CAPÍTULO 26Taj Mahal

Pasé el fin de semana con mi abuela tal como lo había prometido. Me encantaba pasar tiempo con ella, acompañándola en su rutina diaria, conociendo a todas esas amigas y amigos que había hecho de los cursos que tomaba para mantenerse ocupada. Aprendiendo a cocinar sus recetas, escuchando sus cuentos de vida.

Me perdí entre todas sus historias, olvidando que Mike había renunciado a mi caso, pero cuando llegué nuevamente a casa esa tristeza volvió a mi, por ese motivo fue el primer tema que toqué en mi reunión con Alexa.

—¿Y cómo te sentiste, además de triste?.

—Rechazada—respondí después de meditar un poco— y muy enojada. ¿El caso está en lo último y perdió el interés? Creo que me está ocultando algo más, porque me niego a creer que realmente sea que está muy ocupado. Es que, si lo hubieses escuchado Alexa, lo hizo sonar tan poca cosa.

—¿Qué hizo sonar tan poca cosa?

—¡La renuncia!, ¡el caso!. Como si no fuese importante que renunciara, como si el caso ya no fuese el más importante que tiene, como una vez lo dijo.

—¿Y por qué crees que está ocultando algo más? ¿Qué crees que te oculta?.

—Creo que está enojado conmigo porque no he tomado una decisión con respecto al hijo de Rosalía. No me ha dicho de forma directa que está enojado conmigo, quizás decepcionado, pero creo que lo está.

—Si algo tienen tus papás es con este tema han sido siempre bastante directos y sinceros, creo que, si Mike estuviese enojado contigo, te lo diría.

—Yo creo que se cohíben de decírmelo, porque no quieren interferir en mi decisión.

—Entonces, tu percepción es que tus papás están enojados y decepcionados de ti. Pareciera que haces transferencia de emociones, ¿es posible que sea lo que tu misma piensas de ti?.

—No estoy enojada conmigo. Es una decisión difícil, tengo que pensarlo muy bien. ¿Y si es un niño y se parece a Stuart? ¿Nadie lo ha pensado? Tendría que vivir la vida recordando esa cara siempre. Se que no es su culpa, pero no sé cómo me sentiría si ese fuese así. ¿Podrías tener un novio que se parezca a un chico que te haya hecho mucho daño o un ex novio?.

Alexa asintió, creo que había entendido mi punto.

—Pero no hacía referencia a una transferencia de emociones por esta decisión que aun estas considerando, sino por la decisión que no tomaste sobre tu embarazo.

Y me quedé callada, porque si sentía rabia hacía mí misma por no haber podido llegar a una decisión rápidamente, por haber perdido tiempo. Una parte de mi aun creía que, si hubiese aceptado y querido mi embarazo desde el primer momento, quizás aun estuviese conmigo.

—Quisiera colocarte una tarea. Escribe una carta de ti hoy en día, para ti misma de cuando estabas embarazada e indecisa. Quiero que en esa primera carta digas todo lo que piensas, crees, sientes. Quiero que te digas a ti misma como te hizo sentir la perdida. No harás una carta para convencerla, para que cambie de opinión, porque el pasado ya está escrito, no lo podrás cambiar. Imagina que tu yo del pasado leerá la carta y te va a responder, y esa es la segunda carta que escribirás, una donde la Amelia del pasado, la que aun está embarazada te responderá. Ponte en tus zapatos de hoy y en tus zapatos del pasado.

—Suena complicado—a duras penas había entendido

—Conciliarse con uno mismo es más difícil de lo que se cree. ¿Y has hablado con Mike?.

—No, tenemos una semana sin hablar y pareciera que tampoco le importa y eso me hace enojarme más.

—No puedes pensar por ellos, si no te han dado señales concretas de que estén enojados, entonces no lo están. La realidad es que en algún momento los abogados, los doctores, deben soltar a sus clientes, a sus pacientes. En algún momento no será necesario que Hayden se vea conmigo tan seguido, llegará un momento donde lo remita a un grupo de ayuda o de apoyo. Igual pasa con los abogados, sobre todo abogados de la importancia de Mike. Ciertamente tu caso quizás ya no es tan importante pero no porque no sea importante para él, porque te dijo que lo seguiría monitoreando de cerca, quizás ya no amerita que se encargue personalmente de él; y eso no tiene que ver nada contigo. Asumo que Mike tiene suficientes casos y clientes que requieran de su atención con urgencia.

>>Llegará un día, Amelia, cuando tú ya no tengas que seguir conmigo, que debas comenzar una etapa donde tu sola te enfrentas a tus decisiones, pensamientos, sentimientos; cuando tu misma debas poner orden en tu propia casa mental, y eso no significa que yo haya perdido interés por ti o tu situación, sino que ya hice todo lo que pude hacer. Mike, como te dijo, ya no tiene mucho que hacer en tu caso, porque lo poco que queda por hacer, lo puede hacer otro y aun así él seguirá monitoreándolo, por lo que queda claro que le sigue importando; aunque entiendo que lo sientas como un rechazo, porque la verdad sea dicha fuiste criada creyendo que tu padre biológico te había rechazado, así que ese trauma se instala en el subconsciente y te hace una persona que no maneja bien el rechazo y que por ende lo evita. Es posible que por eso te cueste tanto tener nuevas amistades, porque cuando le des oportunidad a conocerte, a saber por lo que has pasado, podrían rechazarte y no quieres exponerte a eso, entonces optas por quedarte con quien ya te demostró que se quedará a tu lado.

—No lo había visto de esa forma—confesé—, creo que quizás si me da miedo el rechazo, ser juzgada.

—Cuando somos juzgados nos sentimos expuestos y es posible entonces que esa persona que nos está juzgando, esté rechazando esa parte de nosotros.

—Pero no me importa si me juzgan por tener tatuajes o el cabello rosado, estudiando contabilidad—tanto como poco me importaba que hablaran de mi sobrepeso.

—Porque no te afecta el factor físico, sino en psicológico. No te importa que te rechacen, juzguen o critiquen por ser rellenita, por tu cabello, tus tatuajes, porque tú has decidido voluntariamente tener esos cambios y aceptar esos cambios en tu apariencia. Pero cuando te abres a una persona, expones tus pensamientos, tu forma de ser y aún así eres juzgada, eso es lo que te causa miedo. Cuando rechazan tu cabello, poco importa porque puedes volver a teñirlo, o puedes cubrir los tatuajes, los factores físicos los puedes cambiar, pero quizás creas que los factores psicológicos, de carácter, temperamento, actitud, no puedes cambiarlos porque son inherentes a ti, o quizás creas que no tengas que cambiarlos porque te sientes cómoda con tu forma de ser.

—¡Eso! Sé que no tengo el mejor carácter y estoy lejos de ser perfecta, pero me gusta como soy.

—Y el que una persona rechace quizás tu indecisión sobre algún tema no implica que te esté rechazo a ti de forma completa. Míralo de esta forma, tu no apruebas como Mike manejó la situación de Johana, rechazas categóricamente la lógica que usó para comportarse así, pero no por eso lo rechazas como padre o lo quieres menos.

Grabé todas sus palabras para poder repasarlas con calma en mi cabeza. Sé que tenía razón en lo que me decía, como siempre, y aunque entendía todo lo que me estaba explicando, quería descubrir en cada momento de mi vida, donde tuve miedo a ser rechazada y donde me alejé primero. Porque al final de cuentas a eso llevaba todo, mi miedo a ser rechazada hacía que me alejara de esa persona o de esa situación, incluso lo hacía sin estar completamente segura de que iba a ser rechazada. ¿Cuántas amistades pude haber tenido si hubiese decidido correr el riesgo?.

—Nos quedan algunos minutos. ¿Tienes algo más que te gustaría que conversáramos?—negué y ella prosiguió—, yo si. Noté que te refieres al hijo de Rosalía o al hijo de Stuart de esa forma, en vez de como tu hermano o medio hermano si al caso vamos.

—No me siento cómoda llamándolo así.

—¿Por qué no?

—Porque a un hermano se debe amar, y yo no sé si quiero o si puedo amar a una persona que es 50% parte Stuart y 50% Rosalía.

—¿Odias a tu mamá?.

—Me queda claro que mi mamá no me quería, fui un medio para quedarse con mi papá y no funcionó. Y ahora con Stuart tiene un hijo, y creo que en su cabeza retorcida lo que ella siente por Stuart ella cree que es amor, así que ese bebé que tendrá es fruto de ese amor. Entonces de esa niña o niño, hay un 50% que pertenece a Stuart, que me da miedo no poder amar, que odie, y hay otro 50%, el que pertenece a mi mamá, al que me da miedo transferirle el rencor que siento por mi mamá. ¿Y si odio el 100% de esa personita?.

—Tu eres 50% Rosalía y como quien participó en la mayor parte de tu crianza fue Stuart, podríamos decir que tu otro 50% corresponde a él. Y Stuart atentó contra la vida de Rámses y Gabriel, y tu composición genética o no, no ha influido en el amor de tu familia por ti, ni antes ni después del atentado. Sería lo mismo decir que ahora que conocen a Ameth, te aman más, ¿no lo crees?. Los componentes genéticos o de crianza no nos definen, no hacen que la familia de sangre nos ame porque si, ni tampoco que nos odien porque si. Sería como culpar a los hijos del crimen de alguno de los padres, hacerlos llevar con una letra escarlata de herencia sin haber hecho nada para merecerla. El amor, el respeto, la lealtad, se ganan, no se obligan. ¿Cómo puede una pareja completamente extraña al bebé que adoptaron, amarlo?. Tenemos padres que pierden el amor o el respeto a sus hijos porque se declaran homosexuales, o hermanos que nunca se llevan bien no importa lo que se intente. Tenemos amigos que son los hermanos que nunca tuvimos de sangre, personas que se convierten en nuestra familia aunque no compartimos gen alguno. Tu amor por tu medio hermano o hermana, no tendrá nada que ver por quien le dio sus genes. Créeme, sé de eso.

—¿Cómo lo sabes?—pregunté curiosa—, no estoy muy segura de que no me pase a mí.

—Hace años tuve una pareja que me hizo mucho daño, algo te he adelantado, me hizo todo el daño que una persona puede hacerle a otra; y de ese hombre nació una personita a quien amo y adoro. No te mentiré, la primera vez que vi esos mismos ojos en el rostro de ese bebé me sorprendí y aunque a veces veo algunas similitudes físicas, lunares familiares, incluso gestos, no hace que ame menos a esa persona, daría mi vida para protegerla porque así es como he llegado a amarla.

—Tengo miedo de que eso no me pase a mí, que no pueda mirar a esos ojos sin recordar cómo me miraba Stuart cuando babeaba encima de mí.

—Reflexiona un poco en la capacidad del ser humano de amar, mira en tu casa donde tu cuñado es como un hermano para ti, tu suegro un padre, el padrino de tu novio y de tu cuñado, padres también; y ellos te ven a ti como una hija; algo que no cambió ni siquiera en el tiempo que estuviste separada de Rámses.




—¿Esta es la dirección?—pregunté asustada cuando vi el edificio de tres pisos abandonado.

—Si, Hayden me dictó la dirección, ni siquiera puedo decir que se haya equivocado porque además me mandó la ubicación por GPS—respondió Rámses confirmando una vez más en su teléfono.

—Lo voy a llamar, creo que en cualquier momento nos caerá una horda de zombis—Gabriel comenzó a marcar el número de Hayden, cuando la bocina de un auto acercándose a nosotros lo hizo colgar la llamada.

—¿Son ellos?—pregunté nerviosa, era tanto mi miedo que no respiré tranquila sino hasta que nuestros padres se bajaron del auto que conducía Hayden.

—¿Les costó conseguir la dirección?—Hayden lucía una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Estamos en la dirección correcta?—preguntó Rámses y miramos el edificio.

—Claro que si, tengan—Mike nos tendió unos cascos naranjas de construcción, y mientras no los colocábamos comenzamos a caminar al edificio.

—¿Esto es alguna iniciación a algo?—preguntó Gabriel mientras me ayudaba a entrar al edificio. Habían muchos escombros en el piso.

El edificio por dentro lucía peor de lo que se veía por fuera. Había sido abandonado hace mucho tiempo y según lo que Fernando nos iba contando estaba lleno de humedad y se tenían que reemplazar las tuberías porque no contaban con las regulaciones necesarias y eran tan antiguas que se habían oxidado.

El olor a humedad cosquilleaba en mi garganta, así que escondí mi nariz por dentro de mi camiseta mientras me sujetaba del brazo de Rámses para seguir esquivando los escombros del piso.

—Puede que también haya sido la vivienda de algunos indigentes—agregó Hayden arrugando la nariz.

Algo peludo correteó por entre mis pies, haciéndome gritar y saltar. Quería salir de allí corriendo, pero Rámses me sostuvo, mientras yo colgaba de su cuello, alejando los pies del piso.

—También de ratas—Fernando sacudía su chaqueta, como si le molestara más el polvo que la rata gigante que me había atacado.

—He visto peores sitios—Mike se paró al lado de Hayden, tan feliz como él, palmeando su espalda y viendo el espacio con unos ojos brillosos, como si frente a ellos estuviese el TajMajal en vez de un edificio destruido y mal oliente.

—¿Qué hacemos acá?—preguntaron los hermanos. Gabriel también se había acercado a Rámses, creo que el portugués odiaba tanto las ratas como yo.

—Les presento al futuro Centro Clínico Ávila.

Miré a los hermanos confundida y sentí alivio de ver sus caras tan perdidas como la mía.

—Imaginen acá una gran recepción, por allá la sala de espera, por acá un cafetín. No podemos subir a los otros pisos, pero allí irían los consultorios, en el sótano colocaremos la sección de RX, ecografías y laboratorio.

—¿Abrirán una clínica?—alcé la voz sorprendida, nuestros padres asintieron y fue entonces cuando nos acercamos a felicitarlos y abrazarlos.

—¿No podrían decirnos esto desde afuera?—Gabriel miraba el piso nervioso.

—Bien, salgamos—dijo Mike rodando los ojos y Gabriel y yo casi corrimos a la salida.

Una vez estuvimos afuera pedimos más detalles sobre sus planes.

—No quiero dejar de ejercer, pero también quiero hacer algo más que solo trabajar para una clínica o un hospital. Estos dos me estuvieron insistiendo para que abriese mi propia consulta, pero quería algo más que eso.

—Como ustedes saben tenemos una empresa en conjunto—explicó Mike—, con esa empresa hemos podido potenciar nuestros ingresos e inversiones. Fue a través de esa empresa que invertimos en el estudio jurídico.

—También ha sido esa empresa que ha pagado los estudios superiores de todos—agregó Fernando—, creímos que sería justo que apoyáramos el próximo emprendimiento de Hayden, pero ciertamente un consultorio se veía muy pequeño para el excelente doctor que sabemos que es.

—Comenzamos buscando un consultorio para arrendar, algo que al final es una pérdida de dinero en arriendo, así que optamos por comprar un consultorio, pero las rentas que había que pagar a las clínicas o a los edificios era también absurdo, seré un buen médico, pero tendría que cobrar demasiado por una consulta o trabajar como esclavo. Así fue como llegamos a la idea de comprar un edificio donde yo pudiera tener mi consulta y arrendar los siguientes espacios a otros doctores.

—¿Pero por qué parar allí? ¡Hay que empezar en grande!, si yo tengo varias sucursales del estudio jurídico, él puede tener una clínica para él solo. Keithan nos ayudó a buscar un buen sitio de bajo costo, que pudiéramos renovar y no perdiéramos dinero.

—Así es como en este sitio, abrirá las puertas ¡Centro Clínico Ávila!.

—¿Por qué Águila?—pregunté

—Águila no, ¡Ávila!.

—Suena a Axila—burló el francés.

—Es Á.Vi.La, con acento en la primera A. Y es porque es la montaña más emblemática de mi ciudad Caracas.

—Los arquitectos aun trabajan en los planos, pero creemos que podrá tener una zona de emergencia también, no tendrá pabellones quirúrgicos porque estamos cerca de varios hospitales, pero si tendremos nuestras propias ambulancias para trasladar a los pacientes, incluso prestar servicio a domicilio para los que necesiten asistir a consulta pero que no puedan movilizarse.

—Podrían ofrecer sistema de seguro adicional para empresas—agregó Rámses, comenzando a pensar en todas las oportunidades que una clínica podría generar.

—Ese paquete podría incluir medicina ocupacional—Gabriel estaba emocionado—. Hay una alta demanda en las empresas y no todos lo ofrecen, eso sí debemos contar con los permisos gubernamentales. ¿Quién se encargará de ese trámite en la oficina? Quisiera ayudar.

—Sabía que querrías participar, el lunes comenzaré a armar un equipo y quiero que formes parte de él. Quiero que participemos todos en este proyecto, como familia. Normalmente nuestras inversiones no las compartimos con más nadie, pero quisiéramos que esta sea una donde todos estemos involucrados.

—El servicio de seguro privado y medicina ocupacional podrían ser los ingresos constantes, por lo que podríamos tener consultas más accesibles, exámenes médicos de imagen y laboratorio que las personas realmente puedan pagar—Rámses lucía radiante.

—Es lo que esperamos, que podamos realmente tener precios que sean costeables por la comunidad. Centros Clínicos para gente adinerada ya existen muchas, pero para personas de bajos recursos son muy pocas—Hayden apretaba el hombro de su ahijado.

—Se tendrían que evaluar muy bien los costos, porque una empresa como esta necesita muchos trabajadores, si planean tener una emergencia hablamos de turnos 24 horas de una parte importante del equipo—agregué y Mike sonrió.

—Y allí es donde también queremos tu ayuda. Eres buena en contabilidad, con los números, con las empresas, entendemos que no quieras dedicarte a eso, que estas redescubriendo lo que te apasiona, pero no puedes olvidar que es algo en lo que eres buena. Trabajaremos en la remodelación bajo un presupuesto estricto y quisiéramos que fueses quien supervisara y revisara el trabajo, los tiempos de entrega, el dinero. Tenemos una empresa que se encargara de todo, pero tui serías nuestro nexo con ellos. Y además, comenzaremos a elaborar presupuestos para lo que sería la apertura, queremos también contar allí con tu ayuda.

—Todo eso se escapa de mí, es demasiado avanzado para lo que yo sé—sentí algo de vergüenza de no ser toda la ayuda que querían y necesitaban.

—Está bien, Beleza, yo no tengo ni idea de la permisología que se necesita, pero aprenderé en el camino y también podré monitorear que no estén dilatando las cosas más de lo necesario.

—Y yo sé poco de todos los procedimientos, exámenes e imágenes que se necesitan para los distintos diagnósticos. Pero aprenderé e investigaré.

—Es muy cierto, tendremos muchos doctores expertos, pero también queremos doctores recién graduados, tendremos que tener un protocolo para cada posible afección, para que no ordenen un eco abdominal sin ser necesario o que peor, no lo orden y que eso sea perjudicial para el paciente.

Asentí un poco asustada, me daba un poco de miedo fallarles, Gabriel y Rámses sonaban más seguros de participar en el proyecto aunque decían que no tenían todos los conocimientos necesarios, pero yo no tenía esa seguridad, sin embargo me emocionaba formar parte de este proyecto familiar.

—Planeamos tener varias especialidades: medicina general, medicina interna, psicología y terapía, Pediatría, cardiología, gastroenterología, entre las que hemos pensado, quizás cambiemos o adicionemos algunas—Hayden miraba el edificio, ahora yo también podía verlo como un Taj Mahal y no como un edificio fantasmagórico y sucio.

—Es la mayor inversión que hemos hecho—sentenció Mike mientras caminábamos a los autos, iríamos a un restaurante para brindar—, por lo que les pido que no se metan en problemas. Por fin estamos al día con multas, fianzas, sanciones, daños a terceros, daños colaterales, indemnizaciones. Por fin no debemos, ni siquiera a Dinamarca, esa fue la más costosa y también la más extraña.

—¿Dinamarca?—le pregunté a Rámses.

—Después te cuento, pero no creas todo lo que te dicen, ellos son bastante exagerados.

—Por cierto Amelia, ¿Quieres saber quién será también nuestro inversor?—Mike no esperó a que respondiese—. Ameth, su empresa tiene experiencia en este rubro y estuvo bastante entusiasmado en apoyarnos. Enrique también tendrá participación, estará trabajando con la empresa encargada de la renovación del edificio, el área de la construcción es la suya después de todo.

La idea cada vez me encantaba más y más.

Pero lo que más me gustaba es que después de una semana sin hablarme con Mike, podíamos hacerlo sin ningún atisbó de lo que fue su renuncia.




Era una noche fresca, ideal para que pudiera retomar mis caminatas con Hayden, una rutina que habíamos creado hace algún tiempo cuando no se hablaba con Mike y Fernando y que paramos porque estaba demasiado deprimido para salir de la casa.

Respirábamos el aire puro de la noche, como si la contaminación del día desapareciera cuando se ocultaba el sol. Como siempre, comenzamos hablando por su estado de ánimo, necesitaba siempre confirmar que se encontraba bien. Adoraba a mis papás, pero Hayden además de considerarlo como un papá, también lo consideraba un amigo, porque las cosas que nos contábamos no podría decírselas a Fernando ni a Mike; y aunque no esperaba ser su mejor amiga, sabía que también me consideraba una amistad importante porque él me hablaba de temas que sabía que no lo hacía todo el mundo.

—Estuve hablando con mi mamá como una hora y aun así no pude decirle que era gay—Hayden suspiró—. Por primera vez me siento seguro de decírselos, pero creo que esa llamada no era el momento adecuado.

—No sé si pueda existir "el momento adecuado", así que no lo esperes eternamente. Si estas decidido a decirles, hazlo de una buena vez, los reúnes a todos y das la noticia

—No es como si haré una fiesta de esas que revelan el sexo: "Sorpresa es un niño!"

—"Sorpresa, soy gay"—me burlé y él se rió.

—Pero si avancé en algunas noticias. Le dije que había perdido el trabajo porque estuve sumido en otro episodio depresivo.

—¿Y qué te dijo?

—Alexa me había recomendado que lo hiciera, porque debo ampliar mi círculo de confianza y apoyo. Y eso es lo que pasó. Mi mamá lloró cuando le conté algunos detalles, dejé por fuera la parte donde atenté contra mi vida, lo dejé para otra oportunidad, e involucró a otros familiares en la llamada. Se convirtió en una especie de intervención donde cada uno me expresó el apoyo y me dieron palabras de ánimo. La verdad es que fue incómodo, pero agradable al mismo tiempo.

—Pero eso es formidable. Tu familia te apoya, Hayd, cuando te atrevas a decirle que eres homosexual, te seguirán prestando el mismo apoyo incondicional. Se preocupan por ti.

—Ya lo creo, porque los dejé tan preocupados que compré pasajes a Venezuela para ir a visitarlos. Y creo, que podría ser la oportunidad para decirles.

—Me alegro mucho, en serio que sí. Sé que te irá muy bien con ellos.

—Me hubiese gustado que Ulises viniese conmigo—pocas veces había visto a Hayden añorando a Ulises, la separación de ellos había sido algo muy bien pensado por ambos, por el beneficio de los dos, pero eso no significaba que no hubiese sido doloroso.

—¿Has hablado con él?—yo si hablaba con él, aunque no con la misma frecuencia de antes.

—Si, algunas veces nos escribimos para saber cómo le va y él me escribe para ver como estoy. Lo extraño

—¿Y si él no se hubiese ido? ¿Cómo crees que estarían ahora?—quizás era una pregunta dolorosa, pero pensé que le daría una perspectiva a Hayden que lo ayudase a quitarse la tristeza.

—Definitivamente hubiese formalizado nuestra situación y le hubiese pedido que viviese conmigo, quizás con algún gesto romántico para el que te hubiese pedido ayuda. Pero no sé si él sería todo lo feliz que es ahora.

—¿Por qué lo crees?.

—Porque está haciendo lo que ama y le apasiona, viviendo la vida que se imaginó vivir cuando vino a estudiar medicina. Conociendo gente nueva, cultura distinta. Alla puede ser él sin vivir en el closet, sin fingir nada. Se que me extraña, me lo ha dicho, pero está feliz, por eso sé que tomamos la decisión correcta, es lo que hace que extrañarlo no duela tanto.

—No será tu ultimo novio.

—Fue el segundo que más quise—y por su cara supe que era una confesión un poco accidental.

—¿Cuál fue el primero?

—Un gran amigo.

—¿Se hablan?—quería sacar más información pero sabía que estaba en un terreno inestable.

—Si, nunca dejamos de hablar. Cuando le conté que terminé con Ulises insistió en que nos viésemos, después de todo tenemos una amistad de hace muchísimos años.

—¿Y aun te gusta?

Hayden soltó una inmensa carcajada: —Claro que si, aunque va más allá de "gustar", pero estamos aún en dos universos distintos.

—¿En cuál universo estas tu? —No había entendido su referencia.

—En uno donde él está felizmente casado y yo no sé ni como decirle a mi familia que soy gay.

—En ese caso... busquemos a un soltero a quien puedas amar en este universo.

~  ~  ~  ~  ~  ~  ~

Nota de Autora:

A veces creo que Amelia cree que el mundo gira a su alrededor, ¿no lo creen? Porque Mike pudo renunciar y no es fin de mundo. Peroooo entiendo su miedo al abandono...

El nuevo proyecto familiar, me gusta, quizás logre que Amelia redescubra su pasión o consiga una nueva.

Suscríbanse al grupo de FB, se llama NO JUZGUES LA PORTADA.

Baisers et Abraços mis Bombones

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