🌸 18. Entre un viewtuber sin cerebro, malhumor y una mentira, la respuesta es obvia 💻

Queencard – (G)I-dle

Abandono el aula tentada a dar un portazo. Sin embargo, el mobiliario escolar no tiene la culpa y, como la profesora sigue dentro, no quiero arriesgarme a tener otra amonestación.

El experimento de Ezra. La clase de Arte. Una sanción. Una mentira. ¿Qué más? Ah, cierto. Dormí solo una hora y mi cuerpo se encarga de recordármelo con cada paso que doy. Mis músculos están agarrotados, me duele la cabeza y tengo frío por haberme dejado el blazer olvidado.

Gracias mundo, gracias. Tierra, por favor, haz lo tuyo. Sepúltame de una vez por todas.

Intento entrar en mi fase Zen. Pero no puedo. Odio al mundo y odio a todos los humanos.

Por un instante, creo que Ezra estará afuera esperándome, pero no lo veo. Mi estómago se retuerce, preso de una emoción que no puedo identificar.

«Ilusión», pienso.

Desganada, me dirijo hacia mi casillero para guardar unos libros que no quiero llevar a casa cuando, de pronto, me llega una notificación de Mynstagram: Brolin me ha escrito por ahí.

Deslizo el mensaje, con intensión de ignorarlo, y entro a mis notificaciones por curiosidad. El último like que tengo es en las fotos que me tomé con Ezra. No puedo creer que todavía esa publicación tenga tanta visibilidad. Gran parte de las personas que respondieron solo dejaron halagos para él. Que es muy lindo, que pase su número, que le pida de seguir a todas las que le dan like, que le diga que desbloquee su perfil privado.

Mi teléfono comienza a sonar en mis manos y yo suelto un chillido por el pánico. Es una llamada de Tobías. Me froto la frente con pesadez mientras me pregunto qué es lo que quiere. Sabe que a esta hora sigo en la escuela y no debería llamarme.

—¿No vas a atender? —pregunta Ezra de pronto a mis espaldas mientras apoya su mentón en mi hombro.

—¿Qué haces tú aquí? —pregunto con la garganta seca. Siento el peso de su rostro haciendo presión contra mi cuerpo, y una serie de corrientes eléctricas me recorren, como si fuera una lluvia de estrellas.

De pronto, estoy despierta. Una sonrisa involuntaria tira de mis labios, pero desaparece en cuanto me volteo y veo que está acompañado por Broddy y por Lara, que me observa con cierta suspicacia.

—Tengo una hora libre antes de mi clase de Deporte. —Se encoge de hombros y me vuelve a señalar el teléfono—. ¿Y? ¿No atiendes? Se ve que... —se estira para leer— se ve que «Tobías» es muy insistente. ¿Ese es el tipo que mencionaron hace un rato?

Sonrío de la forma más venenosa que puedo, esperando que caiga en el suelo y se retuerza, pero no ocurre nada. Me alejo unos pasos de él y miro mi móvil. Tobías ya dejó de marcar, pero me entra el mensaje de la llamada perdida. Suspiro.

Sin dudarlo mucho, lo llamo yo. Él no suele hacer estas cosas, así que cierta preocupación se instala en mi mente. Nunca me llama cuando estoy en el instituto. Debe haber pasado algo.

Él me atiende casi instantáneamente.

—¿Hola? ¿Tobs? —pregunto con cautela—. ¿Qué pasa? ¿Sucedió algo?

—Vibsha —dice alargando las A como solo me dice Brolin y finge una especie de acento ruso igual que mi compañero de trabajo.

«Oh, no, por favor. Otra vez, con celos, no».

—No me digas así —menciono con mis dientes apretados—. ¿Qué quieres? ¿Para eso me llamaste?

—No te llamaría si tu amiguito viewtuber no me hubiese llamado a mí primero. Dile que me deje de fastidiar y respóndele de una vez sus mensajes. —Su tono de voz sale enojado, con fastidio—. Gracias.

Finaliza la llamada antes de que pueda decir algo.

Cierro los ojos por un instante, en un intento porque la presión que envuelve cada uno de los músculos de mi cuerpo ceda, pero solo logro sentirme más asfixiada. Mi cabeza pulsa con fuerza, y aunque quiera mantener la calma, el siento que estoy al borde de perder la paciencia.

Reviso mis notificaciones con rapidez y sí, en efecto, tengo veintisiete mensajes de Brolin entre una aplicación y otra.

[Eres un maldito maníaco. No metas a Tobías en nuestras cosas.]

[Lo sientoo, b3b3. 😣 Pero estoy muuuuuuuy aburridito y...]

Y dejo de leer el mensaje antes de llegar a la mitad. Si tenía ganas de verlo para distraerme —y no mentirle del todo a Brinna y sus amigas—, eso acaba de desaparecer. Cualquier impulso de buscar distracción con su compañía se disuelve como un poco de azúcar en una bebida amarga.

Voy a matarlo. Lo siento, Ezra, pero tendrás que esperar tu turno. Alguien te ganó.

Cierro el casillero con un portazo, después de organizar lo que necesitaba, y me cuelgo la mochila casi vacía al hombro.

Por un instante, apoyo la frente contra el metal, con la esperanza de que el frío contra mi piel enfríe lo que ocurre dentro de mi mente. Ya no es solo cansancio físico por una noche de sueño, es la sensación de agobio, de que ya no puedo más. Me siento abrumada, y el peso de todas las cosas que siento, ya sea grandes o pequeñas, me resulta casi insoportable de cargar.

Busco a Ezra con la mirada. No tardo mucho en encontrarlo. Está apoyado contra su casillero, hablando con Lara. Los veo muy cerca y me pregunto cuándo es que se hicieron tan amigos; ella tiene una mano sobre la cintura de él y él juguetea con un mechón pelirrojo de ella. No sé de qué hablan pero algo se retuerce con fuerza dentro de mi estómago.

Quiero desaparecer. Sin embargo, me cohíbe saber que tengo que pasar frente a esa escena. Sin pensarlo demasiado, comienzo a caminar mientras abro mis mensajes de texto y suprimo una sonrisa orgullosa. Por alguna razón, pensar en que yo soy Aisha me hace sentir mejor, casi superior a cualquier alumno de este colegio. No tengo que darle importancia a esas cosa de adolescentes, mi vida ya es mucho más complicada mientras intento lidiar con mis propios seguidores, métricas y patrocinios. No tengo tiempo para cosas normales de adolescentes, porque yo no soy normal.

Le escribo a Brolin. Entre un viewtuber sin cerebro, malhumor y una mentira, la respuesta es obvia.

[Siento lo de antes.]

[Pero...]

[Cambie de opinión. Acepto.]

[Sabía que no me ibas a defraudar...]

[Por eso te amo, mi reina.]

[Voy 🚗💅🏻]

Una vez en la puerta del colegio, escucho que Ezra me llama. Al parecer, se acerca al trote. Noto que se ha cambiado de ropa y que ahora luce el uniforme de Deporte.

—¡Vibs! —grita, pero me apresuro a colocarme mis auriculares, de camino a la acera. Sin embargo, no pongo música.

Camino hacia las rejas y me siento a esperar en mi lugar de siempre. Una pequeña sección de cemento de apenas unos diez centímetros de ancho donde por poco solo puedo apoyar el trasero.

De reojo, veo que Ezra fue interceptado por un grupo de alumna de otros cursos. Alcanzo a oír que mencionan The Bridge. Paso saliva, cada vez más intrigada.

«¿Ezra conoce The Bridge?», algo punza con fuerza en el medio de mi pecho. Si seré idiota, es obvio que sí. Todo el mundo conoce ese lugar.

The Bridge se trata de una discoteca que está en el centro de la ciudad. Es la más importante de todo San Adriel y todos los que aman la noche estarán ahí cada madrugada de cada fin de semana.

Es un sitio tan exclusivo que sé qué Brolin tiene una reserva permanente en ese lugar. Por lo que me contó, posee una parte de la sección VIP con bebidas infinitas, dos mesas y sofás extremadamente cómodos. Ahí solo ingresan él y sus invitados. Me contó que incluso tiene un guardia que impide el paso de la gente «normal», pero no le creí.

Él me invitó varias veces, pero sé que nunca pisaré ese lugar. No está hecho para mí.

Cuando justo pensaba que el día no podía ser peor, Lara me intercepta y, lo que es peor, me ve espiando a Ezra con sus admiradoras.

Carga un bolso pequeño y rojo al hombro, y tiene una botella violeta en las manos. Por primera vez, la miro con atención. Lleva su cabello rojo vino atado en una coleta alta y dos mechones contornean su rostro con delicadeza. Está maquillada con bastante maestría y admiro lo afilado que es su cateye. De hecho, todas sus facciones son angulosas. ¡Esta chica sí que sabe usar el countouring!

Finjo quitarme los auriculares y, en cuanto lo hago, ella se acerca más a mí, como si fuésemos unas completas confidentes. Increíblemente, un sexto sentido me dice a dónde irá todo esto. Y no, no se disculpará por mis plumones.

Lara me pregunta sin rodeos:

—¿Entre tú y Ezra hay algo? Es que no los vi más juntos, pero hoy anduvieron pegados durante casi todo el almuerzo y en Arte... —hace una pausa—. ¿Se conocen en verdad o qué?

Acaso... ¿debería sentirme halagada? Alguien se fija en mí y, en lo que es mejor, cree que tengo vida amorosa.

—Ezra es... —suspiro. ¿Un amigo? ¿Mi torturador personal? El beso de nuestra cita vuelve a mi mente, me pongo roja sin siquiera poder controlarlo—. Es... solo es un conocido. —Bajo mi mirada, apenada, pero es tarde, es obvio que se dio cuenta de que siento algo por él—. ¿Por qué?

—Oh, ¡qué bueno! —Su semblante se ve claramente más relajado—. Ezra me dijo lo mismo, supongo que es verdad y al final no mintió.

—¿Cómo? —la pregunta se escapa de mis labios sin que pueda detenerla.

—Claro, le pregunte si había algo entre ustedes... Ridículo, ¿verdad? —Se ríe sin maldad, y creo que esa es la parte que más me duele—. Y, bueno, me dijo que solo te conocía de por ahí y que le gustaba fastidiarte un poquito. Hombres... —Lara revolea los ojos con condescendencia y se enrolla un mechón rojo vino en su dedo. Creo que quiero vomitar—. Pensé que te buscaba porque me pareció que tenía...

—¿Que tenía, qué? —pregunto, casi con desesperación, estrujando el borde de mi falda.

—Cierto interés o, no sé —frunce la nariz, como si la simple idea fuera algo asqueroso—, pero se ve que quiere ser tu amigo.

—Sí, un amigo... —repito. Me siento mareada, con más razón tengo que irme de aquí. Miro la hora en mi móvil, Brolin me compartió su ubicación en tiempo real y, por lo que veo en la pantalla, no debe de tardar.

—Pero no te sientas mal —se apresura a aclarar—. A mí también me gusta Ezra, pero es un imposible. No hay una sola chica en el instituto que no le haya puesto los ojos encima. Es normal, no te frustres... —Lara me abraza como si fuéramos intimas amigas y me da un beso en la mejilla—. A todas nos gusta.

Trato de parecer amable; funciona porque no hay una reacción negativa de su parte. Sonrío con amabilidad y me quito el gloss que me dejó en el rostro, tratando de contener la mueca de desagrado. No obstante siento una puntada en mi pecho que duele tanto al punto de que me falta el aire. Lara comienza a hacerme preguntas tontas como a qué club pertenezco. Me cuenta que está en Fotografía y Teatro y que le acaban de dar el papel principal en la obra que presentaran a mitad de año.

Ezra se acerca a nosotras. El rostro de Lara se ilumina en cuanto lo ve. Ella pega un salto y se cuelga de sus hombros —sí, literalmente—.

—¿Ya te liberaron tus admiradoras? —pregunta.

Él no responde la pregunta de Lara, es casi como si ni siquiera la hubiera escuchado. Su mirada está fija en mí, y eso me hace sentir incomoda. Ya no creo que su atención sea algo de lo estar orgullosa. Es el recordatorio de que fui uno de sus juegos, pero ya no seguiré siendo parte de su partida actual.

«Sí... a todas nos gusta Ezra», repito en mi mente.

Es normal. Supongo.

—Debo irme —aviso, y no puedo evitar verlos de arriba abajo. ¿En serio ella cree que él es un imposible?

—¡Claro! No te preocupes —responde Lara con una sonrisa—. Nosotros aprovecharemos lo que queda de hora libre de este chico guapo —apunta a Ezra con el pulgar—, que prometió enseñarme a usar unas funciones confusas de mi cámara —le da una palmadita a su bolso rojo.

¡Nuevo capítulo flotando en el aire! 📖✨

... como los celos de Vibel. 😂🌸👿

No quiero ser cizañera pero a esa señorita se le retuerce el estómago al ver a Ezra con alguien más. Oh, no... 😳💚

¿Qué opinan? 🤔

 ¿Es normal que sienta eso? ¿Cómo lo manejarían ustedes?

¿Vibel hizo bien en llamar a Brolin?

Pero parafraseando a la nueva muchacha, ustedes qué creen...

¿A todas nos gusta Ezra? 👀😏

Yo creo que  Vibel debería ser la presidenta del club de fans de Ezra y dejarse de rodeos 😂💖

Para las que son viejas lectoras notarán que hay muchos cambios en este capítulo.

¿Descubrieron alguno? 🔄 

¿Qué notaron que cambió? ¡Quiero saberlo todo! 👀

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