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No iba a extrañar a nadie, la vida en las celdas era muy dura. Las noches eran frías y algunas otras insufriblemente bochornosas, no habían matizes. La comida apestaba, sólo los platillos hechos con papas, eran drisfrutables al comer, todo lo demás tenía mal sabor y parecían ser las sobras.

Había realizado trabajos de carpintería en el turno de la mañana, por la tarde jugaba una hora al fútbol y después volvía a trabajar el turno de la tarde en la herrería, finalmente, cuando no se encontraba cansado y sintiéndose morir, trabajaba en la noche en el área de maquilas. Trabajar en las noches, era contado como dos días, lo que reduciría su condena, pero era algo agotador que pocos podían hacer.

Cuando Hoseok se había ido hace tres días, después de haberlo consolado, Taehyung había llorado, recordando las duras palabras que le había dicho; sintiéndose un completo imbecil.

Había llamado a su madre y le habia dado la buena noticia, y ella había llorado detrás de la línea, le había pedido perdón por haberlo dejado solo y lo arrepentida que estaba por no ser una buena madre. También llamó a su hermana, ella entre lágrimas sólo le dijo "felicidades" y finalmente uso su última llamada para hablar con Jungkook. Su esposo no contestó.

Cuando las puertas se abrieron, sus ansias no pararon, camino rápidamente hacia afuera mientras les decía adiós a los guardias. Los hombres habían sido agradables con él en su estancia ahí, ellos compartían su felicidad mientras le aconsejaban que reflexionara sobre sus acciones y que se portará bien.

Iba a tener una vida bastante limitada, no podía salir de la ciudad y los kilómetros que podía transportarse eran escasos, Hoseok le había advertido, que aún no era un hombre libre. Aún tenía que firmar en las oficinas fiscales, mes con mes, si se pasaba un día, inmediatamente sería puesto a disposición y volvería a las celdas, todo eso mientras terminaba su condena.

No era libre, pero se sentía como tal, Fue su madre la primera en recibirlo con los brazos abiertos, ella estaba llorando mientras se aferraba a su espalda con fuerza. Taehyung en ningún momento le reclamó algo, la aceptó y la amo como lo había hecho antes de desgracia. Después de todo era ella quien le había dado la vida.

—Piensas quedarte ahí, sólo mirándome sin decir nada, ven a darle un abrazo a tu hermano.

Jimin solto un quejido de dolor, evidentemente tratando de aguantar el llanto, corrió hacia él y lo abrazo con fuerza. Los Kim de nuevo estaban juntos.

Después de un rato de abrazos, lágrimas y palabras amorosas, Taehyung se apartó, miró a Hoseok, se veía impecable con su traje sastre color rojo, estaba cruzado de brazos, parecía algo molesto.

—¿Pasa algo? —pregunte preocupado, no quería regresar a ese lugar nunca más. Pero Hoseok negó relajando su figura.

—Cosas de trabajo, no te preocupes, nada que ver contigo —suspiro, se veía cansado y el maquillaje apenas ocultaba sus ojeras.

Taehyung tocó su rostro, justo en la mejilla, con delicadeza sorprendiendo al mayor, Kim sonrío por lo gracioso que se había visto Hoseok, por el pequeño salto que había dado y después me atrevío a decir:

—No te esfuerces de más, tienes que tomarte un respiro de vez en cuando, se cuanto amas tu trabajo, pero esta bien buscarse otros pasatiempos. ¿Por qué no vamos a tomar un café esta noche?, yo invito.

Jung sonrió y se apartó del toque de la mano de Kim, dolido por lo cálida que se sentía, a pesar de que estaba rasposa por el trabajo en el reclusorio, tomó las llaves de la camioneta y le indico a las mujeres Kim que subieran a la parte trasera.

—Esta noche no puedo —dijo seriamente—. Tengo un compromiso, pronto te enteraras.

Hoseok subió a su camioneta y Taehyung tomó el lugar del copiloto.

—Supongo que iremos a mi departamento —mencionó Taehyung, evidentemente preocupado. El departamento lo compartía con Jungkook, ambos habían trabajado mucho para compralo, a pesar de todo, no quería que su esposo se llevara una sorpresa, mucho menos incomodarlo—. Kook no contestó mi llamada, ¿Sabe que salí?

—Lo sabe, fue el primero a quien se lo dije, después de todo tenía que notificarle tu dirección al juez y al fiscal, hablé con Jungkook hace dos semanas y estuvo de acuerdo. Dijo que después se pondría de acuerdo contigo.

Hoseok lo miró por unos segundos y sonrió, después regresó su vista a la calle.

—No peleen, es mejor que hagan las pases, tenían un buen matrimonio, no dejes que lo que paso los arruine.

—No pretendo pelear con él, después de todo seguimos siendo esposos, pero no sé qué postura quiera tomar Jungkook.

Hoseok siguió mirando a la calle, puso algunas canciones y hablaron de temas más triviales, uniéndose ambas femeninas a sus pláticas.

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