CAPITULO 26. POV Fernando O'Pherer. El terrario (primera parte)


—Vístete que perderemos la reservación.

Palmeé su trasero desnudo haciéndola reír. Se levantó apresurada a la ducha mientras yo comenzaba a vestirme.

Ese restaurante era uno de los lugares más exclusivos de Italia y solo pude conseguir reservación porque mostré mi identificación diplomática.

Caminé por la suite mientras recogía la ropa que hace poco nos arrancamos apresurados. De su ropa interior de encaje negro solo sobrevivió el sostén, el resto lo deseché en la papelera. Mi corbata tenía restos del nudo que usamos, y algunos hilos sueltos donde sus afilados colmillos la rompieron; terminé desechándola también.

Este viaje ha resultado mejor de lo planeado. Ciertamente comenzó como un viaje de trabajo, pero los últimos dos días lo menos que habíamos hecho era trabajar. Cuando Johana apareció en aquel almuerzo con el vestido rojo corto y esa abertura en la espalda, decidí tomarle la palabra a Hayden.

Ella no tardó en responderme el coqueteo. Teníamos mucho tiempo jugando peligrosamente con eso, solo habíamos estado una vez juntos y muchas otras veces solo encuentros frustrados que empeoraban las ganas.

Coloqué toda la ropa que recogí en la cesta de la tintorería, el servicio estaba incluido en el costo de la habitación, así que más valía aprovecharlo.

Cuando terminé de vestirme me coloqué el reloj, los gemelos que los chicos me regalaron para mi cumpleaños, tomé mi cartera, la llave de la habitación y finalmente mi celular.

Salí al balcón para respirar un poco el aire de la fría noche de Italia. Era imposible que estuviese acá y no recordara a Karen, aunque era difícil que yo estuviese vivo y no la recordase. Suspiré con su recuerdo como siempre, creo que eso nunca cambiará.

Encendí mi teléfono y comenzaron a llegarme los mensajes de mi familia. Tenía 6 mensajes de Gabriel reclamándome celoso porque consideraba exageradas mis reacciones a sus conflictos mientras que con Amelia ni siquiera la había bloqueado de mi WhatsApp. Sus emoticones y gifs animados me hicieron reír, Gabriel tenía un don para siempre sacarme una sonrisa, incluso cuando estaba siendo serio, porque creo que de verdad estaba celoso e indignado.

Le dije que estaba ocupado y lo bloqueé para molestarlo. Solté una carcajada solo de imaginármelo.

El chat de la familia estaba atestado de mensajes, más de 500 sin leer y que no leería. Borré todas las fotos y memes que llenaron mi galería, la mayoría eran de Amelia en alguna pose de pelea salvaje, aunque guardé el montaje que hizo Hayden de Amelia siendo Rocky Balboa, ese realmente me dio mucha risa y el de Rámses de Linda Blair. Dudaba mucho que a Amelia le diera tanta gracia.

También tenía varios mensajes de Rámses, Hayden y Mike. El primero me preguntaba por si llegaría a tiempo para arreglar las cosas con la "perra tía de la puta Marypaz", le respondí que sí y que por favor cuidara su lenguaje, era una pérdida de tiempo, pero me sentía mal como padre si no intentaba corregirlo. Los de Hayden eran solo fotos de boas y culebras entrando a madrigueras. Le mandé varias caras sonrientes. Y los de Mike eran fotos del documento que estaba preparando para el instituto, con los cuales pretendía no menos que dejarlos en la bancarrota. También le mandé mi aprobación y le pedí que elaborara un documento donde pudieran ser ellos también responsables por Amelia, su respuesta me llegó segundos de haber enviado mi pedido: "Ya lo tengo casi terminado..." y me mandó fotos de los preliminares del mismo.

Planeaba seguir escribiéndole pero la caricia suave de Johana sobre mi nuca me hizo guardar el teléfono.

Johana llevaba puesto un muy ajustado vestido azul marino con un escote en V y con su espalda, por donde ahora yo la acariciaba, estaba completamente desnuda.

Estampé mis labios con los suyos mientras hincaba mis dedos en sus caderas, arrancándole un pequeño gemido. Nuestras respiraciones se aceleraron fácilmente pero recordé que teníamos una reservación nada fácil de conseguir.

—Si no quitas tú mano de allí, llegaremos tarde.

—Creo que llegaremos muy rápido—volvió a apretar mi entrepierna con su usual picardía.

—Me refiero a la cena—le aclaré y retiré su mano, de lo contrario no saldríamos de esa habitación—. Sería un desperdicio que ese vestido termine en el suelo de la habitación sin que lo puedas presumir a más nadie primero.

Ella sonrió y volvió a besarme antes de que saliéramos de la habitación.

El chofer del taxi nos dejó en la entrada del restaurante, me volteé para ayudar a Johana a bajar del auto y entrelazamos nuestros brazos para ingresar.

Buonasera, signor O'Pherer, il tuo tavolo sarà pronto a breve. Per favore, vai nella nostra sala d'attesa e presto sarai accompagnato. Vuoi bere qualcosa mentre aspetti?- Buenas noches señor O'Pherer, su mesa estará lista en breve. Por favor pase a nuestra sala de espera y en breve será atendido. ¿Desea tomar algo mientras esperan?.

Sì, grazie mille. Per favore mandaci un buon champagne Si, muchas gracias. Por favor que nos envíen una Buena champaña.

Seguí a la señorita por el fastuoso lobby, era amplio y muy bien iluminado, las butacas donde nos sentaríamos a esperar son de terciopelo rojo, contrastando con los manteles crema de las pequeñas mesas de centro y las terminaciones caoba de la decoración. Todo el ambiente tenía un toque romántico, más del que hubiese deseado para esta noche.

No bien nos sentamos un camarero se nos acercó haciendo el ofrecimiento de las mejores botellas con las que contaba el local, me decanté por su primera opción, confiando en su sugerencia.

—¿Los chicos también hablan italiano?—me preguntó mientras saboreaba el espumeante sabor de la bebida.

—Sí, aunque poco. A veces les hablo en italiano solo para que practiquen y no se olviden.

-¿Cuántos idiomas hablan en total?.

—Hablamos inglés, francés, español, portugués e italiano, y yo sé un poco de catalán y ya sabes que manejo algunas palabras básicas de alemán. Estoy muy seguro de que los chicos saben decir palabrotas en más idiomas que solo esos.

—Eres muy diestro en lenguas, jamás dudaré eso.

Un pequeño flashback del encuentro de anoche llegó hasta mí, de ella gimiendo mi nombre mientras yo bebía todo lo que podía de su ser. Ella debió estar recordando lo mismo porque se sonrojó y apuró un trago de su bebida.

.

.

La mesa estaba tardando más de lo esperado, ya el mesonero se había disculpado dos veces por la demora y nos aseguró que lo que consumiríamos durante nuestra espera sería cortesía de la casa.

Qui il signor Egizi, la cucina ha una notte difficile e abbiamo un ritardo, ma tutto quello che consumano prima di andare al vostro tavolo sarà a causa della casa. Farò tutto il possibile per non dover aspettare a lungo - Por acá señor Egizi, la cocina está teniendo una noche difícil y tenemos demora, pero todo lo que consuman antes de pasar a su mesa será por cuenta de la casa. Haré todo lo posible para que no tengan que esperar mucho.

Grazie, Federico. La signorina e io avremo un vino bianco, il meglio che ci devi raccomandare - Muchas gracias Federico. La señorita y yo tomaremos un vino blanco, el mejor que tenga para recomendarnos.

Reconocía ese nombre y también esa voz. Busqué en las caras conocidas cuando vi a Ángelo Egizi.

Hace mucho tiempo, mientras estuve en Colombia cubriendo la vacante que la muerte repentina del embajador había dejado, necesité ayuda con la administración porque no existía orden alguno, todo era un desastre dentro de los pocos documentos que pude conseguir. A mí se me da bien la organización y administración, pero cuento con un excelente apoyo para toda la parte contable: Johana, pero en aquel momento ella no estaba trabajando conmigo, así que me tocó buscar asesoría externa y así fue como conocí a Ángelo Egizi.

Busqué no solo al mejor del mercado, sino al que tenía bajo su poder un excelente currículo: la compañía Élite, la cual gerencia con admiración por parte del medio empresarial.

En los meses que nos tocó trabajar juntos y las largas noches para desentrañar los desastres contables que él consiguió en sus cuadernos, nos hicimos amigos. De vez en cuando nos escribíamos, pero nos distanciamos un poco entre todas mis mudanzas y cambios de teléfonos.

Me levanté con Johana a mi lado y caminé hasta la mesa donde Ángelo se encontraba acompañado de una hermosa mujer.

Questa è una vera coincidenza. Finalmente ritorno in Italia ed è bello vedere un volto familiare dopo tanto tempo - Esta sí que es una verdadera coincidencia. Por fin regreso a Italia y es agradable ver una cara conocida después de tanto tiempo.

Él se levantó de su asiento y estrechó mi mano, aunque terminamos dándonos un pequeño abrazo.

Fernando, così a lungo senza sapere di te. Cosa ti porta a Venezia? Affari o piacere? - Fernando, tanto tiempo sin saber de ti. ¿Qué te trae a Venecia? ¿Negocios o placer?-miró a Johana y le sonrió mientras estrechaba su mano.

Entrambi - Ambos-respondí con sinceridad—, E tu?- ¿y a ti?.

Solo piacere - Solo placer. Te presento a mi principessa, mi novia, Esther Rosas, él es Fernando O'Pherer.

—Encantado Esther, si este hombre te tiene secuestrada pestañea dos veces-bromeé y ella rió.

Esther era realmente bella y hasta donde podía ver muy dulce, cargaba a mi amigo con cara de bobo con solo mirarla.

-Ella es Johana Ehrenfeld.

No estuve seguro de como presentarla, aunque después del "Mi principessa, mi novia" no había nada que pudiese decir que no hiciera sentir mal a Johana, pero por suerte ella solo estrechó sus manos sin perder su sonrisa.

Los mesoneros nos ofrecieron unas sillas adicionales para sentarnos juntos en la sala de espera y accedimos de inmediato.

—¿Sigues viviendo en Colombia?—le pregunté curioso.

— Claro que sí, es un paraíso y mi país natal, al final. Además, tengo que agradecerle a esa tierra, haber encontrado a la mujer de mi vida. Aunque nunca puedo descartar que se produzca un cambio. ¿Y tus hijos, siguen siendo un desastre?

—Algunas cosas nunca cambian, si te cuento no sé si llorarías o reirías. Así que... principessa...

Él sonrió y besó el dorso de la mano de Esther, quien platicaba con Johana.

—Ella es mi principessa y más. Me trae loco. E voi due? -¿Y ustedes dos?

Quien dijera que los hombres no éramos cotillas, definitivamente estaba equivocado.

È complicato Johana lavora per me all'ambasciata e sta uscendo da una relazione apparentemente complicata - Es complicado. Johana trabaja para mí en la embajada y está saliendo de una relación al parecer bastante complicada.

Non sembra complicato. Stanno insieme come fidanzati e tutto ciò che devono fare è guardare al futuro. - No se escucha complicado. Están juntos como novios y lo único que deben hacer es mirar hacia el futuro.

Penso che il ragazzo stia dicendo molto, ma qualcosa del genere - Creo que novio es decir mucho, pero algo así.

La velada continuó y descubrí que mi primera impresión de Esther fue acertada, era realmente encantadora y sumamente inteligente. De su propia boca me enteré lo que le pasó con su ex esposo y por su puesto aproveché para maldecirlo un poco.

—Te digo que estuvimos varios días en El Dorado sin poder salir. Quería darlos en adopción, te lo juro.

Todos se reían por mi experiencia traumática con los chicos en el aeropuerto de El Dorado.

—Te tuvo que costar una pequeña fortuna.

-No la pagué yo, te lo puedo asegurar, Mike Oytar, el padrino de Gabriel, es mi abogado y corrió con todos los gastos.

—Espera... ¿el mismo Mike que pidió la droga de encargo?-preguntó Esther sosteniendo su barriga por tanto reír.

—¡El mismo!-confirmé y todos rieron a excepción de Johana, quien aprovechó de refrescarse su garganta con un poco de agua, quizás había escuchado demasiadas veces esta anécdota como para seguir riéndose.

Finalmente, después de mucho esperar nuestra mesa estuvo lista, pero para que Ángelo y Esther no tuviesen que seguir esperando quien sabe por cuánto tiempo, les ofrecí compartirla con nosotros.

Noté en Johana cierta decepción, quizás esperaba pasar más a tiempo a solas conmigo y aunque no podía reprochárselo, tampoco dejaría a este antiguo amigo esperando en la eternidad. Ya compensaría luego a Johana.

***

—Que excelente sorpresa la de tu amigo Ángelo, ¿no?-comenta Johana mientras vemos a la feliz pareja bailar.

—La verdad es que sí. Cumpleaños, matrimonio, viaje a Italia... a mi amigo le darán duro ésta noche-bromeo y Johana ríe conmigo.

—Ni que lo digas, yo te doy duro y tengo uno de tres.

Le sonrío pero me apuro en tomar lo que queda en mi copa y pedirle al mesonero otra botella. Pasar con ella su cumpleaños es bastante viable, de hecho ya había considerado en llevarla a algún sitio más paradisiaco, quizás Bali, pero matrimonio...

—¿Y si te digo que Bali combina muy bien con tu cumpleaños?.

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