneo.
- No sé qué mierda sea eso, pero seguro que te sale genial. - Volvimos a reír y a beber de nuestras respectivas bebidas, enfocando nuestras miradas en el ser del cual estuvimos hablando hace unos segundos.
- ¿Está llorando? - Cuestionó con incredulidad, observando como nuestro amigo sorbía sus mocos y se limpiaba las lágrimas que resbalaban por sus mejillas con la manga de su saco.
- Sí, eso es justo lo que está haciendo.
- ¡Oh dios mío! - dio un golpe en la mesa con sus palmas, poniéndose de pie - ¡Yoongi se está bajando los pantalones! - Y sin más, se marchó en dirección a una de sus parejas, para evitar que hiciese algo de lo que se pudiese arrepentir al otro día, o mejor dicho, algo más.
No podía esperar a que estuviera sobrio para burlarme de él y mostrarle los vídeos que habíamos hecho.
Y hablando de vídeo...
Con una sonrisa maliciosa, saqué mi móvil de mi bolsillo, y seguí los pasos del bajito, lo que en lugar de ir en dirección de Suga, mi objetivo era el castaño.
Inmediatamente puse la cámara, y presioné el el botón de grabar.
- Y con todos ustedes, J-hooooopeeeee. - Chillé burlón, haciendo que finalmente notara mi presencia y pegara un respingo en su lugar, para que posteriormente alzara la cabeza, coincidiendo finalmente con el aparato que tenía en las manos.
- ¿Eso es un pingüino?
-¿Eh?
- ¿Que si eso es un pingüino? - Señaló al celular, y yo situé un puño sobre mi boca, reprimiendo una carcajada que amenazaba con salir. - ¿Sabías que las focas comen pingüinos bebés?
-...
-...
-...
-...
- ¡Pero no llores hombre!
Al parecer, la dieta que llevaban los focas, era el principal motivo de su "tristeza", y la razón por la cual lloraba a cántaros.
Por supuesto, yo como buen amigo, me dediqué a descojonarme en su cara todo lo que me dio la gana, y cuando ya consideré que había filmado lo suficiente (pues tenía alrededor de 10 minutos del castaño empapando sus mofletes), detuve el vídeo y tras calmarle y ayudarle a limpiarse, con el mayor asco del mundo de mi parte cabe destacar, le puse de pie, enganchándole a mis hombros.
- Y por eso a mi tío le salieron hemorroides. - En nuestra dirección, caminaban Tae y Kook, o por lo menos lo intentaban, pues se apoyaban uno en el otro tambaleándose constantemente.
Jungkook parecía tener una batalla de miradas con el suelo, pues apenas parpadeaba y observaba hacia el piso con el ceño fruncido, mientras que el peliazul parloteaba sin parar.
- ¿Dónde está Jimin? - pregunté una vez llegaron, pero me arrepentí al instante. Llevaban tanto alcohol en su sistema que probablemente fuesen incapaces de responder a mi pregunta.
- ¿Quién es Jimin? - Sip, lo que yo decía. El menor me miró como si me hubiesen salido dos cabezas, sin entender de qué yo hablaba, a pesar de que me estuviese refiriendo a uno de sus novios.
- ¿Pues quién va a ser idiota? Mi novio - Alegó Taehyung con indignación. Jungkook tardó en reaccionar, pero una vez lo hizo, formó una "o" con sus labios, y tras ello dio un par de asentimientos.
- Tienes razón, perdona mi descuido - Se disculpó apenado, y el fotógrafo relajó su expresión.
- Tranquilo, todos podemos equivocarnos.
- ¡Eh! ¡Que tu novio soy yo! - Saltó el bailarín, quien a pesar de todo, parecía conservar un poco más de cordura.
-¿Y quién ha dicho lo contrario? - preguntó el cantante como si Hoseok acabara de decir lo más absurdo del mundo. - Ya sé que eres mi novio, no hace falta que me lo repitas.
- Eso Hobi, no hace falta que se lo repitas. - Apoyó Tae.
- Tienes razón, perdoname cariño. - Pues no, aparentemente este tampoco mantenía ningún tipo de claridad.
La situación era tan malditamente chistosa, que juro que estuve a punto de tirar al suelo el cuerpo que estaba sosteniendo debido a la risa.
Pero a pesar de todo, y de lo bien que me lo estuviese pasando mofándome de ellos, no tenía idea de cómo lidiar con los tres a la vez.
Afortunadamente no pasé mucho tiempo así, porque como si de mi ángel de la guarda se tratase, apareció el más bajo del grupo, cargando justo como yo hacía con mi amigo de gran sonrisa, al pelinegro.
- Namjoon, me parece que vamos a tener que largarnos ya, están fatal.
- ¡Eh! Yo no sé quién será el tal fatal ese... ¡¡¡Pero en mi casa no se grita!!! - Gritó, a pesar de lo dicho, el pálido, no obstante, ambos hicimos caso omiso a sus palabras.
- Tienes razón, es hora de irnos.
Y a regañadientes, porque ninguno de los cuatro se quería ir, les sacamos fuera de la casa y nos encaminamos hacia nuestros respectivos coches.
- Yo me llevó a Yoongi y Jungkook, tú llevate a estos dos tontos y a Jin Hyung por favor.
- Hobi, te han dicho tonto - Se burló Tae.
- No idiota, te lo han dicho a ti.
- ¿Eh? - Esta vez quien habló fui yo. Joder, verdad, también teníamos que recoger a Jin. - No, no, no, llévalo tú. ¿Qué pensarán en su casa cuando me vean llegar con él? Y además, tú andas con Jungkook ¿Qué sentido tendría que fuera yo cuando tú también vas en esa dirección?
- ¿Quién es Jungkook? - preguntó Jungkook.
- Kookie se va a quedar conmigo esta noche, al igual que Yoon, así que no seas gilipollas y recógelo anda - Contestó con frustración, rodando los ojos y haciendo un ademán con la mano indicando al interior de la mansión.
- Pero-
- Pero nada Namjoon. - Me frenó, ofreciendo una mirada que en la vida me hubiese imaginado que el adorable niño de mejillas gordas pudiera mostrar, y haciendo que yo tragara duro, terminando por aceptar su decisión. Después de palpar los bolsillos del actual mayor del grupo, y encontrar las llaves de su auto, abrió la puerta trasera y lanzó a los dos que él transportaría dentro, como si de sacos de papa se tratasen. - Nos vemos. - Una vez se hubo despedido, montó en la sección del piloto y arrancó, para que en menos de diez segundos, ya estuvieran alejándose por la carretera.
Yo observé al par de borrachos a mi lado, que se sacaban la lengua infantilmente, y luego de suspirar sonoramente con resignación, efectúe el mismo procedimiento que el bajito instantes antes, abriendo la entrada trasera y encerrando a ambos ahí dentro.
Tras poner pestillo, asegurándome de que no se escapasen en el tiempo que yo no estuviera, emprendí marcha nuevamente hacia el interior de la casa, en busca de un precioso pelimorado y con los nervios a flor de piel.
Cuando estuve en el patio trasero,intenté divisar a la princesa entre la multitud, lo cual no fue muy difícil, pues era la única persona que se había quitado la chaqueta del traje y la tenía alzada en el aire, dándole vueltas como si de una cuerda de vaquero se tratase.
Había un hombre a su lado, que le estaba filmando con su teléfono celular, y portaba una sonrisa burlona en su cara.
- Tienes 10 putos segundos para borrar esa mierda si no quieres tragarte el móvil. - Ladré, posicionándome a espaldas del individuo haciendo que diera un salto en su lugar, y se volteara con una expresión de pánico total en su horripilante rostro. -¿Y bien? ¿A qué cojones estás esperando? - Gruñí, alzando una ceja, y haciendo que con manos temblorosas ejecutara exactamente la misma orden que yo le había impuesto. - Buen chico - Sonreí falsamente - Y ahora - Volví a mi expresión de enfado - Piérdete. - No creo que haga falta explicaros que inmediatamente se marchó y con su huída, yo avancé un paso más hacia la princesa.
- Eh, Jin. - Llamé su atención.
- ¡¡Namjoonie!!- Exclamó, sonriendo en grande con repentina felicidad. Por lo menos él si estaba en condiciones de reconocer a los demás. - ¡Bailemos! - Se colocó el saco en un hombro, y me tomó de las manos, provocando un escalofrío delicioso que me recorrió desde la plantas de mis pies hasta las puntas de mis cabellos. Comenzó a moverse, incitándome a unirme a él, y tras dudarlo unos segundos, finalmente terminé haciéndolo. No podía resistirme a nada que mi chico me pidiese.
- Oye, es un poco tarde. ¿Por qué mejor nos vamos? - Hablé a un volumen alto, intentado que me escuchara por encima de la música.
- ¿Cómo? ¡No! ¡No me quiero marchar! - Detuvo su paso y se cruzó de brazos, asumiendo una actitud totalmente aniñada y formando un puchero con sus regordetes belfos.
- Jin, es tarde ya, y estás fatal. Es mejor que nos marchemos.
- ¡No! - Negó con la cabeza.
- Jin.
- ¡No! ¡No! ¡No! - Siguió con su gesto, pero en esta ocasión tapando sus orejas y cerrando los ojos, sin querer escucharme, pareciendo un infante malcriado. Yo expulsé aire con pesadez y tras unos segundos de que él siguiera con su berrinche, le tomé de las muñecas suavemente, provocando que volviera a mirarme con sorpresa, supongo que por mi acto. Aproveché ese momento para separarle las palmas, permitiendo que fuera capaz de oírme otra vez.
- Hagamos una cosa. Si nos vamos ahora, yo hago lo que tú quieras. - Le tenté. Si él iba a actuar como un niño, entonces le engatusaría justo como a uno.
- ¿Lo que yo quiera? - Preguntó con ilusión y yo sonreí internamente, satisfecho porque mi plan había funcionado. Asentí.
- Lo que tú quieras.
- Entonces... - Puso una expresión pensativa. - ¡Ah! ¡Ya sé! ¡Hagamos cosas de novios! - Ok, esa no me la esperaba.
Se me había olvidado que Jin se ponía caliente cuando estaba borracho.
- Lo que tu quieras menos eso - Me corregí inmediatamente. Evidentemente y aunque yo me moriese de ganas, no le pondría un dedo encima en ese sentido, mucho menos en las condiciones que estaba, por las cuales probablemente no se acordaría de nada al otro día.
- ¡No es justo Namjoonie! ¡Tú dijiste que lo que yo quisiera! - Saltó sobre su lograr, aún sin zafarse de mi agarre.
- Ya, pero eso no se puede. - Contesté inquieto.
-¿Por qué no?
- Pues porque no. -¿Qué explicación se suponía que debía darle?
- ¡Pero tú dijiste que lo que yo quisiera! - Volvió a patalear, y no sabía qué hacer. Hasta que un lejano recuerdo me vino a la mente.
- No podemos porque la señora Choi nos regañará. - Se quedó en silencio, mirándome fijamente, y yo contuve la respiración, esperando por una respuesta suya, la cual no llegó hasta transcurridos unos segundos.
- Tiene sentido - Uff, menos mal que esa chapuza de excusa le había convencido. - Entonces... - Inclinó su preciosa cabecita, haciendo que parte de su cabello pendiera de forma graciosa en el aire - ¡Quiero que me cargues!
-¿Eh?
- ¡Quiero que me cargues como una princesa!
- ¿Cómo? - Abrí muchísimo los ojos. Definitivamente Jin tenía la increíble capacidad de sorprenderme cada vez más.
- Pues eso, me vas a cargar hasta el coche. ¿Tú no dices que yo soy tu princesa? - Y cuando esa pregunta salió de su boca, mi corazón se sintió calentito. Él tenía razón, fuera o no mi novio, seguiría siendo mi princesa hasta el día en que me muriese.
- ¿Seguro que eso es lo que quieres? - Asintió rápidamente y yo sonreí con ternura por lo adorable que era - Entonces ven anda. - E instantáneamente, colgó sus brazos detrás de mi cuello, y yo le levanté, situando un antebrazo detrás de su espalda y otro bajo sus rodillas.
El pelimorado se recostó contra mi pecho, haciendo que la sensación explosiva que estaba teniendo lugar en mi estómago aumentara tres veces más.
Así que, con pasos temblorosos, escuchando sus tiernos desvaríos y con esa genuina alegría que estar a su lado me producía, comencé a avanzar hacia afuera de la edificación.
Holis. ¿Cómo estáis?
Espero que bien, de hecho, imagino que lo estéis, más después del pedazo de joyita que nos regalaron los chicos con Dynamite.
Obra de arte... Si tan solo Jin hubiese cantado y salido un poquito más en el vídeo...
Pero bueno, vamos a enfocarnos en las cosas buenas, y en todo lo que logramos a pesar de que el pinche youtube nos bajara las vistas.
Espero que os haya gustado este capítulo, la verdad yo me la he pasado muy bien escribiéndolo.
No sé si recordáis el capítulo de la temporada pasada en el que Jin se iba de peda con Namjoonie ( el 28 creo que era), bueno el caso es que en ese cap Jin dice que no puede explicarle a Nam qué son "las cosas de novios" porque si no la señora Choi le ragañará. De ahí viene la excusa de Nam aquí, porque se acuerda de eso.
En fin, os digo por si acaso, para que podáis entender 😂😂😂
Un besazo y cuidaos muchos 😘😘😘
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