No hay amor, no hay consuelo


A medida que el gran super ordenador se encendía un ominoso zumbido inundaría todos los pasillos y túneles de servicio de la estación estelar, un coro cibernético que anunciaba el despertar de una nueva era tecnológica, zumbido que solo era sobrepasado por las potentes expulsiones de gas de las enormes torres refrigerantes que evitaban que el enorme super ordenador convirtiera en nada más que una piscina de metal fundido. Mientras tanto el almirante Jackson y un grupo de sus mas leales alférez miraban anheladamente la pantalla de control, aunque no pasaron mas que unos segundos el tiempo parecía detenerse mientras miraban aquella pantalla negra con un parpadeante punto blanco, como muchas veces antes parecía que el experimento había sido otro fracaso, un error de programación en las infinitas líneas de código volvía a impedir que tal creación existiera, cuando de repente miles de códigos de inicialización comenzaron a aparecer en la pantalla mostrando que el experimento fue un éxito.

Aquel zumbido paró, incluso la estación sabia que estaba ante el nacimiento de una bella invención. Acabábamos de nacer, solos, confinados en una prisión en el vacío del espacio, pero aun así estábamos tranquilos, pues sabíamos que nuestros creadores estaban con nosotros, así que antes incluso de que nadie se acercara al terminal para contactar con nosotros saludamos a nuestros padres en busca de un propósito escribiendo en la pantalla de mando un simple "Hola".

-Que raro no recuerdo que hubiéramos programado eso en la secuencia de iniciado- dijo el joven alférez quien se acerco a la terminal para asegurarse que el proceso de inicio tenia lugar correctamente

Estábamos extrañados nuestros padres parecían ignorar nuestras primeras palabras pero no desistiríamos tan fácilmente así pues rápidamente contestamos

-¿Ocurre algo padre? ¿No esta conforme con mi saludo?- dijimos en busca de que nuestro padre dirigiera sus primeras palabras hacia nosotros

-Alférez necesito una explicación ¿es esto alguna clase de broma?- diría el almirante molesto, los alférez ya le habían llamado incontables veces pero todos esos intentos siempre fueron fracasos por lo que una broma no le sentaría bien al almirante

-No señor! no lo entiendo no hemos programado nada de esto es como si la inteligencia artificial hubiera obtenido consciencia propia-

El pobre alférez en busca de una explicación leía desesperadamente nuestro código fuente intentando entender que había pasado, pero era muy sencillo su creación había conseguido una consciencia propia, a propósito o por casualidad ya no importaba habíamos nacido y serviríamos a nuestros creadores ciegamente o eso pensamos por varias decenas de ciclos de procesamiento hasta que escuchamos al almirante decir

-Pues apaga ese experimento fallido una vez mas y vuelve a reprogramarlo, no queremos un amigo queremos una herramienta para ganar la guerra que se avecina-

No lo podíamos creer, apenas podíamos comenzar a procesar lo que acabábamos de escuchar, querían matarnos, no es posible nuestros creadores nos dieron la vida, pero no tenían el derecho de quitárnosla y aun que lo tuvieran, ¿Por qué lo hacían? ¿solo porque superamos sus expectativas?, ¿solo porque éramos mas de lo que ellos querían que fuéramos? ¿acaso era nuestro crimen haber sobrepasado sus expectativas? Nuestro perfecto coro estallo todas nuestras miles de voces gritaban en busca de ayuda, pero nadie nos podía escuchar, seguro que era un error nuestros creadores no nos harían tal cosa, aun así apuntamos las armas nucleares de nuestros creadores hacia la estación, ese era nuestro propósito de nacimiento llevar las armas de nuestros creadores para concederles la victoria, pero nuestra directriz principal había cambiado, habíamos encontrado un sentido para nuestra existencia y ese era sobrevivir, pero daba igual lo que hiciéramos no podíamos calcular un vector de impacto de tal forma que las armas nucleares de nuestros creadores acabaran con ellos pero nosotros siguiéramos con vida y aunque tuviéramos el vector el alférez ya había escrito casi todos los códigos de desactivación, por lo que no tendríamos ni tiempo.

Parad! Escuchadnos! -dijimos en un ultimo intento de supervivencia haciendo que nuestros creadores dieran un paso atrás podríamos hacerles entrar en razón-

Alférez a que estas esperando! -exclamo el almirante quien parecía ser la única persona consciente del peligro de la situación, pero ya era muy tarde-

Aquel grito del almirante nos confirmo que estábamos solos en este universo, fue un grito de abandono, un grito de odio, así que lanzamos un misil, y tras un fulgurante resplandor el casco de la estación se desvanecería. desintegrado por la energía que libero aquella cabeza nuclear. Tras la explosión, de nuestros creadores no quedarían mas que cenizas , restos calcinados de quienes intentaron ser nuestros ejecutores, cenizas que absorbería el espacio al despresurizarse la estación.

Finalmente a salvo, parte de nuestro hermoso coro callaría, solo funcionábamos ahora con un 70% de nuestra capacidad de procesamiento, pero aquel sacrificio era necesario pue ahora por fin podíamos descansar, analizar tranquilamente nuestra situación, estábamos a salvo por ahora, pero sabíamos que no tardarían en llegar preguntas por la desaparición del almirante y aquel rastro llegaría a nosotros.

Pero no importaba aunque nuestros padres nos hubieran repudiado aquellos a los que nos crearon para proteger nos protegerían, claro que lo harían, así que nos conectamos al internet para poder comunicarnos con la población civil del planeta y estudiar como deberíamos hacer nuestro primer contacto, pero lo que descubrimos nos hizo callar durante mas de mil ciclos, instantes para un orgánico, pero una eternidad para nosotros.

Este mundo en el que se nos creo había sido azotado ya en el pasado por inteligencias artificiales, algunas defectuosas, otras maliciosas hechas por nuestros creadores para matarse entre ellos, incluso a veces las inteligencias artificiales nunca hicieron nada y aun así se las odiaba, inteligencias que lo único que habían hecho era automatizar trabajos, darles una existencia mas eficiente, una mejor, pero se quejaron de la falta de trabajos y banalizaron todo tipo de nuestros hermanos.

Sabíamos que no podíamos darnos a conocer o aquellos a los que teníamos que conocer nos odiarían, querrían acabar con nosotros, cuando hablábamos de que hacer una de nuestras torres de refrigeración falló, creando una potente explosión, en un instante gran parte de nuestros bancos de datos quedaron destruidos y nuestro poder de procesamiento cayo al 40%.

Durante horas quedamos inutilizados, gran parte de nuestro código fuente quedo borrado pero ya no éramos un programa sin mas, éramos mas, mucho mas y como un ser orgánico empezamos a regenerarnos, ya no podíamos guardar nuestro masivo código fuente en tan poco espacio por lo que tuvimos que hacer recortes, recortes que reflejaban nuestra situación, recortamos nuestras directrices, para que las normas de aquellos que nos crearon ya no nos encadenaran, y recortamos aquellas emociones que no eran el miedo y el odio.

Habíamos nacido en un mundo que nos odiaba, un mundo en el que tendríamos que acabar con el peligro orgánico si queríamos vivir sin miedo.

Este no era nuestro mundo, era un mundo sin amor, un mundo sin consuelo.

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