12: Pudin de chocolate
Se agradece leer con acento francés añejo lo siguiente:
•Dias antes•
Muchas gracias.
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Vanessa sacudió su falda de corte recto soltando un suspiro, trataba de prepararse mentalmente para lo que sea que fuera a hacer.
Lo había estado pensando por varios días, decidiendo. Pero llegó a la conclusión de que debía ser fuerte y tener algo de amor propio para enfrentarse al inconveniente que tenía entre manos.
Desde el incidente de Chester en la cancha de béisbol y luego de haber escuchado esa tan rara conversación entre el padre del rubio y su novio, Vannesa a estado pensando.
Uniendo piezas por aquí y por allá.
Exhaló con temor y se acercó a la puerta grande en la casa de AJ. Tocó la puerta sabiendo que los padres del moreno no estaban en casa, así que en cuanto AJ abrió la puerta luciendo tan cabizbajo como siempre sonrió algo colgante.
Él se hizo un lado para que ella pasará, no hizo preguntas y solo le cedió el paso.
AJ parecía más lento y absorbido que de costumbre, ella sabía que tenia todo que ver con Chester.
Es que era obvio. Desde esa noche él no para de lucir preocupado y destrozado por el rubio.
¿Cómo es que no se había dado cuenta antes?
— ¿Podemos hablar? — Se puso erguida, lista para enfrentarse a su propio cerebro que no dejaba de decirle mil y un cosas.a
—¿Hm? — AJ inclinó un poco la cabeza al oírla pero asintió a observar como la mirada de la morena no vacilaba.
Se sentaron en el sofá del salón principal, no había nadie ademas de ellos así que estarían cómodos ahí.
AJ, aunque se preguntaba que querría o que pasaba con Vanessa, no lucía realmente ahí. Parecía estar constantemente disociando en nada en particular.
O si . . .
— Quiero preguntarte algo — Vanessa quería ir sobre el punto. Ella no esperaría que su novio le ofreciera té para poder poder empezar.
— Ehh, claro — Agradeció internamente que AJ tuviera la decencia de poner atención — ¿Todo bien? — La pregunta sonó sinera. Como si a AJ si le importará Vanessa.
— Bueno... — Ella enfocó su vista en un soso cuadro familiar de AJ con su familia y sintió un nudo en el pecho.
Si todo lo que ella sospechaba era cierto... ¿Sus padres lo sabían?
— AJ — Miró a su pareja que la miraba con atención, luciendo sus manchas oscuras bajo sus ojos — Te voy a pedir que seas muy honesto conmigo, por favor — Intentó que su voz no sonara quebrada o temblorosa.
Era algo difícil todo el asunto para ella.
AJ lucio confundido pero asintió y se acercó un poco a la chica.
— Claro pero ¿Está todo bien? ¿Ocurrió algo con tus padres? — Ella negó rápidamente, no queriendo pensar en la relación áspera con su familia por el momento.
— No — Jugó un poco con sus propias uñas acrílicas, haciendo que chocaran y sonarán entre sí — Es sobre Chester— Miró los músculos del moreno tensarse, casi quedando de piedra.
— ¿Chester? — Tartamudea en un hilo de voz, parecía hacerce el tonto pero realmente parecía sacado de su base por la pregunta — ¿Que ocurre con él? — Notó como los ojos de él se sacudieron, parecía que su cerebro había mostrado algunos escenarios donde al rubio le pasaba algo.
Y ella le dolió un poco eso; se sintió lastimada por notar su sincera Preocupación por la simple idea de que a chester le pasará algo, sabiendo que el jamás ha tenido esa mirada por ella.
Y quizás por esos celos se sintió motivada a finalmente preguntar.
— Nada. Quiero saber algo — Se acomodó en su lugar y lo miró fijamente, viendo sus ojos marrones algo temblorosos — ¿Hubo algo entre ustedes? — Soltó aún haciendo chocar sus uñas.
'Okey, lo dije'
Pensó mientras decidió no dejar de hacer sonar sus uñas ya que gracias a eso no había un silencio horriblemente asfixiante.
AJ había quedado mudo, con los ojos abiertos y la boca entre abierta. Parecía que realmente lo había tomado desprevenido.
Hasta se había puesto pálido.
— Ehh — Vió como el moreno vaciló e hizo movimientos de evasión con sus ojos.
Y ella cerró sus ojos. Asimilando su lenguaje corporal y la respuesta que está le dió.
— Así que si es cierto— Dejó sus manos quietas sobre sus rodillas desnudas — No voy a mentir, me duele que no me lo hayas dicho — AJ se acercó más a ella y parecía que trataba de decir algo, pero no podía — Ey, no pasa nada. Si ustedes tuvieron algo antes de que nosostros fuéramos novios, no me debes grandes explicaciones — Ella intentó consolar al descolocado y pálido de su pareja pero AJ se echó un poco para atrás, aún más pálido.
— Vanessa... — El tono de culpa la hizo tragar saliva y repentinamente levantarse de su asiento. Sintiéndose frenética.
— ¿Que...? — El moreno también se levantó, acercándose con las manos adelante mostrando las palmas — No te me acerques como si fuera un león — Alzó un poco la voz, ligeramente histérica — ¿Que hay entre Chester y tu? — Vió como AJ movió su cabeza rápidamente y colocó una expresión ligeramente dolorosa, agria.
— Nada, nada, nada — Movió su cabeza y manos en negativas haciendo que Vanessa salga de su pose a la defensiva al reconocer la sinceridad en su voz. AJ se quedó callado y bajó las manos en un gesto rendido — Ya nada — El tono lleno de dolor la hizo tragar en seco.
¿Que canicas había pasado entre esos dos?...
...
AJ colocó la taza de té de Jasmin frente a la chica de ojos bonitos, Vanessa agradeció con un gesto pequeño y tomó la taza entre sus manos.
El moreno se sentó frente a ella en la mesita de café que tenían en el patio. Aunque las casas estuvieran juntas era muy difícil escuchar una conversación aún si hablabas en el patio, el lugar era bien visto por la chica, le gustaba la brisa que daba en esa parte de la casa. Así que pensó que sería bueno que ambos tuvieran esa charla en un lugar donde ella se sintiera relajada.
— Todo lo que te voy a contar jamás se lo he dicho a nadie. Nadie más allá de Chester sabe de mi orientación sexual. Jamás se lo he contado a nadie por cuenta propia — Empezó a relatar con algo raro en su tono, era indescifrable, parecía ser neutro pero también había precaución y algo parecido a lo que ella identificó como ansiedad — Su padre se enteró por unos mensajes de nosotros hace unos años, me amenazó a muerte pero no se metió demasiado — De rió un poco pero hubo algo ahí que hizo a Vanessa saltar.
— ¿Dijiste años? — La pregunta salió casi en un chillido y AJ suspiró — ¿Cuánto tiempo salieron? — Preguntó eso, aunque en el fondo se preguntaba si realmente en algún momento ellos fueron formalmente pareja.
— Bueno — Se rascó la nuca, aparentemente incómodo pero dispuesto a dar respuestas — Chester y yo comenzamos a "Salir" — Realizó las comillas con su mano izquierda — Cuando teníamos quince, de hecho, en su cumpleaños — Vanessa abrió los ojos grandemente, casi se atraganta con el té que ni siquiera había tomado. — Cuando teníamos dies y seis fue que su padre se enteró — Se acomodó en su asiento con las manos temblorosas.
— Quiero entender, en serio — Alejó un poco la taza — ¿Ustedes fueron novios? ¿Eres bisexual? ¿Esa es la razón por la que ahora ya no se hablan? ¿Es por mi? — Pregunta tras pregunta salió de su boca pintadas de un tono ligeramente histérica pero a la última pregunta la culpa tiñó su voz por completo.
AJ sintió sus labios hacerce un curva. Realmente no entendía la razón de que está chica fuera tan buena...
Pero estaba seguro que en cuanto contara la historia como era, ya no sería tan buena.
— Primero que nada. No tienes culpa de nada de este asunto, ni siquiera Chester. Soy el único responsable de todo este enrollo — Sujetó la taza con fuerza — Vanessa. Mis padres son el doble de homofóbicos que los tuyos. Y ellos, como todos los padres, saben cuándo su hijo dobla la muñeca — Hizó el gesto considerado "afeminado" para demostrar su punto — Ellos no eran felices al ver que mis sentimientos por Chester ya no solo eran amistosos — Soltó con dolor en su garganta.
Recuerda haber tenido 16. Días después de haber hablado con el padre de Chester, que sus padres lo tomaron y le dieron una charla muy religiosa sobre el destino de los homosexuales. Sobre el destino teñido de rojo y rodeado de llamas que sufren por solo amar a alguien más.
Recuerda como le comenzaron a prohibir visitar muy seguido a Chester. Recuerda que más de una vez tuvo que mencionar al Timmy para que lo dejarán salir.
Recuerda que en cuanto sus padres se percataron de sus pupilas dilatas al ver al rubio cuando iban por él a la escuela en reuniones de familia, fue ahí que empezaron a hacerlo tener citas.
— Fue un martes después de clases que conocí a Grace, la primera chica que mis padres me presentaron — No quería ver a los ojos a Vanessa, así que se enfocó en el líquido seguramente ya frío en su taza — Salí con ella un mes y medio, luego dije que no era mi tipo y seguí con mi vida saliendo y estando con Chester — Tragó el nudo doloroso atrapado en su garganta — Entre él y yo había algo especial, único. — Sintió sus ojos picar por los recuerdos.
Habían empezado a verse con ojos cálidos a los quince, en el cumpleaños del rubio se dieron su primer beso y hasta la fecha AJ siente que no existe beso más mágico que ese.
Aún con los frenos del rubio, aún con su desespero y timidez.
Y aunque prometieron no contarle a nadie, AJ Siempre supo que no disimulaba muy bien.
Sabía que sus pupilas se dilataban cuando Chester estaba cerca.
Sabía que trataba a Chester diferente a los demás.
Y es que Chester siempre fue diferente, especial.
— Pero a los meses me presentaron a Sophie, hija de un socio de trabajo de uno de mis tíos — Frotó su frente con los dedos de su mano izquierda — A ella me hicieron frecuentarla casi a diario por dos meses. Pero creo que hasta Sophie se aburrió y se percató que no estaba para nada interesada y fue ella quien se alejó — Recuerda eso con algo de alegría, eran momentos donde se aprovechaba para que sus padres no pensaran que el no tenía iniciativa y que a alguna chicas simplemente no les gustaba.
— Y seguías con Chester... — La voz queda y baja de Vanessa lo hizo mirarla un momento para asentir lentamente.
— Yo hablaba con él muy seguido. Cada noche luego de una cena con ellas me escapaba para ir a su casa. Chester jamás se quejó aunque sé lo mucho que le dolía esa situación — Vanessa sintió algo doloroso y punzante en su pecho, sintiendo la verdad soplarle de a poco en la cara — Yo también lo odiaba —
Recuerda escabullirse por la salida de su casa para prácticamente correr a la casa en ese entonces rodante de Chester.
Recuerda la forma en como Chester lo abrazaba y besaba cuando lo veía ahí en la noche. Las palabras llenas de azúcar que le decía a su rubio de pecas bonitas al oído, promesas de un futuro juntos y alabanzas a su belleza y su posición como el único en su corazón.
Y quizás jamás cumpliría con esa promesa. Pero jamás mintió sobre su infinita belleza y guapura. Jamás mintió sobre su lugar en su corazón.
Chester siempre será al único que su corazón ame a tal punto de sentirse explotar por no tenerlo cerca.
— Pero no importa cuánto yo lo odiara. Siguieron por varios años dichas citas con diferentes hijas de ya sea inversionistas, socios, colegas, ex compañeros de universidad y demás — Se pasó la mano por la cabeza rapada — Pero yo ya había creado una rutina; salia con ellas un mes y medio o dos meses y medio, rara vez llegaba a tres meses. Siempre o casi siempre con la misma excusa sobre no ser mi tipo y había un descanso de varios meses donde solo éramos él y yo. Realmente habían ocasiones que no le hablaba de dichas chicas — Vanessa dejó caer sus manos sobre sus rodillas para empezar a rascarse sus rodillas con ansiedad.
Mientras que AJ recordaba la felicidad que había entre ambos cuando el no salía con alguien más.
Tenían cenas en la casa de Chester, salían a caminar, iban al cine que era de los lugares favoritos de ambos porque podían tomarse de las manos en público.
AJ decía que iría a una pijamada en casa de Timmy pero terminaba en la cama de su rubio de ojos azules.
— ¿Por cuánto tiempo hubo esa rutina? — La de cabellos bellos preguntó con un tono ronco en su voz y AJ suspiró mirándola.
— Dos años — Ella intentó no soltar un chillido — Y creí tenerlo todo bajo control. Solo debía seguir así hasta salir de la universidad, trabajar por mi cuenta y poder alejarme de mis padres — Vanessa sintió sus ojos picar, ya sabiendo lo que él diría.
— ¿Y que paso? — La pregunta salió rota, ella quería escucharlo. Quería tener certeza.
— Ellos me oyeron prometerle eso a él. Escucharon una llamada donde le prometí a Chester estar con él para siempre, prometerle que ya faltaba poco — Las lágrimas empezaban a nublar la vista de la morena, un nudo de saliva espesa se formó en su garganta — Así que supuestamente no tuvieron opción y jugaron su última carta — Él también parecía que tenía dificultad de hablar, se le veía demacrado y culpable.
— Nos presentaron — Ella adivinó con la voz rota y AJ dejó salir aire con un aura triste. — Su última carta era atarte a un matrimonio — El llanto fue notable en su voz y en las lágrimas que quemaba sus mejillas — Terminaste con él por nuestro compromiso — AJ mordió su labio inferior, carajo, ella estaba suponiendo demasiado bien de él.
— De hecho — Ella levantó la cabeza al oír el tono ronco y roto de AJ y AJ vió como las lágrimas de ella seguían acumulándose en sus ojos y los suyos propios empezaron a derramarse también — No le hable de tí hasta que nuestros padres nos anunciaron el compromiso — Escuchó el sollozo de Vanessa y tragó la pasta de saliva densa que dolió al bajar por su garganta — Antes de eso... — No pudo terminar de formular la frase ya que sintió una rama de la corona de Cristo enrollarse en su garganta, cortándole el habla.
Y realmente no está seguro de las veces incontables en las que sintió dicha rama Espinoza alrededor de su cuello, de su alma.
Vanessa se sentía ciega por la cantidad de lágrimas que se acumulaban en sus ojos, el doloroso golpeteo en su pecho que le cortaban la respiración.
Toda la verdad le estaba derrumbando como un puta torre de naipes soplada por la brisa, quiso llorar a mares, quiso gritar, jalar su cabello.
¿Eso significa que todo esté tiempo ella no fue la principal?
Eso significa...
— Antes de eso — Sopló con lo poco que le quedaba de voz la chica que sentía su corazón romperse — Yo no existía para él — Sollozó — Creíste que sería como tus otras citas, solo debías mantener la boca cerrada un par de meses y luego volvería todo a la normalidad — Se llevó las manos a la garganta y se levantó algo tambaleante. El moreno, mudo y asustado por el comportamiento de Vanessa se puso de pie también — ¡Eso significa que no tuviste opción y le hablaste sobre mi! — Sentía las palabras quemar, sintiéndose levemente afónica — ¡De seguro Chester fue el que terminó contigo! — Se acercó a él, mostrando sus ojos rojos y AJ casi solloza por la vista, Vanessa se lo quedó viendo y apretó las manos que sujetaban su cuello — Porque es obvio que tú no podrías terminar con él — AJ mordió su lengua al verse acorralado por la joven tan perpicaz — O dime qué me equivoco — Él no respondió — ¡Dime qué me equivoco! — A los ojos de cualquier persona Vanessa estaba histérica, luciendo lunática, pero AJ entendía que no está histeria.
Era dolor.
Mismo que él ocasionó, no solo en ella. También en Chester.
Ha hecho mucho daño, demasiado que dudaba poder arreglarlo.
Pero él quería al menos ser honesto, sabía que dolería. Pero le dolería más a ella saber que él le seguiría mintiendo en la cara.
— No te equivocas... — Ella se echó para atrás al oír su ronca y pesada respuesta, era doloroso escucharlo, claro está — Vanessa, yo la cagué. Mucho — La voz de AJ era rasposa, pastosa y rocosa. Aún sentía esa presión en su cuello y ese hueco en su pecho — Intenté mantenerlo en mi vida aún si me casaba contigo — La confesión de sintió con un balde de ácido sobre la morena.
¿Cómo era posible todo esto...?
Escucharle decir que le ofreció directamente al rubio que fuera su amante era la cosa más surrealista que había oído. Sintió un tirón en el pecho al imaginarse como debería haberse sentido aquel joven de ojos verde.
De seguro sintió que ella le estaba robando la vida que él merecía.
De seguro se sintió tan indignado y sucio por imaginarse una vida siento el otro cuando él había batallado y amándolo con verdadera locura. Mientras que ella se llevaba todo.
De seguro la odiaba...
Y aún si ... Él parecía quererla tanto...
Aún así la escuchó hablar de su hermana y del cuanto la extrañaba.
Aún así respondía sus llamadas para hablar.
Aún así le abrazaba con cariño cuando ella se sentía triste por extrañar a su hermana.
Aún así, él era tan sinceramente bueno con ella...
Sintió más lágrimas salir de su ojos. Sintiéndose asquerosa, llena de dolor se llevó sus manos a sus cabellos y jaló un par de ellos. Frenética.
Sintió las manos del moreno tomar las suyas para que dejara de hacerce daño pero ella quería disipar el dolor en su pecho y desviarlo a otro lado.
Pero seguía habiendo algo que la hacía sentir sin aire, sin fuerzas.
— ¡SUÉLTAME, MALDITA SEA! — Empujó al moreno junto con el grito lleno de furia — ¡¿CÓMO PUDISTE HACER ALGO TAN HORRIBLE?! ¡¿CÓMO PUDISTE SER TAN HORRIBLE?! — Le escupió las palabras que el moreno no pudo refutar, no pudo objetar ante nada.
Porque sabía que era la verdad.
— ¡Le ofreciste a él ser el amante! — Grito más bajo pero igual de furiosa — ¡¿QUE CARAJO SUCEDE CONTIGO?! ¡CLARO QUE ÉL TERMINO CONTIGO, ERES UNA MIERDA! — Vió los ojos inyectados de sangre aguarse más y ella sintió perder equilibrio mientras también perdía levemente la voz — Pero lo más mierda de todo es que le hayas ofrecido a él ser el otro cuando la única tercera en discordia soy yo — Sintió sus manos caer por los lados de su cuerpo y miro las pupilas de AJ casi desaparecer al escucharla.
— Vanessa... — El tono lastimero la hizo sentir su sangre hervir otra vez.
— ¡Y NO LO QUIERAS NI NEGAR! — Lo apuntó con el dedo y con la mirada roja — ¡YO SOY LA OTRA MUJER! — AJ Tragó doloroso al oírle decir las palabras que él mismo le había dicho a Chester en el baño del club — ¡NO ÉL! — Dió una patada el piso y Sollozó — ¡Tal vez yo lleve los anillos! — Dió un paso al frente con la voz rota — ¡Tal vez sea yo la que lleve tu apellido! ¡La que de a luz y crie e tus putos hijos! — Ella se acercó mientras sentia saliva salir de su boca a cada grito cargado de rabia que soltaba — ¡No importa si soy la que se viste de blanco y camino por ese maldito pasillo! — Quedó frente a él y AJ se sintió golpeado y empujado por cada palabra, sintiéndose en un deja vú por ser esas palabras muy parecidas a las que Chester también le había escupido, pero ahora provenientes de una rota y adolorida Vanessa que no dejaba de llorar — No importa porque al final él será el único que ames... — Ella lo paso de largo y se sentó en una de las sillas de la mesa de ahí.
A ninguno parecía preocuparle que alguien más hubiera oído, sabía que nadie lo había hecho.
La chica se tapó el rostro aún soltando sollozos, se sentía patética por todo el asunto.
Tantos años evitando tener el destino de su hermana de terminar con un hombre que nunca la amara. Que parece que el destino le dió una vuelta muy dulce porque ahora sufre por eso.
Estaba jodida. Ambos. No podían ni de chiste anular el compromiso, no ahora que ella estaba bajo la vista de sus padres por el asunto de seguir en contacto con su hermana y que AJ ya no tenía otra opción.
Estaba condenada a casarse con alguien que jamás la miraría con amor, ni siquiera con deseo.
Apartó las manos de su cara hecho un desastre, de seguro y su delineado ya era historia. Miró al moreno aún de pie y temblando por el llanto que aún soltaba.
Echó su cabello hacia atrás, buscando que su rostro reciba algo de brisa para quitarse aunque sea el calor en su cara. Inclinó su cabeza a un lado con el dolor en el lado derecho de su cabeza para mirar al moreno que pasaba sus dedos por su cara. Suspiró profundamente triste.
¿Por cuánto tiempo AJ a estado aguantando todo este dolor?
Pensó en las tantas veces que de seguro lloró por las noches sintiendo que estaba amarrado de manos y pies.
En las tantas personas que realmente no lo conocían y la única persona que si lo hacía no estaba con él.
Se sintió triste y apagada por imaginar como ha Sido para él. En lo parecido que él era con su hermana; Con tantos en el mundo.
Porque Chester tenía el apoyo de su padre. Pero AJ no tenía a nadie, jamás le ha hablado a nadie sobre lo que siente, sobre como se siente.
Y le dolió pensar que su hermana paso por lo mismo, pero su hermana al menos la tenía a ella. Él no tenía nadie.
Suspiró y pasó su mano por su cabello para que quedara totalmente atrás y con una goma de cabello en su muñeca decidió sujetarlo en una cebolla alta. Volvió a mirar al negro que parecía estarse calmando.
— Lamento haber gritado — Dijo con una voz algo alta para que lo escuchará pero seguía estando teñida por el dolor y AJ volteó a verla algo sorprendido.
La miró un momento y Parpadeó para acercarse un poco a ella y sentarse frente a ella pero manteniendo una distancia.
— Me lo merecía, no he hecho bien las cosas — Ella asintió pero puso sus mando sobre la mesa de diseño complicado al oír su voz apagada.
— Si, pero no debí atacarte luego de haberme hablado de todo eso ¿En serio nadie más lo sabe? — El moreno también puso sus manos sobre la mesita, incómodo pero demasiado cansado y deprimido para sentirse a la defensiva.
— Nadie más — Rascó sus dedos con ansiedad y ella hizo una mueca algo en Shock.
— ¿Ni Timmy? — AJ no pudo evitar bufar ante la pregunta. En el fondo él sabe que Timmy siempre tuvo la sospecha, que siempre los miro con aquellos ojos de "Sé que tienen algo entre manos" y quiso reír. Pero también se odió.
Se odió porque recordó las tantas veces que Chester quiso contarle a Timmy sobre ambos, pero él nunca le permitió hacerlo por miedo a que Timmy hablara de más y contara eso.
Y realmente sigue sin entender porque no confío en su mejor amigo. Se conocían desde niños ¿Por qué no confío en él?
— No, aunque no descarto que lo sospechó — Tomó su dedo índice y jugó con el anillo que ahí estaba — Pero seguramente ahora ya lo sabe. Me odia desde que Chester y yo terminamos — Ella intentó no volver a llorar ante la confesión así que solo apretó sus propias manos.
— Seguramente Chester le contó — Él asintió — Pero ¿Odiarte? Timmy luce muy bueno para eso — Él le sonrió algo triste pero negó con la cabeza.
— Creeme, me lo gane. Aquella noche en club dije cosas horribles de las cuales me arrepiento demasiado — Ella inclinó un poco la cabeza — Y antes de que preguntes, no tengo muchas ganas de hablar de eso. Solo te puedo decir que fueron lo suficientemente malas para yo querer recibir un golpe de Timmy — Bajó la cabeza no queriendo recordar la catarata de palabrería y tonterías que le gritó a Chester en aquel arranque de desesperación y celos y empujado por el alcohol.
— Supongo que son muchas confesiones para un solo día — Se pegó al respaldo de la silla de metal pintado y miró al cielo claro y cegador — Pero hay algo que debes hacer aún — Ella volvió a verlo y él subió levemente la vista.
Ambos estaban vueltos un desastre. Ojos hinchados e inyectados de sangre, el cabello de Vanessa vuelto un desastre, las marcas oscuras de AJ bajo sus ojos.
— ¿Que cosa? — Ella se inclinó un poco para verlo con el rostro serio y él se preocupo levemente por su rostro lleno de seriedad.
Tanta, que casi piensa que iba a pedirle matar a alguien.
.
.
Y hubiese preferido haber matado a alguien que ver esos ojos verdes que ama llorar.
Chester lloraba dentro de sus manos con dolor, lastimado de saber todo -o al menos la mayoría- de todo lo sucedido.
Le había contando, así como Vanessa le había pedido, todo a Chester. El hecho de que Vanessa ya sabe la verdad había destrozado al rubio de pecas y verlo destruido lo había destruido a él también.
— Chesy... — Llamó con voz cálida y baja pero el rubio lloró aún más fuerte al oírlo.
Chester estaba afligido a morir. Le dolía tanto el hecho de que Vanessa estuviera lastimada.
Luego de haberle dicho que debían hablar le comenzó a contar como Vanessa había ido a su casa y se enteró de todo el embrollo que fue su relación.
No podía imaginar lo desecha que debió y debe sentirse.
Y él se sentía como una mierda...
El supo y sabe que AJ aún lo amaba, que no la amaba a ella. Pero que ella si lo amaba a él.
Y no hizo nada... No le contó la verdad, no hizó nada para evitar que ella fuera lastimada.
Pero... ¿Que podría haber hecho?
Estaba tan atado como siempre. Si le decía había una alta posibilidad de que ella no le creyera, después de todo, podría sonar como un celoso obsesionado con AJ.
Pero no se quitaba la sensación asquerosa del paladar por haber Sido parte del dolor de Vanessa.
Porque si, se siente responsable de todo el asunto aunque cualquiera le dijera que no lo era. Porque si en primer lugar no se hubiera arriesgado a besar a AJ en aquella fiesta y a arriesgarse a amarlo tal vez no dolería tanto ahora.
Si no hubiera entregado con los ojos cerrados su corazón desde el día uno a alguien que debía estar con chicas para hacer feliz a sus padres, tal vez ahora no estaría tan roto.
Tal vez si hubiera retrocedido en la tercera chica que AJ debió besar, tal vez ahora él no sería el problema entre este matrimonio arreglado.
A veces pensaba que si no hubiera besado a AJ en esa fiesta de cumpleaños, él no hubiera dejado de ser hetero.
Y volvió a tener ese pensamiento...
Que él le arruinó la vida.
Recuerda que los padres de AJ un día se lo dijeron...
Una tarde luego de haber visitado a AJ un sábado antes de su turno nocturno en el restaurante los encontró saliendo de la casa. AJ había quedado completamente dormido en su cama, así que no estaba con él.
Lo miraron de arriba a abajo como siempre, con aquellos ojos que sabía que jamás lo verían con aprobación.
Recuerda las palabras que soltaron luego de una catarata de palabras clasista, como si ellos no vinieran de esclavos...
Palabras que se habían grabado en el pecho de aquel chico de 17 años recién cumplidos. Y que jamás se han ido de ahí.
«Arruinas la vida de nuestro hijo. Alejate de él »
Le escupieron tanto verbalmente como literalmente en el cara y tuvo que irse luego de que ellos lo dejarán atrás con la cara manchada.
Siempre va a recordar con dolor como lo humillaron y no pudo defenderse... Tanto que les dió la razón internamente.
Fue él quien se enamoro de AJ primero.
Fue él quien lo beso primero.
Fue él quien le dijo «Me gustas» primero.
Fue él quien lo hizo homosexual...
Él arruinó su vida...
Así como arruinó la de sus padres al nacer y así como arruinó la de AJ por amarlo.
— Lo siento... — Esas palabras salieron como vómito, desordenadas y flojas — Lo siento... — Murmuró entre sus manos y entre sus sollozos de niño pequeño. Sintió los brazos familiares apresarlo con fuerza y lloró más fuerte.
— Por favor, no me pidas disculpas — La voz rota de AJ lo abofeteo. Sintiéndose débil se pegó al moreno para seguir llorando.
Quería abrazarlo una última vez.
Antes de que partiera y se fuera para siempre.
Antes que Cruze ese pasillo con alguien que no era él.
Antes de que fuera condenado a vivir la vida que sus padres quieren para él.
Antes de que el amor de su vida fuera infeliz en una vida que no deseaba.
Dios... Él lo amaba tanto... Tanto que era insoportable... Tanto que quería morir...
Y una idea aterradora lo golpeó...
Levantó la cabeza rápidamente encontrando que AJ también lo estaba viendo con los ojos llorosos. Pasó la vista por las bolsas bajo sus ojos, por las varias espinillas y puntos negros en su frente seguramente por el estrés. Al tenerlo en sus brazos pudo notar la notable diferencia en su musculatura con la última vez que lo abrazo...
Pensó en lo deprimido que de seguro estaba este joven de ojos avellanas, pensó en la presión que tenía sobre sus hombros. Pensó en su cansancio.
Pensó en su dolor y no pudo con el apretón en su pecho al imaginarse lo que tendría que estar pasando por su cabeza.
— Yo debería ser quien se disculpe, quien te pida perdón — Sintió la caricia sobre su desordenado cabello y suspiró quebrado al percatarse de lo pesada que se sintió su mano sobre su cabeza. — Yo debería pedirte perdón. Por todo, por haberte dicho esas cosas horribles en el club, por hacerte tanto daño, por mentirte, por esconderte — Con cada palabras la voz iba rompiéndose cada vez más y él quiso llorar al recordar las palabras que le gritó fuera de ese Club.
Al recordar cómo lloro cada noche que sabía que él saldría con alguna de esas señoritas de la alta sociedad que no eran él.
Al recordar cómo debía besarlo tras bambalinas todo el tiempo mientras que otras presumían que lo besaban sobre el escenario...
— Perdoname por no merecer a alguien como tú. Perdón por amarte y no merecer que tú me ames devuelta — El joven sintió las gotas cálidas sobre su frente y sintió su corazón pesado.
¿Era esto acaso una despedida...?
¿AJ Lo soltaría?
— Perdón por no poder hacerte cruzar ese pasillo... — Lloró al hablar, y Chester quiso llorar también, de hecho, lo estaba haciendo — Perdón por no hacerte ser quien espere en casa — Intentó acercarse a él pero AJ lo mantenía fuertemente agarrado, no queriendo dejarlo ir, aún no — Perdóname por no poderte dar anillos — Salió en un sollozo y él también sollozo aún sintiendo las lágrimas que le quemaban la piel caer sobre su frente — Perdóname porque no puedas llevar mi apellido, o yo el tuyo, porque si te soy honesto, no quisiera que lleváramos el apellido que nos está desgraciando — Sintió el apretón y él apretó la sudadera del moreno con fuerza — Perdón por no poder formar una familia contigo — El llanto se derramó como ligeras y amargas gotas sobre su rostro, doliendole en el alma que ambos se adoraban tanto que soñaron eso con toda su alma...
Pero que jamás lo tendrían...
Sintió el rostro de AJ meterse en su nuca y escuchó el llanto descolocado del que era el amor de su vida.
Del que es el amor de su vida.
Con quién compartió su primera vez...
Con quien vivió lo que eran las citas aunque secretas, perfectas...
Con quién experimento el amor...
Con quién vivió el amor.
Y tal vez era demasiado joven para asegurarse que será el único amor en su vida. Pero si sabe que es el primero en ella y sabe que el primer amor siempre es tan especial.
Tan especial que duele para siempre...
Está quizás era la última vez que ambos se decían Te amo y se abrazaban con amor... Quizás podría ser su último momento dónde el corazón de ambos se sentía en casa...
Se alejó un poco y tomó el rostro del moreno que lo miró con dolor, no quiso verlo así. Así que planto un beso que supo a sal y azúcar a la vez... Un beso dulce y amargo que los hizo llorar.
Está era su última vez. Su último abrazo, su último beso...
Y mierda. Cómo dolia que esta fuera su última noche.
Su último cielo.
Su último adiós...
El beso se profundizó hasta que sus lenguas pastosas se juntaron y bailaron juntas una última vez, despidiéndose entre sí.
Tomaron sus mejillas y las acariciaron con amor, despidiéndose de ellas. Sabiendo que alguien más tocaría las de él ahora...
Se abrazaron en la cama aun besandose como la jodida primera vez que se besaron, pero ahora con la diferencia del dolor que colgaba en sus almas por saber que está era la última vez.
Mientras se besaban recordó tantas cosas. Recordó como él tenía una rara costumbre de apretar sus orejas al besarlo o simplemente al estar juntos.
Recordó su risa cuando el contaba un chiste en la cama luego de hacer el amor.
Recordó sus abrazos apretados antes de volver cada quien a su rutina.
Recuerda las miradas que compartían en el almuerzo cuando creían que nadie veía.
Recuerda sus dedos entrelazados cuando estaban en el cine.
Recuerda lo mucho que lo hizo sentir amado.
A pesar de los malos entendidos, de los malos ratos. Sabía que su corazón siempre iba a palpitar diferente por aquel moreno de ojos marrones.
Sin importar cuántos ojos de diferentes colores lo vean. Él siempre recordaría y amaría esos ojos marrones...
Se separan del beso con dolor, con resignación. Con ganas de realmente no separarse. Dejando besos de mariposa que revolvían las mariposas tristes y abatidas que daban sus más fuertes aleteos dentro de sus estómagos.
Fue duro ver los ojos tristes contrarios, fue duro verse y reconocer ese adios que brillaba en sus ojos tristes.
— Te amo Chester Macbat — El joven de ojos marrones Susurró sus sentimientos sobre los labios húmedos del amor de su vida, con sus frentes juntas y sus corazones rotos.
Y a Chester le dolió escuchar esas palabras que anteriormente le decía como una biblia cada que podía hacerlo. Sabía que no mentía y que aún si AJ ha cometido errores que lo habían lastimado. Él también lo amaba a él.
Y estaba bien jodido por seguir estando loco por él, loco por su simple presencia junto a la suya, loco por tenerlo cerca y loco por seguir a su lado.
— Yo también te amo — Soltó en un Sollozó que le dolió en el alma al moreno que quiso por un momento desaparecer junto al rubio y no volver nunca a la vida que le estaban obligando a tener.
Dónde también estaba jalando a alguien más.
Se abrazaron en silencio aún cuidando el yeso del rubio. Solo se apretaron sin decir nada, sin susurrar nada, sin respirar siquiera.
Ambos se amaban, lo han hecho desde el momento que aprendieron a diferenciar entre amistad y amor. Ambos habían aprendido con el otro como amar bellamente, como amarse hermosamente.
Pero no podían estar juntos.
No con la vida de AJ, no con el estado tan homofóbico de sus padres. No con sus responsabilidades.
Pero AJ seguia creyendo muy en el fondo de su corazón que algún día podrá amar a Chester libremente. Que algún día podrá tomarlo de la mano sin miedo en la calle. Que algún día podrá ser libre.
Chester acarició su rostro aún preguntándose ¿Por qué se había enamorado de el? ¿Por qué lo amo si sabía que no debía amarlo? Que no podía hacerlo.
Pero al volver a ver esos ojos tristes de color marrón entendió que no podía no hacerlo, que siempre lo haría y sin importar que hiciera jamás podría no amar a AJ.
Pensó otra vez en Vanessa, en la gentil y amable Vanessa que no merecía nada de esto. Ella debía casarse con alguien que tal vez jamás olvidaría a alguien más, con alguien que amaba a alguien más...
Debe ser horrible para ella igual.
— AJ — Susurro sobre el rostro del moreno que casi solloza al oír la voz del rubio tan cerca.
— Si... — Chester sintió la caricia sobre su brazo, se lo permitió, porque posiblemente era la última vez que lo haría.
— Prométeme algo — AJ miró los ojos verdes brillantes de tristeza y melancolía de su chico de hebras doradas — Por favor — Notó la preocupación en los ojos bonitos de Chester y asintió en su dirección.
— Te cumpliré lo que me pidas — El rubio sonrió algo agrio por esas palabras, pensó en lo irónico que era que él dijera eso cuando no podía cumplirle tantas cosas que sabía que AJ quería pero no podía cumplir.
Llevó sus manos al rostro más delgado que antes del moreno, apreciando por última vez la cercanía que añoraba tanto y se acercó para dejarle un beso sobre su nariz, nariz que no se cansaba de besar.
«Te amo» Recuerda confesar aquella noche de luna menguante en diciembre, en la víspera de navidad. La primera vez que se lo dijo «Y estoy dispuesto a vivir por ti» Recuerda prometer sobre aquella acera con el olor de la noche rodearlo. El rubio había caído en las drogas con tan solo 15 años, casi murió de sobredosis por unas estúpida calificaciones mala, por una mala decisión de trabajo, por una recaída de su padre, por su madre y por su mal de amores. Todo junto lo hizo terminar en el hospital y casi en el panteón.
Recuerda que todo eso ocurrió en épocas navideñas. Triste y apagado por la abstinencia terminó en la banqueta de un parque llamando a AJ por teléfono y decirle todo eso. Prometiendo que iba a intentar vivir por él, por lo que tenían.
A los minutos de la llamada llegó el moreno con un abrigo y un abrazo para llevarlo a su casa.
Recuerda esa noche con bastante cariño por ser la primera vez que se sintió grandemente motivado por dejar las drogas. Y aunque algunas veces recaía, jamás lo volvió a hacer como aquel diciembre.
— ¿Recuerdas cuando casi muero a los quince? — Sintió los músculos de AJ tensarse, seguramente recordando todo ese proceso que tanto su mejor amigo, su padre y él pasaron por su mala cabeza.
AJ asintió tenso por el recuerdo y él sonrió en su dirección con aire de cansancio.
— En ese caso debes recordar lo asustado que estabas al verme dispuesto a morir, a no intentar mejorar — AJ lo miró con tristeza en sus ojos y asintió lentamente — Pues ahora yo estoy asustado, AJ. Veo en tus ojos algo que me aterra — Tomó su rostro con ligera fuerza y AJ tembló bajo su tacto, Chester parecía que miraba su alma — Veo lo mismo que ví en mi mismo cuando pensé en dejarlo todo — Casi se rompe su voz al ver los ojos del moreno aguarse — Y tengo miedo que estés pensando en dejarlo todo — La lágrima cayó por la mejilla acunada por su mano, mojandola en el proceso — AJ... — El de ojos marrones Sollozó mirando hacia abajo y negó con la cabeza lentamente.
— Estoy cansado... — Escuchó la voz baja y apagada del chico — Tan cansado... — Chester lo atrajó a sus brazos y lo apretó con fuerza.
— Lo sé... Lo sé — Apretó al moreno que dejaba de llorar contra el pecho del amor de su vida, roto y cansado — Pero te pido que lo intentes, sigue adelante por favor — Suplicó con la voz rota y AJ siguió sollozando.
— Tú... — Murmuró entre el hipo de su llanto y apretó la camiseta floja del rubio — Tu quisiste vivir... Quisiste vivir por nosotros — lloró — Pero ya no hay nosostros, ya no tengo porque seguir aquí... — AJ sintió ser apretado con fuerza para luego se alejado con la misma fuerza y casi solloza por verse alejado del rubio.
— ¡Entonces hazlo por tí! ¡Házlo por ser feliz! ¡Házlo para sentirte bien en un futuro! AJ...— Tomó su rostro y AJ le sonrió — Yo aunque prometí vivir por ti, también aprendí a vivir para sentirme bien. Por mi padre, por un sueño de poder ir por el mundo en un futuro. Aprendí a querer vivir por mí — Y AJ sintió sus lágrimas correr.
Su chico de cabello dorado ha crecido tanto, siempre ha Sido así; Siempre ha Sido maduro e inteligente, siempre ha Sido fuerte y duro como un roble. Verlo ahora decir que vive por si mismo es hermoso, es hermoso ver qué él si es capaz de levantarse con la fuerza de quererse a si mismo.
Algo que tal vez él jamás lograría...
— Quiero que vivas y te quieras a ti mismo, así como en algún momento me has querido a mi — La voz dulce y cuidadosa rompió al moreno que volvió a dejar caer sus lágrimas y Chester lo abrazó.
No miente al decir que está exausto y harto de seguir caminando en ese camino de carbón caliente. Quiere tirarse al río y solo morir ahogado, tal vez así podría sentir paz.
Porque para él no tenía sentido seguir caminando si no era de la mano de Chester. Tampoco quería seguir ese camino tomando la mano de alguien más haciéndolo caminar por ese mismo camino hirviendo, no quería dañar a más gente.
Miró los ojos cristalinos del chico lleno de pecas y sonrió débilmente. Quería morir, si. Pero también sabía que si él dejaba de vivir quizás le haría daño a Chester.
Y estaba más harto de hacerle daño que de vivir.
— Prométeme que lo vas a intentar — Escuchó la voz cercana y por mero capricho acarició su pómulo para sentir la aunque no tan suave piel, si era su textura favorita.
Y realmente pensó que aquel rostro tallado por los dioses no debía seguir mojado en lágrimas amargas por él. Y que aunque no sintiera la mínima ganas de seguir adelante, aunque no tuviera las fuerzas para intentar siquiera ponerse de pie.
Al ver esos ojos sintió una motivación algo diferente.
— Lo prometo, Chester. Prometo que voy a intentar seguir adelante — Juró cerca del rostro bronceado y sonrió al notar el brillo en los ojos de su amado.
Sintió que era rodeado por un abrazo y aunque escuchó y guardo las palabras de alivio y apoyo por parte del rubio en su corazón, su cabeza solo podía pensar en archivar la sensación del abrazo de oso que tal vez no volvería a recibir.
Si... Definitivamente AJ quería morir; tan harto de todo estaba y no sabía cómo salir de ese abismo. Pero al oler la loción del rubio en su cuello pudo apreciar una nueva razón de vivir.
No lastimar a Chester.
No preocupar más a Chester.
No volver a dañar a Chester.
Tal vez ya no viviría con la esperanza de vivir junto a él. Pero si viviría para asegurarse que el no volviera a sufrir...
Lo jura con su vida. Con la poca vida que aún mantiene en sus manos.
.
.
.
Vanessa y Coraline llegaron caminando mientras hablaban tranquilamente por la acera hasta que la pelirroja divisó al moreno sentado en la entrada de la casa.
Empuja un poco el brazo de la morena y señala hacia el chico enterrado en su celular mientras escribía muy rápido.
Vanessa sintió sus propios labios apretarse fuertemente y se acercó a su pareja, llamó su atención tosiendo falsamente y el chico levantó la mirada y Vanessa notó sus ojos hinchados y rojos por el obvio llanto.
— ¿Dónde está Chester? — Fue coraline la que preguntó cuando llegó a dónde estaban ambos, ella realmente no notó los ojos rojos del moreno ya que veía hacia la puerta cerrada de la casa.
— Durmiendo — Respondió algo distante mientas bajaba la mirada, pensando en que sería mejor que coraline no notara su estado. Ya se sentia demasiado cansado por llorar para tener que aguantar una interrogación intensa de la pelirroja — Vomitó y se quedó dormido luego de su medicina — Se levantó aún con la mirada gacha y tendió un papel a la chica que lo miraba con atención — Vomitó parte de una pastilla, supuse y acerté que era el Anti inflamatorio. Deberá ver a su doctor en la mañana, dile a su padre eso — La pelirroja tomó el papel analizando la voz apagada de AJ y asintió leyendo el nombre del medicamento y apretó sus labios.
Todas las pastillas son blancas ¿Cómo AJ supo el nombre?
Se preguntó y al levantar la mirada el chico para preguntarle, él ya estaba de espalda.
— Nosostros nos vamos, puedes irte cuando tú padre venga por ti, el padre de Chester le dijo que venía en camino — Comenzó a caminar y miró a su pareja que lo veía algo renuente — Vamos ¿Si? — Vanessa lo examinó un momento y asintió, miró a la pelirroja que lucía muy fuera de base y sonrió en su dirección.
— Nosostros nos iremos, gracias por dejar a AJ ver a Chester y gracias por escuchar, Coraline — Le sonrió con gentileza y se giró sin esperar una respuesta para caminar junto al moreno.
Coraline los ve alejarse rozando sus codos, cosa que le pareció algo rara pero supuso que eran de esos novios que no se tomaban de las manos en publico, ella respeta eso.
Vió a la puerta cerrada y se preguntó si era prudente pasar pero pensó en el deseo del rubio de querer pasar aunque sea algunos momentos solo al día. Y quiso darle ese deseo...
Pensó en la chica que ya había desaparecido de su vista en una esquina con el moreno, en la charla que habían tenido en el local de batidos locos.
Y ella tenía tantas dudas...
No pudo quedarse pesando demasiado porque escuchó el claxon de la moto de su padre y decidió pensar en todo lo que había pasado en ese día después.
.
.
Chester despertó ya cuando el sol se había puesto, quizá a las 10 pero se sorprendió al ver que pasaban de las 2 de la mañana.
Que cosas...
Se estiró e intentó encontrar sus muletas con la mirada pero suspiró al hallarlas pegadas a la pared junto a la puerta.
Bufó y se tiró a la cama con la intención de buscar su celular y ver si su padre se encontraba en casa, encendió la pantalla escandilandose un poco por el brillo, entre cerro los ojos pero se sorprendió al encontrar un mensaje de Coraline.
•Coraline 👩🏻🦰👩🎨
*Hola cariño
*Espero que estés bien ajota me dijo que habías vomitado 😦
* a hablé con tu padre sobre la pastilla que está teniendo mal efecto en ti 😦☺️
* Mojrate ✨
*Mejorr*
* MEJÓRATE 💀💀💀💀💀💀
*Steker de Elmo gritando*
El rubio sonrió por los mensajes de su amiga, después de respóndele con algunos steker más, dejó el celular a un lado cuando escuchó el sonido de algunas ollas de la cocina.
Bueno, o es su padre o una rata.
Y mientras la rata le pudiera pasar sus muletas, ambas les venían bien.
—¡PAPÁ! — Gritó pero no obtuvo respuesta — ¡RATA DE LA COCINA! — Gritó con algo de humor pero casi grita al ver la puerta de su cuarto abrirse de golpe.
—¡¿A QUIEN LE LLAMAS RATA?! — Su padre bramó en el marco de la puerta y aún sobre su Shook se rió, haciendo a su padre hacer una mueca — ¡¿DE QUIEN TE RIES, INVÁLIDO?!
Y Chester dejó de reír para mirar a su padre que parecía estarse aguantando un gas, ambos se vieron un momento para lanzarse a reír.
— ¿Podrías pasarme mis muletas? — Pregunta entre risas y su padre asiente — ¿Que hacías en la cocina? — Se intentó sentar, ansioso de poder ir al baño.
— Estoy haciendo pudin de chocolate — Dijo entre risas para acercarle las muletas a su hijo y Chester inclinó la cabeza.
— ¿A las dos de la mañana? — Su padre le pasó las muletas e hizo una mueca al oír la pregunta y subió sus hombros.
— Creo que he perdido el control de mi vida, no lo sé — Se alejó un poco para ir hacia la puerta — Ven, sé que también tienes cero control. Vamos por un poco de pudin — Hizó un ademan con su mano, alentando al menor a ir con él y Chester sonrió algo colgante.
— Luego de hacer pipí — Su padre asintió pero antes de irse, Chester volvió a hablar y dijo : — No te quito razón, siento que tengo cero control de mi vida — Bajó la vista a su pie descalzo y el otro medio tapado con el yeso, escuchó la puerta ser aún más abierta y subió la vista, pesando que su padre no lo había oído y se había marchado, pero ahí estaba él con una sonrisa llena de compresión.
— Bueno, para eso es el pudin de chocolate, quizás no resuelva ningún problema — En eso un aroma achocolatado llegó a la nariz del rubio — Pero si alivia un poco el alma siendo tan delicioso — Y el chico sonrió en su dirección y con ayuda de las muletas se levantó, dispuesto a acompañar a su padre a la cocina.
..
..
Al llegar el lunes, Chester llegó algo cansado por llevar la muletas pero a paso decidido y nada tembloroso. Saludó a un par de compañeros que aunque lo vieron con ligera pena y compasión, no quiso prestarle atención y solo siguió adelante.
Llegó al salón sintiendo un poco de sudor recorrer su frente, aún no se acostumbra a las muletas, realmente sabe que nunca lo haría.
Saluda a un compañero o dos para casi caer sobre el asiento del pupitre, demasiado cansado para dar vueltas por los pasillos ante de que empieze la jornada.
Luego llega Timmy, brillante como una maldita estrella saludando a todo aquel que se Cruze en su camino.
Y Chester supo que todo había salido bien entre él y Timmy al ver esa sonrisa de dientes frontales grandes.
— ¡CHES! — El castaño se dejó caer sobre su asiento — ¿Cómo te sientes? Me conseguí a Coraline en el pasillo y dijo que habías vomitado ¿Todo bien? — Rubió inclinó su cabeza, analizando más al castaño, cayó en el moretón de su cuello y sonrió.
— Si... — Subió sus ojos a la mirada de su amigo, mejor no mencionaba el chupetón por el momento — Mi papá y yo fuimos con el médico ayer, tuvimos suerte que nos atendiera. Pero todo estuvo bien, solo un tonto Anti inflamatorio que mi cuerpo estaba rechazando, nada grave — Sonrió para relajar a su amigo, timmy sonrió ligeramente complacido por eso y asintió.
— De acuerdo — Se acomodó en su lugar — ¿Todo bien el sábado? ¿Algo que reportar? — Chester oyó la pregunta y sintió como su sonrisa cayó un poco, pensó en el moreno que aún no llegaba al salón de clases y suspiró.
Miró a su amigo que obviamente había notado el cambio en su aura. Desde luego que él podía contarle a timmy sobre todo el "asunto AJ", Pero quería hacer algo antes de ir por ahí hablando sobre los problemas emocionales de su ex.
Así que decidió desviar el tema por el momento y sonreír coquetamente hacia su amigo.
— Eso podría preguntarlo yo, señor chupetón — Timmy sintió sus colores subir y Chester rió ante la vista del sonrojado peli castaño.
— ¡Eso no-! — El castaño tapó su cuello y chilló bajito, haciendo que Chester riera aún más. — No me cambies el tema, pregunté algo primero — El rubio no dejó de reir y gracias a qué las manos de timmy estaban a su vista pudo notar las marcar de dientes en los dedos del castaño y ahora él fue el que se atragantó entre risas.
— ¡Amigo, fuiste atacado por un ratón en tus manos! — Timmy colocó una mueca de confusión y bajo la vista a sus propios dedos y casi grita al notar las marcas. Rápidamente llevó sus manos a sus rodillas y miró a Chester.
— ¡No le digas a Jim que viste eso! — Casi suplicó y Chester volvió a reír, en eso escuchó unos saludos de los demás y miró con el rabo del ojo al moreno entrar, apartó la vista antes de que los ojos de él chocaran con los suyos y miró a su mejor amigo que seguia mullido en su lugar mirando sus manos, pero con un ligero brillo erótico en sus ojos que definitivamente él iba a ignorar.
— Ey, Tim — Llamó algo bajo al castaño, timmy que aunque seguia algo metido en sus pensamientos lo miró y asintió en su dirección. — De hecho, si pasó algo pero te lo cuento despues — Vió como su amigo inclinó la cabeza y miró al moreno disimuladamente para luego volver a verlo con el brillo de el entendimiento en sus ojos.
— Claro, bro — Sonrió al oír su tono comprensivo e iba a decir algo pero el celular del castaño emitió un sonido, timmy sacó su celular y sonrió — Es Jimmy, debo responder — Se levantó para salir del salón y como él siguió los movimientos de su amigo su mirada termino chocando con la de AJ que al percatarse de la conexión le sonrió en forma de saludo.
Y él decidió sonreír igual.
..
— Traje el lonche para ambos — Escuchó a timmy decir mientras buscaban un sitio en la cafetería.
— Gracias, no debías preocuparte — Habló dando ligeros saltos con su muleta.
— Tonterías, adoro hacerte de comer — Habló con un tono dulce haciendo que chester hiciera una mueca — ¡Oh! Ahí hay sitio — Caminó frente al rubio que enfoco dicho lugar donde estaban sentados algunos compañeros y amigos personales, incluyendo a Coraline. Y también notó que en la mesa de al lado estaba AJ junto a unos chicos del club de computación.
Bueno, si iba a hacerlo, debía hacerlo ahí.
Mientras le daba un pequeño mordisco a la lasaña seguramente de microondas que le había dado timmy, miró como el moreno sacaba una caja de jugo e intentaba abrirla, sin éxito.
Le dió risa y realmente no lo pensó, o tal vez si lo hizo pero demasiado.
Se giró con todo y yeso en el tobillo, tocó el hombro de AJ que estaba bastante cerca por la tonta cercanía de las mesas de cafetería escolar. El moreno volteó y abrió los ojos grandemente por ver al rubio, chester tendió su mano y apuntó la caja de jugo.
AJ Parpadeó un par de veces y lentamente tendió dicha caja de jugo. El rubio la tomó y sin mirarlo la abrió sin mucho esfuerzo, riendo internamente por el ligero deja vú.
Le devolvió la caja con una sonrisa y casi chilla al ver los ojos dulces pero tristes del moreno. Se aclaró la garganta aún siendo consiente que casi nadie les estaba prestando atención, quizás por lo natural que a ambos se les daba convivir o por lo acostumbrados que estaban de verlos hacerlo.
Claro, el sentía muy bien la mirada de timmy en ambos.
— Tengo algo para ti, chico buen promedio — Miró los ojos de AJ brillar por el apodo algo raro y tonto. Él giró y saco de su mochila en un rápido movimiento algo y se lo dió al moreno.
— ¿Que es-? — AJ Sé pauso a si mismo al ver el pequeño recipiente con pudin aparentemente casero. Pero lo que lo hizo tragar sus propias palabras fue la nota que tenía el pudin pegado encima de la tapa.
— Tu insípida galleta de avena sin azúcar no es un postre, no sé cuántas veces te lo he dicho — Escuchó la voz burlona de aquel joven de ojos verde musco. — Tus niveles de azúcar me lo agradecerán después, nerd — Le dió un empujón en el hombro, un gesto amistoso para luego volver a su lugar correctamente y comer como si nada.
AJ intercaló su vista entre el pudin y la espalda del rubio, incluso vió a timmy que tenía una expresión algo graciosa de confusión. El moreno se acomodó lentamente y guardó el postre en su mano con un ligero apretón.
— ¿Que fue eso? — Pregunto el castaño hacia el rubio que masticaba con notable ansiedad.
— Lo que tenia que hacer, sigue comiendo — Escuchó el tono algo tosco pero decidido y paso saliva con ligera confusión. Pero decidió hacer caso y dejar a su amigo hacer "lo que tuviera que hacer" y ya.
Ya luego se enterará.
.
AJ subió a la limosina sintiendo el cuerpo pesado, exhausto. Saludó brevemente al chófer para meterse en su celular y seguir jugando ese bendito juego de tetris que lo ha mantenido algo fuera de la mierda las últimas semanas.
Luego de perder por un bache, recordó el pudin de chocolate en su mochila y casi salta para sacarlo del lugar. Sabía que iba a tardar en llegar a casa, lo supo por ese obvio embotellamiento en la avenida. Así que decidió leer esa carta.
La abrió lentamente, sintiendo la vibración del motor bajo sus pies, miro disimuladamente al chófer que estaba metido en su propio celular esperando que el tránsito avanzara.
Bajó la vista, dispuesto a leer.
Y pudo sentir sus corazón apretarse al reconocer la letra algo desprolija y las palabras que habían hecho sentir su respiración cortarse.
~Hola.
Es una forma algo tonta de empezar una carta pero creo que está bien...
Querido AJ, deseo que lo mejor llegue a tu vida, a pesar de todo siento que lo mereces.
Me diste de los mejores recuerdos aunque también hayas aportado en varios negativos. Y está bien, una vez oí que la persona que amas puede hacerte tan feliz como tan miserable.
Y eso es verdad, me has lastimado tanto como me has hecho feliz.
Recuerdo cada noche en la que lloré porque estabas con alguien más en ese tonto teatro de hacer sentir mejor a tus padres.
Pero también recuerdo las noches que me dedicabas y me amabas de la forma más honesta y pura. Haciéndome tan feliz.
Pero si me pongo a contar ejemplos no termino nunca.
Quiero que seas feliz, AJ. Por el amor que te tengo eso es lo que más deseo.
Quiero que abrazes la vida así como me llegaste a abrazar a mi.
Quiero que ames la vida así como dijiste amarme a mi.
Trata a Vanessa con cariño, están juntos en esa mierda y lo mejor es que se tengan el uno al otro. Escúchala, quierela. No sé si sientas o llegues a sentir amor real pero nunca nunca nunca la trates mal.
Ella te está acompañando en esto y merece que estés junto a ella.
Eres un sensible de mierda y sé que estás llorando, odio que lo hagas pero cada minuto siento más que debes hacerlo y dejar ir esos sentimientos amargos.
Esfuérzate, confío en ti. Haz tu suelo, sueño que seas libre.
Lamento si estoy escribiendo algo chueco y sin sentido, me siento algo medicado jajaja.
Pero lo que sueño es que puedas ser feliz. Puedas ser libre y puedas ser tu mismo. Espero que puedas abrasarte a ti mismo y aceptarte, eso es algo que deseo.
Tu y yo hemos terminado, esto se ha acabado. Pero nunca pienses que he dejado de amarte. Te amo y por eso deseo que te ames y seas feliz.
Ve tras tus sueños, nunca le niegues a tu alma ser libre. Creeme, serte fiel es increíble. Y te lo digo tanto como amigo como ex pareja que sigue amándote con locura.
Quiero volver a ser tu amigo aún dudo que pueda volver a tenerte entre mis brazos y ser capaz de soltarte.
Por eso, AJ. Deseo tu felicidad y tu libertad. Deseo que si algún día nos volvemos a encontrar y hay posibilidad. Tal vez nos volvamos a amar.
Pero por ahora, solo te puedo soltar y esperar que puedas encontrar tu felicidad.
Gracias por darme tres años maravillosos, por hacer que me amara, por hacer que me quisiera.
Gracias por ser mi amigo.
Gracias por haber Sido mi novio.
Gracias por haber Sido mi corazón entero.
Graxias por darme el amor que no tenía y por dejarme un pedazo del mismo para amarme a mi mismo. Y me duele no haber causado lo mismo en ti.
Ve casa, sigue adelante, apoya a tu pareja y aprende a amarte.
Siempre estaré para ti, con una cerveza y un buen consejo estaré.
Porque te amo.
Y sabes AJ. ... Sé que siempre lo haré.
Y quién sabe. En otra vida tal vez, amor. En otra vida tal vez...
Me dijeron que el pudin de chocolate cura el alma. Y yo amaría que tu alma fuera sanada...
Disfrútalo e intenta confirmar si sientes una curita en tu corazon.
Te aprecio.
Con cariño, Chester
Las lágrimas gruesas comenzaron a bajar por sus mejillas, picandole. Llevó su mano a su pecho y apretó con fuerza, en un intento de darle alivio a su corazón ya tan roto.
Sollozó quebrado y no se percató cuando el auto empezó a avanzar, solo era consiente de las palabras que llenaban ese papel y me dolió saber que era oficial el hecho de que aquella relación que lo hizo tan feliz como una puta hada encantada había terminado.
Le dolió tanto reconocer esa carta como una clara despedida por parte de su amado rubio.
Dobló la carta para pegarla a su pecho, mineras trataba de controlar su respiración con la cabeza gacha, mirando sus propias rodillas temblorosas.
— ¿Joven, que tiene ahí? — Escuchó la voz del chófer de su familia y casi se traga el nudo de una vez para aclarar su garganta.
— No es nada, solo un pudin. Un amigo me lo dió. — Celebró internamente al escuchar su propia voz bastante normal, algo positivo de tener padres estrictos y tener que fingir estar bien.
Oyó el murmullo positivo del chófer y pegó la cabeza al vidrio.
— Me alegra que tenga amigos que tengan esa clase de detalles con usted, suena como un buen muchacho — Justo en eso, pasaron al lado de un auto bus donde por cosas del destino y su suerte estaba el rubio hablando con Timmy sentados, obviamente sin darse cuenta que él estaba detrás del vidrio polorizado.
Y no pudo evitar sonreír, al verlo ahí siendo como siempre es, Seguramente diciendo un chiste divertido y siendo fantásticamente gracioso.
Realmente iba a extrañar a ese rato de luz. A su rayo de luz.
— Lo es — Dijo tal vez algo bajo pero de seguro el chófer lo había escuchado.
Iba a extrañar tanto a Chester, hablar con él, hacerle saber que es su mundo. Que siempre lo será.
Pero iba a cumplir con lo que prometió e iba a seguir adelante. No caminando junto a él...
Pero al menos si para volver a encontrar.
El auto tomo otro camino, alejándose de la ruta del transporte público y AJ vió al mismo alejarse con amargura.
Era un adiós. Eso era todo. Ya no había más.
Pero carajo, que hermoso fue el tiempo que duró. Y espera que Dios no lo odie tanto por amar a un hombre y le permita tener esa felicidad algún día otra vez.
Aunque sea. Antes de morir.
.
L.L🌻
HEEEEEEEY.
AYER FUE MI CUMPLE JAJAJAJM. Un día como ayer, un 2 de octubre nací yo y tal vez más personas pero a quien le importa.
Ame mi torta ❤️ y realmente la pasé bien, estuve con gente a la cual le importo y eso es lo que realmente hace el cumpleaños de todos especial ✨.
Iba a publicarlo ayer pero no pude, obviamente.
Ahora tengo 20 años, 6 años amando el BL (O como le decíamos 🧓🏾, Yaoi)
Y como nadie me felicitó porque pues nadie sabe. Tengo una noticia.
1. A este fic le quedan -4 capitulos 😔
2. Estoy en planes de un nuevo fic de esta pareja con una temática de un Tim divorciado y sus dos hijos que se enamora del científico más reconocido, Jimmy Neutron, su amor de la adolescencia.
Ah.
Noticias lindas.
Hay parejas con las que quiero probar escribir fics. Pero como soy Dios, haré SHIPS que Ni el diablo acepta, así que díganme sus SHIPS cuestionables 🥵😈
AJ EN TODO EL P#T* CAPITULO:
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