CAPITULO 33. POV Gabriel. EL VILLANO DE LA HISTORIA (segunda parte)
Rámses seguía recomendándome que le diera su espacio, que esperara, que no la sofocara y sin embargo, todas las noches volvía a intentarlo. Era una hipocresía de mi parte que le estuviese dando a Amelia el mismo consejo que él me daba a mí y que yo no podía seguir.
Me lastima más de lo que pensé el rechazo de Marypaz y no por una cuestión de ego o de orgullo. Me duele porque la quiero y la extraño, porque quiero saber que está bien y quiero ayudarla.
Pero entonces está Amelia... Ni siquiera puedo poner en palabras lo que me pasa con ella. ¿Me pueden gustar dos personas a la vez? Sé que me puedo sentir atraído por varias, me ha pasado. Ni siquiera cuando estuve enamorado de Andrea me gustó otra persona hasta que no la saqué de mi organismo. Y mira que me costó sacarme esos ojos azules de mi cabeza. Lo peor y lo mejor que me pudo pasar fue cuando nos mudamos. No tenerla que ver en todo momento, a todas horas, me ayudó a sacarla de mi cabeza y de mi corazón. ¿Pero cómo hago con Amelia? Si siempre está con mi hermano, estudiamos juntos, salimos juntos, los veo juntos. Es una maldita gota de limón con sal en una herida abierta.
Y si a eso le sumo el despecho que empiezo a sentir por Marypaz...
¡Mátenme!.
—Está bien. Bueno...—Amelia habló recordándome que estaba al teléfono.
—¿Es cierto lo que dijo... de ti... sobre mí?—tenía que saberlo, quizás si lo escuchaba de ella, esas palabras de Marypaz dejarían de atormentarme—.
—¿Acaso importa si lo es?—su tono me dejó claro que le molestó mi pregunta—.
Pero no me respondió, maldita esperanza ¿Por qué no te mueres?.
—No me respondiste—insistí—.
—No es cierto y no sé por qué lo dijo, pero creo que no estaba pensando con claridad.
Bueno, allí tienes esperanza, no le gusto, mucho menos está enamorada de mí, ahora termina de morirte.
—Está bien, solo quería asegurarme, eso complicaría mucho las cosas.... con Pacita, quiero decir, y ya están bastante complicadas.
—Sí, bueno. Ya tengo que colgar. Si te llega a escribir me avisas, yo haré lo mismo. Nos vemos mañana Gabriel, descansa.
Colgué el teléfono y la puta esperanza no se terminaba de morir. ¿Por qué? ¿Qué le hacía creer que yo tenía oportunidad con Amelia? Ella quería a mi hermano, y aunque eso no fuese así, mi hermano la quería a ella, la amaba, y yo no me interpondría.
—¿Todo está bien?—me preguntó mi papá desde la puerta de mi cuarto.
Lancé el teléfono a la cama y me tumbé como Cristo en ella. La cama se hundió a mi lado cuando él se sentó.
—¿Hablaste con Pacita?—tuve que poner al día a mi papá de lo ocurrido con Pacita, no tenía caso mentirle.
Negué con la cabeza.
—¿Hablabas con Amelia?—su voz fue suave, casi un susurro.
Tampoco hablé, solo tapé mis ojos con el brazo.
—Ya veo. ¿Tu hermano sabe que...
—Si lo sabe papá, tranquilo. Ya me dejó muy claro que no quería que me entrometiese y no pienso hacerlo.
—Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea hijo. Todo estará bien
—¿Todo estará bien?—bufé repentinamente molesto, era muy fácil decir eso.
Me incorporé en la cama mirándolo con rabia.
—Bien entonces hablemos. ¿Te parece?. ¿De qué quieres hablar? Oh si... hablemos de que tenía mucho tiempo sin que me gustase nadie y resulta ser que por fin me gusta una chica y cuando intento ayudarla se cierra, me manda para la mierda sin boleto de retorno y me termina odiando. Y yo como un estúpido aun no termino de entenderlo, porque sigo detrás de ella dejando que me pisoteé e irónicamente haciendo que se aleje más de mí. Pero eso no debería sorprenderme, yo siempre soy él pisoteado. ¡Me pisotean más que el puto piso de una academia de Tap!.
»O mejor hablemos de que no solo me gusta mi novia, ex novia ahora, sino que me tiene que gustar la novia de mi puto hermano. Eso tampoco es nuevo, pero entonces el francés idiota ese decide que por fin asentará cabeza con ella, que la quiere, que la ama, que es su "todo". Y me tengo que tragar lo que siento una vez más porque es su novia y no intervendré aunque él lo hizo con Andrea.
»O hablemos de que me quiero mantener lejos de su camino con Amelia, pero resulta ser que su novia es jodidamente hermosa en todos los aspectos, que quiero que me caiga mal y es imposible, porque hasta cuando es irracional me gusta, que he llegado a ser grosero, petulante y altanero con ella para poner distancia y es imposible, porque ella es tan educada, tan dulce y tierna que es incapaz de mandarme a la mierda por comportarme como un imbécil con ella. Y hecho unas cosas imprudentes con ella, que me llenan de culpa, porque tiene una capacidad impresionante para hacer que quiera mandar todo a la mierda, pero Rámses no lo ve así a pesar de que él se ha vuelto también idiota con ella. Está bien que él lo padezca, pero soy yo y quedo como una mierda.
Lucho todos los días con sacarla de mi cabeza, incluso cuando pienso en Pacita, quien de verdad me gusta y quiero, me siento culpable, porque Pacita no se merece que en mi cabeza hallan dos personas, solo debería estar ella. Es agotador. Soy un puto salmón nadando contra la corriente. Me siento una basura porque nunca he visto a mi hermano tan feliz antes, y estoy alegre por él, lo juro por mi madre que lo estoy, pero no puedo dejar de pensar en Amelia y tampoco puedo dejar de pensar en Pacita, quien es su mejor amiga, de paso.
»Esto es insufrible, y tengo que aguantarlo callado, solo, porque si llego a abrir la boca todos sufrirían. Yo soy la basura, el malo, el villano de la historia. Me llegan a ver mirando a Amelia y ¡fin de mundo!, pero nadie se detendría a pensar lo que me duele toda esta situación, pero "todo estará bien", claro, así es fácil decirlo, sobre todo cuando no se está en mis zapatos.
»Siento tantas cosas al mismo tiempo que creo que enloqueceré. Intento alejarme, poner distancia, pero ella está todo el día con Rámses y no quiero poner distancia entre mi hermano y yo, porque hace mucho tiempo que no lo veía tan distinto, tan alegre, también merezco disfrutar de ese puto francés sin que esté amargado, siento que recuperé lo que perdí cuando mamá murió. Entonces no puedo, ni quiero alejarme. ¿Entiendes el dilema?. Y lo peor... estoy feliz por ambos a pesar de todo lo que siento, no haría nunca nada que lo estropease, pero mi sola presencia incomoda a Amelia y molesta a Rámses. Y me duele...
»Por donde vea la situación soy una mierda, un maldito desgraciado que quiere a una que me odia, ama a una que es mi cuñada, y como si no fuese poco, ambas son mejores amigas.
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