Capítulo 10- ¡Hulk está en Corea!

Jin's pov

-Seguro que este último es el indicado.

- Eso espero...

- Ya verás que sí. ¿Por dónde cojo ahora?

- Según el GPS, dobla a la derecha y avanza dos cuadras más.

Llevábamos todo el puto día de acá para allá en busca de un dichoso local.

Habíamos recorrido todo Seúl y después de haber rechazado una considerable cantidad de ofertas, estábamos en camino a visitar el último punto, por lo menos de hoy.

Las dos opciones anteriores no estuvieron tan mal, sin embargo, no llegaron a convencerme del todo, así que hablé con los dueños para que me dieran algo de tiempo para pensarlo, ya que si no aparecía nada mejor, tendría que conformarme con eso.

Como ya habéis podido notar, el proceso de compra llevaba un mal rumbo, estaba resultando ser mucho más complicado de lo que me esperaba, así que eso me tenía un poco desanimado, pero gracias a cierto simio, había terminado por cambiar de actitud teniendo en cuenta que abrir un negocio no era tarea fácil, y que tarde o temprano aparecería el sitio indicado.

No obstante, a parte de ese pequeño inconveniente, el recorrido había sido jodidamente agradable.

Cualquiera pensaría que estar en un auto recorriendo la ciudad por horas en busca de una casa, y que encima ninguna te terminara gustando, no era lo más divertido del mundo, y por supuesto, tendría razón, pero por extraño que sonara, la realidad había sido de todo menos tediosa.

El viaje con Namjoon, en contra de todo pronóstico, transcurrió de puta madre.

Había olvidado lo malditamente bien que podíamos pasarla juntos.

Cualquier idiotez era divertida, cualquier tema de conversación era interesante, simplemente el tiempo se hacía mucho más ameno. Incluso pudimos encontrar un nombre para el restaurante, así que por lo menos algo útil había salido de todo esto.

Pero no podía evitar pensar que estaba actuando mal.

Es decir, no resultaba conveniente para mí pasar tanto tiempo juntos. Era como estar en una piscina de dos metros sin saber nadar... Tarde o temprano me terminaría ahogando, así que lo mejor sería salir de ella mientras aún tuviera flotadores.

Pero eso ya lo haría cuando terminara el día. Mientras tanto, me limitaría a aprovechar todo lo bueno que la compañía de Namjoon pudiera proporcionarme, sin cuestionarme nada, sin comerme la cabeza. Simplemente me dejaría llevar.

Ya lo pensaría mañana.

- Creo que es aquí... - Murmuré, con los ojos bien abiertos y señalando un enorme local pintado de blanco.

- Wow...

La sorpresa era la emoción que sobresalía en el ambiente, pues no era para menos, ya que ante nuestros ojos tenía lugar un jodido palacio.
Bueno, no era tan grande como para llegar a denotarlo así, pero sí lucía malditamente genial.

Tenía un jardín súper grande, se notaba espacioso, y encima, contaba con una especie de azotea cercada que se veía espectacular. Un montón de ideas comenzaron a perforar mi cerebro, cada una mucho mejor que la anterior.

La sola fachada logró conquistarme sin siquiera haberla visto bien, así que crucé los dedos rezando por que los santos se apiadaran de mí y decidieran mantener todo así de perfecto.

- Luce jodidamente bien Jin.- el moreno dijo tras llevar unos segundos en nuestro trance, afirmando lo que yo ya sabía.

Y como la curiosidad me estaba matando, ni siquiera le di una respuesta e inmediatamente me deshice del molesto, pero necesario, cinturón de seguridad, y bajé más rápido que Usain Bolt del vehículo, siendo seguido casi al instante por el peligris.

Pin.

Pin.

Pin.

Toqué tres veces el timbre, tal vez con cierta impaciencia, pero es que de verdad, la anticipación me estaba matando.

En lo que esperaba a que el la puerta fuese abierta, observé con detalle el ambiente. De cerca se veía aún mejor.
Ya me iba haciendo una imagen de una futura decoración si es que llegaba a comprarlo.

Plantas, luces, accesorios de madera... Miles y miles de posibilidades para un futuro diseño fueron procesadas en mi cerebro en cuestión de segundos.

- Tiene un segundo piso y todo...- Apuntó hacia el techo, destacando así lo que antes os había dicho.

A los clientes les suele resultar bastante atractivo cenar al aire libre, y más si es en altos, así que a pesar de que no estuviera dentro de mis planes, esta sección me vendría como anillo al dedo.

Unos instantes más tarde, finalmente la entrada fue abierta, dejando salir a un chico algo bajito, con las orejas un poco grandes, pero aún así, increíblemente guapo.

- ¡PERDONAD LA DEMORA! ¡ES QUE MIS PADRES HAN TENIDO QUE SALIR UN MOMENTO Y YO ESTA- ¿Jin? - El muchacho comenzó a excusarse por retrasarse en abrir (aunque solo tardó dos minutos como mucho), pero una vez se dio cuenta de que el visitante sorpresa era yo, cambió su expresión a una de incredulidad, la cual probablemente fuese idéntica a la mía, pues la persona que estaba a tan solo centímetros de mí era nada más y nada menos que...

- ¿Baek? - Asintió sonriente, y yo le correspondí.- ¡Joder tío, ha pasado un montón! - Exclamó, y nos dimos un pequeño abrazo.

Como ya sabéis, él y yo no éramos tan amigos, pero era un viejo compañero de clases, y por supuesto que estaríamos felices de volver a encontrarnos después de tanto tiempo. No le veía desde el incidente con Dong Sun, o mejor dicho, desde el primero de ellos...

Mierda.

¿Por qué cada puta cosa que hacía, veía o me encontraba, me llevaba al pasado?

Era como si una fuerza superior se encaprichara en hacerme recordar sucesos dolorosos, esos que tanto me había esforzado por enterrar.

- Estás igualito.- La voz del ahora peliazul, no me dio la oportunidad de comerme el coco, así que me dispuse a continuar con la charla, dejando de lado todo tipo de pensamientos indeseables.

- Y tú también hombre. No has envejecido en lo absoluto. Yo ya tengo arrugas y todo.

- ¿PERO QUÉ DICES? - Cuestionó, pero no fue el único, pues Namjoon le hizo compañía, pronunciando la frase a la misma vez y dejándome un tanto descolocado con su repentina intervención.

Tanto Baekhyun como yo miramos en su dirección, y él se aclaró la garganta, intentando relajar la incomodidad que recién se había establecido.

- Quiero decir... Que no tienes arrugas ni nada... - Se mantuvo callado, meditando sus próximas palabras, y una vez estuvo seguro de qué decir, añadió: - Estás perfecto. - Ofreció una de sus clásicas sonrisas torcidas, de esas que tanto me gustaban, y para dar solidez a su afirmación, alzó su mano derecha, formando una "o" con sus dedos índice y pulgar, levantando los tres restantes.

Y justo como probablemente os imagináis, yo me puse más rojo que el círculo de la bandera de Japón.

¿A qué mierda había venido eso?

Definitivamente Namjoon me descolocaba totalmente, no entendía la razón de su comentario, ni como en ocasiones actuaba como si quisiera mantener la distancia de mí, y en otras era absolutamente todo lo contrario.

¡Maldito idiota confundiéndome!

Bastantes problemas tenía yo ya con lo del restaurante, y con mis propios sentimientos hacia él, como para tener que estar lidiando con los suyos.

Aunque igual su comentario lo había dicho con el simple y único objetivo de ser amable, y yo estaba liándome como tantas otras veces y pensando cosas que no eran.

Sin embargo, el momento de averiguar la respuesta no era ese, porque nuevamente  el bajito intervino.

- ¡Oh! Vaya, que maleducado de mi parte, lo siento, no te he saludado. Namjoon, ¿no?

- Exacto - Se dieron un apretón de manos.

- Pero pasad, pasad. - Hizo un gesto con un dedo, incitándonos a cumplir con su invitación, y abrió un poco más la puerta, otorgándonos el espacio necesario para poder entrar. - No sabía que eras tú el interesado en comprar el local. Pero... Si no es molestia claro... ¿Podrías decirme para qué quieres tú esto? Dudo que sea para vivir, es demasiado grande. ¿Vas a montar un negocio o algo? - Se encontraba realmente curioso.

- De hecho, voy a poner un restaurante.

- ¿De verdad? - Creo que no hace falta contaros cómo reaccionó, pues fue justamente igual que todas las personas a las que se lo había dicho antes: ojos enormemente abiertos, seguidos de una sonrisa jodidamente grande. Yo me limité a asentir, igual de feliz, como en cada vez - ¡Que guay Jin! Seguro que este lugar te viene perfecto.

- Eso espero.

-Yo tengo una pizzería.- Comentó con fingido orgullo, para después reír bajito.

- Muchas felicidades tío - Era bonito ver como todos habíamos terminado haciendo nuestra vida, como al final estábamos estables, con gran parte de nuestros sueños cumplidos. - ¿Desde cuando la tienes?

- La he abierto hace un par de años con un amigo... - Chasqueó los dedos, como si hubiese caído en algo importante. - ¡Pero si tú le conoces! ¡Chen! El que estudiaba con nosotros.

- ¿Chen? ¿Pero Chen de Chen? ¿Jongdae? - Mi pregunta sonó medio gilipollas, pero aún así él entendió, ya que comenzó a asentir repetidamente - ¿Y qué es de su vida?

Me gustaba esta sensación de nostalgia, pues no era una triste, sino una en la que añoraba los días de escuela, esos en los que no habían muchas más preocupaciones que llegar con buena nota a fin de semestre.

- ¡Pues se ha casado!- Chilló impactado, como si estuviese contando un secreto de Estado, y yo reaccioné como tal, realmente sorprendido.

- ¡¿Qué me dices?! - Uff, que bien se sentía eso de cotillear con los viejos colegas.

- ¡Y ha tenido una hija!

- ¡¿Una Chencita?!

- ¡Exacto!

- ¡No me lo puedo creer!

- Pues créetelo. Si ves que linda es - Puso sus labios en un puchero y sus palmas a ambos costados de su cara, intentando describir así lo adorable de la niña, apachurrando mi corazón en el acto.

- Jo... Yo también quiero un bebé. - Me sacudí sobre mi lugar infantilmente.

- Y yo... - Él repitió mi acto, para luego de unos segundos los dos parar abruptamente, mirándonos fijo. No hace falta decir que instantáneamente nos descojonamos por la idiotez que acabábamos de hacer.

- Bueno, igual en unos años, no creo que aún sea el momento.

- Yo primero tengo que conseguir esposo. - Se encogió de hombros, aún riendo ligeramente. - Por cierto, mis padres son los que están vendiendo la casa, así que tendréis que esperar un momento a que lleguen, han salido rápido a atender no sé qué de su trabajo, pero en menos de diez minutos deben volver. Me han dejado aquí por si llegabais. Perdón por las molestias.

- Tranquilo, no hay problema- Hice un gesto con la mano restándole importancia.

- Madre mía, ya pensaba yo que iba a tener que lidiar con algún señor mayor, regordete y cascarrabias. Menos mal que sois vosotros. - Comentó con alivio, haciéndome reír. Sabía que era un amor de chico, pero aún así, no le recordaba tan simpático.

Estuvimos unos minutillos charlando de alguna que otra cosa.

Claramente, a pesar de tener que esperar para ver el resto de la propiedad, observé con lujo de detalles cada rincón de la sala donde estábamos, haciendo que la balanza se inclinara un poquito más a favor de este sitio.

¡Es que el salón era enorme!

Podría celebrar una boda con cientos de invitados y aún así seguiría habiendo espacio de sobra.
Con un par de retoques aquí y allá quedaría de rechupete.

Seguimos conversando, Namjoon estaba un poco aislado, sin intervenir mucho. Parecía el clásico niño marginado del colegio al cual los demás no dejaban entrar al grupo, y evidentemente me molestaba que fuera así, por tanto me dispuse a hacer que se integrara a nuestra plática, pero antes de que pudiera formular una palabra, un click se escuchó, avisando que el cerrojo de la puerta había sido abierto.

Dos hombres totalmente distintos, pasaron a través de la apertura, uniéndose a nosotros en el salón.

Uno de ellos era unos centímetros más bajo que yo, muy guapo. Se notaba mayor, pero aún así se conservaba considerablemente bien, era como uno de esos cincuentones que solían salir en las revistas para señoras, y que lograban sacarles suspiros. Cabello castaño y expresión amable le hacían completar ese look. Ojalá yo envejeciera así.

Sin embargo, el otro era todo lo contrario.

Era una maldita muralla, muchísimo más alto que el moreno, con el pelo sumamente corto y negro azabache, con cara de pocos amigos, sin duda intimidante. Era la puta copia asiática de Hulk.

- ¡Hola! - El castaño nos saludó entusiasta - Vosotros debéis ser los compradores. Un gusto, Byun Jonghyun.- Tanto Namjoon como yo nos pusimos de pie, e hicimos una reverencia.

- Kim Seokjin, señor.- Saludé, y pensé que mi compañero haría lo mismo, pero aparentemente estaba equivocado, ya que este se quedó callado, por lo que decidí ser yo el que le presentara en su lugar - Y él es Kim Namjoon.

- Byun Minho. - El segundo propietario habló y si su semblante era acojonante, su voz lo era incluso más. Juro que me pareció que estaba amenazándome, y un ligero escalofrío me recorrió de arriba a abajo, haciendo que mis piernas temblaran ligeramente.

- Perdonad la demora - Afortunadamente, el sujeto simpático decidió intervenir, y liberarme de la mirada furiosa que me propiciaba el otro. - Es que ha habido un problemilla en el curro, y hemos tenido que ir corriendo.

- Descuide, no pasa nada. - Le resté importancia.

- Papás, Jin estudió conmigo gastronomía. Es uno de los chicos que os mencioné antes, los que empezaron a trabajar en Winter Spices. - Imaginé que les había contado acerca de Youngjae y yo, pues cuando éramos estudiantes, esa noticia sonó fuerte, ya que Winter Spices, como ya sabéis, era un establecimiento prestigioso dentro del mundo culinario.

Pero eso no fue lo que me impresionó de su frase.

¿Papás?

¿Ambos eran sus padres?

¿Era hijo de un matrimonio gay?

Obviamente eso no me molestaba en lo absoluto, no cuando el amor de mi vida era Johnny Deep, pero me tomó por sorpresa, la verdad.

- ¡Oh! ¿Eres tú? Debes ser muy bueno.

- Hago lo que puedo - De repente me torné tímido, aún no me acostumbraba a los halagos, mucho menos si venían de personas mayores.

- ¡Pero si es un cielo! - Exclamó enternecido, y se acercó a mí para pellizcarme los mofletes como si fuera un niño pequeño.

- Grwafiaz- Contesté como pude, pues su estrangulación en mis mejillas apenas me dejaba hablar.

- Cariño, ¿le mostramos la casa?

¡Gracias señor cara de asesino!

¡Me ha salvado el día!

Comprenderéis que mi felicidad se debía a que debido a su comentario, el otro había dejado de apachurrar mi hermosa cara como si de masa de pan se tratase.

- Oh sí sí. Vamos.

Y comenzó mi tour en el paraíso.

Justo como me imaginaba, el local era sublime.

Contaba con mucho más espacio interno. Habían algunas particiones hechas que evidentemente tendría que eliminar, ya que el objetivo de esta construcción inicialmente era ser una vivienda y yo pretendía convertirla en un restaurante, pero solo eran algunos detallitos. Con tirar y levantar un par de paredes, instalar las cocinas, ambientar el espacio para recibir comensales y algún que otro matiz, todo estaría listo.

Y como tanto yo deseaba... Tenía un patio trasero.

La puta octava maravilla.

Ya lo estaba viendo: Restaurante "Epiphany", cuenta con servicios en terraza, altos y salón.

Simplemente perfecto.

Y justamente eso les hice saber.

- Es perfecto - Comenté una vez llegamos a la parte posterior, mirando todo lo que me rodeaba, con mis manos en mi cintura.

- ¿De verdad te ha gustado? - Preguntó ilusionado Jonghyun y yo asentí con una sonrisa sincera.

- ¿Tú qué crees Namjoon? - Pedí su opinión.

- A mí me gusta... - Asintió un par de veces mirando hacia su alrededor. - ¿Todo bien con los servicios?

- Eh?? - Ninguno de los tres restantes entendimos su pregunta ( y digo tres porque Baek se había terminado marchando), la cual la ejecutó directamente hacia los señores Byun.

- Quiero decir, que si está todo bien con las tuberías y tal. Ya sabéis. Los servicios de agua, luz, gas y todo eso.

¡¡¡Menos mal que el simio estaba conmigo!!!

A mí solito no se me hubiese ocurrido preguntar eso, y mira que era un asunto importante, pero yo estaba tan concentrado en la parte estética y distributiva que pasé por alto algo tan vital como lo eran los beneficios básicos de cualquier instalación.

- Oh, te refieres a eso. - El castaño chasqueó los dedos una vez entendió (justo como lo había hecho su hijo antes).- Tranquilo, todo en orden. Tenemos incluso los recibos de las facturas pagadas, igual podéis revisarlo vosotros mismos todo. Además, de todas forma tenemos que ver a un agente inmobiliario para que lleve todo el proceso de venta y tal. No os preocupéis, no vamos a estafaros - Nos ofreció una sonrisa tranquila.

- Si todo está en orden estoy un 99% seguro de que lo voy a comprar.

- Eso es genial.

- Y con respecto a lo del precio y la revisión, mi novio es agente de bienes raíces, así que por lo menos por esa parte no habrá problema.

- Oh - Esta vez quien habló fue el gigante - ¿Eres agente de bienes raíces? Mi hermano también.

Mierda.

Le había preguntado a Namjoon.

La muralla humana le había preguntado al simio si era un puto agente de bienes raíces.

Quería morirme en ese momento, era demasiado vergonzoso e incómodo que confundieran a Namjoon con ChanYeol, y si para mí resultaba así, imagino que para el peligris, fuera el triple de desagradable.

¿Qué mierda esperabas Jin?

Si los señores ven que venís a revisar el local juntos, es obvio que van a pensar que sois una pareja.

Estúpida conciencia subrayando cosas obvias.

- Oh no no- Comencé a negar apresuradamente- Él no es mi novio, es solo un amigo. - El autor del inapropiado comentario, abrió mucho los ojos, modificando así su antigua expresión, la cual había llegado a pensar que era la única que tenía.

- Lo siento mucho, es que como habéis venido juntos y eso...

¿Ves?

Yo tenía razón.

¡Tú eres yo!

Joder, de verdad que era un idiota, no era momento para ponerme a debatir conmigo mismo.

- No se preocupe - Añadió Namjoon, relajando la tensión recientemente establecida. - Cualquiera podría confundirse. - Se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa, sacándome un suspiro de alivio al notar que no le había afectado la situación.

Pero...

¿Por qué mierda le afectaría?

De hecho, a no ser que se sintiera ofendido porque le confundieran con Chan, no habían más motivos para que se encontrara mal, a fin de cuentas él fue quien quiso separarse de mí, al único que podría o no dolerle esa frase fuera de lugar era a mi persona, pues yo fui quien se llevó la parte mala de todo esto.

Yo era el que estaba enamorado como un idiota y al que le habían terminado rompiendo el puto corazón.

- Bueno, entonces... ¿Está decidido?? - Cuestionó el más bajito de los cuatro, cambiando totalmente de tema.

- Más que decidido- Asentí sonriente, dejando de lado cualquier tipo de pensamientos dolorosos referidos al pasado.

Porque solo eran eso: pasado.

Ahora Namjoon era simplemente Namjoon, mi amigo Namjoon, mi ex Namjoon, el hombre al que quise...

"Quise", no "Quiero"

Mi presente eran mi restaurante, mis amigos, mi familia, mi ChanYeol...

Nada más.

Holaaaaaaaaaaaaaaa

Perdonpornoactualizarantescuandoosdijequeloharíaporqueyateníalosanteojos,nomelincheisosamoooo.

Bueno, pues eso, de verdad que quería actualizar ayer, pero he rehecho el capítulo un montón de veces, no me convencía y aún no lo hace del todo, pero bueno...

De todas formas espero que os guste.

Igual os resulta aburrido, pero la reaparición de Baek es muy importante para que las cosas se den como tengo planeado.

YA EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO APARECERÁ CHANYEOL *Se pone a bailar de la emoción*

Un besazo, cuidaos mucho y os juro que haré todo lo posible por actualizar esta noche. 😘😘😘









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