Pasando la noche.
— No se muy bien a lo que te refieres... — Abrió completamente los ojos confundido.
— ¿Que edad tienes?
— Diez ¿Y tu? — Sonrió de nuevo como si estuviera muy orgulloso de tener esa edad y sentirse grande.
— Once... — Se burlo del rubio. — Aunque tu me ganas de estatura.
Adrien solo hizo una mueca, al parecer era el menor de aquel lugar.
— Bueno... Me importa un carajo que te guste, si te acuestas con perros o niños, solo habla me de este lugar. — Se cruzo de brazos, su manera de hablar lo había dejado sorprendido.
— Pensé que eras un pan de Dios — Empezó a reírse por su ingenuidad.
— ¿A quien le llamas pan?
Nathanaël solo se soltó riendo lo cual dejo anonadado al rubio pues no lo había escuchado reírse.
—¿Que me dices de las enfermeras? ¿Por que les tienen miedo?
—¿Miedo? — Dejó de reír y empezó a buscar algo debajo de su colchón. — Yo diría que exageran... Un poco, lo único malo aquí es cuando vas con el doctor.
Adrien hizo una mueca pues nadie le había mencionado algún doctor.
— ¿Que doctor? Pensé que esto era una escuela... ¡Mis padres pensaban lo mismo! — Se jalo el pelo asustado. — ¡Ellos se equivocaron, debo volver!
— Shhhh — Lo callo Nathanaël mientras le aventaba una bolsa de frituras y pudin. — Es bueno que no conozcas al doctor...
Asintió confundido pero volvió a preocuparse.
— Dejando eso de lado, ¡Necesito llamar a mis padre! — Tomo al pelirrojo de los hombros para verlo con cara de suplica.
— ¿Qui-Quieres que te ayude a hacer una llamada a escondidas? — Pregunto anonadado a lo que el ojiverde asintió rápidamente.
— Nathanaël aunque no lo creas, yo no pertenezco a este lugar...
— ¿Que tal y si, sí? ¿Y si estas tan loco como yo? — Miro al piso triste.
— Nath . — subió sus manos hasta las mejillas del pelirrojo obligándolo a mirarle. — Que te gusten los niños no quiere decir que estés loco.
Nervioso por las acciones del rubio retrocedió con la cara roja.
— No lo se, ir por los pasillos esta prohibido, burlar a las enfermeras es peligroso y hacer una llamada... Eso te sentencia, no quiero volver con el doctor.
— ¿No puede ser taaaan malo? — Miro al pelirrojo con una sonrisa pero este no le respondió. — ¿O si?
Nathanaël solo suspiro para finalmente sonreír y tomar la mano de Adrien.
— Esta bien, te ayudare pero a cambio me tienes que dar algo.
— Nada de pudin, es mio. — Se quejo.
— Nada de eso, te lo pediré mas adelante... Por ahora, ¿Quieres quedarte a dormir?
— ¿No me van a regañar? — Nathanaël se encogió de hombros y sonrió de nuevo.
— Ya estas aquí... — Recibió una sonrisa por parte de Adrien, pasarían el día juntos.
Toda la tarde se la pasaron en la pequeña habitación jugando, dibujando y comiendo frituras y pudin.
Adrien pudo admitir que no se había divertido tanto con alguien en su vida.
Llego la hora de dormir, ambos chicos se habían acomodado en la misma y estrecha cama.
Ninguno de los dos decía nada, no por incomodidad si no que disfrutaban estar con la compañía del otro.
A diferencia de con Nino, Nathanaël era perfectamente cálido y te hacia sentir cómodo.
No lo dudo ni un segundo y respondió al abrazo del pelirrojo rodeándolo y atrayéndolo mas a el, la cama era pequeña pero igual era cómodo para ambos.
Había que descansar bien para al día siguiente hacer un plan para que sacaran a Adrien de aquel lugar...
Nathanaël lo pensó mejor y se aferro mas a su nuevo amigo, no quería que se fuera...
No quería que lo dejara solo, podía volverse loco.
...
¿Preguntas?
Lamento si es corto :')
Abkdjsk ya entre a la escuela, ya quiero salir....
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