Capitulo 18
Las cosas no habían cambiado a pesar del tiempo transcurrido. Seguían igual que siempre, normal.
O eso quería creer Soobin puesto que desde la llegada de YeonJun una tormenta de sentimientos interminables cayó sobre suyo. Y aparentemente no tenían intención alguna de detenerse.
Estaba feliz no iba a mentir, gran parte de esos desbocantes sentimientos eran de pura alegría, no obstante también irradicaban los sentimientos de confusión.
Una enorme confusión.
¿Qué hago?.
Como cuando se enteró de que en adelante irían a la misma Universidad, los dos. Juntos.
Le ponía feliz.
"Como amigos"
Porque eso somos, mi ángel.
¿No era así?
La cosa era que, su corazón latía fuertemente con cada cosa que YeonJun hacía sea pequeña o insignificante, latía.
Era un problema, no quería, no debía.
Soltando un suspiro pasó sus manos por sus cabellos haciéndolos para atrás, tratando inútilmente de olvidar al menos por un segundo todo lo que estuviera relacionado con el rubio.
¿El obstáculo?
Era imposible.
Incluso el sólo mirar el libro frente suyo de un momento a otro su mente se desviaba en algo que involucrara a YeonJun, ¿Cómo estará? ¿Ya habrá comido? ¿Estará bien? Cosas como esas eran las no lo dejaban concentrarse.
Ding. Dong.
Tomando el libro junto a su mochila en hombro se retiró de ahí, antes de cruzar por la puerta fue tomado del brazo haciéndolo voltear por mera inercia.
Cabellos largos castaños, ojos esmeraldas, piel pálida y sonrisa como siempre tímida.
— ¿Arin? ¿Sucede algo? — preguntó un tanto confundido.
Era extraño que la chica le hablara si no tenía estudios o proyectos involucrados en la conversación. Era la típica chica tímida, inteligente y sinceramente muy linda pese a los lentes que tenía cubriendo el color verde de sus ojos, sus cabellos levemente rizados cayendo cual cascadas por sus hombros y ese rosado que siempre veía inundar sus mejillas cada que hablaban.
Tal vez la timidez era el causante. Arin era así, tímida. Desde que la conoció y por supuesto desde que iba al restaurante o salían a algún lugar, mayormente a una biblioteca.
— ¿P-Podemos hablar? — la voz de la chica fue casi en un susurro pero audible.
Soobin iba a negarse, dispuesto a irse a la cafetería donde había quedado con sus amigos y ahora, con YeonJun.
Pero, al instante lo pensó un poco más.
Tal vez si logro olvidarlo.
¿Sería correcto?
Olvidar mis sentimientos.
¿Estaría bien?
Podría intentarlo.
Pero...
— ¿Soobin? ¿Estás bien? — la voz de la chica lo hizo reaccionar.
Miro a la chica frente suyo. Tragó un poco pesado, era malo e inmaduro de su parte él más que nadie lo sabía siendo consciente de aquel pensamiento que cruzó por su mente.
No obstante, también "creía" era una solución.
Perdón pero no quiero perder ésta amistad.
Sólo estaba evitando una catástrofe.
No puedo perder a YeonJun.
Estaba salvando su amistad con el rubio, sólo eso.
Amigos y no más.
— Claro, hablemos Arin — sonrió haciéndose a un lado para que la chica pasara — Después de ti.
La castaña ante eso sonrió tímida e hizo lo que el pelinegro le dijo, lo admitía. Estaba perdidamente enamorada de Soobin.
Al principio creyó que era como esos chicos atractivos típicos poseedores de buen físico como posición económica pero con una actitud del asco.Cosa que le causaba cierto repudio ya que ha tenido tan malas experiencias en el pasado con ello.
Planteando una cosa desde aquel día "Las personas suelen ser como libros, algunas con una portada atractiva y muy tentadora pero con un contenido tan de la mierda, mientras otras tienen una portada sencilla y nada relevante pero con un contenido maravilloso"
Su visión por Soobin era un poco neutra, sin las expectativas demasiado elevadas, teniendo miedo de que si se acercaba a él lo que encontraría era un libro de portada atractiva pero contenido ácido. No obstante tomó otra forma cuando por tareas tuvieron que hacer "pareja" para realizar un proyecto de su campo de estudio. Medicina.
Inteligente, seguro, atento pero sobre todo cooperativo. Eso había percibido de Choi.
Así es, su proyecto fue el mejor de entre todos. Gracias a las ingeniosas ideas del pelinegro.
Y eso no era todo puesto que si hablábamos moralmente, Soobin era el humano más puro jamás visto. Siempre siendo respetuoso, caballeroso, gentil, varonil pero sobre todo humilde.Pese si aquellos no lo merecían, los trataba bien.
Con el pasar de los días fueron acercándose hasta volverse amigos, contándose algunas cosas y saliendo a pasar el rato por allí, mayormente una biblioteca o algún paseo casual. A vista de todos su química era buena.
Envidiable.
Y para ella era algo preciado, Soobin le hacía sentir cómoda consigo misma pues ambos tuvieron un pasado similar al ser pisoteados por todos en su adolescencia, víctimas de acosos y lamentablemente también emocionales por lo tanto de algún modo hizo que su confianza por el otro aumentara.
Entendiéndose mutuamente.
El pelinegro no pasó desapercibido volviéndose naturalmente el chico popular, más deseado e incluso un modelo a seguir por varios chicos aún si no lo admitían. Choi Soobin era, un príncipe salido de un cuento de hadas.
Un ángel para ella.
Pues fue ese alguien quien la hizo revivir, sentirse valiosa y querida, feliz consigo misma. Hasta que inevitablemente cayó en esos encantos.
Se enamoró de ese corazón tan blando.
Apretó sus labios igual a sus manos en su pecho. Le llevó un mes entero prepararse mentalmente, por eso no perdería más tiempo y se lo diría sin importar las posibilidades.
Tonto pero era su ensoñación.
Su deseo de una completa enamorada.
Decirle a su amor platónico lo que sentía.
Mirando otra vez la entrada de la cafetería la regresó decepcionado al no ver entrar a la única persona por la cual estaba ansioso hasta ese momento.
Ya habían pasado alrededor de 10 minutos y nada.
¿Dónde podría estar? ¿Le habrá pasado algo? Estaba preocupándose.
— YeonJun, no haz tocado tu comida ¿estás bien? — preguntó Beomgyu.
El rubio alzó su mirada hacía su amigo, enseguida mostró su mejor sonrisa.
— Estoy bien — respondió.
— ¿Seguro?
— Sí.
— Si tú lo dices...— lo miro no muy convencido.
YeonJun miró al pelirrojo y mordió sus labios, necesitaba saber para mantenerse tranquilo al menos por unos momentos.
— Hey... Taehyun tú...hum...— miro su comida intacta junto al lugar vacío a lado del pelirrojo — ¿Sabes dónde...
— ¿Está Soobin? — interrumpió. YeonJun sólo asintió lentamente — Sinceramente no tengo idea.
YeonJun abrió su boquita dejando salir un leve "Oh" luego bajo la mirada. Apretó la tela de su pantalón.
¿Dónde estás Soobin?.
— Pero — YeonJun levantó su vista de inmediato — Creo que podría estar en el campus o si no en la biblioteca. Puedes ir a esos lugares.
Beomgyu sonrió ante la respuesta de Taehyun porque aunque el pelirrojo no lo dijera también estaba preocupado, no precisamente por su amigo pero si por Soobin y tal vez un poco en la relación entre YeonJun con el chico pelinegro.
Igual que él.
¿Porqué? Bueno ellos dos han estado actuando raro desde hace ya varios días.
— Iré a buscarlo — no dudo en decir.
Los contrarios no se lo tomaron por sorpresa cuando YeonJun salió de la cafetería apresurado sin despedirse.
El amor es tan confuso de entender.
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