16. Su experimento

We Can't Be Friends (Wait For You Love) – Ariana Grande


En cuanto terminan las horas de clase, decido correr al baño. ¿En qué me metió este chico ahora? Estas semanas que pasaron fingí demencia sobre el hecho que él supiera mi secreto. Evité verlo por todos los medios posibles y, lo logré de manera perfecta, porque no le di chance siquiera para pedir algo.

Me lavo la cara con agua fría, muy fría, casi rozando al punto de congelación. Tengo el rostro mojado; no me los seco, rogando que su efecto me ayude a mantener despierta.

Camino hasta una máquina expendedora de agua caliente. La mayoría de los alumnos las usan para hacerse té o sopas instantáneas. Por mi parte, lleno a tope mi termo de medio litro y le pongo dos sobrecitos de café individuales. Cierro la tapa.

Más que café, necesito tomar una siesta. Mis ojos están aguados y no puedo parar de bostezar.

Tomo un sorbo de mi bebida y frunzo el rostro porque está muy amarga. Lamentablemente, me olvidé de ponerle azúcar al termo vacío, como suelo hacer.

Salgo afuera y me siento en un sitio vacío a beber mientras como unos sándwiches de jamón y queso que compré en una máquina expendedora. Me ayudan a pasar el café amargo sin tanta dificultad, además de llenarme el estómago. Mis papilas gustativas se siguen retorciendo por mi error. Tomo mis auriculares y me pongo a escuchar música, aunque sea por un rato.

Ya acepté mi destino y le envié un mensaje a Ezra, haciéndole saber dónde estoy. Bueno, en realidad se lo mandé por error a Tobías, lo que es un dolor de cabeza porque luego querrá explicaciones.

Hoy el cielo está muy nublado, cubierto de nubes oscuras que marcan el inicio de una tormenta cercana. Los días ya no son calurosos porque el otoño ha comenzado oficialmente.

Como soy alguien que suele tener más frío de lo normal, me acurruco contra el respaldo del banco de piedra y me abrazo con fuerza al blazer. El viento que corre anuncia que en cualquier momento podría empezar a llover.

Mi teléfono vibra y lo miro con pesadez, creyendo que es Ezra, sin embargo, se trata de Brolin que quiere que nos veamos para grabar algo. Por algún motivo, recuerda que hoy salgo dos horas antes.

Empiezo a teclear una respuesta rápida, pero, en ese momento, me llega un mensaje de Ezra. Me dice que quiere encontrarse conmigo en un sitio que me queda a demasiados pasos de donde estoy. Sufro por eso.

Guardo en borrador la respuesta para mi compañero viewtuber y comienzo a responderle a mi compañero de clases.


[No puedo moverme. Ya me suicidé.]

[Preferí hacerlo antes de tener que soportar la carga de tener dos horas más de clase. ]


Y adjunto un simpático sticker de una tumba que dice RIP. Ezra me responde casi de manera instántanea:


[No seas idiota]


No hay emojis ni stickers. Casi parece molesto. Pero supongo que soy yo, que imagino cosas siempre donde no las hay.

Mientras estoy intentado juntar valor para moverme e ir al punto pactado, Ezra aparece al trote en mi campo de visión y, literalmente, me arrastra por el largo del banco, tironeando para que me levante.

—Sabía que seguirías aquí, ¡ven, vamos! —insiste.

Frunzo mi ceño y gruño cuando me vuelve a tirar para que me pare. Su zamarreo hace que mi apariencia —ahora, levemente mejorada— vuelva a arruinarse. El moño que me hice se deshace y mi pelo cae despeinado sobre mis hombros.

—Sígueme —vuelve a pedir. Ante tanta insistencia, con todo el valor del universo, le hago caso.

—¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres?

—Haremos un estudio de mercado por el parque —declara con vehemencia y yo no tengo palabras para describir la confusión que me embarga.

Lo repito en mi mente para hacerme a la idea y que tenga más sentido: quiere que lo acompañe a hacer un análisis de mercado.

¿Qué quiere... qué? ¿Dónde quedó el chico sexy que me besó? ¿Ahora quiere que lo ayude en sus tareas? ¿Es alguna especie de venganza retorcida por haber huido de él por tanto tiempo y, por eso, me pide que lo ayude con sus cosas de Administración?

Ezra me obliga a caminar sin rumbo por el parque de la escuela. Pienso que no se va a frenar para hablar con nadie y que, al final, sencillamente no tiene sentido esto que estamos haciendo.

Sin embargo, de pronto y de manera totalmente aleatoria, se para frente a dos chicas que están tomando unos jugos de frutas cerca de la puerta del gimnasio; creo que son de tercer año. Recuerdo vagamente haberlas visto en los pasillos.

—Hola, chicas. ¿Cómo están? —les habla como si las conociera de toda la vida, con confianza y como todo un sinvergüenza. Me escondo dentro de su blazer para darle otro sorbo a mi café—. Disculpen, ¿pero quería saber si ustedes conocen a Aisha Miau?

—¿Qué? —pregunto, estática, y me ahogo con el café.

Sus palabras me penetran como una estaca mientras toso con fuerza y se me aguan los ojos por la falta de aire. Las muchachas me miran con extrañeza y una me ofrece un poco de su jugo.

—No, gracias —me obligo a responder mientras aguanto la tos.

Me siento pálida, pero sé que el color se instaló en mis mejillas. Un fuerte vahído me invade y, por un instante, me mareo tan fuerte que creo que puedo ser capaz de desmayarme.

No estoy loca, ¿verdad?

Él me acaba de nombrar, le acaba de preguntar a un par de completas desconocidas si conoce a mi otro yo. Definitivamente, este chico quiere que lo mate o me mate. Cualquiera de las opciones va a estar bien.

Las chicas parecen dudarlo por un instante. Una niega pero la que me ofreció el jugo comienza a hablar:

—Sí, sé quién es. La artista de ViewTube ¿no? —La palabra «artista» se escucha muy bien desde sus labios. Me parece muy bonita, ya me cae bien—. La conozco, mi hermano es fan de ella. Se ve todos sus videos, pero a mí no me gusta su contenido... —Hace un pausa y parece meditar qué decir a continuación; luego, mientras su amiga busca algo con su celular, añade—: Me parece muy provocativa, creo que solo busca llamar la atención.

«Bueno, no tan bien», pienso mientras una daga imaginaria se entierra en mi corazón.

—Oye —la codea la otra chica—. ¡Eso no es muy sororo de tu parte! —menciona, acusadora, mientras señala un brazalete con los colores feministas—. ¡La chica es preciosa! —Veo que se ha metido a mi cuenta de Mysntagram—. Hay que tener tremendo cuerpazo para que cualquier color de cabello le quede bien.

«Bueno, ella sí que me agrada de verdad».

—Pero ¿por qué nos preguntas? —pregunta la primera chica con confusión.

—Ah, es para una tarea sobre análisis de influencers, nada del otro mundo. —sonríe de forma encantadora, casi como si fuera un modelo masculino de revista.

Una de las dos se ruboriza y se acerca a él con agilidad gatuna y juguetea con su corbata —la de Ezra, obvio, no la de ella—:

—¿Y no deberías anotar lo que decimos para no perderte? —susurra con una dulzura empalagosa.

—Para eso está esto. —Ezra le toca la cabeza, donde estaría el cerebro, con unos de sus dedos—. Muchas gracias por su ayuda, lindas.

No tengo tiempo a asesinarlo por lo que acaba de hacer porque, apenas nos alejamos de ellas, vuelve a tomarme del brazo para que no me escape y caminamos hasta unos chicos que parecen ser del club masculino de fútbol. Ezra repite el mismo procedimiento con ellos, pero por suerte no tienen ni una idea sobre mi alter ego y, sin darnos mucha más atención, siguen de largo.

El aire empieza a circular por mis pulmones con normalidad, pero se vuelve a escapar de mí cuando frenamos junto a unos chicos que están terminando su almuerzo en una de las mesas con los tableros de ajedrez pintados encima.

Los chicos están concentrados con sus consolas portátiles y, por lo que veo, creo que están jugando un videojuego cooperativo.

—Hola —dice Ezra, los chicos lo observan de arriba abajo—. ¿Qué tal? Verán, estoy haciendo un trabajo y necesitaría hacerles una pregunta.

Los chicos acceden con cortesía y apartan sus consolas por un momento. Camino la poca distancia que tengo hasta él, que es menos de medio paso, y lo estiro hacia mí.

Posiciono su oreja exactamente sobre mis labios:

—Ni se te ocurra —le digo con los dientes tan apretados que se me escapa un rechinido. Él solo se limita a reírse. Mi estómago se estruje.

—Bueno, verán, estoy haciendo un trabajo sobre influencers en ascenso. Necesitaría saber qué opinan de Aisha Miau. ¿La conocen?

Los dos adolescentes intercambian una mirada cómplice y mi estómago se retuerce con mayor ferocidad. Niego de manera imperceptible y noto que las piernas me comienzan a temblar. Lo sabía.

Ellos empiezan a reírse. Mi cerebro se desconecta al primer comentario:

—Sus tetas son las mejores del universo, y ¡la tipa tiene nuestra edad! Dios. Va a ser tremenda bomba en unos años. —Con sus manos, se supone que hace una silueta con curvas, pero para mí está invocando a un alien o algo parecido.

—¿Anxious? —pregunta Ezra.

—El novio de Aisha, claro —responde el otro.

—Me vuelve loco, es una genia. Me encanta. Sinceramente, la amo, es mi crush. Más allá de lo físico, porque no quiero quedar como un pervertido —aclara, aunque claramente ya es tarde—, me parece que es muy graciosa e inteligente. Tiene muy buenos análisis y suele mencionar muchos detalles interesantes.

Mis ojos se centran en un pedazo de queso que está tirado en el piso y le aprieto el brazo con fuerza a Ezra.

—Aisha es mi waifu —dice el otro de manera más cauta y amable—. La sigo desde que tiene cien seguidores. La vi crecer. —Noto como el orgullo del fan empieza a hablar por él, pero, de pronto, el otro chico le pega con el puño en el hombro.

—Wow... —Ezra carraspea—. Todo lo que dijeron fue bastante... —hace una pausa y desvía su mirada hacia mi busto que, por inercia, cubro— preciso. Gracias.

—Ay, ay, ay. «Tú la sigues desde el primer momento, blablablá» —dice el otro chico, ignorando a Ezra—. Sí, sí, cuando nadie la conocía. ¿Y qué? Eso no la hace tuya ni nada. Cualquiera puede ser fan de algo. No importa el tiempo para pertenecer o no a un fandom, eso es estúpido —refuta el chico que habló con tanta vehemencia de mi busto; parece ser que es un tema por el que ya han discutido—. Yo empecé a verla hace unos meses —le cuenta ahora sí mirando a Ezra—, por su reseña de My NinjaHero Institute y quedé loco. La tipa te analiza todo. Es de lo mejorcito de ViewTube, la verdad. Me da pena que reciba mucho hate por su cuerpo o por cómo se viste. No se lo merece, deberían dejarla en paz.

—Es que es cierto —la charla pasó a ser algo privado entre ellos dos—. Es auténtica. Si ahora tiene fama y sponsors, es porque se lo ganó con su propio esfuerzo. Sus seguidores están ahí como fruto de su esfuerzo, por su creatividad y su sinceridad. Si algo no le gusta, te dirá por qué.

—Espero que en el futuro pueda hacer más streams, pero se me hace que, como es menor, vive con su familia y se le complica grabar de forma más espontanea —continúa el otro muchacho.

Ezra me toma del brazo y me tironea. Es hora de irnos. Mi cuerpo tiembla y estoy segura de que no podré sobrevivir a ni una más de estas entrevistas.

Sin embargo, a pesar de sus comentarios obscenos, dijeron cosas muy lindas sobre mi trabajo y, en el fondo, me alegró escucharlos. Mucho más de lo que me gustaría admitir. Se sintió extraño recibir esas palabras, porque no las esperaba, fue diferente a cualquier comentario porque ellos hablaron con la sinceridad de su corazón, improvisaron en una charla diaria, no se esmeraron en escribir algo bonito solo porque cabía la posibilidad de que su «estrella» los leyera.

No soy idiota y sé qué clase de comentarios negativos recibo. En un punto, dejé de borrarlos porque me obligaban a estar muy pendiente de todas mis redes y terminaba esclavizándome por algo que me hacía muy mal.

Sin embargo, tener la certeza de que hay gente ahí, como ellos, que disfruta de mis videos y los entiende hasta la raíz, que los hago felices solo por un ratito, me llena. Me hace sentir satisfecha. Porque, en el fondo, yo también me divierto al hacerlo.

Y también toda esa parte completa lo que soy hoy.

Seguimos caminando y Ezra se detiene contra una máquina expendedora de sodas que está en mantenimiento y, por consiguiente, no hay nadie merodeando.

A pesar de que una parte de mí se siente agradecida por la experiencia, noto que las lágrimas se acumulan en mis ojos. El corazón aún me late desbocado y la ira, poco a poco, comienza a hervir en mi sangre: estoy muy enojada conmigo misma. Odio que me ponga nerviosa hablar de Aisha. ¡No tiene sentido! Debería ser mi orgullo, mi logro.

Me limpio el rostro antes de que alguna lágrima entrometida quiera rodar sin mi permiso.

—¿Por qué? —pregunto con la voz estrangulada y comienzo a temblar.

Ezra avanza hacia mí y me mira, al parecer compungido. Me estrecha entre sus brazos con seguridad y acurruca mi cabeza sobre mi pecho. No quiero llorar. No frente a él. Me siento en un maldito juego donde solo él pone las reglas. Solo soy su experimento, su rata de laboratorio. Estoy segura de que en el fondo me usa como entretenimiento.

—Esto... Esto fue solo una pequeña venganza por haberme ignorado todas estas semanas. —Deposita un beso en mi mejilla y acaricia mi cabello. Luego, pone sus manos sobre mis hombros y da un paso hacia atrás para verme a los ojos—. Necesitaba tenerte cerca de alguna manera y ya no sabía qué hacer para que me hablaras. No quise torturarte ni nada por el estilo —se apresura a aclarar y mis sentimientos se mezclan aún más—, solo pensé que esto también podría ayudarte para entender las cosas que generas en la gente y así ganar, aunque sea, un poquito más de confianza.

No tengo tiempo a responder porque el timbre suena y la hora del almuerzo termina.

¡Capítulo 16 listo y lleno de emociones! ✨

Después de toda la tensión acumulada, Ezra finalmente enfrenta a Vibel. 💥💔 Aunque todo parece apuntar a una pequeña venganza adolescente, esto solo muestra lo que realmente muestra es cuán desesperado estaba por tenerla cerca. 😢💫

Chicas, yo no sé cómo hace Vibel para fingir demencia y no derretirse con... 

"Necesitaba tenerte cerca de alguna manera y ya no sabía qué hacer para que me hablaras."
😭💌 ¡Uf! ¿Cómo no desarmarse con eso?

Los sentimientos de ambos comienzan a desbordar... mientras Ezra demuestra una vez más por qué es imposible no amarlo. 😍🙊

💭 ¿Creen que Vibel está lista para dejar de ignorar lo que siente? 

💭¿Qué harían ustedes en su lugar?

💭 ¿Ezra debería haber esperado más o hizo lo correcto al buscarla?

💭 ¿Cómo reaccionarían si alguien hace esto para recuperarlos? 

Obviamente, esta actualización corresponde al 🎄✨ Calendario de Adviento Literario ✨🎄. Recuerden que los capítulos se estarán subiendo casi a diario y que el 25 de diciembre revelaré la portada de No me despiertes. 📖🔥

¡No se pierdan el próximo capítulo! 💖 

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