Numero 2
Acercaba su mano para después alejarla indeciso.
¿Tocaba o no tocaba?
Se dio la vuelta decidido a regresar con Nino pero la puerta se abrió y alguien lo arrastro hasta dentro.
—¡Una víctima más de un akuma! — Grito una niña de pelo azabache y ojiazul mientras miraba de pies a cabeza.
—¡Salva lo Ladybug! — Grito otra niña morena que brincaba de un lado a otro con una cámara invisible y tomaba fotos con sus dedos.
—¡Con un beso del verdadero amor! — Grito entusiasta la ojiazul.
Adrien al ver y escuchar a las chicas se asusto, vio como la niña que lo tomaba de la mano se acercaba mas a su rostro, no hizo mas que retroceder y salir corriendo de aquella habitación.
"¡Están locas!" pensó mientras corría a su habitación y entraba deprisa.
...
—¿Quien era ese? — Pregunto la morena.
— No lo se. — Suspiro enamorada. — Pero era tan lindo.
...
—¡Vamos a comer! — Nino se llevo a Adrien arrastrando hasta el comedor, ahí pudo ver a las mismas niñas de la habitación número dos.
—¿Nino, quienes son ellas? — Pregunto mientras se sentaba al lado del moreno en una silla de color verde. (Eran de diferentes colores)
— ¡Soy Ladybug! — Llego gritando la niña ojiazul. — Y ella es Alya. — bajo la voz un poco mas, eso hizo enojar a su amiga.
— U-Un gusto...Soy Adrien.— Sonrió tímidamente.
— Ho-Hola Marinette. — Saludo Nino con nerviosismo y una sonrisa boba en el rostro.
— Nino ya hablamos de esto, nada de miraditas amorosas. — seguía hablando la azabache mientras tomaba lugar enfrente de el rubio.
Nino hizo un puchero y se resigno.
— Hola Nino, ¿Como estas? — Preguntó Alya que le sonreía tímidamente.
— Sentado. — Dijo secamente y comenzó a comer lo que sería sopa de verduras, o eso aparentaba.
Durante la comida Adrien se limito a hacer unas cuantas preguntas y convivir mejor.
A pesar de que le prohibieron sonreír, aquellas niñas sonreían amplia mente, no una sonrisa normal, al rubio le causaban miedo.
— Y ¿Quien es ella? — Apunto a una chica pelirosa que golpeaba a otro chico y tenia un casco.
— Es Alix, la mejor corredora del mundo — Presento Alya.
Adrien miro alrededor en cada mesa habían por lo menos cinco niños, observo donde estaba sentado, había una silla color rojo vacía.
—¿Quien se sienta ahí? — Preguntó curioso.
Alya y Marinette se miraron, ninguna quería contestar.
— Otro niño. — Se animo a responder Nino. — pero no te preocupes por el, nunca viene.
Alya lo miro heroico y suspiro enamorada, Nino solo le guiño el ojo a Marinette por su valentía.
— Ya veo...
La campana del fin de la comida sonó, Marinette y Alya se abrazaron asustadas mientras Nino empezó a temblar.
—¿Q-Que pasa? — Pregunto preocupado.
— E-Es hora de la medicina...
Todos en sus habitaciones dentro de un minuto. 60...59...58...
Se escuchó a través de un altavoz, toda la serenidad del lugar se fue, los niños corrían a sus habitaciones con prisa.
— ¡Vamos Adrien! — lo tomo del brazo y lo llevo consigo a la habitación.
21...20...19...
Antes de cerrar la puerta Adrien se percato de algo.
— Hay un niño en el pasillo. — le dijo a Nino quien solo soltó una carcajada.
— No bromees, nadie es tan tonto como para quedarse en el pasillo, cierra la puerta, ahora. — ordeno.
— Pe-pero el niño...
Nino lo empujo y cerro la puerta.
— ¡Si no quieres una jeringa en tu culo, cierra la puerta! — Grito el moreno enojado mientras se dirigía a la esquina de la habitación.
—¿Pu-puedes decir groserías? ¡Pero si aun no eres adulto!— se sorprendió rápidamente.
Nino lo miro de reojo y sonrió, ya lo comprendía, ¿Es que Adrien era bipolar?
— No hay adultos cerca, ¿Que edad tienes?
Contó con sus dedos tardando un poco.
— Tengo diez, ¿Y tu?
— Once, soy de los mas grandes de por aquí — Dijo orgulloso.
— ¿Que hay de el altavoz? ¿Por que todos salieron corriendo? — Cambio de tema asiendo que Nino rodara los ojos.
— Preguntas mucho... Solo haz lo que todos.... Hagas lo que hagas no rompas las reglas. — Advirtió.
— Me agradaron Marinette y Alya. — Ignoro la advertencia.
— Número dos es mía. — Aclaro Nino.
— ¿Dos?
— Marinette, ¿Que número dice tu pulsera? — tomo la muñeca de Adrien y observo su pulsera, sus ojos de abrieron como platos.
— Nu-Numero uno.
— Si se leer. — Alejo su mano. —¿Q-Que pasa?
— Nada.... Creo que te puedes quedar con número dos.
— Gracias, supongo... —Sonrió.
Ambos chicos guardaron silencio al escuchar un fuerte golpe con un grito fuera de la habitación.
Adrien se encamino a la puerta preocupado pero Nino lo tomo del hombro y negó.
Trago pesadamente, algo raro pasaba en ese lugar...
¿Y si había sido aquel niño pelirrojo que vio en el pasillo?
...
Si abra AdrNath... Todo a su tiempo.
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