21
Cuando el día acabó y todos salieron del instituto para irse a casa, Jungkook tomó su cámara y su bolso rápidamente para ser el primero en salir del salón e irse. Hoy no había sido el mejor primer día que él se hubiese imaginado luego de lo había pasado con Ukyo.
Además de que se ganó un nuevo desagradable sobrenombre por parte de Risa, la chica con la que había hablado por al menos diez minutos seguidos sin salir corriendo.
— ¿Ya estás de vuelta? —Preguntó Yoongi cuando lo vio cruzar la puerta.
— Compré pan de frijoles rojos —Dijo Jungkook aventándole la bolsa con panes —¿Tae está aquí?
— No, está con los pulgosos todavía —Yoongi estaba entretenido en su computadora editando alguna canción.
— ¿Y esos lentes? —Preguntó curioso el menor cuando le vio los lentes negros de pasta.
— Los adultos necesitamos lentes de vez en cuando. ¿Cómo te fue hoy? —Dijo arrugando la nariz.
Jungkook se encogió de hombros y dejó la cámara a un lado en la mesa.
— ¿Como que... —Yoongi imitó su gesto —Habla, explícate. Aquí en Japón seré como tu madre y si te pones malcriado te rompo los videojuegos.
Jungkook se llevó una mano al pecho y fingió tener un infarto cuando escuchó aquello pero luego sonrió ganándose un bufido por parte de Yoongi.
— He tenido unas clases, me comí el desayuno y acaricié a un gatito blanco de regreso a la casa.
Yoongi enarcó una ceja y se quitó los lentes de pasta para luego sobar sus sienes.
Con Jungkook había que tener paciencia.
— ¿Te gustó el instituto? ¿Conociste a alguien?
Jungkook sabía que lo que Yoongi realmente intentaba averiguar era si había tenido un ataque de pánico o ganas de salir corriendo.
— Me fue bien, hyung. Pero... —El incidente con Ukyo todavía lo estaba atormentando.
Normalmente las personas olvidaban ese tipo de cosas porque realmente no tenían mayor importancia, pero para Jungkook era diferente. Él se preocupaba por los más mínimos detalles.
— ¿Pero...? —El mayor lo alentó a que continuara.
— Pues... —Se rascó la nuca.
Si le decía a Yoongi probablemente este lo regañaría por haber tratado mal a una chica y ni hablar de Taehyung, lo haría escribir una página entera repitiendo no debo gritarle a las chicas cien veces.
— ¡Hyung! ¿Tú crees que parezco un conejo? —Desvió el tema totalmente.
— ¿¡Y a qué viene esa pregunta!? —Gritó molesto desde el otro lado del apartamento —¡Ya estaba asustado pensando que te había pasado algo si pones esa cara!
— No seas tan duro conmigo —Dijo el menor entre risas —Iré a bañarme.
— ¡Hey, no me dejes hablando solo! —Chilló Yoongi —¡Y claro que pareces un conejo, es más pareces una rata! ¡Ya! —Jungkook sólo se reía mientras iba hasta su habitación —¡Jeon Jungkook!
***
em, ¿no debí gritarle cierto?
lamento escribirte un día que no sea martes pero, ¿cómo debería disculparme?
Ukyo parece una buena persona pero es difícil... quiso llamarte como tú lo hacías y duele.
Ella no sabe, por supuesto pero...
Jungkook suspiró cerrando los ojos mientras miraba su libreta.
Me disculparé, definitivamente lo haré.
— ¡Ya llegué! —Escuchó la voz de Tae gritar desde la puerta con su característica energía.
— ¡Kim Taehyung! —El grito de Yoongi sobresaltó a Jungkook —¿¡Qué es esa cosa que traes en los brazos!?
— ¡Un perrito~! —Canturreó el otro y para cuando Jungkook salió de su habitación se encontró con la divertida escena de Yoongi agarrándole una oreja al perrito que Taehyung había traído a casa. Era chiquito, marrón y de cabello rulo.
— ¿Lo trajiste de tu trabajo? —Preguntó Jungkook acercándose a él.
— Sí, es una niña. Sus dueños la abandonaron hace unas semanas y la dueña me ha pedido que si puedo adoptarla...
— Y tú le dijiste que sí porque piensas que eres un adulto responsable —Intervino Yoongi alzándole las dos orejas al perrito que ahora intentaba alcanzarle la mano para moderlo cariñosamente.
— No soy un adulto responsable... ¡Somos tres adultos responsables y un nuevo niño! —Dijo alegremente Taehyung.
— Ah, ah, a mí no me metas en tu crianza —Dijo Yoongi volviendo a la mesa de antes —Cásate con Jungkook o yo que sé, pero criarán a esa cosa por sí solos.
— Ah~ —Exclamó Tae haciendo puchero —Kookie, ¿cómo deberíamos llamarla?
Estaban tan embelesados con el perro que se olvidaron por completo de que Yoongi aún seguía ahí. Jungkook tenía a la criatura en los brazos y el mayor estaba mirándolos con desaprobación.
— Más importante, ¿quién debería ser quien lo alimente? —Dijo el menor —Yo puedo sacarlo a pasear y tú lo alimentas.
— ¿Eso me hace su padre? —Preguntó Tae tomando a la criatura para abrazarla —Bueno, así será.
— ¡Ya, ya, ya! ¿¡Qué mierdas están diciendo?
Pero ambos menores ignoraron al mayor.
— Vamos a ponerle Rulitos —Dijo Tae pegando su nariz con la del perrito.
— Es una niña, pongámosle Patitas... —Ambos debatían sobre un buen nombre para el cachorro pero Yoongi ya estaba harto de escuchar tantas opciones estúpidas, así que se levantó de la mesa y ante la mirada atónita de los menores tomó a la perrita entre sus manos y la pegó a su pecho.
— Se llamará Holly, ¿está bien? —Dijo señalándolos con un dedo.
— Pero...
— Pero nada, Jungkook. Holly, listo —Dijo poniendo al animal delante de él para mirarlo directamente a los ojos —Te llamas Min Holly, ¿entendiste? Ni se te ocurra dejar que este par e idiotas te cambien el nombre.
— ¡Holly~! —Celebró Tae —Le queda bien.
— Holly quiere ir a dar un paseo y para eso necesita una correa. Jeon Jungkook, sé un buen padre y ve.
— ¿¡Yo!? —Se señaló así mismo —Pero...
— Jungkookie eres un mal padre si no le eliges su primer atuendo.
— Maldita sea, ¿van a criarla bien o no? —Los reprendió Yoongi.
— Está bien, está bien —Jungkook tomó a Holly en los brazos y cogió su billetera —Vamos Holly, vamos. Regreso en un rato.
Y dicho esto se fue a buscar una tienda de mascotas cercana.
— ¿Crees que está bien?
— Cuando llegó tenía el ceño fruncido, conozco a Jungkook y sé que hoy le pasó algo —Dijo Yoongi —Sólo que no me quiso decir.
— ¿Pero no es bueno que dentro de todo no te lo haya dicho?
— ¿Por qué lo dices?
— Porque eso significa que está tratando de lidiar él mismo con sus problemas.
Yoongi meditó, se mordió el labio inferior y se le vino una idea terrible a la cabeza que lo hizo estremecer.
— ¿Y si más bien sólo está dejándose absorber por sus demonios y...
— Yoongi, estará bien —Tae le palmeó el hombro —Sólo confía en él y dale una oportunidad de defenderse.
Y Yoongi no tuvo más remedio que tratar de estar de acuerdo con Taehyung y tratar de calmar las preocupaciones de su corazón.
***
— Holly, Yoongi puede ser duro a veces y gritar mucho pero es un buen tío te lo prometo. De hecho una vez me compró papas fritas como premio por haber pasado un videojuego —El pelinegro iba hablando con la perrita que ahora portaba una pechera amarilla y una correa del mismo color con patitas negras impresas en ella.
Muchas personas lo miraban enternecido y más de una chica quiso acercársele para pedirle una foto pero al final nadie lo intentó por lo escurridizo que podía ser Jungkook.
— Si te portas bien seguramente te da un poco de pollo en la cena, ¿está bien? —Le sonrió al animalito y lo volvió a coger en brazos para que no se le cansaran las patas —Vamos a esa tienda a comprar ramen —Señaló la tienda de conveniencia que visitaba con frecuencia por ser la que más cerca quedaba de casa —Quédate aquí, Holly —Dijo asegurando la correa a un poste frente a la tienda mientras iba por el ramen.
Entró rápido, eligió varios sabores y compró unos refrescos para llevarse a casa y tener con qué pasar la noche si decidía editar sus fotos.
Cuando salió casi le da un infarto al ver que la correa de Holly ya no estaba en el poste y ella mucho menos.
— Oh, no, no, no —Dijo temeroso mirando hacia todos lados —¡Holly!
Se había soltado.
— Dios mío, me van a matar. ¡Holly! —Llamó de nuevo pero la perrita nada que aparecía —¡Holly! —Insistió varias veces y estaba a punto de salir corriendo a buscarla cerca de allí.
Pero se detuvo en seco cuando una voz a su lado le habló.
— ¿Es tuya? —Preguntó una chica.
Jungkook casi escupe su corazón.
— ¿Es tu...
— ¡Holly! —Bramó quitándosela a Ukyo de los brazos.
— ¡Jeon Jungkook!
— ¡Tú eres la chica! —La señaló con una dedo mientras tenía una expresión de shock —Tú... ¡Ukyo! Pero, ¿cómo?
— La conseguí calle abajo caminando, ¿es tuya?
— Sí, es mía —Respondió abrazándola mientras sentía como su corazón empezaba a acelerarse.
— Ah... ya veo —Dijo ella clavando la mirada en sus pies —Yo, bueno... ¿vives por aquí?
Ukyo todavía vestía la ropa de la mañana junto a su bufanda amarilla que casi le tapaba la mitad de la cara gracias a que la chica era realmente pequeña.
— Sí, yo... —Jungkook tartamudeaba —Allá. Apartamento —Señaló un edificio que se veía a la distancia.
— Es cerca —Dijo ahora levantando su rostro para mirar a Jungkook.
Este lucía impaciente por irse y su expresión de shock era realmente graciosa pero Ukyo no dijo nada, tenía miedo de que el pelinegro le volviera a gritar como esta mañana sin razón alguna.
— ¿Puedo acompañarte hasta allá? —Preguntó la chica de imprevisto y Jungkook pensó que había escuchado mal.
— ¿Qué?
— Que si... —Apretó los labios dudosa.
Holly lanzó un ladrido y Jungkook espabiló.
— Ah... ah, bueno.
Tienes que disculparte después de todo.
— Claro —Respondió secamente y empezó a caminar en dirección a casa.
¿Qué demonios pasaba con esa chica y por qué actuaba tan raro? Nadie que acabas de conocer se ofrece a acompañarte a casa.
— ¿Puedo cargarla? —Dijo refiriéndose a Holly y aunque a Jungkook no le agradaba mucho la idea por el hecho de que casi perdió a su hija esa noche, no podía decirle que no a Ukyo luego de que se la hubiese regresado.
A Ukyo parecía gustarle mucho Holly porque todo el camino iba hablando con ella en voz baja y Jungkook no alcanzaba a entenderla pero sabía que hablaba con la criatura.
Le pareció graciosa porque le recordó a Taehyung por un segundo.
— Ya estamos aquí, no era tan lejos —Dijo Jungkook extendiendo los brazos reclamando a su pequeña.
— Ah, ya veo... —Ukyo parecía triste por algo, se le notaba en el rostro pero Jungkook no se iba a molestar en preguntar porque después de todos ellos eran desconocidos —Está haciendo frío, ¿no? —Dijo pasándole a Holly mientras se ajustaba un poco la bufanda.
Jungkook no respondió.
— Bueno, nos vemos Jungkook —Dijo girando sobre sus talones.
El pelinegro sabía que debía disculparse antes de que la chica se fuera o mañana en el instituto no iba a poder hacerlo delante de todos.
Holly ladró de nuevo y Ukyo se sorprendió cuando su campo de visión quedó a oscuras.
— Lo siento por hoy —Dijo el pelinegro corriendo hacia dentro del edificio con Holly en brazos sin mediar otra palabra.
Me disculpé.
Ukyo se quitó de la cabeza lo que fuera que Jungkook le hubiese puesto y al final cuando descubrió que se trataba de un gorrito de tela color rojo que a ella le quedaba grande, sonrió para sí.
Sí, hacía mucho frío pero ahora con el gorrito de Jungkook y su disculpa, tal vez la noche se entibiara un poco al igual que su corazón.
Y vaya que su corazón lo necesitaba esa noche.
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hola linduras, estaré actualizando esta historia ahora que la estoy resubiendo :)
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