"hermanos"
Habían pasado horas, o ya no lo sabía bien.
No sabía por qué estaba besándolo, menos por qué JiMin no hacía nada para evitarlo y lo único que hacía era sostener esa delicada cadera con sus dos manos... Mientras su cintura se balanceaba levemente de adelante hacia atrás, presionando exactamente una zona. Jadeaba y jadeaba, pero esos labios carnosos que tenía el chico volvían a juntarse con los suyos, y no es que estuviera quejándose. Cuando se distanció para verlo a los ojos, el chico habló…
—¡Park JiMin!
—...¿Mmh? Ya, ya.
—Llevo llamándote desde hace minutos, hermano —insistió el castaño—. ¿Puedes bajarte esa erección y ayudarme a recoger? Nam se enojará con nosotros si cuando vuelve sigue todo así.
—¿E-Erección? —se cuestionó prácticamente a sí mismo, abriendo los ojos por completo... Y sí, tenía una erección marcada en sus pantalones. Apenas ahí cayó en cuenta de lo que había soñado—. Oh, joder.
—¿Qué estabas soñando, JiMin? Ha de haber sido muy bueno...
—Sí, ehh... Con una chica, pero no recuerdo bien cómo era. Estoy muy necesitado por sexo.
—Al igual que yo —dijo TaeHyung, mirándolo con una sonrisa—. Como sea, levántate.
Con dos manos en su pantalón, JiMin se puso de pie. Observó bien el lugar, no era que todo estaba patas arriba, era que otra vez su amigo estaba exagerando.
—¡Kim! Sólo hay un par de vasos en la mesa.
—Ush, sólo no quiero que Nam se enoje.
—¿Dónde está?
—Salió a comprar algo para el desayuno... Creo que nos va a invitar.
—Bien, ya vuelvo. Voy al baño.
—Vas a masturbarte, ¿no es así? —le dió un golpe en el brazo—. Mañoso.
—No, hombre. Voy a orinar.
—Como sea, no quiero que gimas el nombre de una modelo que no te conoce... Mejor gime el mío, es menos humillante.
—Eres un depravado... Y gay.
—No, respétame —rió—. Ve rápido, quiero irme de aquí para que me hagas una sopa.
—¿Te duele la cabeza?
—Como el infierno. ¿A tí no?
—Claro, bebimos mucho ayer. En la casa te hago esa sopa de pollo y me debes cinco dólares.
—Que risa —soltó el castaño, viendo como su mejor amigo se alejaba en dirección del pasillo para llegar al baño. Se apuró en lo que hacía, ya que ya casi llegaba NamJoon.
Cinco minutos después, su amigo volvió a la casa. Había traído unos cuantos panes para desayunar, ya que cocinar no era lo suyo. Ninguno de allí sabía cocinar algo bien.
JiMin tardó un poco más en salir del baño, pero en cuanto lo hizo, se sentó junto a los chicos para comer lo que había traído.
—¿Durmieron bien? TaeHyung amaneció en el piso.
—¿En serio? —se burló JiMin—. Yo no sé, yo me quedé profundo. Si no me hubieran despertado, seguiría dormido ahora.
—Sí... Ayer los encontré en una posición extraña. ¿Saben qué estaban haciendo?
—¿Posición extraña? —se cuestionó JiMin, girando para ver a su mejor amigo—. No recuerdo.
—No, yo menos —se encogió de hombros.
—Bien, pues TaeHyung, estabas encima de JiMin. Si no los conociera, pensaría otra cosa de ustedes.
—Wow, ¿encima, encima?
—¡Sí, encima, encima! Fue la escena gay más romántica que he visto en mucho tiempo.
—No digas tonterías, Nam. Estábamos ebrios, capaz hay una explicación para eso —se defendió JiMin.
—Sí, sí, yo sé que ustedes son la cosa más heterosexual de este mundo, pero sólo quería contarles —el mayor rió, tomando otro trozo de pan—. ¿Desde hace cuánto son amigos ustedes dos?
—Dos, casi tres años —respondió TaeHyung, ya que el otro no parecía tener idea de esas fechas.
—Uff, parece mucho. Dudo que algo raro pueda pasar entre ustedes, si son como hermanos.
—Y es que no somos gays —comentó el castaño en voz baja—, e igual, es verdad, somos como hermanos.
—Y aunque fueras mujer, Kim. No me gustarías —dijo muy seguro, pero aún así, sonriéndole.
—Mentiroso —susurró el mencionado.
Al escuchar esto, JiMin alzó un poco una ceja y recostó sus brazos sobre la mesa.
—¿Por qué crees que miento? —le preguntó a TaeHyung en este mismo tono de voz.
—Mmh, no lo sé. ¿Quieres que te diga?
NamJoon se quedó viendo al par un poco confundido, pero soltando una risa en voz alta para poder llamar su atención y que salieran de esa tensión extraña que habían creado de repente.
—Bueno, ajam... ¿Tienen planes para hoy?
—No, no en realidad. ¿Por qué? ¿Nos vas a invitar a algo?
—Si quieren, sí. Hoy vendrán las chicas.
—¿Las chicas? —inquirió el pelinegro.
—¡Oh! ¿El grupito donde está la pelinegra linda? —decía TaeHyung, un poco emocionado.
—DaHyun, se llama. Sí, a ellas me refiero... ¿Quieren venir en la noche?
JiMin buscó con la mirada a TaeHyung, pero el castaño estaba lo suficientemente entretenido hablando como para girarse a ver a su amigo.
—¡Yo sí quiero! Tampoco tengo nada mejor que hacer.
—Sí, supongo —habló JiMin—. Yo vendré con él.
—Muy bien. Gracias, chicos... No quería quedarme a solas con cinco chicas.
TaeHyung rió y asintió con la cabeza.
—¿Para qué están los amigos?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top