Jimin dormía tranquilamente en su cama en una noche común y corriente como todas las demás. De pronto despertó y dio un suspiro, esas noches le estaba costando dormir y se despertaba por las noches.

Estiró sus brazos por toda la cama y cerró sus ojos intentando dormirse otra vez. Pero era imposible.

De repente sintió como alguien golpeaba la ventana de su habitación, Jimin lo ignoró pensando en que solo era el viento o algo así. Pero comenzó a preocuparse cuando escuchó que había más golpes.

Se levantó de la cama y miró a la ventana pero no se podía ver bien, estaba borroso por la niebla y lo único que veía era una sombra. Tragó saliva pensando en que era un ladrón, entonces tomó del florero de su mesita de luz y se puso en pose de batalla listo para atacar.

Sus manos temblaban, se acercó lentamente y abrió la ventana.

Casi se le va el aire al ver que era Yoongi quien estaba ahí.

—¿¡Y-yoongi!?—exclamó el chico

—Hola Jimin

El mayor terminó de entrar a la habitación, estaba vestido de negro y tenía un parche en su ojo izquierdo del mismo color.

—M-mierda... ¿¡Que haces aquí!?

—Vine a despedirme

Al oír eso, Jimin dejó el florero en la mesita de luz y le dio un fuerte abrazo. Yoongi correspondió rápidamente.

—Yoongi ¿Q-que le pasó a tu ojo?

—Mi padre me lo arrancó en forma de castigo por haberlos ayudado a escapar—respondió Yoongi—Pero no te preocupes, estoy bien. Después de mucho tiempo logré escaparme y ahora saldré del país. Por eso vine a despedirme.

Jimin se separó de él y apretó sus labios. Le dolió mucho escuchar la atrocidad que hizo el señor Min, ese hombre estaba completamente loco.

—No e-es necesario que salgas del país—dijo Jimin—Puedes quedarte en mi casa si así lo deseas. De todas formas... mis padres trabajan y nunca están aquí. Jamás notarán tu presencia. Ya te has quedado unos días aquí y sabes bien como son las cosas.

—Gracias Jimin, pero mi padre es parte de una mafia y de seguro el primer lugar en el que va a buscar es aquí porque sabe que somos amigos—respondió suspirando—Te lo agradezco, en serio. Pero si no salgo del país, mi padre me encontrará y me arrancará el otro ojo.

—¿Fuiste... a despedirte de Jungkook y Taehyung?

—No, no quiero traerles problemas. Solo los estuve espiando un poco hoy para verlos por última vez, pero realmente siento que debo despedirme de ti.

Yoongi se acercó a él con una sonrisa y juntó sus manos con las del contrario.

—Gracias por todo Jimin, gracias por tu amistad, tu cariño y por haberme animado cuando fui rechazado por Jungkook. Gracias por haberme tenido en tu casa cuando me escapé de mi padre. Eres el mejor.

Los dos se miraron y bajaron la cabeza. No se querían despedir, pero no les quedaba otra por sus vidas.

—Y también te pido perdón por haberte besado solo para dejarte inconsciente ese día en el baño. Le tenía mucho miedo a mi padre y no sabía que hacer.

—No es tu culpa, Yoongi. No te quedaba otra que obedecerlo para salvar tu vida.

—Realmente lo siento. Y si alguna vez te encuentras con Tae y Jungkook, diles por favor que estuve aquí y lamento no haberme ido a despedir de ellos. Dile que también estoy agradecido con todo lo que hicieron por mi.

—L-lo haré

—Bien, ya me tengo que ir.

Se miraron por unos segundos más, deseando que ese momento nunca terminará. Yoongi tomó la mano de Jimin y le dejó un pequeño beso.

—Adiós, espero que la vida nos vuelva a juntar algún día.

—A-adiós.

Finalmente Yoongi salió por la ventana y Jimin lo vio irse por los callejones hasta que no pudo verlo más. Una lágrima recorrió su mejilla y volvió a la cama dispuesto a seguir su noche solo.

Y ahora no le quedaba otra que aceptar el destino y que Yoongi ya no estaría más con ellos.

Pero cada vez que recordaba que en algún lugar del mundo, Yoongi estaba siendo feliz, no dudaba en formar una sonrisa.

Continuará