—Eres mi vengadora favorita ¡Cásate conmigo! O acepta que me tomé una foto contigo...
—Ned, que te dije...

Los días pasaban y Peter siempre trataba de animar a Wanda. Y Wanda intentaba animar a Peter. Entré los dos estaban intentando ser felices. Peter no lo sabía pero la castaña siempre soltaba más de una lágrima antes de quedarse dormida, se había vuelto costumbre llorar para poder dormir, aunque en ocasiones las lágrimas no le ayudaba para conciliar el sueño. Ella ha estado más tranquila desde que está viviendo con los Parker pero ese vacío no se va de su pecho y siente que nunca se irá de allí.

Mientras tanto, Ned le había estado insistiendo a Peter para que esté lo llevará al departamento para poder conocer a lo que es, su vengadora favorita, claramente al principio el castaño se negó, pues tenía miedo que Wanda se pondría incómoda, pero la verdad era a que ella no le molestaba, siempre y cuando no la consideraran un mounstro como todos.

May se sentía agusto con la presencia de la chica en casa, aunque la tía no sabía la verdad de ambos castaños, no sabía que su sobrino era Spiderman y tampoco sabía que Wanda era la bruja escarlata, claro que a May nunca le llamo la atención ese tipo de cosas y no conoce a nadie del equipo Avengers, que no sea Tony, por supuesto. Ella cree que Wanda se estaba quedando ahí por un problema psicológico y también cree que Wanda es una de las estudiantes de la pasantía. Pero si supiera la verdad, ya estaría tirada en el piso o desmayada o muerta, una de dos, pero ambas son seguras.

La castaña seguía pintando en ese cuaderno, llevaba pintando unos cinco dibujos los cuales les pareció bonitos. Cualquiera que la viera le daría ternura, pues cuando termina un dibujo y le gusta, aplaude con alegría por su logro.

—Tía ¿Y Wanda?— Preguntó Peter cuando llegó a casa acompañado de su mejor amigo.

—En la habitación—Respondió May, los chicos subieron escaleras para arriba hasta llegar a la que es, la habitación de ambos castaños.

Ned respiraba hondo varias veces, mientras que Peter habría la puerta cuidadosamente, ambos chicos observaron a la castaña sonreír, estaba sentada en la cama de arriba como de costumbre, ella sostenía una hoja con lo que era un dibujo, sonreía por que le había salido bien después de tantos intentos fallidos. Ella al notar que Peter estaba en la habitación dejo la hoja a un lado, el castaño había hablado con Wanda sobre su amigo que quería conocerla y ella le pareció una buena idea.

Wanda trato de ordenar todo en la cama, las hojas arrugadas que ella tenía trato de que se vieran bonitas en una esquina. Miro hacia la puerta, Peter le regaló una sonrisa y ella la devolvió, mientras que Ned no podía articular ninguna expresión, y tampoco podía articular ninguna palabra. Era por la emoción que él no podía decir o hacer nada, tenía ante sus ojos la vengadora que más quería, y la vengadora que más admiraba.

—¡Hola!— Saludo Wanda con una mano, Peter le devolvió el saludo. Ambos castaños se quedaron viendo al amigo Moreno pues este estaba pálido y quieto como una estatua en su lugar

—Eres... E-eres la Bru-bruja Escar-escarlata—Tartamudeo el chico, Wanda asintió con una media sonrisa, su nombre le recordaba a lo que había causado en Lagos, de igual manera no dejo saber que aún le dolía recordar ese incidente.

Ned dejo tiradas sus cosas en la entrada de la puerta y se arrodilló enfrente de Wanda, como está estaba sentada en  la cama de arriba, aquella escena quedaba de película. La chica confundida miro a Peter para buscar alguna respuesta por su comportamiento, pero Peter estaba igual que ella.

—Se mi amiga, cásate conmigo o déjame tomarme una foto...

—¡Ned! ¿Que fue lo que te dije? Nada de sobrepasarse con ella—Lo regaño Peter, Ned asintió con pena, se levantó y sonrio, Wanda hizo lo mismo.

—Es un placer conocerte, Ned. Peter me estuvo diciendo que tú querías verme en persona, conocerme, hablar conmigo, aquí estoy— Ned, no podía estar más impactado, Peter le había hablado de él a la chica que admiraba.

A pesar que Ned estaba aún sorprendido por tener a su vengadora favorita frente a él, los dos lograron mantener una muy buena conversación, Wanda se dio cuenta que no todas las personas que dicen quererla la tratan mal, no siempre el mundo se trata de personas con malas intenciones, en el fondo hay personas que quieren hacer el bien y que no quieren dañar a los demás para tener felicidad, solo es cuestión de tiempo y paciencia para que esas personas lleguen.

Ella quisiera que todos la tratan como Ned, que fueran amables con ella y claro, que la quisieran a pesar de sus errores, lamentablemente, el mundo no es así, la gente puede tratarte bien en un momento, pero luego habla mal de ti a tus espaldas. Wanda había tenido malos momentos, pudo haber tenido errores pero logró ir por el buen camino después de todo, aunque hay personas que la juzgan por sus decisiones y actos ella sigue luchando para ganarse la confianza y el amor de los demás, para otros eso no es importante, pero para Wanda sí, ella quiere ser aceptada y querida.

—Tú amigo es muy buena persona— Dijo Wanda cuando Peter volvió a la habitación, el moreno ya se había ido, había conseguido una foto con la chica. Y eso le basto, además había hablado con ella ¿Que más puede pedir?

—Sí, quería conocerte desde que abrí mi boca demás, lamento si eso te incómodo—Wanda negó.

—Me sentí bien hablar con otra persona, no es que no me sienta bien hablando con May y contigo, al contrario me agrada, es sólo que... Hace tiempo que no hablo con alguien más que no sea el grupo de amigos, y si hablo con alguien más solo es para insultarme y cosas por el estilo.

Peter entendía, no toda la gente de Queens aceptaba a Spiderman, unos decían que era innecesario tener un superhéroe que cuidará de la ciudad.

—No todos te van a aceptar, tienes que comprenderlo... Pero quienes te aceptan, es por qué te quieren de verdad y no solo son palabras.

Esas palabras se habían quedado guardadas en la mente de Wanda, Peter tenía razón, no todos iban a quererla y siempre iban a ver sus errores no sus virtudes, pero esas personas que siguen allí después de tanto, es porque realmente la quieren ayudar y porque realmente la quieren.