CAPÍTULO 35.La novia de Mike
Mike entonces tomó de la mano, en evidente muestra de confianza y amor, a su novia. Ella llevaba un vestido negro muy sexy, con una sonrisa tan radiante como la de él, llena de orgullo y felicidad.
Johana Ehrenfeld, lucía espectacular al lado de su novio.
—Merde – Mierda—murmuró a mi lado Rámses.
Fernando estaba paralizado en su sitio, sin poder despegar la mirada de quien es su mejor amigo y de quién era su crush y su mano derecha.
Mike saludó a todos sus trabajadores y cuándo fue el turno de saludar a su ahijado, algo tuvo que decirle el portugués, porque Mike se giró hacia el público buscando con miedo esa cara que sabía que lo estaba juzgando en ese momento.
Los ojos de Mike se trabaron con la mirada de Fernando y estoy segura de que para ellos el mundo dejó de girar a pesar de que los aplausos y vítores continuaban.
Gabriel miraba la escena horrorizado, siendo presa del pánico y colapsando a la presión que estuvo sintiendo por días, desde el momento en que Fernando anunció su visita sorpresa al lugar.
Hayden estaba al otro lado de la oficina, había anunciado que llegaría tarde por una emergencia en el hospital, pero en cuanto llegó y vio la escena del que todos eran ignorantes, comprendió la gravedad del asunto.
El anfitrión condujo a Mike hasta el centro de la tarima y le entregó el micrófono, recordándole que era el momento de dar sus palabras. El abogado, siempre elocuente se encontraba mudo, miró a Johana y solo entonces me di cuenta que ella también tenía la misma cara de terror que todos los que conocíamos del triángulo amoroso. Sin embargo, supo recomponerse y animó a Mike a dar sus palabras.
—Gracias a todos por venir, a mi familia por siempre apoyarme, a mi novia por creer en este proyecto y seguirme hasta acá; A todos los clientes y amigos que se tomaron la molestia de venir a celebrar conmigo este nuevo logro. Gracias.
Sus cortas palabras nos dejaron a todos confundidos, esperábamos un mayor discurso y creo que él también lo tenía preparado.
Se apresuró a bajarse de la tarima pero muchas manos que deseaban felicitarlo, lo retenían.
Fernando apuró lo último que quedaba de su copa, de la de Rámses y de la mía y sin ni siquiera despedirse se dirigió a la salida.
Mike lo llamó, por encima de la multitud, pero Fernando no se giró aunque si tuvo que haberlo escuchado. El abogado se desprendió de las personas, sin perder su sonrisa y lo vi correr hasta la salida por donde segundos antes Fernando se había ido.
—¿Lo sabías?—le pregunté a Rámses.
—Lo sospechaba, y cuando Gabriel cayó en ese estado de pánico, lo confirmé.
Gabriel llegó hasta nuestra mesa y nos señaló a Hayden, quién también se apresuró a salir por la misma puerta que sus amigos.
—Tenemos que ir—les dije, pero Rámses evitó que avanzara.
—Son adultos, deja que resuelvan esto.
—Pero ellos...
—Ellos tiene que arreglarse, bombón. Estarán bien. No es la primera discusión que han tenido, ni tampoco será la última.
—Yo no sé hermano, esto... esto es un golpe muy bajo—Gabriel no despegaba la mirada de la puerta por donde se habían marchado—. Pienso como Amelia, tenemos que ir a ver.
Y como si Hayden nos hubiese estado espiando, nos llegó un mensaje por el grupo de familia. Cuando ingresé noté que Mike se había salido, lo que no era una buena señal en este momento.
—Hola chicos, me iré con Fernando a tomar un poco de aire. Se quedan con Mike. Cuando termine la noche derechito a la casa.
Miré a los hermanos, que releían varias veces el mensaje, quizás buscando algún indicador de lo que estaba pasando.
—Chicos, tenemos que hablar. Síganme—Mike no esperó nuestra respuesta, dio media vuelta y comenzó a caminar hasta la que es su oficina, esperó en la puerta a que entráramos y cerró con llave.
Era una oficina bastante amplia, con un enorme estante de libros, un ventanal inmenso, bastante moderna, tan imponente como él cuando estaba en un juicio, y con algunos porta retratos de la familia, lo que le daba el toque justo de calidez de ese Mike familiar que conocíamos. Tenía una pequeña estancia, quizás para reuniones más pequeñas y en uno de los asientos estaba Johana sentada con sus piernas cruzadas, con el semblante preocupado, miraba a Mike como pidiendo salir de allí corriendo. No la culpaba, porque Gabriel y Rámses la miraban con cierto odio.
—Siéntense, por favor—pidió Mike.
—Así estamos bien—respondió Rámses, pero yo si me senté, Johana me sonrió pero no pude responderle el gesto.
—Quiero que sepan que esto no estaba planificado, que...
—Claro que no estaba planificado, dudo mucho que quisieras restregarle a mi papá en su cara que le quitaste a su novia—escupió el francés.
—Yo no le quité a su novia.
—¿Entonces como llamas a esto?—Gabriel ahora también exigía una respuesta.
—Es complicado.
—Entonces explícanos, por qué creo que merecemos la explicación—miré a Mike con molestia, porque recordé la cara de Fernando y sentí su dolor.
—Primero muñeca, yo no tengo que explicarle a ustedes, solo a Fernando, pero definitivamente a más nadie. Pero si les explicaré porque no quiero que se hagan la idea equivocada. Además, quizás me ayuden a que Fernando me entienda o que por lo menos escuche.
—Mike, quizás yo no deba estar aquí...—Johana se levantó para marcharse pero Mike lo evitó.
—Claro que tienes que estar acá. Quédate, por favor.
Ella accedió tras unos segundos y se volvió a sentar.
—Conocí a Johana mucho antes que Fernando...
—Entonces eso te da derecho...—atacó el francés.
—Rámses, por favor, escucha sin interrumpir—lo reprendió Mike, con la voz que rara vez utilizaba con nosotros y que le dejó claro a Rámses que debía permanece en silencio—. Conocí a Johana algunos años atrás y comenzamos a salir. Ella iba a ser una chica de una sola noche como siempre, pero fue imposible. Pero en ese momento yo no estaba listo para una relación por lo que fracasé. Terminamos y yo no lo acepté, la amaba y estaba luchando contra ese sentimiento, no quería enamorarme a pesar de que ya lo estaba. Y finalmente nos reconciliamos.
—A esa historia tuya le faltan muchas partes, padrino.
Mike no se libraría de dar los detalles que no quería dar.
—Yo les contaré—se ofreció Johana y pese a la negativa de Mike, comenzó a hablar—. Nos conocimos en una conferencia hace casi cuatro años y tuvimos una sola noche juntos, era el único plan que vislumbrábamos en el futuro, sin embargo seguimos hablando y en algún momento teníamos esta relación a distancia pese a que ninguno sabía cómo tener una relación estable. Cuando me quedé sin trabajo, Mike me recomendó con Fernando quien estaba por mudarse a América y buscaba una asistente que lo ayudase en la embajada y con todo el trámite del traslado de su familia. Ni se bien por qué mantuvimos nuestra relación en secreto.
—Porque era muy tormentosa—respondió Mike—. Era más el tiempo que pasábamos discutiendo y peleando que otra cosa.
—Es cierto, terminábamos por 3 días, volvíamos por dos, terminábamos por 5. Muy intermitente, y yo no quería que en mi trabajo viesen esa inestabilidad. Además de que soy muy reservada con mi vida privada. Entonces un día me llamó una amiga...
—Joha...—dijo Mike advirtiendo.
—Se van a enterar tarde o temprano y mejor que sea por nosotros. Entonces un día me llamó una amiga para decirme que Mike me estaba engañando con ella. Yo ya conocía la reputación de él, y ella tenía muchos años de amistad conmigo, por lo que le creí. Y fue por eso que terminamos. Cuando él no me buscó lo tomé como una confirmación de que me había sido infiel. Estaba furiosa y sobre todo dolida. Quería sacarlo de mi vida y si en el proceso le hacía daño, pues mejor.
—Y allí apareció Fernando—mi sangre hervía cuando hablé, no podía creer que ella enamorase a Fernando solo por celos.
—Ya Fernando estaba en escena mucho antes de eso, me buscaba y me cortejaba, pero yo lo rechazaba, sin embargo cuando terminé con Mike no tenía más razones para decirle que no, más allá de la evidente relación que ellos mantenían. Sin embargo no pensé que las cosas con Fernando se saldrían de control, yo solo aspiraba a una cita o dos, pasarla bien, divertirme, comprobar que podía conseguir a otra persona. Y mientras tuve ese par de citas con Fernando que para mí eran solamente citas, él se estaba haciendo una ilusión que me tomó por sorpresa. Le había dicho a Fernando que no estaba lista para otra relación, que no estaba buscando nada ni a nadie y sin embargo...
—El idiota de Hayden le aconsejó que lo intentara con Johana, que sacara de juego a su ex novio.
—¡¿Qué?! ¿Hayden sabía?—Rámses estaba ahora indignado, la poca calma que había tenido por unos minutos, desapareció.
—No. No lo sabía. Tú papá llamó un día y nos confesó todos estos sentimientos que tenía por Johana y yo intenté disuadirlo por dos motivos: sabía que no sería correspondido y amaba a Johana—respondió el abogado, mirando con tanto amor a la aludida que me sentí incómoda—. Fue la excusa perfecta para llamarla pero no me atendió.
—Estaba de viaje con Fernando y además de unos asuntos familiares que me cargaban bastante estresada, no quería hablar con nadie más. Así que apagué mi teléfono y no lo volví a encender sino cuando fue muy tarde.
—¿Tarde para qué?—preguntó Gabriel.
Johana intercambió miradas con Mike, evaluando que decir a continuación.
—Esa noche tomé más de la cuenta y Fernando y yo.. bueno...
—Follaron—finalizó Rámses.
—¡Hey! Con más respeto y tacto. Es mi novia de la que hablas.
—Y yo hablo de mi papá a quién ella rompió su corazón.
—No exageremos aquí, Fernando no está enamorado de Johana.
—¿Qué pasó después de eso?—quería escuchar toda la historia y que los hermanos dejaran de interrumpirla.
Estaba más que consciente de que no nos correspondían ni siquiera la mitad de este cuento, pero el portugués y el francés creían que si se les debía una explicación.
—Después de esa noche me levanté con mucho remordimiento de consciencia, agarré mi teléfono y vi las llamadas perdidas de Mike y un mensaje que decía "Fernando no busca algo de una sola noche, está ilusionándose fuertemente contigo. La decisión que tomes la respetaré". De ese mensaje saqué dos cosas, primero que acababa de cometer un error inmenso con Fernando y no sabía que hacer; y el segundo que no le importaba a Mike.
—¿Y hablaste con él?—preguntó Rámses.
—Si, en ese mismo momento lo hice, días después cuando Mike y yo volvimos quise renunciar pero no lo aceptó. Lo he intentado demasiadas veces, pero sigue sin aceptar mi renunciar. Creo que ahora si lo hará.
—Joha creyó que no me importaba —agregó Mike para explicar el momento de la reconciliación—pero cuando regresó de ese viaje a su departamento me encontró esperándola en el pasillo y su supuesta mejor amiga terminó confesando que nunca estuve con ella.
—Me estaba esperando con un anillo—y Johana mostró con orgullo el anillo que llevaba colgando de una cadena en su cuello.
—¿Le propusiste matrimonio?—pregunté sorprendida.
—No en ese momento.
Rámses, Gabriel y yo miramos la mano de Johana, buscando el anillo. Ella la tenía delicadamente oculta, quizás de forma consciente. Alzó su mano y vimos un reluciente anillo dorado, con una piedra que reflejaba la luz de la oficina.
—Lo hice hace un par de semanas, por tercera vez debo decir, y por fin aceptó.
Ellos guardaron silencio, esperando que nosotros dijésemos algo, pero no sabía que decir. Si hubiese sido un capricho de Mike la situación sería distinta, pero está enamorado, se va a casar, es feliz. Yo lo vi llorar en la tumba de Karen, diciéndole adiós a ese amor, a ese sentimiento, ¿Cómo no podía alegrarme por él?. Y no es que no me alegrara es que no es correcto como hizo las cosas.
—Pues debiste decirle primero a mi papá, antes de pedirle matrimonio, antes de hacerla tu novia formalmente. ¡Antes de que él se ilusionara!. ¿Qué esperabas? ¿Invitarlo a tu boda y que se encontrara con Johana? ¿Cuándo pensabas decírselo? Por lo menos quiero creer que si pensabas decirle. ¿En qué pensabas? No me mal intérpretes, me alegro por ti, por ella, por ambos, pero es mi papá quien se debe sentir en estos momentos traicionado por su mejor amigo. Él se alegraba sinceramente por ti, estaba feliz de saber que tenías una novia, de que asentarías cabeza, de que te habías enamorado. ¿Y así le respondes?. Yo no creo que él se haya enamorado de Johana, seguramente fue un capricho más—y antes de que Mike refutara la dureza de sus palabras, agregó:—lo lamento, pero es lo que creo. Fue la primera mujer después de mi mamá, hasta donde sabemos, con quien creyó la posibilidad de quizás tener una relación y resulta ser que es una mujer comprometida y nada más y nada menos que con su mejor amigo, quién no se lo dijo. Aquí el problema radica en "inoportuno" y esto te lo digo antes de que digas "es que no vi la oportunidad", porque tú mismo me has enseñado que si no hay la oportunidad perfecta, se crea; y que cuando son malas noticias, se empeoran conforme pasan los días, esas fueron tus palabras cuando perdí el semestre y nos le dije nada.
Me sorprendió que quien le diera la reprimenda fuese Gabriel, pensé que sería Rámses considerando que estaba conteniéndose de hacerlo desde el momento en que entramos a la oficina.
—No supe cómo decirle, ni tampoco el cuándo. Conforme pasaban los días solo empeoró la situación.
—¿Y qué planeabas para esta noche, entonces?—Rámses tenía sus brazos en jarra.
—No es culpa de Mike, esto no estaba planeado—Johana se levantó y se colocó al lado de su prometido—, yo no tenía que haber venido, pero no quería perderme esta noche y vine en calidad de invitada, solo de eso.
—Y yo también la quería a mi lado. Ayer en la noche coincidimos accidentalmente con el presentador en un restaurante, quedó en evidencia que teníamos una relación y él sin saber todo esto, cuando hoy la vio junto a mí, decidió presentarla.
—Los delató—agregué.
—Si, exactamente. Chicos, escuchen—Mike suspiró profundamente y tomó asiento por primera vez, Johana apretó su hombro mientras el abogado, siempre imperturbable, comenzaba a quebrarse—. Siempre pienso en Fernando, desde Karen e incluso antes; mi amistad, mi hermandad con él es lo más importante que tengo. Ni siquiera cuando estuvimos...complicados para vernos, dejó de ser una prioridad para mí.
—¿Y con complicado quieres decir cuando se pelearon y te perdiste mi nacimiento?—preguntó Rámses.
Mike torció la sonrisa, lucía orgulloso, como si los chicos hubiesen resuelto un gran misterio, aunque no era así.
—Si, incluso en ese entonces, su bienestar fue mi prioridad.
—¿Por qué se pelearon?—cuestionó Gabriel.
—Eso no viene al caso en este momento. Siempre he antepuesto sus sentimientos ante los míos, es mi turno de ser egoísta, de pensar en mí. Johana, ella me hace feliz como nunca lo he sido, como nunca creí que lo podría ser y como siempre le envidié a Fernando. No me mal interpreten, nunca le deseé mal, pero quería tener un amor así para mí, y llegó mi momento y casi lo dejo escapar por ser un imbécil cobarde. Johana representa a mi propia Karen, mi Amelia, mi...—Mike se cayó cuando miró a Gabriel y en un momento de entendimiento silencioso, esa frase se completó en la cabeza de cada uno—. No fue correcto ocultárselo, tampoco fue correcto la forma como se enteró, pero Johana, por ella quiero hacer lo correcto aunque no lo parezca.
—Y no era lo correcto no entrar con ella, cuando estuvo aquí para ti—entendí a donde iba Mike con su explicación, y ante mis palabras el asintió y sonrió.
—¿Y ahora, cómo harás lo correcto?—Rámses tenía sus brazos cruzados, exigía una respuesta.
—No lo sé. Fernando no quiso escucharme. Espero que quiera hacerlo en algún momento para tener la oportunidad de explicarme. Hayd se fue con él, espero que logre calmarlo.
Unos golpes en la puerta nos hicieron guardar silencio. Ryan asomó la cabeza con timidez.
—Mike, la reportera del canal 15 te está buscando. Puedo decirle que estas ocupado o que no te conseguí.
—Dile que no...
—Mike, ella también es la responsable del programa de asistencia judicial gratuita del estado, hace poco fue nombrada por el gobernador—le dijo Johana a manera de recordatorio.
Eso no le hizo gracia a Mike, sin embargo se acomodó la ropa y nos miró para disculparse.
—Anda—le dijo Gabriel y le señaló la puerta. No estaba molesto, pero tampoco le hacía una pizca de gracia tener que dejar la charla a mitad.
Mike se irguió, Johana alisó innecesariamente su traje y le dio un pequeño vistazo, quizás buscando algún error en su apariencia.
—Ya regreso—dijo antes de salir.
Un silencio incómodo se instauró en aquella oficina, haciéndola lucir repentinamente pequeña.
—Yo...ehm—balbuceó Johana y tras inflar su pecho se animó a hablar—. Mike, en el amor, sufrió lo que nadie debe sufrir en su vida y eso lo dejó desecho. Roto, no alcanza a describirlo. No quería enamorarse de más nadie y prefería seguir enamorado de su primer amor, el imposible, porque sentía que así se protegía. Cualquier intento de relación formal o tan siquiera un poco seria lo espantaba y por más que esa persona le gustara, huía. Por eso huyó de mí todas las veces que pudo. Se auto saboteó y cuando yo me cansé y decidí avanzar, no sé lo que pasó, no sé qué lo hizo cambiar, pero después de las vacaciones que tomó con ustedes, regresó cambiado. Quiso por primera vez intentar algo serio y aunque era sumamente torpe en eso de ser un "novio" lo intentó y lo logró. No quería decirle a nadie porque no quería fracasar y que lo viesen hacerlo. Creo que ustedes pueden entender ese sentimiento. No estuvo bien todo lo que pasó con Fernando y nosotros, no estuvo bien que no le contáramos y tampoco estuvo bien lo que yo hice, pero así son las relaciones: complicadas y llenas de errores, solo las que están realmente dispuestas a mejorar lograr superar esos errores y los convierten en enseñanzas. ¿Alguno no ha cometido algún error con la persona que ama? Lastimándola sin querer hacerlo, interponiéndose, malinterpretando...
>> ¿Saben qué? Yo no soy buena en irme por las tangentes ni las indirectas, yo prefiero decir las cosas directamente. Así que deberían tratar de entender un poco más a Mike, ustedes mismos han pasado por mucho, como la fiesta aquella donde Marypaz los drogó. Eso fue una complicación que no dependió de ustedes, pero que pasó porque también existían sentimientos confusos, ¿o me equivoco Gabriel?. Y luego, la pérdida del semestre, tú no dijiste nada porque no querías que te creyeran un fracasado, cosa que por cierto no creo que lo seas, yo repetí un año en la universidad también. Y tú Rámses, las drogas también fue tu secreto. Y pudiera hablarle de los secretos de Fernando y de Hayden pero no sé si ustedes lo conozcan.
>>Así que no vengan ahora a juzgar a Mike, ni siquiera a mí, porque aquí ninguno es santo, ninguno en perfecto y todos hemos cometidos errores en nuestras vidas y hemos lastimado a las personas que amamos en el proceso, algunas veces con intención y otras veces solo como efectos colaterales. No fue lo correcto y punto, pero no permitiré que juzguen a Mike por lo ocurrido esta noche, porque en primer lugar fue mi culpa haberlo puesto en esa situación y francamente, somos adultos y bien podemos tomar las decisiones equivocadas si queremos, porque al final de cuenta somos humanos y estamos aprendiendo a vivir cada día de nuestras vidas.
>>A ustedes ahora es que les falta cometer errores y lo menos que querrán es tener a su lado a la familia señalándolos ni mucho menos creyendo que por un error, se puede acabar toda una vida de buenas acciones. Mike ama a Fernando y lo ha demostrado con su incondicionalidad por años, un error no definirá ni el futuro que tengan por delante, ni borrará el pasado de lealtad que se han profesado.
—Fernando no puede ser un daño colateral—repliqué—. Que nosotros cometamos errores con 17 años, es aceptable, que ustedes, con más experiencia lo hagan, no los hace "humanos" los hace unos inmaduros. Y es lo que fueron, unos inmaduros. Tuvieron que prever las consecuencias de todo esto. ¿Y si las cosas con Mike no funcionaban entonces Fernando nunca se enteraba de ustedes?.
Ella perdió toda la compostura firme que tuvo hasta ese momento, ciertamente lo que había dicho era cierto, pero no podía pretender minorizar el daño que acababan de cometer como si fuese cualquier cosa.
—Tienes razón en muchas cosas de las que dices. No podemos juzgar a Mike por este error porque es familia y lo ha demostrado así, pero tenemos el derecho de enojarnos—agregué
—No, no lo tienen. Esto es un problema entre Mike y Fernando—me replicó Johana
—Y tú, no te pretendas lavar las manos del problema, porque finalmente fue la que se acostó con mi papá a sabiendas de que lo habías hecho con su mejor amigo—el francés estaba furibundo.
—Hey....
—Si mi papá hubiese sabido de ustedes, jamás hubiese estado contigo, ni siquiera aunque fuese cosa de una sola noche, lo sé. Lo conocemos—agregó Gabriel.
—Y si tenemos derecho a enojarnos, porque ellos son nuestra familia y están molestos entre si por culpa tuya. Mike pudo haber tenido muchos problemas para sanar su corazón y me alegro que lo haya logrado y que sea feliz a tu lado, pero esto pudo haberse evitado...—mis manos temblaban de pura rabia.
—Si tú no te hubieses metido en su cama...
—¡Rámses!—bramó Mike desde la puerta.
En grandes zancadas llegó hasta donde estábamos, se plantó en medio de nosotros y Johana, con sus brazos colocados en jarra, mirando a Rámses con gran molestia.
—No te pienso permitir que le hables así. Discúlpate inmediatamente
—No.
—Rámses...
—No lo haré, porque no estoy diciendo ninguna mentira. Fue lo que hizo.
—Eso no te da el derecho de faltarle el respeto de esa manera. No lo hace un hombre, mucho menos un caballero.
Rámses se mordió el labio y apretó con fuerza sus puños, se había extralimitado desde hace rato, solo que Mike escuchó la última frase. Además, ciertamente no era de caballero ni de hombres lanzarle esa frase a ninguna mujer en la cara, fuese cierta o no.
—Lo lamento, Johana. No debí decirlo de esa forma.
Rámses me tomó de la mano y me condujo hasta la salida, Gabriel nos siguió de cerca.
—¿A dónde van?—preguntó Mike.
—A casa.
—Hayden dijo que yo...
—Somos más que capaces de irnos por nuestra cuenta, Mike—sentenció Rámses sin esperar escuchar su respuesta.
La fiesta estaba en su máximo apogeo, las personas celebraban el éxito, los nuevos trabajadores de la oficina aupaban el logro que significaba trabajar para el estudio jurídico más importante del país. La prensa tomaba fotos, los mesoneros circulaban con más bebidas y aperitivos.
Zigzagueamos entre la multitud hasta que llegamos hasta el ascensor. Rámses apretaba el botón con tanta fuerza que bien podía romperlo y algo me decía que era lo que buscaba hacer muy en su interior.
—Hermano...—balbuceó Gabriel.
—Lo sé, yo también estoy preocupado. Mañana haremos control de daños.
Pensé que Mike iría detrás de nosotros, quizás evitando que nos fuésemos, quizás pidiéndonos continuar con la conversación, sin embargo no ocurrió. Esperé que pasara por el trayecto que duramos en el ascensor, por el tiempo que pasamos en la recepción esperando al taxi, por el camino que nos demoró llegar al departamento e incluso por el tiempo que me tomó bañarme, cambiarme, desmaquillarme y acostarme.
Me sentí decepcionada que no fuese detrás de nosotros, que no intentara arreglar las cosas. Él había hecho mal y no podíamos validar esa acción solo porque está enamorado porque eso no le dio el derecho a mentirle a su mejor amigo y lastimarlo de esa manera. Y Johana... ¡Dios! Esa mujer. Me costaba creerlo, me costaba aceptar que sabiendo que eran mejores amigos y todo el daño que podía acarrear, decidió aún así acostarse con Fernando. Y ahora, comprometida con Mike, ¿Cómo podían esos amigos pasar la página con ella siempre recordándoles la falla?.
¿Podrán Mike y Fernando superar esto?
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Nota de Autora:
Sé que no fue una gran sorpresa, todos lo sospechaban y lo sabían con gran seguridad, por lo que el verdadero reto acá fue revelar el secreto para los personajes.
Como lo he avisado, quedan pocos capítulos para el final!!!
Y sé que me han pedido un maratón, y lo estoy preparando pero con Jueves Curiosos. Sé que quedarán bien conforme con lo que estoy preparando, pero ténganme paciencia, que llevo una vida muggle y que me consume bastante tiempo.
Suscríbanse al grupo de FB, se llama NO JUZGUES LA PORTADA.
Baisers et Abraços
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