5

La doble cara de Nikki Sixx, y conociendo a Mötley Crüe.

Después de haber atendido una llamada de Sean (pidiendo explicaciones de lo que había pasado en la entrevista), me dio permiso de que Nikki cantará sus partes en la canción No Lie.

Estaba en mi camerino terminando de ponerme un maquillaje leve y no tan llamativo. Traía puesta una playera sin mangas color negro fajada, unos jeans de mezclilla entubados, unos tenía adidas color negro y una chaqueta de mezclilla.

Esta vez no llevaba tanta prisa, y más que en la sesión de la revista The Rolling Stone tardaban casi años en tomar fotos y entrevistar a las personas que querían poner en las revistas.

Tome mi bolso de mano color gris, y salí del camerino con tranquilidad. Nikki se había ido antes que yo, cosa que me daba más calma para irme.

Un idiota que me había pedido sexo, una novedad que me llego a pasar y lo esperaba de este.

Me despedí de todo mundo por educación, y salí por la puerta trasera del edificio.

El sol estaba dando buenas señales de que estaría soleado y con un clima muy confortable para disfrutar en la playa de L. A., pero en estos momentos sólo iría a la sesión fotográfica. Porque después tendría que llamar a mi equipo: James, John y Kenny; aunque estaban en alguna parte de Los Ángeles. Se dieron un ligero descanso SIN MI, HIJOS DE...

Por otro lado, baje por las escaleras que habían, ya que estaba en un callejón muy pequeño y algo sólo. Había afuera un bote de basura grande, de los típicos que siempre hay para cuando llega el camión de la basura, se lleve sus desechos. Al caminar por el callejón, no había más que botellas de licor rotas y algunos pelos de gato o que se yo cosa; Pero mi vista se fijó en algo mucho peor: Nikki Sixx estaba recargado contra la pared fumando un cigarrillo.

Intente ocultarme, o no tomarle importancia, pero sólo escuche su voz gruesa hablarme:

-Señorita Lipa, es una maravilla encontrarla de nuevo -me sonrió ampliamente, y tomo otra calada de su cigarrillo. Me paré frente suyo, y no borro su sonrisa del rostro-. ¿Qué te trae por aquí, nuevamente?

Me sopló el humo del cigarrillo, provocando que tosiera levemente, y tratará de ahuyentar el humo de mi cara. Me sentia como Alicia, cuando la oruga le soplaba el humo de su pipa de tabaco.

-Voy en camino a una sesión fotográfica -comente irónica.

- ¿Quieres que te lleve? -se ofreció, y más que estaba apagando su cigarrillo en el suelo-. Mi motocicleta está a una cuadra de aquí estacionada.

-No, gracias -conteste amablemente-. Después de haber tratado de ser un jodido "coqueto" conmigo, ¿tienes el descaro de ofrecerte así como así? ¡Que novedad, señor Sixx!

-Solo trataba de ser amable contigo, pero por lo que veo -se cruzó de brazos y me miro de arriba abajo mi cuerpo-, eres difícil de tratar.

-Perdón por no ser como tus jodidas groupies, que mueren sin sentirte dentro suyo -le espete de mala gana-. No todas mueren por ti, Sixx.

-No todos mueren por ti, Lipa -me respondió de igual manera.

Sin más que decir, le hice el típico ademán grosero con mi dedo y me retiré del callejón sin siquiera voltear a verlo.

Siendo honesta, parecía más niña inmadura que no se dejaba llevar por un idiota que trataba de ligársela; aunque por lo menos yo tenía dignidad y no me acostaba con mis fans.

Me fui a una calle que no sabía cuál era (donde no había señales de Nikki Sixx), y tome el primer taxi que pasó cerca de mi. Pedi al chófer que me llevará al edificio de la revista, cosa que accedió y me pidió una foto con él, por lo que acepte con mucho gusto a mi fan.

Al llegar al edificio, lo primero que se me vino a la mente fue que se llevarían horas y horas para hablar y ponerse de acuerdo para tomar las fotografías y entrevistarme.

Tome el elevador hacia el piso que me habían dicho, y mientras escuchaba la musiquita de espera, tarareaba la canción Welcome To The Jungle de G N' R.

Me hubiera encantado mejor hacer una gira con G N' R que estar cerca de Nikki Sixx. Tal vez estar con Vince no seria tan malo, pero soportar los intentos de coqueteo de Nikki serían un infierno total.

Se abrieron las puertas del elevador, y camine hacia el pasillo que me llevaba a la recepción, pero de nuevo me encontré a la persona que menos quería ver en este jodido mundo.

- ¡Dua Lipa! ¡¿Otra vez nos encontramos?! ¡Qué buena suerte! -exclamo Sixx de manera sarcástica, y se levantó con los brazos abiertos del sofá color café.

La recepción era muy básica: dos sillones a cada lado de las paredes. Había un escritorio en el fondo de este; a unos metros cerca de los sillones, mientras que del otro lado habían dos puertas para las sesiones fotográficas.

Mire a Nikki de mala gana, y más que se le notaba a este tipo lo mujeriego y sarcástico que podía se.

- ¡¿Me estas siguiendo o que carajo haces aquí?! -exclame de igual manera, sólo que estaba alterada.

El azabache soltó una carcajada y se acercó a mi, quedando frente mío.

- ¿Perdón? Pensé que habíamos quedado en no hablarnos, pero veo que lo estas cancelando nuestro trato -rio de nuevo, y se mordió el labio de la manera más jodidamente sexy-, me agrada. Rompes las reglas.

-Jodete, Sixx, y dime por lo menos una razón lógica para que estés aquí -alce mi dedo índice al momento de decir "una".

-Estoy aquí por que me tomarán fotos sexys para las revistas, ¿algún problema con eso, Lipa? -me pregunto acorralándome contra la pared.

-Juro que si te mueves un poco, o tratas de besarme, te daré una ma...

- ¡Nikki, llegamos! -exclamo una voz conocida: era la de Vince.

- ¡Vince, cállate! ¡No es necesario gritar que ya llegamos! -se quejó otra voz, aunque si se notaba que estaba comenzando a molestarse por los gritos.

- ¡Nikki, llegamos! -imito otra voz la acción de Vince, que después estalló a carcajadas.

Nikki se separó de mi de golpe, y me tomo bruscamente de mi muñeca. Trate de soltarme de su agarre sin hacer algún ruido, pero sólo me sentó en el sillón, y este enfrente mío.

- ¡Hola chicos! -exclamó sonriendo ampliamente-. Es que estaba socializando con la señorita Lipa, pero estamos bien.

- ¡¿Perdón?! -exclame levantándome de golpe del sofá, hasta incluso negué con la cabeza lo que este había dicho.

- ¿Con Dua Lipa? -pregunto Vince, que hasta incluso se oyeron sus pasos llegar hasta donde yo estaba. Gire mi vista: encontré a Vince recargándose contra la pared y le sonreí ampliamente, cosa que este me devolvió la sonrisa-. Hola Dua.

-Vince -dije sin borrar mi sonrisa, iba vestido con unos vaqueros de mezclilla rotos, unos botines blancos, y un chaleco de cuero dejando ver su físico-. Medio mes sin vernos.

-Momento -interrumpió un tipo alto, narizón con chinos, tenía una perforación en la nariz. Estaba más alto que Vince-. ¿Se conocen?

-Claro -respondió el rubio volteando a ver al tipo alto-. ¿Por qué creen que me la pasaba hablando por teléfono?

-Ahora todo tiene sentido, rubia -dijo otro tipo pasándose junto al alto: este tenía el cabello alborotado, llevaba unas gafas de sol, estaba a la altura de Vince, incluso se vestía de una manera más gótica, por así decirlo-. Vaya, tu eres Dua Lipa. Hermosa, pero no es mi tipo.

-Mas directo no pudiste ser, ¿verdad, Mick? -entro ahora la voz de Nikki.

-Perdóname, pero es más hermosa que tu ex -respondio Mick de nuevo, y más que se oyó a los otros dos dándole cuerda al asunto.

-Yo pienso que toda mujer es hermosa -interrumpí su conversación encogiéndome de hombros-. No hay ninguna en específico que alguno de ustedes diga: "Esta es la mujer más hermosa del planeta", cuando en realidad todas lo somos.

-Creo que me caerá super está mujer -dijo el otro más alto acercándose a mi: llevaba puesto unas botines cafés, unos Jeans rotos color negro, y una playera holgada color blanco que tenía una palmera de dibujo-. ¡Esta de tu estatura Mick! ¡Están muy pequeños!

- ¡¿Podrías callarte, Tommy?! -se quejó Mick avergonzado.

-Agradezco que por lo menos no estoy tan alto -dijo Vince acercándose a la conversación.

En eso, se oyó como se abrieron dos puertas al mismo tiempo, incluso los cinco (incluyéndome) dirigimos nuestras miradas hacia la dirección donde venían las pisadas.

-Señores, sepárense y váyanse hacia donde les corresponde -dijo un tipo alto, que hasta incluso sus ayudantes comenzaron a separarnos.

Reprochamos sobre que estábamos socializando, pero les valió a los ayudantes del fotógrafo y nos metieron de mala gana a nuestras respectivas sesiones: yo en la puerta de la derecha, ellos en la puerta de la izquierda.

Entre, y había demasiadas cosas en el estudio: el típico tocador de luz blanca, una silla periquera que estaba frente al tocador, ropa a un lado del tocador, demasiadas cajas de zapatos encimadas una sobre otra, y al fondo estaba todo el equipo de fotografía: Luz, cámaras, flash, y mucha iluminación, junto con el típico fondo blanco.

-Bien, señorita Lipa -hablo una chica rubia, delgada, vestida de una manera formal y me sonreía levemente-, perdone la tardanza, pero ya estamos listos. Vendrá otro fotógrafo como el que vio: primero usará ese vestido con unas botas que mis compañeras le entregarán, y después le aplicaremos...

Demasiada información para que ustedes sepan: Cambio de ropa, cambio de par de zapatos maquillaje, tomarse como unas cincuenta fotos para poner sólo dos fotos en la revista que salieron perfectas, y se repetía la acción.

Termine de posar para una foto: llevaba puesto un pantalón color gris con azul, junto con un top negro y encima una sudadera del mismo color del pantalón, al igual que traía unos tenis blancos. Cuando en eso se oyó una puerta abrirse, y eso que traía un conejo en manos.

-Muy bien, Tommy, posaras junto a Dua y el conejo que tiene en manos -dijo la misma rubia que me atendió casi toda la Santa tarde.

-De acuerdo -dijo el contrario acercándose a mi con una sonrisa.

Llego hacia mi, vestía sólo con unos Jeans de cuero y unas botas negras de cuero.

-¿Quieres hacer poses graciosas o serias? -me pregunto viendo al conejo fijamente y comenzaba a acariciarlo.

Al verlo así, provocó que se me ocurriera una idea.

-Agáchate un poco, Tommy -dije y este accedió extrañado. Le puse el conejo con cuidado en la cabeza, sin que le rasguñara-. Listo, ten cuidado de no tirarlo.

Tommy se erigió con cuidado, e hizo un gesto gracioso.

-Tengo un conejo en la cabeza y siento sus perras garras en mi cabeza -se aguantaba el gemir de dolor, y más que su gesto era demasiado gracioso, cosa que trataba de no carcajearme.

Cuando en eso escuchamos el Flash de la cámara, Tommy se quito el conejo de la cabeza y comenzó a acariciarlo levemente.

-Tengo una idea -comento el azabache y más que comenzó a reírse levemente. Alzó al conejo estilo el Rey León, y comenzó a recitar la canción que tenía esa película.

- ¡Tenemos aquí a nuestro nuevo Rey! -exclame siguiéndole el juego al contrario-. ¡Gobernará para nosotros para bien!

Nos tomaron otra foto. En está sesión con Tommy, nos la pasamos riendo y haciendo poses divertidas con y sin el conejo.

Tommy era un tipo poco inocente, simpatico, un poco tierno, muy agradable y muy, pero muy gracioso.

-Muy bien, Tommy, se acabo tu tiempo...

- ¡... y tu tiempo se acabo! -gritamos al unísono la ultima frase de la canción que se oye cuando rompes una piñata.

-Es tiempo de que pase el siguiente -dijo el fotógrafo tratando de sonar paciente.

-De acuerdo -no se quiso despedir del conejo, así que se lo llevo en manos-. ¡Te veo en un rato, Dua! -exclamo alegre saliendo de mi lugar con el conejo en manos.

En eso, escuche como se volvió a abrir la puerta, está vez era Mick. Sonreí ampliamente, y este venía con una camisa de fuerza color blanco, unos Jeans de cuero negro y unas botas negras.

Se paró junto a mi, y hablo:

- ¿Quieres pose divertida, o seria?

Pensé un momento y respondi:

- ¿Qué te parece un poco de ambos? -le sonreí levemente.

-Bien.

Mick era algo serio, Pero por otro lado, se reía de mis gestos, al igual que yo le hacia burla cuando se hacia el serio. Técnicamente, el bullying era mutuo. Incluso cantamos la canción "Cielito, lindo" como pudimos, y más que nos deprimimos rápido.

-Listo, ya acabo tu turno, señor Mars...

- ¡Noah, Noah! ¡Noah, Noah! ¡Y vamos a bailar! -cantamos los dos gritando a coro. Lo abrace del hombro (eso que estaba de mi altura) y estábamos de un lado a otro cantando esa canción mexicana nuevamente.

-Señor Mars, puede retirarse -suplico con paciencia el fotógrafo de nuevo.

- ¡De acuerdo! Le veré en un rato, bonita, sólo que tenga cuidado con Vince -me advirtió Mick, y se fue, aunque le dijo algo al fotógrafo-. Espero hacer feliz a su vagina, y más que se nota en su cara como le "apasiona" soy trabajo, maldito desesperado.

Iba a reír ante su comentario, pero sólo sentí como me llevaron a un closet de nuevo, y me pidieron que me pusiera lo siguiente: un pantalón color rosa de seda, una blusa color blanco corto, que dejaba ver unos centímetros mi abdomen, una chaqueta color beige con vino y unos tenis blancos.

Me maquillaron muy cargado, aunque se veía muy bonito: rímel, base, labial color durazno, sombra rosa, iluminador, y un poco de color a mis cejas.

- ¡Qué pase el siguiente! -exclamó el fotógrafo.

En eso, entró Vince vestido con una camisa color negro, donde se dejaba ver sus pectorales bien formados, unos jeans rotos negros y unas botas del mismo color que los Jeans. Se veía muy bien.

Se paró junto a mi y soltó:

-Veo que ya conociste la doble cara de Nikki -rio levemente al ver mi rostro reflejar confusión-. No es hipócrita, sólo tiene dos caras.

-Si es lo que vi -comente atontada por lo que me había dicho, incluso parpadee varias veces.

-Pero bueno -se relamió los labios y me miro con una sonrisa-, ¿quieres pose de perras o pose divertida?

Reí al escuchar su primer opción, y opte por las dos.

-Bien, tu lo pediste -se acercó a mi rápido y me cargo estilo princesa, por lo que provocó que le diera un fuerte golpe en el brazo. Este sonreía y yo estaba medio nerviosa... y muy sonrojada.

- ¡Bájame, Vince! ¡Vince, bájame de una buena vez! -me quejaba estando sonrojada al mil por ciento (por así decirlo), y sólo lograba que este se aguantará la risa.

Cuando tomaron la foto, Vince pidió una copia de la misma, para recordarme a cada rato que me deje intimidar por un tipo como el, aunque era mas mujeriego que Nikki.

-Cálmate, Dua -Vince me miraba riendo descontroladamente, y más que recordaba mi cara el muy maldito-. Listo, ahora pose de perras.

Entre todas las poses de perras y divertidas que hicimos, Vince y yo terminamos haciendo poses estilo de raperos y de divas, y más que era nuestro estilo. Incluso mostrábamos nuestros labios gruesos ante la cámara... creó que juntarme con la diva me haría bien, y más perra. Aunque no era muy bueno serlo.

-Te puedes ir, Vince, y llama a...

- ¡Espera! -le dije al fotógrafo, y más que Vince estaba recargado contra la pared, mostrando sus glúteos-. ¡Tome está!

Nos miro raro, y le di una nalgada a Vince (que gruño de dolor), mientras sonreía ante la cámara. La rubia se lo merecía por cargarme, y aparte, nos habíamos puesto de acuerdo para hacer está foto.

-Te veo en un rato, maldita -comento divertido y dolorido a la vez, salió de ahí sobándose el trasero con dificultad.

En eso, se acercó el fotografo, y me dio un girasol; al igual que escuche al último integrante de Mötley Crüe entrar a la habitación: Nikki Sixx.

- ¿Por qué me dio un girasol? -le pregunté de buena manera al fotógrafo, observando la planta con cierta curiosidad.

-Según mis fuentes, son las que más le agradan y...

-Combinan con tus ojos y tu carácter -interrumpió Nikki observándome detalladamente, y yo hacia lo mismo.

-Lo mismo que dijo el señor Sixx -razono el fotógrafo alegre, hasta se le iluminaron los ojos de que al fin tendría una sesión seria-. Primero va usted, después el señor Sixx.

Asentí con la cabeza, y trate de verme lo mejor que pude para está sesión. Puse la rama del girasol en mis labios, y escuche el flash activarse y como me tomaban la foto. Después, me acosté en el suelo e hice lo mismo, sólo que está vez estaba a punto de tocar con mi lengua la rama, y puse un mi pantorrilla derecha encima de mi rodilla izquierda.

-Señorita Lipa, con esas dos fotos se ve muy bien -me ayudo a levantarme el fotógrafo y después miro a Nikki-. Su turno, señor Sixx.

Me senté en el pequeño sofá que tenían, y observaba cada detalle del mayor de ojos verdes: sólo llevaba un pantalón de cuero con tirantes, junto con unos botines negros. Dejaba ver su físico bien formado, provocando que abriera levemente la boca.

Lo peor de todo era que estaba usando unos lentes de sol, y se le veían muy sexys. ¿En qué estaba pensando? No niego que el azabache era super sexy, pero no me gustaba su carácter de mujeriego y sexoso. Lo mejor era cuando estaba mordiendo una pata de sus lentes, lo hacia ver cada vez más deseable... ¿En qué carajo estoy pensando? Me lleva, estúpido y sensual Sixx.

-Señorita Lipa -me sacó de mis pensamientos el fotógrafo y volvió a hablar-. Ahora van juntos.

-Si -respondi algo avergonzada-, ya voy.

Me levanté del sofá con el girasol en manos, y me pare al lado de Nikki, aunque este mismo me tomo de la cintura y me jalo hacia el, provocando que mi cabeza se recargara en su pecho tatuado: comprendí como quería la foto. Puse mi mano en su pecho, aún con el girasol en mi mano, y sonreí levemente.

Sus fuertes brazos rodearon mi cintura, y sentí su respiración en mi cabeza, haciendo volar algunos cabellos que tenía.

-Algún día de estos serás mía -susurro para si mismo. Creó que no se imagino que lo había escuchado.

-Si es que logras conquistarme, dudo mucho que lo logres, Sixx -fueron mis últimas palabras que le dirigí durante la sesión fotográfica.

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