No lo vi venir
Me encuentro caminando hacia la universidad, llevo puesto un pantalón de jean, una camisa suelta roja y unas zapatillas negras, el viento mueve mi largo pelo castaño. Paro en la esquina mirando para los costados esperando encontrarme con una cola de autos pero no, me encuentro con la calle vacía, al igual que la vereda, el pánico creció al igual que la paranoia al ver cada día en el noticiero las muertes de todas las chicas, chicas universitarias entre los 20 y 25 años, se sabe que es el mismo asesino ya que en cada cuerpo se encuentran los mismos cortes, las mismas fracturas, cortes en sus brazos y piernas y unas costillas fracturadas en el inútil proceso de defenderse de su atacante. Apresuro mi paso mirando cada segundo a mis costados mientras como mis uñas por el nerviosismo, estaba poseída por la paranoia, doy un largo suspiro al ver que me encuentro frente a la calle del instituto, miro mi celular y si, estoy llegando a horario y hasta tengo un pequeño tiempo de sobra, al ver el fondo de pantalla encuentro una foto que me saque con Cassandra, mi mejor amiga, estamos juntas desde jardín, vive cerca de mi casa, ahora en la universidad ella esta en el edificio de matemáticas mientras que yo me encuentro en el de biología y química. Me doy cuenta de que Cassandra no me llamo en toda la mañana, no me la encontré y no responde ninguna de mis llamadas o mensajes, preocupada comienzo a caminar pero al subir la vista me encuentro con algo que nunca hubiera querido ver, siento como mis rodillas tiemblan y caigo sobre ellas al ver una imagen de Cassandra y la palabra "Desaparecida" sobre ella, siento como mis ojos se humedecen y las lágrimas comienzan a caer empapando mis mejillas.
"Ella no" esas pequeñas dos palabras retumban en mi cabeza, he pasado una hora entera echa un pequeño ovilla en el sillón de dirección llorando desconsoladamente pensando en todas las cosas que hemos pasado juntas, no soy tonta, se perfectamente que la palabra "Desaparecida" significa que sufrirá antes de morir, eso me hace llorar mas, lo hago silencio, mirando hacia una pared blanca como si me encontrara en una especie de shock, siento la puerta abrirse y me encuentro con el director entrando en la habitación, el es como un padre para mi, me mira con una cara llena de tristeza, se acerca y me abraza logrando que me derrumbe sobre sus brazos en otro llanto, el me abraza fuerte tratando de consolarme cosa que logra en unos cuantos minutos, el se separa de mi y me tiende un café, siento ese rico aroma del café de la cafetería del frente. Miro en el reloj como los minutos pasan, el director me dio el día libre. Arrastrando los pies salgo de allí, camino con la cabeza gacha sin mirar por donde camino, eso se hace notar al chocar contra otra persona, subo mi cabeza molesta y me encuentro con la típica sonrisa de superioridad de Marcelo, Marcelo Vegas el típico chico con una vida "genial" si se puede decir así, popular y toda esa historia, no quiero problemas respiro profundamente guardando mis ganas de gritarle y lo miro de manera tranquilizante.
- Tengo algo en la cara- Pregunto sin poder resistirme, su cara cambia al ver mi gran cambio de humor-
-No, solo quiero hablar, no quieres?- Pregunta como si hablar con el fuera lo mejor-
- No gracias- Respondo de mala gana- Tengo que irme- Trato de moverme pero el me para-
- Deja que te acompaño a tu clase de arte-
Lo miro con una ceja arqueada.
- No estudio arte- Lanzo de golpe-
El me mira con una mueca, lo miro de mala gana y decido acabar con esto, salgo corriendo gritando un adiós de manera rápida, al salir me encuentro con algo maravilloso, que se note el sarcasmo, esta lloviendo, saco la campera de cuero que tengo atada a la cintura y me la coloco tratando de tapar mi cara del agua, camino hasta sentarme en una banca del parque, la lluvia comienza de a poco a cesar. Siento como una mano se posa en mi hombro haciendo que pegara un pequeño grito mirando hacia atrás, suspiro rodando los ojos, Marcelo, me había seguido.
- No tienes clases?- Pregunto-
- No- Me responde simplemente levantando sus hombros- Y tu?
- No, me dieron el día-
- Porque?
- Y que te interesa?- Pregunto bruscamente-
- Es solo un pregunta, no te pongas a la defensiva- Suelta el de golpe-
- Mira no estoy de humor, okay?
- Okay- Dice levantando las dos manos- Me iré si eso quieres-
Aplaudo y bailo dentro de mi cabeza. ¿Creyeron que le diría que no? Al ver a Marcelo lo bastante lejos me relajo nuevamente sobre la banca, me levanto de golpe recordando que puedo rastrear el celular de mi amiga, saco mi teléfono y voy a casa corriendo, una vez que llego entro corriendo en mi cuarto, prendo la computadora y comienzo a rastrear el celular de Cassandra. A los 10 o 15 minutos tengo lista la dirección, la anoto en un papel y salgo de allí a tomar un taxi.
Luego de media hora llego al lugar indicado, mis ojos duelen de tanto rodarlos al sentir al taxista hablarme como una niña de 5 años diciéndome que esa zona es bastante peligrosa. Salgo del auto sonriendo falsamente hacia el conductor, saco mi teléfono y empiezo a ver donde se encuentra en celular de Cassie, me acerco a un galpón, bastante arruinado a decir verdad, paso sobre unos escombros y comienzo a llamar al celular de ella, siento un pequeño ruido y me sobresalto, miro hacia abajo encontrándome con la funda rosa de el celular de Cassie, levanto el teléfono y corto la llamada. Estúpido, pienso al ver que el secuestrador de mi amiga ni se intereso en romper el celular para que no pudiera rastrearse, comienzo a ver los mensajes anteriores, viendo uno por uno tratando de encontrar que hacia mi mejor amiga en una zona como esa, abro mis ojos como platos al encontrar el mensaje clave, de repente siento un fuerte dolor en la nunca y caigo al piso mientras mi vista se nubla.
Despierto sobresaltada, mi visión es borrosa, miro hacia los costados pero no encuentro nada, estoy atada de manos, me encuentro en una habitación sin una ventana pero con un lampara que da la iluminación perfecta, luego de acostumbrarme a esa luz me encuentro con un hombre de cuclillas frente a mi, su cabello es castaño oscura, me mira y luego con una sonrisa grita haciéndome saltar en mi lugar.
- Despertó!- Grito el hombre desconocido-
Un hombre de pelo castaño oscuro se me acerco y reviso mi cara.
- Tiene heridas leves, sigue un poco mareada y creo que sigue aun drogada, déjala o el líder se enojara.
Trato de levantar la vista y me cuesta demasiado, cuando logro hacerlo la habitación esta vacía, miro asustada hacia los costados, definitivamente esto no estaba planeado, trato de respirar con normalidad pero no puedo lograrlo completamente. Miro hacia el frente donde se encuentra la gran puerta de metal, hacia la izquierda se encuentra un espejo y hacia la derecha, siento como mi respiración para por unos pequeños segundos, un cuerpo, su cabello tapa su cara, un pelo ondulado rubio con castaño, miro sus muñecas y las miles de pulseras coloridas que hay en ellas, si definitivamente es Cassie.
- Cassie- Logro decir, ella sigue sin darse vuelta, si su pecho no bajara y subiera pensaría que esta muerta- Cassie- Repito y nuevamente sigo sin tener una contestación-
Logro arrastrarme hacia Cassie y le toco la cara tratando de hacerla reaccionar, no funciona, empiezo a sollozar, quiero abrasarla pero no puedo, unas lagrimas comienzan a caer. Logro escuchar unos ruidos fuera de la habitación, me arrastro rápidamente hacia el mismo lugar en donde me encontraba, en ese mismo instante la puerta se abre encontrándome con el hombre de pelo castaño.
-Mi nombre es Manuel, escucha tu cooperas y yo coopero, okay?
Yo asiento lentamente, saca un cuchillo y entro en pánico, no esto no acabaría así, empiezo a luchar y a moverme de forma desesperada, siento como me patean, caigo de costado mientras toso, siento una, dos y mas patadas en mis costillas, Manuel me sienta nuevamente, lo miro con puro odio y el acerca su cara a la mía.
- Te pedí que cooperaras- Dijo-
Escupo en su cara y seguido de esto siento como me pega una cachetada, el me mira con el ceño fruncido y sin decir nada sale de la habitación.
Miro hacia la izquierda viendo el espejo, vamos piensa, repito en mi mente, miro el espejo fijamente, abro los ojos y me levanto, hago una mueca de dolor, camino tambaleante hacia el espejo, una vez al frente de este miro mi reflejo, tengo la mejilla roja, un golpe en el labio y en la cabeza, mi pelo echo un desastre y mis ojos cansados. Miro hacia atrás, veo una pequeña colcha al lado de Cassie, me acerco y me agacho gimiendo de dolor.
- Lo siento- Susurro arrancando la colcha a mi amiga-
Me arrastro hasta estar debajo del espejo, dejo la colcha bien estirada y nuevamente con una mueca de dolor me levanto, suspiro y tomo aire tomando valor, golpeo con mis brazos atados el vidrio, haciendo que este se rompa en pedazos cayendo sobre la colcha, esta evita el ruido y sonrió al ver que mi plan funciono. Levanto un vidrio dispuesta a cortar las sogas de Cassie y las mías, espero que los cortes en mis brazos y mi sangre cayendo no me detenga, me agacho al lado de Cassie poniendo el cuchillo en la soga de sus manos.
- Meli- Susurra- Estas aquí?
Odio que me llamen así pero en momentos como este lo menos que puedo hacer o pensar en es enojarme.
- Si, estoy aquí Cassie. Puedes levantarte y cortarme las sogas?
Ella asiente lentamente, mueve sus manos donde se encuentran las marcas de la soga ajustada, se acerca a mi y me corta de manera torpe las sogas. Una vez liberadas las dos nos sonreímos y buscamos pedazos de vidrios, los escondemos detrás nuestro y nos colocamos al costado de las puertas. La puerta se abrió, Manuel y el tipo desconocido entran en la habitación, me acerco por atrás apuñalando a Manuel en el abdomen con el cuchillo, el grita y me pega haciendo que caiga sobre el piso, el también cae retorciéndose del dolor tratando inútilmente de sacar el vidrio de su cuerpo. Entre todo esto Cassie me ayuda a parar haciéndome ver que había podido acabar con el otro, salimos lo mas rápido que podemos cerrando la puerta luego de salir. Llegamos a una gran puerta de metal, la abrimos y nos encontramos con una escena espantosa, cuerpos, de mujeres que no reconozco, me estremezco y trato de no verlas mientras camino hacia la puerta siguiente, al abrir la otra puerta noto que Cassie tiene los ojos llorosos, trato de abrazarla pero ella esta viendo fijamente hacia adelante.
- Cassie que...?
Giro mi cabeza encontrándome con un gran perro negro, nos movemos lentamente hacia un pasillo pero el perro comienza a corrernos, caminamos lo mas rápido que podemos, mi falta de sangre no ayuda al igual que los golpes que tiene Cassie, vemos la otra puerta abriéndola y cerrándola rápidamente antes de que el perro llegue, sentimos como este golpea la puerta ladrando, caminamos hacia atrás pero caemos, grito de dolor al igual que mi mejor amiga, esta llora desesperadamente mirando hacia los costados. ¿Es buen momento para mencionar que estamos descalzas? Lágrimas salen de mis ojos al ver a mi alrededor, vidrios, vidrios y mas pedazos pequeños y grandes de ellos esparcidos por todo el piso, no podemos pisar, miro a Cassie y con una mirada suplicante comienzo a arrastrarme por el frió y doloroso piso. Al llegar a la otra puerta, miro hacia los costados y hacia abajo, no pienso pasar por lo mismo, agarro la mano de Cassie y comenzamos a caminar como podemos, mis pies duelen y me cuesta caminar, trato de aguantar mis ganas de llorar, pero mis ojos brillan al ver frente nosotras nuestras zapatillas y a lo lejos un cartel de "Salida", nos miramos y comenzamos a caminar mas rápido, al llegar a la salida no logramos ver unas escaleras, caemos, no siento mi cuerpo y supongo que Cassandra siente lo mismo, pero la luz del día que se ve a través de la puerta nos da fuerzas para poder continuar, nos paramos y caminamos hacia la puerta, esta comienza a cerrarse pero antes de esto caemos, zapatillas, estamos rodeadas de zapatillas, los cuerpos de las chicas se encontraban sin zapatillas, estaban aquí. Antes de que la puerta se cerrara tiro una zapatilla evitando que se cierre por completo, entonces exploto.
- Cobarde! Me crees tonta para no darme cuenta!? Se que eres tu! Eres el único que puede llegar a conocer a todas las chicas del instituto, tus indirectas hacia mi, y lo confirme todo con el mensaje de celular de Cassie!
Cassie me mira asustada, se acaba de dar cuenta quien es.
- Sal cobarde! Sal Marcelo!
Escucho unos aplausos pausados, me levanto lentamente ayudando a Cassie, luego me giro para ver la cara de Marcelo con el mayor odio.
- Al fin! Pensaba que no lo lograrías.
- Porque haces esto?- Logro decir-
- Todas son iguales- Dice con enojo-
- Todas quien?- Pregunto fastidiada-
- Las mujeres, mi madre era igual y todas lo son!
Su madre, todo esto había sido por bronca hacia ella, creo que he escuchado que el es huérfano y que su madre lo había abandonado luego de que su padre muriera. Lo miro asustada ya que sabia que no cambiaría de opinión. Miro a Cassie esperando que sucediera, que acabara con nosotras, veo como Marcelo levanta un arma y nos apunta con ella, Cassandra se tira hacia mi abrazándome con fuerza, lágrimas caen de mis mejillas al pensar todo lo que hemos pasado.
- Lo siento- Susurra Cassie contra mi oído-
No entiendo lo que quiere decir hasta que lo veo, se lanza contra Marcelo provocando que un disparo resonara, el cuerpo de Cassie cae al piso con un golpe seco, logro ver sus ojos abiertos y perdidos, esta muerta.
Así paso, como perdí a mi hermana, mi mejor amiga, como el mundo ha perdido a una gran persona; como salí de allí corriendo mientras dejaba al psicópata de Marcelo con el cuerpo muerto de mi mejor amiga, nunca olvidare ese día, el día en que descubrí que aveces las cosas no pasan como tenemos planeado o como queremos, ese lugar siempre ronda por mi cabeza, el grito de Cassie y la voz de ella susurrándome cada noche " Lo siento". De algo estaba segura, eso no lo vi venir.
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