18
2018. noviembre.
Sí, para Jungkook muchas cosas eran difíciles de hacer: Relacionarse, evitar los ataques de pánico, evitar moverse durante las noches mientras dormía, cocinar algo decente, mirar a una persona directamente a la cara y una larga lista más de imposibilidades. Sin embargo, no por eso iba a echarse hacia atrás en su decisión de seguir adelante y darse una nueva oportunidad en Japón.
— No es una carrera, hyung —Le repitió por quinta vez a Taehyung mientras este lo acompañaba al instituto.
Es cierto que Jungkook se había negado por completo a estudiar una carrera universitaria en el pasado, de hecho, aún se negaba. Sin embargo, desde hacía un tiempo descubrió que le gustaba muchísimo la fotografía y aunque hacía su mejor intento por sacar hermosas capturas de lo que le llamara la atención comprendió que necesitaba ayuda y más conocimiento.
Es por eso que decidió inscribirse en un instituto de artes en Tokyo donde aprendería sobre fotografía.
— ¿Entonces qué es?
— Algo así como... —Meditó mirando al cielo —Un técnico.
— ¿Técnico? —Taehyung ladeó la cabeza.
— Sí, es como... —Se mordió el labio inferior —Dura un año y medio por eso no es una carrera.
— Como un curso.
— Algo más profundo que eso.
Estaba nervioso desde la noche anterior, es más, desde hacía tres noches. No podía dormir pensando en todo lo que tenía que enfrentar en ese nuevo ambiente y las personas que conocería pero se dijo así mismo que era fuerte.
Taehyung y Yoongi también le dijeron que era fuerte y que lo haría muy bien por eso aunque estuviera a punto de morirse de los nervios estando en la entrada del instituto, sabía que tenía que seguir.
— Que edificio tan bonito —Dijo Taehyung mirando la edificación de unos cinco pisos —Me gusta que sea de ladrillos.
— Se veía acogedor en las fotos...
— Bueno —El castaño le regaló una amplia sonrisa y le palmeó el hombro —Aquí te dejo yo. Deséame suerte con los cachorros, Kookie.
— ¿Suerte? —Ladeó la cabeza con una sonrisa inocente —Cuídalos bien.
— ¡Eso haré! —Se despidió el otro con la mano mientras se alejaba.
Jungkook se quedó de pie en el portón negro de rejas que lo separaba de su nuevo comienzo. El edificio estaba rodeado de un patio que al parecer lucía como el área de descanso pues había mesas de madera al estilo picnic. Desde esa distancia no lograba ver nada más y a decir verdad el sitio era sencillo pero perfecto para él.
Estaba nervioso pero aún así le mostró su identificación al portero que yacía cerca de la puerta y pasó de inmediato.
Lo voy a hacer bien, lo voy a hacer bien.
Se acomodó el morral que llevaba en el brazo y tragó duro para avanzar hacia la puerta, sin embargo, algo llamó su atención.
Algo lo detuvo.
Su mirada se perdió en la distancia tras las últimas mesas del patio donde había unos cinco chicos formados en círculos discutiendo sobre algo pero no eran precisamente ellos los que lo obligaron a detenerse.
— Qué buen gorro —Le dijo una voz masculina tras él que lo alarmó.
Jungkook se giró y sin decir palabra alguna se encontró con un chico alto de cabello rubio y rasgos finos.
— ¿Eres nuevo? —Le preguntó con una sonrisa leve —Me llamo Junhui pero me puedes decir Jun.
El peli negro asintió e hizo una leve reverencia.
— Soy Jungkook. Empiezo hoy —Dijo volviéndose hacia el grupo de chicos que había llamado su atención anteriormente y que ahora desaparecían dejando atrás a una chica de cabello corto y cobrizo que brillaba con el sol de la tarde.
— ¿Bonita, no? —Dijo Jun interrumpiendo sus pensamientos.
Jungkook frunció el ceño y desvió la mirada.
— Está fuera de tu alcance, Jungkook —Le dijo tomándolo por el hombro e invitándolo a pasar a el edificio
El chico no dijo nada pero el repentino contacto con Jun lo asustó bastante aunque trató de mantenerse calmo. Jun parecía agradable y era algo que agradecía el primer día de clases.
Sin embargo había algo que le estaba dando vueltas en la cabeza a Jungkook.
Ese cabello corto y cobrizo se le hacía conocido.
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