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Hoseok dejó caer su cuerpo en la cama con fuerza. Había tenido un día muy agitado en la corte civil, el señor Choi era un viejo avaro y amargado que no merecía el amor de nadie, de todos modos, Hoseok lo defendió con todo su conocimiento, logrando una sentencia en la que el hijo le pagaría una pensión mensual al hombre.
Sin embargo, este, ni siquiera le había agradecido por el trabajo, lo que molesto a Hoseok de sobremanera, tal vez estaba exagerando, pero no había estado de humor realmente. Hubo otros casos donde los clientes agradecía de forma sincera por su apoyo, hasta decían que lo recomendarían con sus conocidos. El señor Choi no le había dado ni siquiera el adiós.
Su teléfono empezó a sonar y antes de que terminará la canción que tenía como tono, contestó, la voz de Hyejin resonó al otro lado.
—Vamos a cenar esta noche —le dijo al otro lado de la línea—, mereces un desahogo de tanto trabajo.
—No estoy de humor para eso —le dijo pasando su mano por su cara y sabiéndose no presentable, primero tendría que darse un baño y arreglarse y estaba demasiado cansado para hacerlo, sólo quería ver televisión y comer algunas frituras.
—Vamos amigo, me voy a aburrir yo sola.
—Está bien —termino aceptando porque ella no iba a parar de llamar hasta convencerlo, con pocas ganas, se dio un baño de agua fría para despertar y se arregló casualmente sorprendiéndose de como su imagen cambiaba cuando no vestía de trajes.
Hyejin le silbo cuando llegó al lugar de reunión, con una sonrisa burlona le dio una nalgada en el trasero, que hizo a Hoseok reír y entrar en ambiente. Un poco más relajado se convencido de que debía disfrutar la noche.
El bar no era muy escandaloso, no era un lugar donde encontraría a adolescentes ligando y follando con solo las miradas, era un ambiente más familiar y tranquilo, lo que lo hizo sentir viejo por muchas razones.
Mientras Hyejin despotricaba contra el juez Kim Namjoon, Hoseok miraba su celular de vez en cuando y trataba de buscar en su memoria algo interesante que contar y fallando.
Hasta el momento que cierta imagen llamo si atención. La imagen de un apuesto hombre sonriéndole a otro apuesto hombre, ambos platicaban animosamente, pero el ambiente entre ellos gritaba coqueteo por todos lados.
Recordó las últimas conversaciones con Taehyung, el miedo que tenía su amigo de quedarse solo, aunque Hoseok le dijo una y otra vez que aquello no pasaría.
Trato de ignorarlos, trato de concentrarse en la conversación de Hyejin, pero cuando los vio tomándose las manos no pudo evitar levantarse.
—Espérame aquí, hay algo que tengo que hacer.
Sabía que no tenía derecho a decir algo, que hablar con ellos sólo iba a enojarlo y aun así lo hizo. Fue detrás de ellos. La pareja ya estaba saliendo del local, Hoseok bebió de un trago el alcohol del vaso que llevaba en la mano.
Salió detrás de los hombres y antes de que doblaran la esquina grito: —Jungkook.
Él más joven se detuvo y lo miró, era obvio por su expresión que no entendia que hacía Hoseok ahí.
—Hobi... ¿Qué tal? —le dijo, con un tono de voz apenado soltando la mano del hombre—. ¿Cómo has estado?
—Lo mismo me preguntaba, hace más de tres meses que ni Taehyung y ni yo sabemos de ti.
—He estado trabajando —le respondió haciendo una mueca molesta en su rostro. Parecía que estaba fastidiado de verlo.
—Sí, eso veo —su vista estaba clavada en el otro hombre. Un chico apuesto, alto, delgado, tenía el cabello castaño y facciones atractivas.
—Pero que tonto, déjame presentarlos —dijo Jungkook tratando de romper la tensión—. Él es Gyuyeom, es un compañero de trabajo.
El hombre, aún sin entender la situación tendió la mano hacia Hoseok quien la tomo con gusto, mientras sonreía de forma falsa, era experto en eso, el único que sabía que su sonrisa no era genuina, era Taehyung. Pero nunca lo delataba, incluso cuando le sonreía falsamente A Kim, el hombre lo dejaba pasar.
—Soy Hoseok, mucho gusto, soy amigo de Jungkook.
—Hoseok —le dijo Jungkook llamando su atención—, sé que esto es raro, pero puedo explicártelo, sólo podemos hablar en privado.
Hoseok asintió queriendo preguntar muchas cosas, pero callándose.
—Perfecto, podemos vernos mañana aquí mismo, en el bar que esta aquí.
—Salgo del trabajo a las nueve, vendré directo aquí... Llegare como nueve y media.
Hoseok asintió y sin esperar más se dio la vuelta y regreso con sus amigos. Tenía que decirle a Taehyung lo que había visto pero podía esperar. Jungkook no era un mal chico, era un poco joven e inmaduro pero, amaba a Taehyung más que a nada.
No había forma de que lo estuviera engañando con otro hombre. Tampoco había forma de que Taehyung no lo supiera, y si lo sabía, y Hoseok le contaba, iba a verse como un chismoso.
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