14
Recuerdos de días pasados, nuevas promesas por las que cumplir.
El azabache se estaciono en el estacionamiento techado del hotel, dejando la motocicleta rentada al lado de las demás que eran parte de su hotel.
Baje cuidadosamente de la moto, quitandome el casco y se lo entregue al contrario.
-Ninguna palabra hasta que entremos a tu habitación -ordene señalandole con el dedo aún empapada.
-Como digas, Dua -rio de nuevo, y comenzó a caminar.
Lo seguí sin decir ninguna palabra al respecto, iba detrás suyo hasta que llegamos a la recepción.
Dejó el casco con la tipa de la recepción, mientras que yo me adelanté al elevador. Iba a presionar el botón, pero el azabache me ganó y el lo presionó. Las puertas se abrieron y entre al ascensor con el.
Durante el poco tiempo que estuvimos en el elevador, me percaté de que el bajista tenía las manos ensangrentadas y con algunos moratones.
Llegando al piso, el contrario no dijo nada, más que me hacia señas con su mano para que lo siguiera. Hasta que entramos a su habitación.
Era grande, con un baño detrás de la puerta, una cama enfrente mío, un sillón al lado de esta, un closet al lado de la ventana, y enfrente de la cama estaba una televisión. Las paredes azules, hacían contraste con la luz blanca de la habitación.
Senté a Nikki en el sillón de manera forzosa, y entre a su baño sin pedir permiso, siempre había un botiquín en los hoteles de Londres. Abrí el espejo del lavabo, y para mi suerte encontré el botiquín.
Teniendo el botiquín en manos, me quite rápido mi suéter, dejando ver una playera negra demasiado mojada. Me puse de rodillas, y tome el agua oxigenada con un algodón que venía en el mismo botiquín. Puse del líquido en el algodón, y me levanté un poco para empezar a limpiar el labio partido de Nikki. Este sólo gruñia de dolor, o hacia gestos diferentes.
-Sosten aquí -tome su mano, aún sentía esa cálida sensación cuando lo tomaba de esta misma, provocando que soltara un suspiro leve. Puse su mano en la herida, y pase a su nariz, donde la acomode rápidamente-. Mañana te llevaré a un doctor para que la revise, ahora están cerrados.
-Claro, Dua -asintio sonriendo sin dejar de sostener su herida.
Tome una venda, y con la mano que tenía moratones, comencé a enrollar está con algo de fuerza. El silencio inundaba la habitación, provocando que hablará:
- ¿A qué veniste?
-A vacacionar -respondio sarcástico-, obviamente vine a arreglar las cosas...
- ¿Arreglar o hacerme mierda de nuevo? -pregunte arqueando una ceja y sin mirarlo.
Deje su mano vendada, pensaba irme de nuevo, pero estaba demasiado empapada. En eso, sólo otro trueno.
-Arreglar las cosas -desvio su mirada algo nervioso-. Quiero recuperarte.
- ¿Para ser un pasatiempo de nuevo? -pregunte cruzandome de brazos.
En eso, la luz se cortó, provocando que quedará a oscuras con el azabache. Antes de que abriera la boca, este se levantó y me tomo de los hombros.
-Date una ducha, no quiero que te resfries -me ordeno metiendome al baño, y me cerró la puerta.
No tuve de otra, más que tuve que comenzar a desvestirme. Exprimi mi ropa, llena de agua, y la deje a un lado. Mi ropa interior -que no estaba tan húmeda-, la deje encima del retrete con tapa cerrada, y entre a darme una ligera ducha rápida.
Lo que pasaba por mi mente era si creerle a Nikki Sixx o no por lo que tenía que decirme. Caí una vez, no pienso volver a caer. Y me preguntaba, ¿por qué tan tarde quiso venir a recuperarme?
Salí de la ducha, tome una toalla que estaba colgada y salí. Observe en el lavamanos una playera grande del bajista con el logo de los "Ramones". Suspire pesadamente. Me puse mi ropa interior, junto con la playera, y salí del baño con el cabello húmedo.
Habían dos velas: una en el mueble donde estaba la televisión, y otra en donde estaba la lámpara de noche. Con dificultad pude distinguir al azabache mirando la ventana, estaba cruzado de brazos mirando la ventana. Estaba sólo en boxer con una toalla rodeando su cuello, al parecer se había secado el cabello.
- ¿No te darás una ducha? -pregunte mirando su espalda.
-No, estoy bien -respondio mirándome de reojo-. Bien... ¿Me escucharas por sólo un minuto?
-Tengo que -me encogi de hombros y me senté en el borde de su cama.
Suspiro el contrario pesadamente y se giro sobre si mismo para verme dolido.
》Creeme que mentirte aquella vez me dolió más a ti que a mi -hizo una pausa recordando esa escena en la que habíamos cortado-. Corte y mentí contigo por tu bien. Yo no quería perderte, pero... ¿Que te puede decir un idiota de ya casi treinta y un años en el noventa y uno? Soy un idiota.
Se relamio los labios y prosiguió.
》Se que dirás que estoy idiota, pero la vez que Brandi fue a verme, Me amenazó. Si no estaba con ella y los niños, terminaría en la cárcel por razones en las que no tuve que ver. O peor, que te encerraran a ti por haber huido de tu país por que ella pondría razones falsas. No quería dejarme, ni mucho menos de que les pasará algo a mis hijos -bajo la mirada, y se limpió rápido sus lágrimas, provocando que me acercará a el un poco-. Todo lo hice por ti y por mi, por mis pequeños, por mi banda, todo. Se que dirás que había otras maneras, cuando no es así. Brandi podría haber echo más cosas de las que piensas para culparnos.
》¿Cómo me fui? Supe que todo fue una amenaza para sólo volver a tenerme en manos. Discuti con ella hace un mes. Me separe, y tuve que arreglar las cosas con la banda, incluso te busque por todo mundo para llegar aquí. Te encontré de la peor manera, pero estoy aquí -me sonrió ampliamente, mientras que sentía las lágrimas correr por mis mejillas-. Si no quieres regresar, No hay problema. Sólo quería hablarte de eso.
Tenía un nudo en la garganta. Nikki no solía decir tantas cosas, incluso hubo testigos por lo que pasó. Sabía que si le decía que le creía o no, no lo tomaría a mal, pero le partiría su corazón. Tal vez lo perdonaría en este momento, pero ahora no sabía que sentir hacia el.
Lo abracé fuertemente, sintiendo como este me rodeaba con sus fuertes brazos de igual manera. Cerré mis ojos sintiendo mis lágrimas caer nuevamente. Lloraba por lo que había echo el azabache por mi, por el, incluso que me había defendido de mi casi violación de parte de Paul.
Sus manos acariciaron mi cabello levemente, mientras me besaba este para tranquilizarme.
-Te perdono -dije a arduas penas tratando de no sollozar-. Nunca te vayas de nuevo, por favor.
Me tomo del mentón, y no dudo para volver a besarme. Sus labios definidos y dulces los volví a sentir durante unos segundos. Dejó de besarme y me sonrió de lado.
-Nunca te dejaré, Dua -respondio mirándome tiernamente.
Me sento en el borde de la cama, y me sonrió ampliamente.
-Yo duermo en el suelo, tu duerme aquí, ¿Si? -me soltó de mis hombros. Iba a ir a su closet, cuando lo tome de la mano.
-Duerme conmigo -pedi limpiandome las lágrimas-. Quiero estar contigo, que este protegida entre tus brazos. No quiero que te vayas.
Nikki se giro a verme con los ojos algo llorosos. Tanto a el como a mi nos dolía saber la verdad, y claro, a el le dolían más mis palabras. A pesar de que estábamos por volver a ser pareja, no me gustaría que me dejará de nuevo, o que yo lo dejará a el.
Tomo mi mano con las suyas, y beso el dorso de esta para ponersela en su mejilla. Después, la soltó y se acostó en la cama. Me hizo una seña para que me recostara junto a el. Sin dudar, lo hice; recargue mi cabeza en su pecho tatuado, tome su mano entrelazando sus dedos con los míos, sentí su mano acariciando mi cabello y hable:
- ¿Sin mentiras?
-Sin mentiras
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