Samantha se acercó cautelosamente a su hermana menor con una gran sonrisa en la cara. Natalia estaba de espalda viendo su celular. Sam acercó su boca al oido de su hermana.

   —¡Hermana! —Natalia volteó asustada y con una libreta en la mano lista para golpearla.

   —¿¡Qué te pasa inútil!? —acotó enojada Nat.

   —Que me pasa, ¿de qué? —preguntó Sam viendo sus uñas cómo si las encontrara interesantes.

   —No te hagas la inocente, me asuste. ¡Estúpida, mi corazón, idiota! —dijo con una mano en el pecho exagerando.

   —Dramática —rodó los ojos, y levantó un dedo amenazadoramente—, lo preguntaré sólo una vez, ¿dónde están mis calzones?

   —En primer lugar no soy dramática ,y en segundo ¡No se dónde esta tus calzones!

Gritó mientras lo decía, ¿no era dramática?

   —Mocosa pañaluda hija de la playa. No queremos que se enteren en China. Y uno, si eres dramática. Y dos, si los tienes. —respondió lo más calmada que su estado de alteración le permitiera, cosa que en realidad era nula.

   —¿Pañaluda?¿A quien le dices pañaluda?, yo no los tengo ni que fuera un honor usarlos solo por que estuvieron en tu trasero. —Nat se reclinó sobre la mesa que estaba hacia adelante con una gran sonrisa.

   —Oh, discúlpeme usted señora de la tercera edad. Yo sé que los tienes y si, efectivamente, es un honor. —Se cruzó de brazos y levantó una ceja.

   —Uy si claro un honor es tán sagrado que hasta doy saltos de felicidad, ni si quiera los tengo y no soy vieja como otras. —reprochó volviendo a su celular.

Sam salió del cuarto con destino a la cocina y agarró el cucharón que estaba en la mesa. Volvió hacia la habitación.

   —¡Hija de la playa si no me das mis calzones este cucharón será la chancla voladora a mi versión! —gritó nuevamente haciendo que Nat se cayera de la silla

   —Está bien pero todo menos eso. —dijo Nat y Sam se la quedó viendo— ¿Qué?¿Acaso quieres que me los quite frente a ti?

   —Dudo mucho que tengas algo que yo no.

Hola soy yo (¿no enserio?).
Bueno este libro es en colaboración de Small_reader_
Adiós 😘