05


2013. julio.

— ¡Seis meses em, seis meses! —Celebraba con el corazón hecho una fiesta mientras le llenaba el rostro de besos cortos.

Por fin había podido llevar a Myungji a la playa para ver las estrellas de mar. Se acababan de encontrar en la estación de autobuses frente a la playa que querían visitar.

— Te quiero, jeongguk.

— ¿Jeongguk? —Ladeó la cabeza mientras la llevaba de la mano hasta la arena.

El sol no estaba tan caliente y la playa con su oleaje les regalaba un bonito paisaje. Myungji tenía un sobrero marrón redondo y un vestido azul que se le bailaba entre las piernas por la brisa.

Ella empezó a dar vueltas con los brazos extendidos mientras le sonreía al chico que la miraba embobado danzando en la playa con los pies descalzos.

— Es mi regalo para ti. Un nombre que sólo yo pueda usar —Le dijo al tiempo que le chapoteaba un poco de agua.

— Jeongguk... ¡oye! —Intentó cubrirse con los brazos pero el agua le golpeó las piernas —Me gusta ese nombre.

— Feliz seis meses, amor —Le dijo acercándose a él poniéndose en las puntas de sus dedos para poder darle un beso en la frente.

— Feliz seis meses, em —Le respondió uniendo su frente con la de ella —Quería mostrarte algo —La tomó de la mano para llevarla hasta un área de la playa donde había rocas muy grandes y las olas se chocaban contra ellas.

— Qué bonito se ve desde aquí —El océano se insinuaba como una línea recta en el horizonte.

— Y vas a ver algo realmente asombroso —Dijo buscando algo con la mirada mientras se agachaba en una de las rocas —Oh, ¡ahí!

Myungji se agachó a su altura para seguir su dedo con la mirada.

Había dos lindas estrellas de mar pegadas a una parte de la roca, eran de color naranja y lucían realmente bonitas ahí en su hábitat natural.

— Nunca se les debería sacar del agua —Comentó Jungkook —Eso las lastima.

— Son muy bonitas —Dijo anonadada de poder ver por primera vez aquellas hermosas criaturas.

— Mi papá siempre me traía a verlas y si prestas atención hay muchas más entre las rocas —Le dijo buscando algunas más.

Caminaron sobre otros escondrijos descubriendo más y más estrellas hasta el punto que podría cubrirse el suelo con ellas y hacer un camino.

— ¿Te gustan? —Le preguntó él mientras estaban sentados tomados de la mano viendo el mar.

— Sí pero...

— ¿Pero?

— Me gustaría más si sonrieras para mí —Myungji sacó su móvil y se dispuso a tomarse una foto con el chico —Sonríe, Jeongguk.

Y sus labios se curvaron perfectamente haciendo que Myungji se sintiera inmensamente feliz.

— Bien. Tengo algo para ti, cierra los ojos —Ella revisó en su bolso y sacó una tarjeta que había escrito para Jeongguk —Ya puedes abrirlos —Le extendió la tarjeta y él se sobresaltó.

— ¿Qué idioma es este? —La miró con curiosidad por un lado y por el otro. Tenía un dibujo hecho a mano a manera.

— He estado aprendiendo español así que... —Dijo sonrojada jugando con sus dedos.

— ¿Me la puedes traducir?

— Sólo si la intentas leer primero.

— Está bien —Suspiró con determinación —C-re...o ¡creo! —Dijo orgulloso —que mi... cora... ¿jon?

— Corazón —Le sonrió con dulzura.

— Corazón... no te dej-j-ará –Leía con dificultad —Esto es muy difícil, eres muy inteligente —Le acarició el cabello —Mi co-ra... ¡ah! ¿la lees por mí? —Pidió casi haciendo un puchero.

— Claro —Le dijo con ternura tomando la tarjeta entre sus manos.


Creo que mi corazón nunca te dejará,

siempre te buscará a través del viento

y siempre estaremos bajo en mismo cielo.

te amo, jeongguk.

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