34
-Ya has elegido por lo visto.
-Lo siento mucho Santi. Tu me gustas mucho pero no te puedo mentir. Yo nunca voy a sentir algo más por tí. Te agradezco mucho que me ayudases y sé que gracias a eso, Raúl y yo estamos juntos pero no puedo amarte.
-No tienes que darme tantas explicaciones. Al fin y al cabo, tu tenías que ayudarme a poner celosa a Mónica aunque fuese algo inútil.
Olga se acercó hasta él y le acarició la mejilla.
-Eres un chico estupendo y encontrarás a una chica digna de ti. Alguien que no quiera a nadie más que a ti.
-Eso sería toda una novedad.- ambos sonrieron.- Gracias por este tiempo que has pasado conmigo.
-Ha sido un placer.
Y así acabó su relación.
-Ese novio tuyo del que me hablaste, ¿tienes miedo de que venga a por ti?
Lidia se estremeció entre sus brazos y asintió.
-Tienes que saber que tras la paliza le denunciamos y tiene una orden de alejamiento, pero eso no me deja tranquila. Es como si le sintiera cerca a veces.-Se incorporó y le miró a los ojos.- Siento mucho haber sido fría tantas veces contigo. Lo cierto es que me daba miedo intimar demasiado con vosotros porque pensaba que si daba la casualidad de que él volvía, quizá no me quedase más remedio que alejarme de vosotros. De ti. Y de echo, casi pasa. No por él. ¿Recuerdas hace unos meses cuando tuve que salir de clase para ir con mi madre?
-Si. Dijiste que tenías cosas que hacer con ella.
-Cuando quedé con ella me dijo que era posible que trasladaran a mi padre a otra ciudad.
-¿Ibas a irte y no nos dijiste nada?
-Se lo dije a las chicas.
Aquello le enfureció, aunque en su momento ya lo sospechó. Ella confiaba en nosotras, pero deseaba que confiase también en él.
-¿Por que no me dijiste nada?
-Al final todo quedó en un susto. Te juro que iba a decírtelo. Las chicas me aconsejaron que era mejor que te enteraras por mí y no hizo falta.
-Solo digo que me hubiese gustado saberlo.
-¿Que habría cambiado eso Dani?
-Sabría que confías en mí.
-Confío en ti. De verdad. No le he contado mi historia a nadie más. Eres el único.
Dani le acarició la mejilla y le sonrío. La amaba. No dejaría que nadie se la arrebatase. Nunca.
-¿Sabes? He recibido un mensaje de Raúl.
<<Realmente es idiota. Primero me hace una escena de celos y cuando le digo que me imaginaba besándole se queda callado. ¡Nico eres idiota!>>
Se acabó. Adelantaría el viaje. No iba a seguir ni un día más en Cádiz. ¿Para que perder más tiempo?
Llamó a recepción para avisarles de que dejaría el hotel por la mañana.
<<La idiota soy yo por enamorarme de él. ¿Quien me habrá mandado complicarme así?>>
Raúl paseaba de un lado al otro de la habitación impaciente esperando a que Olga apareciese.
Dejarla con Santi a solas le ponía de los nervios, pero si servía para que le diese el pasaporte y no volviese a verle en la vida, por él estaba todo bien.
<<Soy egoísta, eso está claro, pero estoy enamorado. Eso tiene que ser una excusa valida,¿no?>>
No lo era.
Cuando llamaron a la puerta atravesó la habitación en una sentada y abrió la puerta de golpe.
-Ya estoy aquí- le dijo ella con una enorme sonrisa en la cara y cargada con sus maletas.
Se apresuró a entrarla en la habitación, a cogerle las maletas y dejarlas a un lado y a estrecharla entre sus brazos para besarla.
-Nunca más...-dijo entre besos.- Nunca más vuelvas a dejarme.
Olga suspiró contra sus labios. Por fin estaba donde quería.
-Eres el mejor regalo que podías hacerme.
-Jamás pensé que reuniría el valor necesario para declararme.
-Bueno, me alegra que lo hicieras. Estoy segura de que yo jamás hubiese dado el paso. Me daba tanto miedo que me dijeses que no que no sabía que hacer y de pronto estabas frente a la puerta de mi casa diciéndome que me querías. Es como un sueño echo realidad.
-Tu si que eres un sueño. Mi sueño.
-¿A si?- Luis asintió.- Pues este sueño tuyo quiere un beso. Un beso enorme que me quite el aliento.
-Si es lo que quieres, deseo concedido.
Isa estalló a carcajadas mientras él se lanzaba a besarla.
-Ahora si que la he cagado del todo. Soy idiota.
-Casi me da miedo preguntar. ¿Que has echo “melli”?
-Creo que Chloe acaba de decirme que siente algo por mí y yo me he quedado ahí, sentado a su lado sin decir nada.
-¡Oh, dios mío!
Nico se tapó los oídos.
-Mónica por favor. No grites.
-Perdona Nico pero ¿en que demonios estabas pensando? Dios mío, dios mío.
Nico miró directamente a la cam. Había llamado a su hermano porque tenía que hablar urgentemente con él y como nos encontrábamos en su casa, quedaron en hablar a través del ordenador.
-¿Por que se pasea arriba y abajo de la habitación?
Javier se encogió de hombros mientras me miraba también.
Me pasé la mano por el pelo y me acerqué al ordenador mirando directamente a Nico a través de la pantalla.
-Vamos a ver, ¿te has vuelto loco? ¿Como que te quedaste sentado sin decir nada? ¡Por dios Nico!
-Deja de nombrar a Dios de una maldita vez. Al final terminará por aparecer.
-Ojala. Quizá él pueda darte una patada en el culo.
Creo que ambos se quedaron sin palabras. Yo nunca hablaba así.
Saqué el móvil del bolsillo trasero de mi pantalón y marqué el número de mi prima.
-¡Dios! ¿Por que no habré comprado una maleta más grande?
Su teléfono sonó. Más le valía no ser Nico porque no pensaba descolgar. Al día siguiente se marcharía y le dejaría atrás.
<<No pienso derramar ni una sola lágrima más por ti memo insolente.>>
Descolgó.
-Hola, soy Chloe, si eres Nico, ¡que te den!, sino lo eres dime lo que quieres antes de que cuelgue...
-Chloe por favor.
-¡Prima!
-¿Que ha pasado?
-¿Por que supones que me ha pasado algo?
-¿Si eres Nico, ¡que te den!?
Nico, que escuchaba la conversación tragó saliva. Realmente estaba enfadada con él.
-Quizá esté un poco enfadada con él.
-¿Un poco?
-Estoy furiosa. Es el chico más egocéntrico, estúpido y terriblemente atractivo que he conocido nunca.
Chloe se dejó caer en la cama y rompió a llorar.
-¿Te has enamorado, verdad que si?
-Como una cría.
-¿Donde estás Chloe?
Ella sorbió unas cuantas veces antes de responder.
-En el hotel preparando el equipaje. Me marcho mañana a primera hora. Por favor dime que estarás en tu casa a finales de semana porque es cuando llegaré. Pienso conducir y dormir dentro del coche si hace falta. Solo quiero alejarme de aquí.
-Estaré. Lo prometo.
-Gracias. Voy a colgar ya. Quiero terminar de recoger y meterme el la cama. Mañana me espera un gran día.
-Buenas noches.
Cuando colgué me volví hacia la pantalla del ordenador y miré a Nico que me miraba expectante. Apoyé las manos sobre el escritorio y le hablé directamente.
-Realmente eres idiota, pero te quiero y quiero que seas sincero conmigo.
Nico asintió.
-¿Tú la quieres?- Buena pregunta. ¿La quería? Desde luego se había convertido en alguien muy importante para él pero de ahí a hablar de amor...- Nico necesito saberlo.
-¿Por que?
-Porque Chloe se marcha mañana y es tu última oportunidad.
<<¿Como que se marcha? No puede irse.>>
-No puede marcharse aun. Aun faltan dos días, ¿por que ha adelantado el viaje?
-¿A ti que te parece?
-Pero si se marcha...- no fue capaz de completar la frase.
-Nico, mirame- lo hizo- Si Chloe se marcha sin hablar contigo, sin aclarar las cosas, jamás volverás a verla. ¿Es eso lo que quieres?
<<No. No quiero eso.>>
Negó con la cabeza.
-Entonces haz algo. Si no sientes nada por ella, díselo, pero no dejes que se marche sin saberlo.
<<Pero si que siento algo. Algo que no entiendo pero que está ahí.>>
¿Para que se molestaba? Estaba claro que no iba a dormir nada.
<<Maldito Nico.>>
Cogió la almohada y se tapó la cabeza con ella a ver si así conseguía conciliar el sueño.
No lo consiguió.
<<Se acabó. Me marcho ya.>>
Se levantó de la cama de un salto para vestirse y coger sus cosas. Tenía el coche en el parking del hotel, así que no perdería más tiempo.
-¿Que piensas hacer?
-Me voy al hotel.
-Son las tres de la madrugada. No creo que ni siquiera ella quiera recibirte a esta hora.
-Bueno, entonces acamparé en la entrada del hotel hasta que ella salga.
Javier me miró como preguntándome algo que parecía evidente. Nico quería a Chloe y estaba claro que no estaba dispuesto a perderla.
-Suerte.
-Gracias. A los dos.
Y se fue.
-¿Que opinas?
-Creo que se te ha echo tarde para irte a casa.- sonreí.
-Si intentas convencerme de que me quede podrías tentarme, pero tengo que irme. Mañana nos vemos.
-En fin- suspiró.- Te acompaño hasta el coche.
-¿Crees que lo suyo irá bien?- le pregunté volviendo al tema de Nico y Chloe.
-No lo sé.
-Me gustaría. Chloe no se había enamorado nunca y me alegra que Nico haya sido el primero.
-Si, yo también. Ya tengo ganas de conocer a esa prima tuya.
-Es sencillamente genial.
-Tiene que serlo para que mi hermano esté así.
Rompí a reír.
-No olvides que Nico ya se ha enamorado antes.
-No lo hago. Estoy seguro de que aun te quiere, pero si tu prima ha logrado dejarle en ese estado, no dudo de que ella sea el amor de su vida. Como tampoco lo hago de que tu seas el mío.
-Y tú el mío-y nos besamos.
Nico miró el reloj una vez frente al hotel. Las tres y media.
Se frotó las manos con fuerza para entrar en calor y abrió la puerta.
Avanzó con paso decidido hasta el mostrador donde la recepcionista le miraba extrañada.
-Por favor, necesito subir a una habitación. He venido a ver a alguien.
-¿Puede decirme el nombre del huésped?
-Se llama Chloe.
-Necesito un apellido señor.
-No sé como se apellida. Puedo decirle el número de habitación.
-Lo siento pero no puedo dejarle subir.
-Por favor. Es muy importante.
-No puedo. Es la normativa del hotel.
Nico golpeó el mostrador con el puño.
No tardó en aparecer seguridad para “pedirle amablemente” que dejara el hotel.
Justo en ese momento, Chloe salió del ascensor y el mundo se detuvo.
<<¿Que demonios hace aquí?>>
Estaba tan alucinada que ni siquiera podía pensar con claridad.
Nico estaba forcejeando con los de seguridad para que le soltasen y poder acercarse a ella.
-Chloe... Chloe por favor. Tenemos que hablar.
Chloe soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo.
-Dejen que se vaya. Está conmigo.
<<Que más quisieras Chloe.>>
Aquellos dos hombres al fin le soltaron y él se dirigió directamente hacia ella.
-¿Que haces aquí Nico?
-Necesitaba hablar contigo.
-Está bien. Espera un momento.- se dirigió hacia el mostrador y habló con la chica. Por lo que Nico pudo ver, Chloe firmó unos papeles y le entregó la llave de la habitación a la recepcionista. Después regresó a su lado.- Sígueme.
Entraron en el ascensor y ella apretó el botón hacia el aparcamiento.
Nico no se atrevió a preguntar, aunque era evidente, sobretodo por el equipaje. Chloe se marchaba.
Anduvieron hacia el coche de ella. Chloe puso sus cosas en el maletero y tras cerrarlo se volvió hacia él.
-¿Que tienes que decirme?
-Siento lo de antes. Es cierto que me puse celoso. Jamás había tenido tantas ganas de arrancarle la cabeza a alguien.
-¿Y crees que admitiendo eso se me pasará el enfado?
-Solo pretendía que supieras que me siento mal por lo que dije, por como reaccioné, pero sobretodo, por dejar que te marcharás sola.
Chloe apretó los ojos con fuerza para evitar que las lágrimas escaparan de ellos. No sirvió de nada.
-Al final yo tenía razón. No puedo luchar contra esto. No cuando tu no estás dispuesto.
-Sinceramente Chloe. No sé que esperas de mí.
<<Solo quiero que me quieras idiota>>
Al ver que ella no decía nada empezó a alejarse.
-Me voy Nico. Prefiero alejarme de ti. No necesito complicarme la vida. Ya he tenido bastante.
Nico se detuvo en seco. Apretó los puños con fuerza y cerró los ojos.
-Maldita sea- entonces se volvió hacia ella, le cogió la cara entre las manos y la besó.
Chloe siguió intentando aguantárse las lágrimas. Se mordió el labio inferior y suspiró.
Habría estado bien que sucediese eso, pero solo era una mala jugada de su imaginación. Nico se había marchado y ella no lo había impedido.
No había sido capaz de responderle. De decirle que era lo que esperaba de él.
Se secó las lágrimas y subió al coche para ponerlo en marcha. No fue capaz.
Le temblaban tanto las manos que simplemente se quedó sentada frente al volante, llorando.
<<Está claro que soy idiota. ¿Como he podido dejarla allí? Lo único que quiero es que se quede conmigo y no hago más que alejarla de mi lado.>>
No debería haberse marchado. La había perdido para siempre.
Se apoyó contra la puerta del ascensor esperando oír el ruido de un coche ponerse en marcha.
Tras unos minutos que le parecieron eternos, seguía sin oír nada.
Contuvo el aliento antes de asomarse y descubrir que Chloe seguía allí, sentada frente al volante con la cara escondida entre las manos.
<<No sé ha marchado. Quizá aun estoy a tiempo de hacer las cosas bien.>>
Con determinación, volvió sobre sus pasos y se puso junto a la puerta del conductor para abrirla de golpe provocando que Chloe prácticamente saltase del asiento.
<<Está llorando por ti idiota. Ella te quiere. ¿Que demonios me pasa para que no soporte verla así? No me merezco que ella me quiera.>>
Le tendió la mano para ayudarla a salir.
Chloe se apoyó en el coche pues sus piernas eran incapaces de responder y no sabía si serían capaces de soportar su peso en ese momento.
El mismo llanto le había provocado hipo y eso solo hacía que Nico tuviese más ganas de sentirla contra su cuerpo.
Avanzó un paso para acercarse más a ella, con lo cual Chloe intentó retroceder sin éxito.
Cerró los ojos cuando Nico levantó la mano para acariciarle la mejilla con los nudillos.
Contuvo el aliento una vez más. ¿Cuantas veces lo había echo desde que le conoció?
Demasiadas.
Nico apresó una lágrima con uno de sus dedos y se la llevó a los labios para después secárselas todas con ellos.
La última lágrima, que se deslizaba hacia los labios de ella, Nico no pudo contenerse de apresarla también con la lengua provocando un escalofrío en ambos.
Le pidió que abriese los ojos y aunque no se veía capaz, finalmente Chloe accedió.
-No puedo dejar que te vayas.-admitió con la voz ronca por la emoción.
-¿Por que no?- otro ataque de hipo.
-Porque no voy a arriesgarme a perderte. No sé lo que has echo conmigo Chloe. Solo sé que me has echado a perder para otras chicas. No soporto estar alejado de ti y al mismo tiempo me muero de miedo cada vez que te tengo así, entre mis brazos.
Chloe se obligó a calmarse. No fue fácil.
-¿Que quieres decir?
-Yo, no sé si lo que siento por ti es amor. Jamás me había sentido así. Ni siquiera con tu prima. Estoy tan descolocado que ni me reconozco. Lo único que me mantiene cuerdo es estar contigo. Si te vas, iré contigo. Donde sea que vayas hasta que entienda lo que me pasa o hasta que tu decidas que no me quieres en tu vida.
<<Yo jamás decidiría eso.>>
-Nico tienes que saber que yo si sé lo que siento por ti. Lo tengo asumido y está claro que por como me tiembla todo el cuerpo que me muero de ganas de estar contigo.
Le miró fijamente como si quisiera aprenderse su rostro de memoria.
Nico cogió una de las manos de ella y se la puso sobre el pecho.
-¿Sientes eso?- ella asintió.- Así es como late cada vez que estás conmigo. Cada maldita vez que te alejas, que pienso en ti o que me sonríes. Hace poco que te conozco pero has vuelto mi vida del revés y no sé si quiero volver atrás en el tiempo. Me dejas completamente sin fuerzas Chloe. Necesito saber si esto va a llevarnos a algún sitio.
Ella cogió la mano de él y la puso sobre su corazón.
-Así late el mío cuando me miras, cuando te enfadas, cuando te paseas dentro de mi mente atormentándome. Yo no me había enamorado nunca Nico y estoy muerta de miedo pero no lo puedo evitar.
Nico la miró a los ojos y no fue consciente hasta que apretó sus labios contra los de ella, que se sentía como en casa a su lado.
Con un profundo suspiro Nico la apretó contra su cuerpo negándose por completo a soltarla.
¿Que era ese sentimiento que había despertado en él al conocerla? Fuese lo que fuese, no quería detenerlo. Si Chloe había aparecido en su vida para devolverle la sonrisa, él estaba encantado de tenerla allí y por primera vez desde que empezó todo, ni siquiera pensó en mí.
Se obligó a separarse de ella para permitirse tomar aire.
Chloe se mordió el labio antes de sonreír postrándole de rodillas.
-¿Por que has parado?
-Estás despertando una parte de mi bajo la cintura que no puedo controlar.-admitió avergonzado.
-Bien, porque no quiero que lo intentes.
Nico enarcó una ceja.
-¿Desearías acostarte conmigo?
Ella asintió arrancándole un profundo gemido de la garganta.
-¿Por que?
-Porque puedo y porque tu también estas despertando eso en mí. Cada vez que me acaricias, cada vez que me tocas, me deshago Nico. No tienes ni idea del efecto que tienes en mí. Es devastador y excitante a la vez.
-Dime que no sentiste nada cuando ese tío te besó.- ni siquiera era consciente de que apretaba la mandíbula al esperar la respuesta de ella.
-Nada de nada. Ya te dije que había imaginado que eras tú, pero después de besarme como lo has echo ahora, sé que me faltaba imaginación.
Eso consiguió arrancar una sonrisa en él.
-Entonces bésame Chloe, por favor. Bésame niña.
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