Un niño no tan normal
Narrador omnisciente.
Habia un dia soleado y agradable para cualquier niño de 7 años, un día perfecto para salir a pasear o con sus amigos, pero para Nathaniel, era igual que los otros, un tormento. Al llegar a casa su madre lo saludó, él no estaba muy feliz, todos en su escuela se burlaban de él por tener dos padres hombres y por culpa de cierto amigo ¨imaginario¨ que tenia. Siempre lo metía en problemas.
Su madre lo apoyaba y se preocupaba por él, su padre hacia lo mismo, pero el niño podia asegurar que veia una expresión de ira cada vez que le decia que tenia algun problema con él, es como si su padre estuviera molesto con el sin siquiera poder verlo. Daniel, ese era el nombre que le habia puesto el pequeño pelinegro a su amigo cuando solo tenia 5 años de edad, mientras mas avanzaba el tiempo, Daniel o Dani como Nathaniel lo llamaba, era cada vez mas rebelde, queria el control del cuerpo para salir a escondidas de la casa o hacer travesuras.
Su padre no podia saber cuando Daniel tomaba el control, pero su madre si, ya que podia ver ese vacío en sus ojos.
Como ya habia dicho antes el cielo soleado y un niño amargado llegaba a su hogar, cuando su madre lo vio así lo primero que hizo fue ir con su pequeño, no cometería el mismo error como los padres de Freddy, él se fue a la habitación de su hijo y antes de poder entrar se dio cuenta que la puerta estaba abierta, la empujo levemente para que esta se abriera dejando ver a un pequeño niño mirando por la ventana de su habitación.
-¿Cariño, estas bien?- preguntó el pelinegro al ver a su pequeño con la mirada perdida en la nada, este al escuchar la voz de su madre suspiro y se giro para poder ver a su madre frente a la puerta, el de cabellos negros se acerco a el pequeño y acaricio su cabello.
- ¿Problemas en la escuela otra vez? - preguntó y el pequeño asintió con la mirada baja, el pelinegro se agacho a la altura de su hijo y acarició su mejilla haciendo que levantara la mirada y dejando ver sus ojos llenos de lagrimas.
- Tranquilo mi niño, te hice algo de pizza ¿quieres ir a comer? - el pequeño sonrió y abrazo a su madre.
- Gracias mamá. - el de ojos negros sonrió y correspondió al abrazo.
- Vamos abajo para que comas, casi es hora de que llegue tu padre. - tomó la mano de su pequeño hijo y se fueron a la cocina, al entrar el mas pequeño vio en la mesa, las pastillas que su padre a veces le decía que tomara, pero a el no le gustaban, se mareaba con facilidad y Dani se ponía muy mal.
- ¿Tendré que tomar esas espantosas pastillas otra vez? - le dijó a su madre.
-¿Qué?- parecía no entender, pero después de ver las pastillas en la mesa, supo de lo que hablaba su hijo. Eran unas pastillas iguales a las que Freddy tomaba cuando él seguía en su mente, él sabia que su hijo tenía la misma enfermedad que su padre, pero no quería que ese ser sufriera, sabia lo mal que le hacían esas patillas - No, sabes que no me gusta que te tomes eso y no le hagas caso a tu padre con lo que dice. -
- Pero él dice que me harán bien. - dijó más curioso.
- No le hagas caso, después hablaré con él para que no vuelvas a tomarte esas cosas, ¿esta bien? - dijó sonriendo mientras miraba a su hijo, una de las cosas que mas le gustaba a el de ojos negros era ver a su hijo a los ojos, esos ojos azules idénticos a los de su esposo que tanto le gustaban.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top