28
Raúl estaba tumbado en su cama pensando. Le dio vueltas y vueltas a su teléfono móvil. Tenía que saber que decía ese mensaje a pesar de que sabía que no le gustaría.
Al final, tras pensarlo mucho, decidió leerlo.
<<YA ME HE CANSADO DE SUFRIR. NO PUEDO ESPERARTE MÁS. SI SOLO SOY TU AMIGA, ME RINDO.>>
Rápidamente le dio a la tecla de responder y tecleó.
<<NUNCA HE QUERIDO HACERTE SUFRIR. SOLO QUIERO VERTE FELIZ Y SOLO TU PUEDES DECIDIR CON QUIEN SERLO.>>
Olga saltó de la cama al oír el pitido del móvil.
Leyó el mensaje un par de veces antes de volver a dejar el teléfono donde estaba.
Se acercó a la ventana y descorrió las cortinas para mirar hacia la ventana de enfrente y encontró a Raúl asomado.
Él le sonrió y ella negó con la cabeza y volvió a echar las cortinas.
Raúl era idiota y no pensaba seguir pasándolo mal por su culpa.
Se acercó al armario, cogió ropa limpia y se metió en la ducha.
Santi tenía razón. Era Nochebuena y ella no pensaba quedarse en casa.
Mientras se secaba el pelo nos mandó un mensaje a cada una.
<<NECESITO SALIR, BEBER, OLVIDAR Y DIVERTIRME COMO NUNCA. ¿TE APUNTAS?>>
No estoy segura de lo que Isa y Lidia debían pensar pero algo me decía que yo pensaba lo mismo.
Olga estaba deseando huir y por alguna razón no quise impedírselo.
Tal vez no era la solución, pero ¿quien era yo para decir nada? Todos tenemos derecho alguna vez.
La verdad es que me apetecía salir y pasarlo bien, aunque pensé que lo haríamos todos juntos como cada año. Era mi primera Nochebuena con Javier y quería celebrarlo con él pero Olga nos necesitaba.
<<ME APUNTO. CENAMOS POR AHÍ Y DESPUES NOS TOMAMOS ALGO.>>
<<CLARO. ISA Y LIDIA TAMBIÉN VIENEN. DICEN QUE TIENEN ALGO QUE CONTARNOS.>>
<<ENTONCES A LAS NUEVE Y MEDIA EN EL RESTAURANTE DONDE TRABAJA ANDREA. LLAMO AHORA PARA RESERVAR.>>
Después de mandar ese mensaje, le escribí uno a Javier.
<<TOC, TOC. QUISIERA PEDIRTE COMO REGALO DE NAVIDAD PERO COMO YA TE TENGO TE ESCRIBO PARA PEDIRTE QUE NO HAGAS PLANES PARA MAÑANA. TE DARÉ TU REGALO Y AVISA DE QUE NO IRÁS A DORMIR. VOY A CENAR CON LAS CHICAS.>>
Me contestó a los cinco minutos.
<<MIEDO ME DAS. ESPERO ANSÍOSO TU REGALO. ¿HA PASADO ALGO?>>
<<COSAS DEL AMOR SUPONGO. TE QUIERO. HASTA MAÑANA. PASARÉ A BUSCARTE A LAS CINCO. >>
Por su lado, Isa y Lidia avisaron a Dani y Luis de lo ocurrido y ellos entendieron que Olga desease estar solamente con nosotras, así que decidieron que también harían sus planes avisando a Javier y a Raúl.
Nico, en cambio, solo deseaba cenar e irse a dormir. Quería que el año terminase cuanto antes.
En el momento en el que me encontraba en el punto cumbre de mi canción en la ducha, me llegó un nuevo mensaje.
<<CÁDIZ NO ES LO MISMO SIN TI. NI VER NEVAR TAMPOCO. TE ECHO DE MENOS PRINCESA.>>
<<YO TAMBIÉN TE ECHO DE MENOS. ¿COMO VA TODO?>>
<<ESTAN SIENDO UNAS NAVIDADES TRISTES PERO NOS REPONDREMOS. LÁSTIMA QUE LA MUJER DE MIS SUEÑOS ESTÉ CON OTRO.>>
<<QUE GRACIOSO. ME HAS PILLADO EN LA DUCHA. VOY A TERMINAR DE ARREGLARME QUE HE QUEDADO CON MIS AMIGAS PARA SALIR.>>
<<¿CANTANDO? ¿COMO ME DICES ESO? DIVIERTETE PRINCESA.>>
Mientras me maquillaba frente el espejo del baño pensé en Tony. Realmente lo echaba de menos y tenía razón al decir que ver nevar e incluso coger un simple tren no era lo mismo sin el otro.
Se miró en el espejo una vez más. Le gustaba el aspecto que tenía.
-Se acabó llorar por Raúl- le dijo a su imagen.
Cerró la luz del cuarto de baño, cogió la chaqueta y el bolso de su habitación y bajó hasta la cocina para despedirse de sus padres.
-Cielo, ¿a dónde vas?
-He quedado para cenar. Volveré tarde.
-¿Con toda la pandilla?- preguntó esperanzada.
-Solo con las chicas.
-¿Entonces ya te encuentras mejor? Tú madre me dijo que no te sentías bien.
-Un poco mejor sí papá. Me marcho ya. Hasta mañana.
Cuando salió por la puerta, sus padres se miraron.
Olga no sabía fingir. Nunca había sido buena para eso.
Al salir a la calle, se encontró con Raúl que también se marchaba para reunirse con los chicos.
Este se quedó embobado mirándola. Estaba guapísima.
-Hola.
-Hola.
-He venido antes a verte. ¿Estás mejor?
-Lo estaré. Tengo que irme.
-Espera- la cogió del brazo para evitar que se marchara. Olga le miró a los ojos y después a la mano.
-Suéltame.
-Pero…- estaba sorprendido. Ella jamás le había hablado de un modo tan frío.- ¿Qué te pasa?
-Estoy harta. Harta de llorar, de sentirme mal y de sufrir. Ya no puedo más. Necesito arrancarte de mi corazón de una vez.
Y se marchó sin darle tiempo a reaccionar.
Cuando se reunió con nosotras aun le temblaban las piernas, pero ni ella quiso contárnoslo ni nosotras preguntar. En algún momento reuniría fuerzas para hablar de ello.
Aquella noche solo queríamos pasárnoslo bien.
-¿Entramos ya? Tengo un hambre…- dijo Isa.
-¿No será que tienes algo que contar?
-Tal vez algo parecido a lo que nos vas a contar tú.
Lidia enrojeció de golpe. Era divertido verla así.
-Está bien. Entremos y nos ponéis al día.
Las tres miramos a Olga. Seguro que se había prometido a si misma no derramar una sola lágrima esa noche.
Cuando nos sentaron en nuestra mesa, Isa fue la primera en hablar.
-Parece que Luis se ha declarado al fin. Vino hoy y se me declaró.
-¿Y supongo que le dijiste que sí?
-Pues si.
Ese fue nuestro primer brindis. Luego le tocó el turno a Lidia.
-Dani y yo…- parecía que no se atrevía a decirlo, como si por el simple echo de hacerlo, despertase del sueño.
-¿Estáis juntos?- estaba tan emocionada que se me notaba hasta en la voz.
-Si…- apenas fue un susurro pero que oímos perfectamente.
Olga se lanzó sobre ella para abrazarla.
Lo de Isa y Luis se veía venir pero lo de Lidia y Dani era algo increíble.
¿Por qué ella era la única que no podía ser feliz? ¿Por qué Raúl no se comportaba como Dani y Luis? ¿Acaso no la quería? ¿Siempre sería una amiga para él?
-Tierra llamando a Olga- Lidia intentó hacerla volver de sus pensamientos- ¿Hay algo que quieras decir?
-No. Solo quiero olvidar.
-Está bien. ¿Pedimos ya?
-Otra por favor- dijo una vez más al camarero.
-Me parece que ya has bebido suficiente tío.
-Nunca es suficiente cuando se tiene el corazón roto.
-Sinceramente Raúl, si estás así es enteramente por tu culpa.
-Lo sé.
-¿Y que piensas hacer?
-Parece que no tengo elección. Olga ha tomado una decisión. Quiere arrancarme de su corazón- apuró su bebida y miró hacia la barra preguntándose porque el camarero tardaba tanto.
-Estás hecho una mierda.
-Es tan evidente que doy pena.- miró hacia la puerta.- ¿Dónde coño están Dani y Luis?
-Seguro que ya no pueden tardar.
-¿Qué voy a hacer tío? Estoy desesperado.
-Para empezar deja de beber- el camarero llegó con las bebidas y Javier le quitó el vaso a Raúl antes de que se lo llevase a la boca.- Ni una sola copa más.
Dani y Luis llegaron poco después. Ambos con una sonrisa de oreja a oreja.
-Ya veo que todo el mundo está feliz.
-¿Por qué no dejas de comportarte como un idiota? Si estás enamorado de Olga, ve y díselo.
-No servirá de nada Dani. Olga ya ha decidido olvidarme.
-Que lo haya decidido no significa que lo consiga.
-Alentador, pero no está vez. He sido muy egoísta.
-Huir no va a servirte de nada. Díselo, aunque ella haya tomado una decisión, tiene derecho a saberlo. Ya la has hecho sufrir bastante.
Le quitó su vaso a Javier y se bebió el contenido de un trago ante la mirada de sus amigos.
-Es la última. Lo juro.
-¿De verdad vas a beberte otra?
-Si. Quiero beber hasta perder el conocimiento.
-Esa no es la solución.
-Me da igual. Quiero olvidar.
Y bebió. Nosotras también, pero Olga se bebió casi dos botellas de vino ella sola, además de un par de copas antes de la cena y unos cuantos chupitos durante el postre.
-Ya está bien. Para de beber- Isa la obligó a mirarla.- Ve ahora mismo al baño, lávate la cara y vuelve cuando estés dispuesta a escucharnos.
Lidia y yo observamos en silencio. Olga se levantó e hizo lo que Isa le había pedido sin decir nada.
Volvió a la mesa poco después con la cara lavada y con un no muy buen aspecto. Hubiese apostado cualquier cosa a que había estado devolviendo.
-¿Estás mejor?
-Si. Gracias.
-Ahora que tienes la mente un poco más clara, ¿qué vas a hacer?
Olga suspiró. Isa, Lidia y yo esperamos pacientemente la respuesta.
-Voy a pedirle a Santi que salga conmigo.
Cerré los ojos. Hubiese preferido que siguiese bebiendo.
-¿Estás segura cielo?
-Completamente.
Se disculpó para ir de nuevo al cuarto de baño y nosotras tres nos miramos.
-Hay que hacer algo.
Lidia sacó su teléfono y tecleó.
<<HAZLO COMO SEA, PERO TRAE A RAÚL A LA CABAÑA EN UNA HORA. POR FAVOR.>>
Sabía que no era necesario decir más. Dani haría lo que le había pedido.
Un pitido. Dani miró su teléfono y leyó el mensaje de su chica.
Sin que Raúl le viera, enseñó el mensaje a los demás y estos asintieron.
Era la última oportunidad para Olga y Raúl.
Prácticamente tuvieron que llevarle a rastras hasta la cabaña.
-Deberíamos meterle bajo una ducha de agua fría antes de que Olga le vea así- susurró Luis a los demás. Raúl había bebido tanto que ni se enteró.
-Ahora no tenemos tiempo para eso. Ya es casi la hora- respondió Dani.
-¿Crees que ya estarán ahí?
-Más nos vale. Este va a quedarse dormido en cualquier momento si le sentamos.
-Pégale dos ostias a ver si espabila.
-No es por falta de ganas créeme.
-Estoy enamorado. Enamorado como un idiota.- dijo Raúl a si mismo.
No le importaba que los otros le escucharan. Al menos alguien podría decir en un futuro que amaba a Olga de verdad si nunca llegaba a decírselo.
-Tienes razón. Eres idiota- respondió Dani.- Vamos, entra.
Le empujó dentro de la cabaña y cerró la puerta.
Estaba oscuro y le daba exactamente igual. Se acercó al sofá dispuesto a tumbarse cuando alguien se movió en la oscuridad.
-¿Quién hay ahí?- preguntó entornando los ojos, tratando de ver algo.
-¿Raúl? ¿Eres tú?
-¡Olga!- se acercó a ella, siguiendo el rastro de su voz con tan mala suerte que chocó contra la mesita de centro y cayó al suelo.
-¿Estás bien?- ella se acercó a la puerta y encendió la luz, obligando a ambos a cerrar los ojos.
-¡No! Estoy hecho una mierda.
-Cierto.
Raúl levantó la mirada y la observó mientras ella permanecía junto a la puerta evitando acercarse hasta él.
-No muerdo.
-Lo sé. Estoy mareada- ella también había bebido demasiado y a pesar de las dos veces que creía haber vaciado su estómago, seguía mal.
Se dejó caer en el suelo, apoyada a la pared y miró de nuevo a Raúl que seguía en el suelo.
-Debí suponer que tramaban algo. Demasiado misterio mientras veníamos hasta aquí.
-Yo podría decir lo mismo.
-¿Por qué crees que nos han encerrado aquí?
-Es evidente. Quieren que las cosas se solucionen entre nosotros.
Un pitido les interrumpió. Olga sabía de quien era el mensaje. Mientras esperaba en la cabaña se había decidido al fin a mandárselo.
Santi había respondido.
<<NADA ME GUSTARÍA MÁS QUE SER TU PAREJA EL RESTO DE MI VIDA. SI SIGUES ADELANTE CON ESA IDEA, ACEPTO.>>
Olga sonrió. Ya había dado el paso, y Santi quería estar con ella. Ya no hacía nada en la cabaña. Todo había terminado.
Miró a Raúl de nuevo. Le seguía amando, jamás dejaría de amarle. Era algo imposible de imaginar.
Raúl levantó la mirada para encontrarse con la de ella. Le dolió el alma al ver lo que reflejaban sus ojos. Todo había terminado.
Dejó caer los brazos a un lado. Ya no quería luchar. Había perdido.
Se quedó cada uno en un lado de la cabaña, incapaces de decir nada.
Los chicos seguían fuera, esperando a que ocurriese algo. Lo que fuera.
Isa, Lidia y yo salimos de detrás de la cabaña y nos reunimos con ellos.
Nos abrazamos a nuestros chicos, intentando darnos calor los unos a los otros.
Me encantaba ver que había dos parejas más entre nosotros. Ojala que Olga y Raúl lo consiguieran también.
La puerta se abrió poco después y Raúl salió dando tumbos.
-Raúl…- me acerqué a él intentando saber que había pasado entre ellos.
-No te acerques. Me voy a casa.
-Pero…
-Se acabó.- echó andar sin mirarnos a ninguno. Olga salió poco después. Le preguntamos con la mirada y ella se encogió de hombros antes de responder.
-Santi me ha dicho que si. Estamos saliendo.
Ninguno de nosotros dijo nada. Olga se lo había contado a Raúl y él no había dicho nada. Solo se levantó y se marchó.
Raúl avanzó sin rumbo. No quería irse a casa. Solo quería olvidar. Quería arrancarse el corazón. Ojala no se hubiese enamorado. ¿Por qué tenía que enamorarse siempre de alguien que no le correspondía? ¿Por qué Olga ya no le correspondía? ¿Cómo podía haber sido tan estúpido y no haber echo nada cuando estuvo a tiempo?
Se detuvo frente a una farola, apoyó los brazos y rompió a llorar.
Nunca más. Nunca más volvería a enamorarse.
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