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Consejos y un nuevo conocido.

Desperté en la cama del hotel con mucha flojera.

Las sabanas blancas cubrían mi cuerpo, aunque los rayos del sol que se reflejaban en la cortina eran los causantes de que me levantará tan temprano.

Me senté en la cama, dejando ver mi camiseta de tirantes blanca para dormir y mire el reloj que estaba colgado en la pared arriba de la cama para ver la hora: eran las diez de la mañana.

Deje de nuevo mi celular en la mesita, y contemple la habitación como solía hacer para despertar un poco: la habitación era pequeña y confortable; consistía en que tenía una cama matrimonial, enfrente de esta había un librero pequeño con una televisión y un teléfono. Había un baño al lado derecho de la cama, era muy a mi gusto; al igual que había un closet grande al lado izquierdo, porque tenía una terraza pequeña al final de este, que daba vista a la playa de Los Angeles, California.

Realmente estaba aún pensando en el Tour que haría con Mötley Crüe, ¿sería el peor o el mejor? ¿los integrantes serían buenas o malas personas? No lo sabía, lo dudaba demasiado de su parte. Necesitaba consejos, y sabía a quien acudir ayuda.

Me levanté de la cama y tome el teléfono que estaba al lado de la televisión y marque al número telefónico de Sean, ya que estaba de gira y yo no tenía celular (obviamente porque me lo habían robado una vez).

Al terminar de marcar su número, espere en la línea hasta que por fin respondió.

- ¿Hola?

- ¡Sean! ¡Hola! ¡¿Podemos vernos en el Redbird?! Es urgente -respondí algo apresurada, y más que hoy tenía una sesión fotográfica en la revista BAZAAR.

- ¿Ahora que hiciste? -pregunto como siempre cuando tenía algún inconveniente o algo así.

-Te contaré en el RedBird.

-De acuerdo, a las doce te veré ahí -colgó la llamada.

Mire el reloj de nuevo y faltaban quince minutos para las once.

Sin más preámbulos, tome una toalla limpia del closet, y camine hacia el baño con tranquilidad.

Al entrar a este, abrí la llave de la regadera caliente y fría para entibiar el agua. Me comencé a desvestir, y toque el agua, cosa que estaba lista.

Entre a la ducha, sintiendo como las gotas de agua caían sobre mi cuerpo levemente, después en mi cabello sedoso. La ducha solía hacerme pensar en algunas cosas, aunque no siempre terminan bien mis expectativas. En este caso, el como demonios le redactaría el problema a Sean Paúl, aunque sería un poco probable que me creyera este.

Después de una ducha larga, salí del baño con la toalla enredada a mi cuerpo y me dirigí directamente al closet. Opte por ponerme un pantalón adidas color negro largo, un top negro cómodo, unos tenis adidas supertar color negro y, como toque final una chaqueta de mezclilla. Me cepille el cabello un poco, y decidí maquillarme un poco: sólo me enchine y puse rimen en las pestañas, un poco de labial (si, casi no se notaba) y un poco de rubor. No uso tanta cosa cuando no salgo de fiesta, A una conferencia, concierto, entre otros eventos.

Mire de nuevo el reloj que estaba colgado en la pared, y eran las once con veinte.

Suspire un poco.

Tome mi bolso color negro, guarde lo necesario en este (dinero, llaves del hotel, un cepillo, el labial y una toalla sanitaria).

Salí de mi habitación del hotel, y tome el ascensor para bajar más rápido hacia la recepción, ya que tenía casi media hora para ir al Redbird.

Como siempre, salude al personal por educación y salí del hotel a toda prisa. Quedando fuera del edificio color blanco con grandes ventanales vivos, tome el primer taxi color amarillo que pasó frente a mi y dije mi destino al que quería llegar. Aparte de que deje tomarme una foto con el chófer, le di mi autógrafo. Un fan más para recordar en las bonitas calles de Los Ángeles.

Mirar tras la ventana los diferentes locales de compra-venta, hoteles, algunos centros comerciales, entre otros, era totalmente divertido imaginarte caminar o entrar a ellos y tener una pequeña historia más en ti vida, sea graciosa, linda, ridícula, satisfactoria, o que se yo. Incluso conocer nueva gente era divertido.

Cuando el taxi se estaciono en frente del Redbird, le pague de inmediato y salí casi corriendo de este para entrar al restaurante.

Entrando a este, vi a Sean que apenas acababa de sentarse en una mesa. Su mirada recorría las mesas color rojo y sillas grises de metal, buscándome poco a poco. Las paredes color gris hacían contraste con el color de las mesas, incluso la barra color negro con café, hasta las personas que estaban en ese lugar vestían casi de esos mismos colores. Muy irónico, ¿no?

Sin más preámbulos, me acerqué a la mesa donde estaba Sean, y me senté frente suyo sin decir nada. Al voltear a verme, solo dio un respingo de susto, mientras que yo comenzaba a reírme sin parar.

-Callare, no es gracioso -se quejo Sean.

-Si lo es -respondo calmándome poco a poco.

Sean llevaba sus típicos lentes oscuros, un jogger color negro, una playera blanca con el diseño de unas palmeras y sus típicos tenis Nike de bota. No era tan difícil reconocerlo, a menos de que se trate de un cholo que planee asaltar un restaurante.

-Bien, Hola antes que nada -me saludo de beso, y se volvió a sentar frente a mi.

En esos momentos, llegó la típica camarera sexosa, debido a que miraba a Sean con ojos de deseo, pero este no le hacía caso. Decidí pedir un desayuno normal, ya saben: huevos, pan tostado, rebanadas de jamón y queso, acompañados con un jugo de naranja. No tenía mucho antojo en esos momentos, mientras que Sean pidió Hotcakes.

Cuando se fue la mujer, Sean volvió su mirada hacia mi de una manera muy sería.

-Bien, cuéntame el problema.

Le conté lo sucedido al contrario con cada detalle, incluso mis miedos sobre conocer a la banda de Glam Rock. Este solía reírse levemente con algunos de mis comentarios, o incluso hacia gestos raros.

Después de que la camarera regresará con nuestros pedidos, y se fue, el mayor de playera blanca hablo.

-Viendo esto, tienes tres opciones -dijo tomando un pequeño sorbo de su jugo de naranja-: o uno de ellos te quiere conocer y tener sexo. O tener más fama.

-Suena mal si lo dices así -respondí pasando un bocado de mi pan tostado-. ¿Y la tercer opción?

-Esta opción ya es tu decisión, y te darás cuenta con el tiempo que pases junto a ellos -se aclaró la garganta y hablo de nuevo-: socializar y tener nuevos amigos de otro género que no sean raperos, cantantes de pop, reggae, ya sabes.

-Sabes muy bien que un tipo que cante Glam le costará tener a un amigo que cante Pop.

-No siempre será así, Dua -contesto pasándose un bocado de sus Hotcakes con tocino-. Dales una oportunidad. Siempre habrá uno o dos que empezará o empezarán a hablarte, ya que a este o estos les gusta conocer gente nueva.

Comí un poco de mi desayuno escuchando cada palabra del mayor, y eso que tenía más experiencia que yo en esto de la música. Yo apenas estaba haciéndome ver con el mundo.

-Estoy seguro que te trataran muy bien, y más que siempre eres tu misma con toda persona que se te cruza en tu camino -soltó el hombre calvo-. Si no lo ven así, que pena por ellos. Tal vez tu representante lo hizo por algún bien tuyo o que se yo cosa.

Reí levemente por su último comentario, su acento fue algo gracioso.

-Bien, supongo que Ben lo habrá hecho por algún bien hacia mi, y más por lo que pasó con Paúl, incluso con Isaac. Tu sabes -respondí con una leve sonrisa en mi rostro-, daré todo en la gira.

-¡Eso es todo, mi Dua! -exclamo alegre chocando el puño conmigo.

Después de hacer bromas, hablar sobre sus cosas y de almorzar bien, ya era momento de irse.

Entre los dos pagamos la cuenta (cada quien lo que había pedido) y salimos a la parada del autobús más cercano al RedBird.

Nos despedimos de beso como siempre, y el se fue en el primer autobús que vio pasar en su camino, tenía que ensayar hoy su show que daría.

Pedí un taxi nuevamente, y obviamente dije que me llevarán a la empresa BAZAAR, ya era tiempo de ir a la sesión fotográfica (aparte de que me usarían como modelo de ropa).

Según esto, las sesiones fotográficas tardaban demasiado, incluso he llegado a salir muy noche. Espero que no pase eso.

Al llegar a la empresa, y entrar al edificio color beige y registrarme, me llevaron a un pequeño camerino (si es que se le puede decir así), donde había un perchero para colgar mis cosas, un closet lleno con toda la ropa que usaría, varias cajas de pares de zapatos con o sin plataforma, un tocador con luz blanca -sirven para ver más a fondo la cara de la celebridad, y ya se ven las imperfecciones que este tiene y como poder desvanecerlas con el maquillaje-, y demasiado maquillaje enfrente mío.

Casi en toda la sesión me la pase de la siguiente manera: Cambio de ropa, cambio de par de zapatos maquillaje, tomarse como unas cincuenta fotos para poner sólo dos fotos en la revista que salieron perfectas, y se repetía la acción.

Llego la noche, y después de una divertida sesión de fotos (si, ahora si fue divertido) al fin me pude retirar.

Como siempre, me despedí de todo el personal por educación y salí del edificio.

Me deje el maquillaje que traía desde que llegue, sólo que me pinte un poco las cejas. Iría a una pequeña Cantina en el Boulevard de Hollywood, ya que era tiempo de que me divirtiera un poco.

Era Viernes, por dios, ¡hay que divertirse! Y mas que estaba oscuro, eran aproximadamente las nueve con treinta minutos.

Tome otro taxi, que me dejó enfrente del Scumand Villainy Cantina. Mire el local por fuera, era grande, las paredes de un color beige y el letrero con luz led de colores era muy llamativo.

Sonreí levemente al pensar cuanto me alocaría hoy.

Al llegar frente a la puerta, se oían gritos y algunos golpes de pelea.

《Me lleva -pensé-. Es muy problemática está cantina》. Siempre tengan en cuenta que acabarás mal si es que siempre se pelean en una cantina.

Me hice un poco hacia atrás, y más que una persona acababa de salir.

-¡¿Sólo por uno me sacan?! ¡Y yo no empecé la maldita pelea! -grito el contrario lanzando una botella de Whisky hacia el dueño que lo sacó, el estaba en sus cinco sentidos.

Yo no sabía si irme o ver sus quejas existenciales, aunque comencé a disimular que no había visto nada, aunque no dejaba de mirar al hombre: era rubio, pero no de ojos azules como Brad Pitt, sus ojos eran de un color café, que sexy. Llevaba un pantalón de mezclilla, una playera sin mangas color negro, botines picudos blancas debajo del pantalón y una chaqueta de cuero negra. Joder, se veía muy sexy. Lo mejor es que estaba casi o unos centímetros más alto que yo.

Hubo un momento que volteó a verme y comenzó a arreglarse avergonzado.

-Espero que no haya visto nada de lo que paso -comento esperanzado acomodándose su cabellera rubia y larga-. Y por lo que más quiera, no entre ahí aún, las peleas acaban hasta tarde o peor.

-Solo un poco, pero no hay que tomarle mucha importancia -respondí girando mi mirada hacia el contrario-. No entraré, si he visto peleas o peores que esas.

-¿Dónde carajo están mis modales? -dijo rascándose la nuca aún avergonzado, me extendió la mano con modales-. Soy Vince, Vince Neil.

-Dua Lipa -respondí estrechando su mano de igual manera.

-¿La famosa Dua Lipa? -asentí con la cabeza sonriendo levemente-. Nunca pensé encontrarla aquí hasta la primer sesión fotográfica.

Algo no encajaba en esos momentos. ¿Era un fotógrafo famoso, un acosador, o que era? ¡¿Por lo menos un fan obsesionado que me pediría sexo después?! No lo sabía.

-¿A qué te refieres?

-Parece que no me conoces, señorita Lipa -dijo riendo levemente y agachó un poco la mirada. Luego la levantó con una sonrisa de lado-. Te daré una pista: soy alguien que canta otro género junto a una banda con la que te presentaras en un mes.

No podía creerlo en esos momentos: Vince Neil era el vocalista de Mötley Crüe...

-Eres el vocalista de Mötley Crüe por lo que estoy oyendo -dije parpadeando muchas veces, y más que no podía creer lo que mis ojos y oídos estaban captando-. Es la primera vez que veo un vocalista de un grupo de rock.

Si lo se, mentí, pero fue por un bien. No quiero quedar mal a la primera, aunque después cuando haya más confianza le contaré lo de Axl Rose.

-Se nota en tu cara, señorita Lipa...

-Dua -interrumpí-. Dime Dua, si es que vamos a colaborar juntos en este proyecto.

-Muy bien, Dua, será un placer trabajar contigo -comento Vince sonriendo.

》Me gustaría conocerla a fondo. Iré al Cabo Cantina Hollywood, le invito unos tragos.

Sabía que estaba coqueteando conmigo, pero por un lado este se daría cuenta que aún no busco una relación.

-Acepto su propuesta, señor Neil...

-Vince -me interrumpió-. Dime Vince, si es que trabajaremos juntos.

Me la aplicó.

Reí levemente y lo mire divertida.

-De acuerdo, Vince.

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